Hace tiempo ya que tenía que haber hecho ésto, ya saben lo de postear como Dios manda. No había tenido mucho tiempo, pero mañana ya es viernes y solo tengo que estudiar inglés *suspiro aliviado*
En fin, que lo primero que tengo que hacer es contarle que ha pasado por aquí y decirles que, por mucho que les cueste creerlo, estoy viva *Yay*.
No ha pasado nada muy importante, la verdad, la próxima semana estoy llenas de pruebas, pero no importa porque tengo todo el fin de semana para estudiar. La semana, gracias a todos los dioses, se ha pasado extremadamente rápido y es genial porque solo queda física mañana por la tarde y bienvenida la libertad *Yupi*
Hace poco que
nisaly y yo planeamos un súper genialoso plan-que viva la redundancia-que no les voy a contar porque ¿Saben? Hay cosas que definitivamente se deben guardar para uno. Fue genial hablar con ella aunque fuera algo muy cortito, pero hace tiempo que no sabíamos la una de la otra y me encantó saber que la Universidad apesta, pero que no está tan mal.
Empecé a leer un RPS de Jared y Jensen, que va contra todos mis principios, pero es
irati señores y ya es inevitable, lo leeré pero seguiré fiel a que los dos son simbolos heterosexuales (amo a los gays, en serio, pero que ellos lo fueran sería una gran pérdida xD).
En fin, que mañana tengo prueba de inglés así que deséenme suerte ^^
Hace poco que escribí una viñeta no tan viñeta para la comunidad
10instantes de
albaclara , si quieren leerla, sean bienvenidas (y bienvenidos, si hay algún hombre por ahí) al mundo de la tensión sexual gigantesca.
Autor:
aisatnaf Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Lily/James
Tabla: sentidos/tacto
Advertencia: tensión sexual hasta por los codos, pero nada muy grave.
Afuera, los copos de nieve caen sin cesar formando una capa gruesa y blanquecina que se adhiere a los tobillos y que enfría el alma. Adentro, Lily Evans, empollona y responsable, siente que algo que no tiene nombre zigzaguea de manera lenta y tortuosa en su interior y que partes de su cuerpo que no sabía que existían se comprimen y le sacan el aire de a poco.
No sabe como ha sucedido, solo tiene recuerdos borrosos de una tarde helada en la biblioteca con libros de páginas amarillentas rozándole la nariz y de una mano áspera y caliente que le toma de la cintura y le obliga a entrar en esa aula vacía y mugrienta que huele a guardado y a algo más profundo y raro que no sabría definir.
Es James Potter, quien le besa el cuello en ese momento y le desabrocha la corbata con furia y desesperación. Lily piensa que su deber es detenerlo, pero no lo hace porque en lo único en lo que puede pensar es en calor y en James y en su lengua que trepa y desgarra dentro de su boca.
No importa que tenga diecisiete años, no importa que solo hace pocos minutos James era aquel chico atrevido e irresponsable que invadía sus sueños en las noches de verano más calurosas, no importa nada porque “seguramente es otro de mis sueños, y seguramente ya estoy a punto de despertar” pero mientras más lo piensa, menos quiere que todo ese asunto que no tiene ni pies ni cabeza acabe cuando apenas acaba de empezar.
-Dímelo.
La voz del muchacho suena ahogada y jadeante, Lily siente como el pecho de James que está demasiado cerca sube y baja a un ritmo inhumano mientras susurra palabras entrecortadas en su oído intercaladas entre uno que otro Lily.
-¿Qué…?
-Joder, Lily, dime algo, lo que sea porque me estoy muriendo.
Tiene los lentes chuecos, ahora que lo piensa. Los ojos de un chocolate aterciopelado brillan al mirarla y, cuando Lily, que tiene la espalda apoyada dolorosamente en la fría pared de piedra, mira a James Potter a los ojos, se da cuenta de que es inútil seguir nadando a contra corriente, porque las pocas defensas que aún estaban construidas difícilmente, se han derrumbado con estrépito y solo le queda aceptar que ha caído.
-Hazlo.
