Un par de pasos en la oscuridad
Autor: yuvia
Fandom: Expediente X
Tabla: yuvia.livejournal.com/100139.html
Personaje/Pareja/Trío: Mulder/Scully
Tema: #15- (opción escritor) Acuerdo
“Teníamos un acuerdo.”
Los golpes en la puerta suenan a papel rasgado, a acuerdo roto, a cambio irrevocable.
“Era bueno tenerlo.”
Scully sabe que es él y lo que está ocurriendo en cuanto los oye. Se levanta despacio de la cama. Sobre la butaca malva del motel está su bata y la mira, sin pensar en ponérsela.
“Las señales y las normas, tienen un motivo y una función. Están para ser vistas y para ser respetadas. Se acuerdan en base al sentido común, de forma que puedan ser fácilmente interpretadas, recordadas, que se transformen en algo con sentido para todos aquellos que deberán cumplirlas. Fácil de entender, sólo hay que respetarlo. Semáforos en rojo, líneas continuas, carteles que ponen “No pasar” con figuras humanas tachadas con una cruz.”
Sonríe casi con rabia al dar el primer paso hacia la puerta. Echa un vistazo rápido al reloj sobre la mesita, las dos y dieciseis, hora y media aproximada desde la conversación. El dato no le dice nada en particular, aunque lo retiene en su mente como algo importante.
“Pero, claro, a ti no te gustan los límites. Maldito seas. Ni siquiera debería sorprenderme.”
Ni siquiera está sorprendida. Respira profundamente buscando palabras en un inútil intento de convencerse de que sabe lo que quiere decir. Aunque no es así.
“Nuestro acuerdo se basaba en un principio sencillo de origen casi ancestral: Ten cuidado...”
Su línea de pensamiento se corta, como si estuviese ante uno de esos límites. Pero está ya a punto de abrir la puerta y es demasiado tarde para todo.
“...con lo que deseas. Ten cuidado de no quedarte dormido demasiado cerca del fuego. Ten cuidado cuando paseas por el borde del abismo. Nunca des un paso más, si no puedes ver el suelo.”
-Hola,-dice Mulder antes de morderse el labio inferior, con la mirada perdida en las bisagras de la puerta. -No pretendía despertarte.
-No lo has hecho.
Scully se retira de la puerta para dejarle pasar. El permanece de pie, quieto, mientras ella camina hacia la cama y se sienta. Luego él cierra la puerta, despacio, como temiendo hacer ruido y, aún de espaldas a ella, pronuncia las palabras que Scully ni siquiera oye, como si ya estuviesen dichas.
-Creo que deberíamos hablar de lo que hemos hablado.
“Nuestro acuerdo era sencillo, seguía la lógica de las grandes normas con límites definidos. La lógica de tener cuidado. Y, entre todos sus límites, había uno muy importante. La gran señal clara, concisa, correcta, sin posibilidad de mala interpretación: Nunca nombrar lo que habíamos hablado después de hablar así. No volver a vernos hasta que fuese ineludible, no intentar continuar la conversación. No llamar a la puerta de madrugada... Era un acuerdo tan sencillo, Mulder.”
-Teníamos un acuerdo.
El la mira a los ojos por primera vez desde que entró en la habitación, extrañado.
-¿Un acuerdo?
-Un acuerdo tácito.
“Esos son los más importantes, tan obvios que ni siquiera hay que nombrarlos. Rojo es peligro, todo el mundo lo sabe. Es fuego quema, eso se aprende rápido: basta con quemarse una vez. Que es peligroso traspasar límites es algo obvio, extrapolable.”
-No sé muy bien a qué te refieres, Scully.
Retira la mirada de nuevo y eso le delata, haciendo que todo resulte de pronto demasiado triste y demasiado vulnerable, como una pompa de jabón a punto de rozar el suelo.
