39
Besos de verdad y de mentira
( tabla básica 2: lágrima)
ESPIRAL | Liam Grind, Valerie Davies, Noah G.
- Pequeños spoilers, lime.
-Te noto distraída, Val.
Le acaricia con su dedo índice la línea de la espalda y luego pasa a su paleta derecha. Ella se estremece y sonríe, sin mirarlo. Su mirada está fuera, en las luces de las casas que los vecinos dejan prendidas para ahuyentar a los mosquitos; su mirada está en el cielo, en el aire, en los aromas. Pero no ahí.
Porque...
&
Últimamente se ha acercado mucho a él. Y no debe. No tanto.
Está bien que son amigos, que se llevan como si fueran hermanos y todo ese tipo de cosas que normalmente hacen Penny y Ted al presentarlos a la demás gente, pero no debe acercarse tanto.
Porque sabe que terminará cayendo.
Toma un vaso de cristal de la vajilla de la cocina y lo observa, en silencio. Siente una presencia ahí, pero la ignora por despistada. Aprieta el vaso y suspira, dejándolo fuertemente en el mueble de cocina forrado de algo verde que nunca supo qué era.
-Si rompes el vaso me lo pagas.
Valerie gira la cabeza y se olvida de exhalar. Sonríe, toma el vaso de nuevo y asiente, sin mirarlo. Porque ahí, recargado en el marco de la puerta, con una copa en la mano izquierda y una sonrisa que no dicta nada más que un "quiero matarte con mi mirada, Val", se ve tan...
-No, está bien.
Toma el vaso entre sus manos y se gira, para tomar unos cuantos platos y cubiertos, y de pronto lo ve a su lado. Lo siente. Lo huele. Y es inevitable sonreír y ruborizarse, claro.
Pero qué idiota. Es su amigo.
Aparte ella tiene a Liam, y... no.
Él se acerca un poco a ella, y ella no hace más que verlo directamente a esos ojos azules. Se acerca más, diciendo unas palabras que a ella le suenan demasiado lejanas y apenas audibles. Él toma un salero, rodeando su cuerpo con un brazo y alejándose un poco de ella. Se ríe mientras toma unos platos y ella empieza a notar que el calor sube por sus mejillas. Él le dice un par de cosas, cosas sin sentido y con poca gracia pero cosas a fin de cuentas, y ella no le hace caso.
Él lo nota.
-¿Qué pasa?
Pero no le contesta, sólo respira profundamente, deja el vaso en la mesa y se abraza a sí misma, cerrando los ojos.
-¿Val? -se acerca, y Valerie puede oír cómo es que él deja los platos y los cubiertos en algún lugar que no quiere ver. Lo siente muy cerca y ella, respirando su aroma y oyendo sus palabras, se lleva sus manos a sus oídos y se aguanta la respiración. -Valerie.
La toma de los brazos y trata de quitárselos, pero no quiere hacer fuerza porque luego podría lastimarla. Y no. Ella suspira, y él conoce muy bien ese sonido, que viene seguido de...
-Valerie, ¿te encuentras bien?
Bingo.
Ella abre los ojos, molesta, y se quita sus manos de encima. Lo mira a los ojos y luego baja la mirada.
-Sí.
-Mírame.
No le hace caso.
-Valerie, mírame. -vuelve a hacer caso omiso de sus palabras, así que él la toma por la barbilla, haciendo que por su mejilla descienda una lágrima. -¿Qué sucede?
-Que soy tonta. -contesta, al instante. -Por favor. Aún estoy a tiempo para echarme hacia atrás. No puedo y no debo. Y no es precisamente que no quiera, lo sé. Me siento una mala persona. Debería alejarme de todo esto. Debería dejarlo por la paz. Esto no es lo mío. No debí de haberlos conocido. No debí...
Él tiene fruncido el entrecejo.
-¿De qué hablas? -se ríe sin gracia, queriendo hacer menos tensión. Pero hace. Y es malo. -Val...
