Autor:
meztli_luTema:#11 Doble Filo
Tabla:
IlusoriaFandom: Real Personal Fiction
Claim: Shirota Yuu
Disclaimer: Lui non per mio..
Notas:General
Resumen: Cita con el psicólogo. Dualidad. Su determinación para alejar a los fantasmas de su mente, lo lleva a un encuentro nada agradable consigo mismo.
A las nueve de la mañana tenía cita con el psiquiatra. Estaba incomodo en la sala de espera. El consultorio particular del amigo de su padre, tenía vestigios de antigüedad y arte. Ambas cosas significaban lo mismo para él. Tres marionetas colgaban cerca de la ventana, arriba de una planta de sombra. Llamaron su atención por la vestimenta y una flor de lis que adornaba las túnicas. Creyó haberlas visto en otro sitio. Una campana sonó al abrirse la puerta del consultorio. El doctor lo llamó.
Al dar el primer paso, sintió seguridad. Como si aquel lugar significara no sólo un refugio, sino una arma para destruirlo a él mismo. Durante el camino, pensó que esa era la solución, acabar con él mismo y desaparecer todo. La alfombra roja le dio calidez y la voz del doctor, valor.
La consulta empezó con una platica simple y respuestas ordinarias que haría cualquier viejo amigo. Era agradable, un hombre con diplomados en Austria. Según muchos, era el mejor doctor en esa área. A no ser por lo desagradable que era escuchar el lápiz barriéndose en la libreta.
No le resultaba fácil contar su vida a un extraño y menos empezar por el motivo que lo trajo con él. Pensó por comenzar con algo simple, algo que no le diera toda la credibilidad de estar loco. Se recargó en el respaldo del sofá, apretó los puños a sus piernas y con ese suave tono de timidez, habló. El doctor Helenestain, analizaba cada movimiento de sus manos y los gestos en su rostro. Estaba nervioso, aun que acostumbrado a ser mirado de muchas maneras. Cada vez que mencionaba el nombre de Thsuva, parecía buscarla. A veces pausaba para continuar, el doctor sonreía como si se tratara de un caso común.
Ya había contado sobre las visiones, las cosas que notaban sus amigos en él, la manera como cambiaba su animo y los sueños con Thsuva.
-¿Va a medicarme?-preguntó Yuu al terminar su relato. Creía que la solución estaba en medicamentos innecesarios, sólo por que leyó una columna de psiquiatría en una revista de moda.
-No lo necesitas, tú te encargas de eso. Anfetaminas, coca… ¿piensas que eso te ayuda a pasar por alto tus desequilibrios mentales?-dejó la libreta sobre la mesa. Su acción le produjo incertidumbre-lo empeora, quizá puedas engañar a una parte de tu cerebro, pero la realidad es peor. ¿Dices que decidiste venir aquí por petición de tu padre y porque tus amigos lo sugirieron? Sin embargo, no parece que tuvieras ganas de venir.
-Sí, yo quería venir, es sólo que, no encontraba valor ni algo que me motivara. ¡Quiero deshacerme de ellos?
Aquella decisión lo sorprendió. La mayor aparte de los pacientes que padecen esos síndromes, se niegan a ser tratados o peor aún, niegan la enfermedad.
-No está enfermo realmente-comentó el doctor tomando de nuevo la libreta-te pasa algo más. ¿Tienes miedo?
-Sí-le pesó responder-sí, a los dos. A veces no recuerdo las cosas que hago o digo, me confundo. Aún ahora no sé si soy yo él que hablo o es él y se burla de mí, quizá ella que se disfrazó de usted o ambos que me tendieron esta trampa…-miró al doctor detenidamente-¿en verdad es usted quien dice ser?-Helenstain sonrió ante el comentario inocente e irónico de su paciente.
-Entre tus luces y todo lo que dices; puede que tengas sugestiones o también el exceso de trabajo.
-Trato de trabajar menos… sólo quiero que haga que se vayan.
-No es tan fácil. Porqué si nosotros nos vamos, tú vienes con nosotros-respondió el psiquiatra. Su piel comenzaba a partirse en pedazos igual a la erosión en la tierra, sus cabellos cambiaban de tono hasta tener el mismo aspecto que tenía Yuu.
-¡Maldito traidor! ¡Maldito traidor, traidor, traidor!-Thsuva entró a la habitación cantando aquella estrofa, con un traje café y lentes-así que vas a buscar ayuda. ¡Antes te clavo las manos a la pared con un trinche y te quemo la lengua con la plancha!-estaba furiosa y gritaba. Quería arrancarse los cabellos-te odio-chilló.
-Lo sabía-dijo Yuu levantándose del sofá-tú eres quien juega conmigo, tú creaste a Esteban. Pensé que todo era producto de mi mente, pero eres tú…
-No, eres tú-respondió su contraparte aún sentado del otro lado del escritorio-son tus frustraciones y perversiones inconcientes que no sabes ocultar.
-¡Cállate pendejo! Crees que no sé que pretendes; deseas que muera para poder quedarte con todo, incluso con esa bruja.
Thsuva quedó en un rincón de la habitación, cansada de desacomodar la casa. Estaba cubierta de algunos libros que tiró del librero, junto con los reconocimientos del ficticio doctor.
-Me volví a quedar dormido-dijo Yuu abriendo sus ojos, observando la sala de espera.
-Shirota-kun, pasa por favor-pidió el doctor Helenstain, que se había retrazado cinco minutos.
Gracias por leer ^^