Y es eso lo que mueve a Scully a hacer lo que sabe no funcionará: intentar tomarla en las manos, sonriendo levemente y rompiendo el denso silencio.
-Sí lo sabes, me refiero a hablar de lo que hemos hablado. A volver sobre el tema una vez nombrado. A llegar al final de la conversación. A decirlo todo.
“El problema con los límites se presenta cuando aparece la duda sobre su necesidad, su validez, o cuando uno olvida los motivos que llevaron a colocarlos ahí. El problema surge cuando uno se pregunta qué pasaría si..., qué habrá al otro lado, qué tiene de malo intentarlo, y si no sólo hay suelo allí, donde no llego a ver, y si además es firme y lleva a lugares que merecen la pena, lugares que no conoceré nunca si no me atrevo a dar un par de pasos en la oscuridad.”
-Pensé que quizá...-dice él aún sin mirarla.
“Pensaste que quizá podríamos cruzar el límite sin morir en el intento. El otro problema con los límites es que, hasta que no los cruzas, no sabes el resultado. Una cuestión sencilla: Vivir en la duda o morir en el intento. O sobrevivir al intento. O descubrir que se vive mejor al otro lado. El otro problema es que no sabes el resultado hasta que es demasiado tarde para decidir si lo quieres o no.”
-...pero supongo que es mejor que me vaya.
-Ahora ya no, Mulder, ahora ya es tarde.
-No puedes...No puedes decir algo así, decirme que sientes algo así, y pretender luego que lo ignore.
-Es lo que solemos hacer. Es lo que tú haces.
-Bien, había un acuerdo, te lo reconozco, pero ya no lo quiero.
-De acuerdo.
“Es la duda, la curiosidad, casi, la pregunta de qué habrá más allá lo que puede al límite. Algo tan sencillo como eso. Tan sencillo e iluso como pensar que quien lo puso ahí se equivocaba. De acuerdo. Es tarde para no hacerse esa pregunta. De modo que camino hacia ti, por primera vez, en la más absoluta oscuridad”.
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Fandom: Expediente X
Tabla: yuvia.livejournal.com/100139.html
Personaje/Pareja/Trío: Mulder/Scully
Tema: #15- (opción escritor) Acuerdo
“Teníamos un acuerdo.”
Los golpes en la puerta suenan a papel rasgado, a acuerdo roto, a cambio irrevocable.
“Era bueno tenerlo.”
Scully sabe que es él y lo que está ocurriendo en cuanto los oye. Se levanta despacio de la cama. Sobre la butaca malva del motel está su bata y la mira, sin pensar en ponérsela.
“Las señales y las normas, tienen un motivo y una función. Están para ser vistas y para ser respetadas. Se acuerdan en base al sentido común, de forma que puedan ser fácilmente interpretadas, recordadas, que se transformen en algo con sentido para todos aquellos que deberán cumplirlas. Fácil de entender, sólo hay que respetarlo. Semáforos en rojo, líneas continuas, carteles que ponen “No pasar” con figuras humanas tachadas con una cruz.”
Sonríe casi con rabia al dar el primer paso hacia la puerta. Echa un vistazo rápido al reloj sobre la mesita, las dos y dieciseis, hora y media aproximada desde la conversación. El dato no le dice nada en particular, aunque lo retiene en su mente como algo importante.
“Pero, claro, a ti no te gustan los límites. Maldito seas. Ni siquiera debería sorprenderme.”
Ni siquiera está sorprendida. Respira profundamente buscando palabras en un inútil intento de convencerse de que sabe lo que quiere decir. Aunque no es así.
“Nuestro acuerdo se basaba en un principio sencillo de origen casi ancestral: Ten cuidado...”
Su línea de pensamiento se corta, como si estuviese ante uno de esos límites. Pero está ya a punto de abrir la puerta y es demasiado tarde para todo.
