PARA:
ConverseBlueDE PARTE DE: Amigus anonimus
Título: De sentimientos encontrados
Fandom: Naruto
Personaje/pareja(s): Sasuke/Naruto
Rating:PG
Resumen:Una misión relativamente simple como lo es escoltar al Kazekage a su aldea puede tener un desenlace muy desafortunado… o no.
Disclaimer:Naruto no me pertenece, es propiedad de Masashi Kishimoto, y no obtengo ningún beneficio económico con esto.
Advertencias: Ninguna importante
Notas:
Sentado en una esquina observaba con el seño fruncido a la persona que tenía frente a él, la cual parecía ignorar por completo que hubiera alguien a su lado. Su boca se curvaba en un gesto de desagrado cada vez más pronunciado y su cuerpo temblaba ligeramente de impaciencia. Al cabo de unos minutos todo el autocontrol que tenía acabó, y de un salto se puso de pie.
-¿Por qué me tenía que tocar a mí compartir la tienda con alguien tan detestable como tú, teme? -vociferó el rubio.
Sasuke volteó a verlo, su semblante dejaba claro el hastío que sentía, pero su voz como de costumbre fluyó calmada:
-Porque es la única que hay -fue toda su respuesta y sin más se volvió para terminar de preparar su cama.
Habían partido ese mismo día rumbo a la Aldea Oculta de la Arena para escoltar al Kazekage y decidieron hacer una parada para comer algo y descansar antes de volver a emprender viaje. Naruto se había negado en un principio; prefería hacer todo el recorrido sin parar antes que compartir tienda con el Uchiha, pero en vistas de que aún faltaba más de la mitad del camino y llevaban demasiadas horas de viaje se vio en la obligación de agachar la cabeza y aceptar que por ese día no podrían seguir. Alejarse de la aldea era peligroso, y debían descansar para tomar suficientes fuerzas por si la situación lo requería.
El rubio se vio tentado a seguir discutiendo como ya era costumbre cada vez que estaba con Sasuke, pero no lo hizo. Una exhalación profunda fue lo último que se escuchó dentro de la tienda antes de que el rubio saliera de ella y caminara unos metros, sentándose al pie de un frondoso árbol.
-Me sacas de quicio, de veras -exclamó al aire.
Obvió el hecho de que no tenía motivo alguno para enojarse con el morocho, salvo por su tan conocida rivalidad, y es que éste curiosamente no lo había molestado en ningún momento durante todo el recorrido. A decir verdad, hacía ya bastante tiempo que Sasuke no aprovechaba cualquier oportunidad para recriminarle lo idiota que era, y no porque hubiera dejado de serlo precisamente.
Gaara lo observó desde la rama de un árbol cercano. Se había ofrecido para montar guardia durante la noche, ya que a causa del Shukaku no podía dormir y no tenía sentido que dos personas se quedasen despiertas. Conocía bastante a Naruto, aunque realmente no hacía falta para notar que estaba molesto. De un salto bajó del árbol y se acercó a él, sentándose a su lado sin mirarlo directamente.
-Otra vez discutieron -dijo con tono suave, escuchando un gruñido como única respuesta por parte del rubio-. Y fue culpa tuya - agregó.
-¡No fue culpa mía! -cortó bruscamente-. Es que me molesta enormemente tener que compartir tienda con alguien tan fastidioso como él.
-¿Y él que dijo al respecto? -preguntó, aunque de antemano tuviera una idea sobre cuál sería la respuesta.
-“Porque es la única que hay” -repitió.
-¿No agregó ningún comentario ofensivo?
Naruto se vio tentado a responder que sí, pero el aire que tomó para hacerlo salió de su cuerpo al instante, sin emitir sonido alguno. Desde la primera vez que se vieron nació la rivalidad entre ellos y con los años eso no había cambiado; ambos aprovechaban cualquier situación para molestar al otro, porque así era su amistad. Pero la pregunta del pelirrojo lo llevó a reflexionar sobre su relación en el último tiempo y la ausencia de insultos hacia su persona.
-No -contestó escuetamente, dejando notar su desconcierto.
Sabaku no Gaara no agregó nada más. Uzumaki se puso de pie, dirigiéndole una mirada antes de volver a la tienda. No entendía qué pasaba, por qué su relación con Uchiha había cambiado y cómo él no se había dado cuenta de ello hasta que el Kazekage se lo hizo notar. Entró con toda la intención de cuestionar a su compañero, pero se contuvo al ver que ya dormía. Decidió esperar hasta la mañana y, olvidando por completo su molestia de momentos atrás, se tumbó en el suelo, quedando dormido al instante.
-¡Despierta! Ya es hora de seguir -llamó Sasuke a Naruto, quién se incorporó con los pelos revueltos y los ojos entreabiertos, apenas consciente de lo que sucedía.
Tardaron unos minutos en acomodar el equipaje para seguir camino. Durante el viaje ninguno de los tres dijo una palabra. El rubio, ya más despabilado, pensaba en la pequeña conversación que había tenido con Gaara la noche anterior, absteniéndose de interrogar al Uchiha allí mismo. Este, por su lado, se encontraba insólitamente absorto en sus pensamientos.
Hacía un buen tiempo que Sasuke se dio cuenta de que miraba a Naruto diferente. De repente comenzó a verlo más centrado, ligeramente más maduro pero sobre todo varonil y… atractivo. En un principio no quiso aceptar la idea. No la de ser homosexual, esa le resbalaba completamente pues si bien tenía una especie de “deber social” de resucitar su clan no creía que ello fuera más importante que hacer lo que quería, y si lo que él quería era estar con un hombre así lo haría porque Uchiha Sasuke siempre tenía lo que quería. No, la idea que no aceptaba era la posibilidad de ver a Naruto como la persona de la que pudiera llegar a enamorarse. ¿Cómo podía ser que un ninja de su nivel hubiera sido capaz de sentir algo así por el ninja número uno cabeza hueca?
