[04] La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina

Sep 21, 2009 20:02

Libros laaargos como este post. No lo lean si no tienen mucho ánimo:




[04] La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina




[05] La reina en el palacio de las corrientes de aire

No pongo aquí fragmentos, porque leer las contraportadas de los libros de Larsson es joderse el misterio de los libros. En serio.


Hace unos días, una señorita me preguntó si pensaba leerme los otros dos libros de la trilogía Millenium. Ya iba yo para esos días muy avanzada en el tercer tomo, pero no posteé el segundo porque, a mi parecer, no son autoconclusivos. La desventaja de postearlos juntos, por otro lado, me plantea el horror de resumir (o intentar resumir) como 1,600 páginas...

Ahorita les spoileo todas las tonterías que se me ocurran. Primero quiero hacer paréntesis para decir que me purga la forma en que Larsson intenta venderme que es defensor de los derechos de las mujeres y ferviente creyente de su igualdad cuando por debajo del agua me maneja una onda machista bien curiosita. No sé, hay detalles que me enojan, como el hecho de que Miriam sea una mujer de mucha presencia, fuerte y hábil peleadora, pero tiene que esperar a que la salve Paolo Roberto cuando es secuestrada (vale, la secuestró un monstruote, pero ash). Erika sea descrita como una mujer guapa, independiente, inteligente, con poder y muy liberal en cuanto a los asuntos sexuales (como todas las amantes de Larsson… ah, digo, Mikael), pero por otro lado, está en peligro y corre a llamar a su marido y a Mikael, se rinde bastante rápido a mi parecer con el SMP y casi la puedo sentir llorando porque necesita el apoyo de un hombre para sortear las dificultades. Igual con Mónica, que es una mujerzota fuerte, mega inteligente y estudiosa, simpática y entregada a su trabajo… Pero conoce a Mikael y se vuelve una celosa llorona e insegura. Lisbeth, igual, es una powerpuff girl darkie pero “no puede enamorarse de Miriam” (porque si así fuera, Mikael no tendría su amante de bolsillo), entre otros asuntos.

Me dio risa darme cuenta de que Larsson tiende a hacer lo que yo, utilizar palabras en inglés en medio de las frases. Yo lo hago por la costumbre de tener muchos familiares que viven en la frontera, lo que te hace olvidarte por momentos de que existen equivalentes en español para hablar de lo mismo. No sé si este autor hubiera tenido tan buen pretexto (jo), pero me parece un poco irrespetuoso que lo haga taaaan seguido.

Ayer, por algunas cuestiones, estaba buscando ciertas palabras en el libro de Harry Potter. Y luego, por ocio, me puse a buscar otras en Millenium. Jajaja, me encantaría hacer numeralia de los cafés y los sándwiches, los Billy’s Pan Pizza, Lundagatan, las cejas arqueadas, sonrisas torcidas, desnudos y cosas así.

En fin, ya entrados en materia, la historia:

Me decepcionó Lisbeth. Algo que admiraba yo de ella era su originalidad. Que fuera una heroína distinta. Pero ahora me viene Stieg con que la chica se pone tetas más grandes porque quería tener más sexo con… quien encontrara primero y reforzar su autoestima y olvidar a su amantuco del libro pasado… bleh.

Lisbeth es una friki gótica hacker con un montonal de dinero, y lo primero que hace es ir a la playita del Caribe a tomar sol en hoteles lujosos y hacer tour mundial en lugares bien obvios… ¿Por qué no invirtió en un monstruo de computadora como el extravagante marido de una de mis amigas? ¿Por qué fue a un lugar soleado y lleno de mujeres en bikini, tan lleno de gente molesta y hueca que no comprende su estilo de vestir o peinar? Bueno, ya se sacó piercings y se viste decente (no espectacular) porque tiene tetas, supongo. La explicación mariguana de su “terrible pasado”, que le acarrea comprensión y lástima con la mayoría de las personas, a mí me parece exagerada y tonta. ¿Por qué para ser así como ella tiene que haberte caído la policía secreta y tu padre ser un ex agente soviético súper guay bien malote? En el momento que la pintan como pobre niña sin amor caída en desgracia que quiere encajar en la sociedad tímidamente, pero le cuesta… Puaj.

