"Por lo menos estabamos a 100 grados, y nos sentamos bajo un sauce. A sus lágrimas no les importaba nada, solo colgaban en el aire, y evitaban caer.
Hice un grito horrible, y entonces la frontera parecía el muro de Berlín, y no cabía duda, yo sabía en qué lado estaba.
Te hice una casita en mi corazón, con madera podrida, cayó des del principio.
No
(
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