A esa altura ya lo había asumido. Sí, aceptaba la atracción que sentía hacia el rubio. Sí, aceptaba que por algún motivo se había enamorado de él. Sin embargo, no hasta el punto de ser capaz de confesárselo. No tenía miedo de ser rechazado, ni estaba avergonzado por lo que sentía, solo que aún no era el momento. Eso es lo que se decía a sí mismo.
El resto del viaje transcurrió sin inconvenientes. Naruto y Gaara mantuvieron una pequeña conversación cuando comenzaron a divisar la aldea. El rubio expresó abiertamente el gusto que le había dado el escaso tiempo que tuvieron durante su visita a Konoha para estar juntos, pues lo consideraba un muy preciado amigo. Ambos coincidieron que iban a echar de menos la compañía ajena, pero tenían bastante trabajo que hacer por lo que la despedida era inevitable. El Uchiha se limitó a despedirse con un saludo, negándose a aceptar que estaba ligeramente celoso por la amistad que había entre los shinobis.
Sin perder más tiempo, emprendieron el camino de regreso. Querían aprovechar las horas de sol que quedaban para regresar al País del Fuego, y ya allí pararían a pasar la noche.
Recorrieron un pequeño tramo dentro del País de los Ríos cuando su camino se vio cortado por Uchiha Itachi. Sasuke dio un paso hacia atrás, mirándolo incrédulo. De todos los problemas con los que había imaginado poder encontrarse, ese era sin dudas el peor.
-Pero miren nada más, si es mi estúpido hermano menor -exclamó el Akatsuki sin inmutarse.
-Itachi -bramó Sasuke y sin pensarlo siquiera comenzó a atacarlo.
La destreza del Uchiha mayor era impresionante. Esquivaba y repelía todos los ataques del menor sin demasiado esfuerzo, mientras que este a duras penas podía esquivar los contraataques. Naruto intentó intervenir, pero un “no te metas en esto” gritado por su compañero lo detuvo. Se quedó quieto, apretando los puños. No podía dejar a Sasuke luchando solo, pero algo dentro de sí le decía que no tenía derecho a intervenir en ese duelo, menos aún sabiendo que su ayuda era rechazada.
-Sigues siendo igual de débil que siempre -se burló Itachi, haciendo enojar aún más a su hermano menor.
Sasuke se negaba a aceptar que las palabras de su hermano eran ciertas. Sí, era uno de los mejores ninjas de Konoha, de eso no había dudas, se había esforzado mucho para serlo, pero al lado de él seguía siendo un niño pequeño y débil. Su cuerpo comenzaba a resentirse por el cansancio y las heridas que poco a poco iba acumulando, mientras que el otro apenas tenía algunos rasguños. Decidió utilizar toda la energía que le quedaba en un ataque definitivo que causara suficiente daño.
Itachi fue capaz de evadir el chidori sin recibir demasiado daño y contraatacó con el tsukuyomi, sumiendo la mente de su hermano a una terrible tortura. Naruto no pudo contener la ira y comenzó a liberar el chakra del zorro de las nueve colas. Se abalanzó sobre el Uchiha mayor, tomándolo de un brazo y antes de darle tiempo a percatarse de lo que sucedía el rasengan impactó en su abdomen, mandándolo a volar varios metros y rompiendo así el genjutsu que torturaba a Sasuke. Un gemido del mentado le ayudó a recuperar el control sobre su consciencia.
-Sasuke -exclamó, agachándose para comprobar su estado.
Se encontraba bastante herido y sin fuerzas, pero nada muy grave. Tomo unas vendas del equipaje que llevaba para detener algunas hemorragias y lo dejó descansar, peinando el perímetro con la vista para buscar a Itachi, pero no parecía estar por ningún lado. Supuso que eso significaba una tregua por el momento y lo agradecía, porque con Sasuke en ese estado no podía seguir peleando.
Consciente de que era demasiado peligroso permanecer en esas tierras utiliza el jutsu de invocación para llamar a Gamachu, consiguiendo su ayuda para transportar a Sasuke hasta el País del Fuego. Al cabo de unas horas ya se encontraban lo suficientemente lejos como para que Uzumaki considerara seguro parar a descansar. Armó la tienda para proteger a Sasuke y se quedó afuera, haciendo guardia.
Apenas comenzaba a salir el sol cuando el Uchiha comenzó a despertar. Vio el techo de la tienda desconcertado mientras intentaba recordar. Lo último que se le vino a la mente fue la pelea con Itachi, y la visión del mundo desmoronándose a sus pies. Se levantó con bastante esfuerzo, pues su cuerpo aún estaba dolorido, y salió de la tienda, viendo al rubio dormir al pie de un árbol. Por primera vez en mucho tiempo esbozó una sonrisa sincera.
Se agachó a su lado, acercando su rostro para tomar sus labios en un beso lento, tranquilo y dulce. Los labios del Uzumaki se removieron cuando éste comenzó a despertar, apartándose bruscamente por la impresión.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó el rubio ligeramente alterado.
-Te beso -respondió sin más, volviendo a besarlo.
Naruto no preguntó más. Sonrió en su interior y se dejó llevar por sus sentimientos, correspondiendo el beso del morocho.
Sasuke nunca iba a usar frases como “te amo” o “te quiero” pero definitivamente no iba a dejar de mostrárselo a la persona por la cual lo sentía, porque Uchiha Sasuke siempre tenía lo que quería, y lo único que quería en ese momento era pasar el resto de su vida con Naruto Uzumaki.