Lo dice rotundo y no le tiembla la voz como lo hacen sus piernas. James cierra los ojos y deja caer la cabeza en su hombro mientras que su barba áspera y mal afeitada le roza la mejilla provocando que lo poco sólido que quedaba aún en su cuerpo, se vuelva tan líquido que lo derrita todo a su paso.
Siente los labios del chico en su cuello y la mano más grande y temblorosa de lo que imaginaba abriéndose paso entre su camisa blanca. “Me sonrojaré de solo verla, Merlín” piensa antes de sacarse los zapatos atropelladamente y empezar a desabrochar los botones del uniforme de James de manera torpe y principiante.
Siente como el de lentes produce una especie de gruñido en su boca e impaciente, como siempre, aparta sus manos frágiles con cuidado y empieza a desabrocharse la camisa él mismo sin dejar de besarla “Circe bendita, voy a morir después de esto” es culpable, y lo sabe, pero le da lo mismo porque James (no Potter) la está besando y tiene sus manos frías bajo su falda y “Merlín, Merlín, Merlín” tiene el pecho tan caliente que da miedo el simple hecho de tocarlo.
-Lily…
-No digas nada, James, solo bésame…
Labios que chocan, manos que exploran y pelirrojas acaloradas es lo que, seguramente, dirían que han visto las paredes si pudieran hablar.
“Espero que no”
Palabras entrecortadas, lenguas que buscan e historias sin fin de primeras veces, guardaría el colegio si fuera un cofre. Frases que cambian de rumbo porque para Lily, Potter empezó a ser solo “James” desde que aprendió a no dejarse llevar por las apariencias y para él, Lily siempre ha sido “Lily”.
Y es maravilloso poder tocarla al fin.
El cuerpo de Lily es un mapa perfecto que traza lentamente con dedos escurridizos que piden siempre más a medida que descubren, lo que antes (mucho, muchísimo antes) era una simple chica ahora se transforma en una mujer y en múltiples “Lily, Lily, Lily, joder” dichos en susurros en un aula vacía que va a oler a pecado por los siglos de los siglos.
-Lily…
James apoya su frente con la de la chica y respira agitadamente y con los ojos cerrados. Presiente que Lily también los tiene cerrados. Lo constata al abrirlos y sonríe al verla tan desaliñada pero tan jodidamente hermosa “debe ser un pecado ser así de bonita” piensa y su sonrisa se agranda un poco más.
-¿Hum?
-No puedo.
Lo pronuncia como quien dice “No puedo comer esta torta porque estoy a dieta, aunque me muero de ganas de comerla” y es extraño que todo lo relacione con comida, pero es James y es Lily y hace calor cuando están en invierno. Frambuesas. De seguro Lily sería un budín de frambuesas si fuera uno, aunque a él le gustan más las fresas.
-¿Cómo que no…? Pero, James… yo…
-Shhh.-James posa un dedo en los suaves labios de Lily y le besa en la nariz, al hacerlo, descubre que no sabe a tinta seca como él pensaba.
Sabe a fresas, Merlín, gracias.
-No puedo hacerlo, Lily.
-¿Por qué? Pensé que…
-¿Qué quería hacerlo? ¡Claro que quiero, Lily! ¡No duermo pensando en eso! Pero no puedo ¿Y sabes por qué? Porque, por muchas ganas que tenga de hacerlo, te mereces algo mejor que esto.-abarca el aula con los dos brazos sin separarse ni un milímetro de ella.-solo quiero que sea especial.
Lily asiente y le besa en los labios. James no sabe si le está agradeciendo, pero Lily lo ha besado y es lo único que importa.
-Gracias.
Vuelve a besarlo y entierra su nariz en el espacio que hay entre su mandíbula y su cuello. En esa aula, James piensa que, por mucho que no haya ocurrido nada, ese momento, en que la respiración pausada de Lily le hace cosquillas en el cuello, es el mejor momento de su vida y que, por nada del mundo, lo cambiaría por otra cosa.
“Porque es Lily, joder”
Y eso es lo importante.
Bueno, que yo no debería estar escribiendo estas cosas, pero si ustedes la leen es que les gustó, pillinas, pillinas (que genial, suena xD) que bueno, que me voy porque ya es tarde y mi mamá va a venir y me va a decir todo el rosario xD
Prometo que mañana posteo otras cosas pendientes.
Besitos a todas!