“...con lo que deseas. Ten cuidado de no quedarte dormido demasiado cerca del fuego. Ten cuidado cuando paseas por el borde del abismo. Nunca des un paso más, si no puedes ver el suelo.”
-Hola,-dice Mulder antes de morderse el labio inferior, con la mirada perdida en las bisagras de la puerta. -No pretendía despertarte.
-No lo has hecho.
Scully se retira de la puerta para dejarle pasar. El permanece de pie, quieto, mientras ella camina hacia la cama y se sienta. Luego él cierra la puerta, despacio, como temiendo hacer ruido y, aún de espaldas a ella, pronuncia las palabras que Scully ni siquiera oye, como si ya estuviesen dichas.
-Creo que deberíamos hablar de lo que hemos hablado.
“Nuestro acuerdo era sencillo, seguía la lógica de las grandes normas con límites definidos. La lógica de tener cuidado. Y, entre todos sus límites, había uno muy importante. La gran señal clara, concisa, correcta, sin posibilidad de mala interpretación: Nunca nombrar lo que habíamos hablado después de hablar así. No volver a vernos hasta que fuese ineludible, no intentar continuar la conversación. No llamar a la puerta de madrugada... Era un acuerdo tan sencillo, Mulder.”
-Teníamos un acuerdo.
El la mira a los ojos por primera vez desde que entró en la habitación, extrañado.
-¿Un acuerdo?
-Un acuerdo tácito.
“Esos son los más importantes, tan obvios que ni siquiera hay que nombrarlos. Rojo es peligro, todo el mundo lo sabe. Es fuego quema, eso se aprende rápido: basta con quemarse una vez. Que es peligroso traspasar límites es algo obvio, extrapolable.”
-No sé muy bien a qué te refieres, Scully.
Retira la mirada de nuevo y eso le delata, haciendo que todo resulte de pronto demasiado triste y demasiado vulnerable, como una pompa de jabón a punto de rozar el suelo.
Y es eso lo que mueve a Scully a hacer lo que sabe no funcionará: intentar tomarla en las manos, sonriendo levemente y rompiendo el denso silencio.
-Sí lo sabes, me refiero a hablar de lo que hemos hablado. A volver sobre el tema una vez nombrado. A llegar al final de la conversación. A decirlo todo.
“El problema con los límites se presenta cuando aparece la duda sobre su necesidad, su validez, o cuando uno olvida los motivos que llevaron a colocarlos ahí. El problema surge cuando uno se pregunta qué pasaría si..., qué habrá al otro lado, qué tiene de malo intentarlo, y si no sólo hay suelo allí, donde no llego a ver, y si además es firme y lleva a lugares que merecen la pena, lugares que no conoceré nunca si no me atrevo a dar un par de pasos en la oscuridad.”
-Pensé que quizá...-dice él aún sin mirarla.
“Pensaste que quizá podríamos cruzar el límite sin morir en el intento. El otro problema con los límites es que, hasta que no los cruzas, no sabes el resultado. Una cuestión sencilla: Vivir en la duda o morir en el intento. O sobrevivir al intento. O descubrir que se vive mejor al otro lado. El otro problema es que no sabes el resultado hasta que es demasiado tarde para decidir si lo quieres o no.”
-...pero supongo que es mejor que me vaya.
-Ahora ya no, Mulder, ahora ya es tarde.
-No puedes...No puedes decir algo así, decirme que sientes algo así, y pretender luego que lo ignore.
-Es lo que solemos hacer. Es lo que tú haces.
-Bien, había un acuerdo, te lo reconozco, pero ya no lo quiero.
-De acuerdo.
“Es la duda, la curiosidad, casi, la pregunta de qué habrá más allá lo que puede al límite. Algo tan sencillo como eso. Tan sencillo e iluso como pensar que quien lo puso ahí se equivocaba. De acuerdo. Es tarde para no hacerse esa pregunta. De modo que camino hacia ti, por primera vez, en la más absoluta oscuridad”.
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