Me choca que los misterios de la novela se resuelvan en base a casualidades (Y Mikael llegaba siempre antes que la poli, ja, aparte de todo). No hay conjeturas inteligentes, es que misteriosamente siempre había alguien que veía, escuchaba o encontraba un informante preciso que servía todo en bandeja de plata. Ya donde no adivinaran lo que sucedía, era para patearlos.

En el segundo libro había kilométricas biografías hasta del tipo que vendía hot dogs en el carrito frente al edificio Z (obvio, no de él, pero sí de los incidentales menos importantes). En el tercer libro hay una revoltosa introducción a “la organización de la policía secreta de Suecia” que está de flojerita.

A mí me parecía muy interesante el planteamiento del reportaje de trata de blancas, que esperaba que fuera más importante. Pero se opacó bien feo con todo “el misterio del pasado de Lisbeth” y ni siquiera se concluyó bien a bien. El asunto de los inodoros es más obviamente incidental y me pareció un buen detalle, nota aparte (es que se me olvida si no lo menciono ahora).

Lo del acosador de Erika, no decido aún si me gustó o no. Se me hace buena historia alterna, pero como es un libro tan extenso, me da pereza tener que enrollarme en asuntos que no tienen qué ver con la suerte principal.

Bashearé a Mikael (más y más), lo siento, pero es que me harta que sea tan súper genialoso, que hasta el primer ministro come de su manita, jajaja. Es un jefe terrible, un padre terrible (o a ver, díganme si se acuerda de su amadísima hija luego del primer libro), un amante excelso (dicen) pero incapaz de compromiso alguno. Ni siquiera pienso que le importe su cacareadísima relación con Erika, porque a diferencia de ella, no la extraña ni nada. Es un hombre del asco pero aún así, lo pintan de honesto, inteligentísimo, íntegro y shalalá.

Me caen bien Miriam, el doctor que puede revivir gente baleada en la cabeza, el jefe de Milton Security, Teleborian no me agrada pero me parece buen personaje, igual que el hermano de Lisbeth (cosa genial, porque son villanos). Burbuja es simpático en el dos, pero en el tres es inexistente. Faste es la onda, me encantan sus viajes sobre lesbianas satánicas drogadictas adictas al BDSM, jajaja. Eso me recuerda: Larsson tiende a hacer buenos-buenos y malos-malos. No da la oportunidad de ambivalencias. Físicamente, los buenos son guapos, simpáticos y/o adorables. Los malos son feos, gordos y/o temibles, por poner un ejemplo.

Otra cosa son las citas que pone al iniciar capítulos. En el primer libro, las hallaba bastante coherentes y bien investigadas, con propósito. En el segundo, las citas matemáticas del nivel del teorema de Pitágoras (jajaja, mate para principiantes) para poder ligarlo a Lisbeth resolviendo solita el último teorema de Fermat (ajá, y mentalmente… tomen eso, premios Nobel). En el tercero las citas sobre amazonas se me hacen curiosidades inútiles que contribuyen a incrementar el número de páginas.

Total, que los libros (el libro) son… entretenidos a veces y a veces son un ladrillo. No los compraría (vendí los que obtuve y me supo mal que alguien me pagara casi lo que valían en el mercado por ellos), pero si son enajenados curiosos, pues vale. Yo me hubiera leído el cuarto si hubiera salido, simplemente por leer sobre Camila Salander. Lo más rescatable del segundo es la escena del secuestro de Miriam, que pese al machismo del que me quejo, es emocionante… Y la parte del milagroso resucitamiento de uno de los personajes, bien en plan del retorno de Superman. En el tercero, el juicio se barre todo, particularmente el día de interrogatorio a Teleborian.

Pastel ~~

P. D. 1 ¿Cuánto habrá pagado IKEA por la publi de todo su catálogo de muebles para el hogar?

P. D. 2 Sí, sé que faltan cosas y no es muy objetivo el pseudo análisis, pero esto ya es largo como la eternidad.

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