Autor:
meztli_lu Fandom: Real Personal Fiction
Claim: Shirota Yuu
Tabla:
Ilusoria Tema: #03 Manos frías
Disclaimer: El protagonista, personaje, individuo, no me pertenece, sino a Watanabe, Japón y Barcelona
Resumen: Un nuevo rol como escritor
Notas: Como dije anteriormente, somos humanos, como tales, tenemos defectos y fantasmas que nos persiguen. Así que nada que temer. La dualidad es lo que trato de expresar…
Manos frías
La semana siguiente, comenzaron grabaciones. Las locaciones eran nuevas, muy diferentes a lo que estaba acostumbrado. La biblioteca de una universidad, se convirtió en el despacho personal del personaje que interpretaba. Un escritor consumado por su soledad, poeta moribundo que necesitaba el amor. Tomó asiento frente al escritorio, colocó sus dedos en la maquina de escribir y esperó la señal del director. Una débil lámpara alumbraba, titilaba al compás de sus propios nervios.
Acarició despacio las teclas de la maquina, observó las letras. Tomaba unos minutos para adentrarse de lleno al personaje. Había una hoja blanca que esperaba tomar vida.
-¡Acción!-gritó el director y todos comenzaron su trabajo.
Yuu empezó a escribir, dejando que el único sonido en la habitación fuera el que producía la maquina. Se convertía poco a poco en una melodía, lo sentía y movía su pie al ritmo que le imponían las palabras. Hojeó un libro a la derecha de la maquina. El humo del cigarro se mezclaba deliciosamente con el ambiente, incluso el café le pareció perfecto. En un instante, sus dedos comenzaron a perder circulación. Se había convertido en un verdadero escritor con las manos entumidas. Lo omitió y continuó.
-Queda-afirmó el director con una sonrisa. Dio órdenes para la toma siguiente.
Shirota trató de levantar sus dedos del teclado. Observó sus manos blancas y las uñas oscuras. Necesitaban calor. Lentamente las movió, sentía la sangre volver a circular; un cosquilleo les dio agilidad.
-Lo hiciste bien-dijo el asistente-¿qué escribiste?
El muchacho observaba la hoja. Yuu confundido, leía despacio.
“No dejes de escribir, demuéstrales que no eres sólo un celuloide de aparador. Concéntrate, parte las oraciones. No importa que la gente ría. Sigue, no te detengas. Hasta que no sientas las manos, los dedos sangren derramando tinta, dándole vida a lo que escribes. ¡Ese es el pensamiento de un verdadero escritor! Sino lo consigues, él lo hará mejor. Él que está escribiendo por ti”
-Me gusta trabajar contigo-sonrió el asistente-te conectas con tus personajes. ¿Recuerdas cuando eras doctor? Mucha gente pensó que tenías vocación. ¡No te des por vencido!
El muchacho vio el texto como una cualidad en Shirota por entregarse a sus roles. Para él, era aterrador. Ahora estaba seguro que no era una broma, ni una trampa. Algo estaba pasando. Cosas que su mente no podía razonar. Había muchas explicaciones, en algunas culturas le llamaban: “subconsciente” La ciencia, “problemas de personalidad” En el peor de los casos, la metafísica le decía que alguien estaba jugando con él.
-Los escritores no saben nada-musito para sí mismo frente al cesto de basura-deberían ser actores para comprender mejor sus personajes. ¡Esto es una burla!
Hizo pedazos la hoja y arrojó.
-Los escritores siempre mueren de manera trágica, suicidios, líos de faldas con otros hombres, etc. Los actores sólo están en vueltos en escándalos…
-Como sea-escuchó a un técnico que se acerco a tirar una lata de soda-todos los que se dedican a arte, siempre terminan mal, es como una maldición, ya vez Marylin Monroe, James Dean, muchos-Yuu comprendió que lo había escuchado.
Estaba de acuerdo con sus especulaciones, pero ese no era momento para pensar que podría morir mañana o se consagraría con una muerte memorable.
-No todos terminan mal-dijo la maquillista con una sonrisa. Su rostro estaba siendo retocado por décima vez-siempre existen mitos alrededor del medio. Cada quién escoge su propio final.
Yuu seguía moviendo sus manos para recuperar la circulación.
Vaya, creo que en esté texto, hay más frases indirectas de mi autoría. Juicios personales. Aunque los tienen los otros personajes.
Gracias por leer.