-Tengo a Liam. No te tengo a ti. -ya ha cerrado los ojos, se ha llevado las manos al lado de las orejas y ha apretado los dientes. -Estoy con Liam y no contigo. Me gusta Liam y no tú. No tú. No me gustas tú. No te quiero a ti. No debo.
Siente dos brazos rodearle y luego un beso en la mejilla.
Deja sus brazos donde están y abre los ojos, todos mojados, por cierto, y se deja abrazar. Él la separa un poco de sí mismo y ella esquiva su mirada.
-Valerie.
-No. -niega con la cabeza. -Cállate y déjame ir. No me dejes caer en ti, mejor déjame ir.
-Primero repite lo que has dicho antes.
Ella alza la vista y se encuentra con los ojos azul claro de él. Aprieta los labios y quiere zafarse de sus brazos, pero sólo puede dejar la mirada ahí, como si de un imán se tratara.
-No. -contesta, al fin, y sonríe. -Sabes cómo funciono, Noah.
-Por eso mismo. -asiente, sonriendo. Ella lo mira, con los ojos bien abiertos. -Dímelo mirándome a los ojos. Segura de que eso es lo que quieres. Y después podrás hacer lo que quieras. Irte. Dolerá, pero todo duele. Y no sé si sea capaz de perseguirte después, así que si quieres dejarme algo claro desde este preciso instante, qué mejor. Ya he pasado por esto. Podré superarlo.
Nadie dice nada.
Dos sonrisas, una risita o aire expulsado inconscientemente sin razón (como dice su hermana, Lilian) y el silencio.
(Pero el silencio no quiere decir que se han quedado sin hacer nada, sólo mirándose... y es que los besos de verdad son esos en los cuales se cierran los ojos.)
&
Parpadea y lo voltea a ver, apoyando su mejilla en su hombro.
-¿Y no puedo estarlo? -pregunta, sonriendo.
Liam ensancha una sonrisa y se sienta en la cama, acercándose a ella y acorralándola con sus dos brazos. La besa y ella se deja besar. Se ríe y, entre beso y beso, Liam le dice que distraída se ve más linda.
Ella sólo sonríe.
(Y no cierra los ojos.)
( tabla básica 2: lágrima)
ESPIRAL | Liam Grind, Valerie Davies, Noah G.
- Pequeños spoilers, lime.
-Te noto distraída, Val.
Le acaricia con su dedo índice la línea de la espalda y luego pasa a su paleta derecha. Ella se estremece y sonríe, sin mirarlo. Su mirada está fuera, en las luces de las casas que los vecinos dejan prendidas para ahuyentar a los mosquitos; su mirada está en el cielo, en el aire, en los aromas. Pero no ahí.
Porque...
&
Últimamente se ha acercado mucho a él. Y no debe. No tanto.
Está bien que son amigos, que se llevan como si fueran hermanos y todo ese tipo de cosas que normalmente hacen Penny y Ted al presentarlos a la demás gente, pero no debe acercarse tanto.
Porque sabe que terminará cayendo.
Toma un vaso de cristal de la vajilla de la cocina y lo observa, en silencio. Siente una presencia ahí, pero la ignora por despistada. Aprieta el vaso y suspira, dejándolo fuertemente en el mueble de cocina forrado de algo verde que nunca supo qué era.
-Si rompes el vaso me lo pagas.
Valerie gira la cabeza y se olvida de exhalar. Sonríe, toma el vaso de nuevo y asiente, sin mirarlo. Porque ahí, recargado en el marco de la puerta, con una copa en la mano izquierda y una sonrisa que no dicta nada más que un "quiero matarte con mi mirada, Val", se ve tan...
-No, está bien.
Toma el vaso entre sus manos y se gira, para tomar unos cuantos platos y cubiertos, y de pronto lo ve a su lado. Lo siente. Lo huele. Y es inevitable sonreír y ruborizarse, claro.
Pero qué idiota. Es su amigo.
Aparte ella tiene a Liam, y... no.
Él se acerca un poco a ella, y ella no hace más que verlo directamente a esos ojos azules. Se acerca más, diciendo unas palabras que a ella le suenan demasiado lejanas y apenas audibles. Él toma un salero, rodeando su cuerpo con un brazo y alejándose un poco de ella. Se ríe mientras toma unos platos y ella empieza a notar que el calor sube por sus mejillas. Él le dice un par de cosas, cosas sin sentido y con poca gracia pero cosas a fin de cuentas, y ella no le hace caso.
Él lo nota.
-¿Qué pasa?
Pero no le contesta, sólo respira profundamente, deja el vaso en la mesa y se abraza a sí misma, cerrando los ojos.
-¿Val? -se acerca, y Valerie puede oír cómo es que él deja los platos y los cubiertos en algún lugar que no quiere ver. Lo siente muy cerca y ella, respirando su aroma y oyendo sus palabras, se lleva sus manos a sus oídos y se aguanta la respiración. -Valerie.
La toma de los brazos y trata de quitárselos, pero no quiere hacer fuerza porque luego podría lastimarla. Y no. Ella suspira, y él conoce muy bien ese sonido, que viene seguido de...
-Valerie, ¿te encuentras bien?
Bingo.
Ella abre los ojos, molesta, y se quita sus manos de encima. Lo mira a los ojos y luego baja la mirada.
-Sí.
-Mírame.
No le hace caso.
-Valerie, mírame. -vuelve a hacer caso omiso de sus palabras, así que él la toma por la barbilla, haciendo que por su mejilla descienda una lágrima. -¿Qué sucede?
-Que soy tonta. -contesta, al instante. -Por favor. Aún estoy a tiempo para echarme hacia atrás. No puedo y no debo. Y no es precisamente que no quiera, lo sé. Me siento una mala persona. Debería alejarme de todo esto. Debería dejarlo por la paz. Esto no es lo mío. No debí de haberlos conocido. No debí...
Él tiene fruncido el entrecejo.
-¿De qué hablas? -se ríe sin gracia, queriendo hacer menos tensión. Pero hace. Y es malo. -Val...
-Tengo a Liam. No te tengo a ti. -ya ha cerrado los ojos, se ha llevado las manos al lado de las orejas y ha apretado los dientes. -Estoy con Liam y no contigo. Me gusta Liam y no tú. No tú. No me gustas tú. No te quiero a ti. No debo.
Siente dos brazos rodearle y luego un beso en la mejilla.
Deja sus brazos donde están y abre los ojos, todos mojados, por cierto, y se deja abrazar. Él la separa un poco de sí mismo y ella esquiva su mirada.
-Valerie.
-No. -niega con la cabeza. -Cállate y déjame ir. No me dejes caer en ti, mejor déjame ir.
-Primero repite lo que has dicho antes.
Ella alza la vista y se encuentra con los ojos azul claro de él. Aprieta los labios y quiere zafarse de sus brazos, pero sólo puede dejar la mirada ahí, como si de un imán se tratara.
-No. -contesta, al fin, y sonríe. -Sabes cómo funciono, Noah.
-Por eso mismo. -asiente, sonriendo. Ella lo mira, con los ojos bien abiertos. -Dímelo mirándome a los ojos. Segura de que eso es lo que quieres. Y después podrás hacer lo que quieras. Irte. Dolerá, pero todo duele. Y no sé si sea capaz de perseguirte después, así que si quieres dejarme algo claro desde este preciso instante, qué mejor. Ya he pasado por esto. Podré superarlo.
Nadie dice nada.
Dos sonrisas, una risita o aire expulsado inconscientemente sin razón (como dice su hermana, Lilian) y el silencio.
(Pero el silencio no quiere decir que se han quedado sin hacer nada, sólo mirándose... y es que los besos de verdad son esos en los cuales se cierran los ojos.)
&
Parpadea y lo voltea a ver, apoyando su mejilla en su hombro.
-¿Y no puedo estarlo? -pregunta, sonriendo.
Liam ensancha una sonrisa y se sienta en la cama, acercándose a ella y acorralándola con sus dos brazos. La besa y ella se deja besar. Se ríe y, entre beso y beso, Liam le dice que distraída se ve más linda.
Ella sólo sonríe.
(Y no cierra los ojos.)