Ruta de Okita H

Apr 06, 2012 15:02





[Okita: Chizuru-chan, quedate detrás de mi.

Chizuru: ...Entendido.

Me puse detrás de el justo cuando oír aquella voz.

Kazama: No pensé que estaríais en Edo.

Enfrente de nosotros estaba Chikage Kazama, con una tensa y torcida sonrisa en el rostro.

Amagiri: ... ¿Que estáis haciendo aquí? Había oído que el Shinsengumi se estaba moviendo ya al norte.

Okita se encogió de hombros.

Okita: No creo realmente que el porque estemos aquí o que pretendemos sea realmente de vuestra incumbencia.

Amagiri suspiro.

Amagiri: Cierto.

Kazama: De todas maneras, parece que la fortuna nos sonríe

Mientras hablaba, Kazama saco su katana de la funda.

Kazama: Podemos tomar a la chica y encargarnos de esta irritante falsificación

La sonrisa de Okita era fría

Okita: Hombre... No quiero ser rudo, pero no vas a llevártela a ningún lado, y si piensas que vas a "encargarte" de mi, entonces obtendrás otra cosa muy distinta, amigo.

Amagiri retrocedió, mostrando que no pretendía luchar.

Chizuru: ...

No quería ser una molestia para Okita. Tenia que haber algo que pudiese hacer... Alcance con mi mano mi kodachi y...

Amagiri: No lo hagas.

Sentí mas que oí el quedo gruñido de Amagiri.

Amagiri: No eres rival para esos dos hombres. Si intervienes, morirás

Chizuru: ...

... Probablemente tenia razón. Me mordí el labio y aleje mi mano de mi espada.

La batalla de Okita ya había comenzado ((Kazama esta en modo Oni, con los cuernos))

Ambos hombres tenían una habilidad inmensa, pero era claro incluso para mi que Okita nunca seria capaz de aguantar el ritmo si no fuese un Rasetsu. Una y otra vez se abalanzaban sobre el otro, el sonido del metal al chocar resonando a través de la noche.

Kazama: Has mejorado.

Okita: ¿De veras? No me importa lo que pienses.

No se estaban relajando, incluso cuando continuaban con sus bromas. Estaba empezando a pensar que estaban igualados, cuando...

Chizuru: ¡Ah!

Aunque ninguna de las dos katanas hacia alcanzado a nadie, la sangre cayo al suelo.

Kazama: Una falsificación y un idiota.

La sonrisa de Kazama era fría y arrogante.

Kazama: Tu enfermedad te hace poco mas que un invalido. ¿REALMENTE pensabas que podrías derrotar a un autentico Oni en este estado?

Chizuru: ¿Que...?

Okita paso su mano con rudeza por su boca. Acabo cubierta de sangre.

Chizuru: ¿Okita-san?

Estaba asustada de preguntar...

Chizuru: Tu... ¿todavía tienes tuberculosis?

Okita no dijo nada. La risa de Kazama atravesó mi corazón como cientos de cuchillos.

Kazama: El Ochimizu te da fuerza física, pero solo puede sanar heridas recientes; no puede curar una enfermedad.

Chizuru: ¡No!

Con cada palabra, se iba haciendo mas y mas difícil respirar.

Kazama: Una falsificación no tiene derecho a vivir. Si insistes en pretender ser un samurai, entonces acepta tu muerte y muere como uno.

Kazama sujeto con mas fuerza su espada. Me abalance delante de Okita, y extendí mis brazos tanto como pude.

Kazama: ... ¿Que es esto?

Chizuru: También soy un Rasetsu.

Le mire fijamente con fiereza, y hice lo mejor que pude para esconder el temblor de mis piernas.

Chizuru: Si Okita-san no tiene derecho de vivir, ¡entonces yo tampoco!

Kazama: ¡¿Que?!

Los ojos de Kazama se abrieron de par en par de la sorpresa.

Amagiri: ¡¿Bebiste el Ochimizu?!

Mi voz resonó con desesperación mientras les contaba rápidamente como me había convertido en Rasetsu. Les dije como había descubierto a mi largamente perdido hermano, como me había forzado a beber el Ochimizu, y como había comenzado a experimentar los síntomas que propios de un Rasetsu.

Amagiri: Había oído sobre la familia Nagumo, pero nunca pensé que usarían el Ochimizu...

Amagiri parecía asombrado.

Kazama: ... No tiene orgullo.

Había desprecio en su voz.

Kazama: Tu cuerpo ha sido corrupto. No puede dar a luz a un Oni.

Kazama suspiro, y devolvió su espada a su funda así como sus cuernos desaparecían

Kazama: ...Vete.

Chizuru: ¿Que...?

Kazama: Puedes ser un Rasetsu ahora, pero tienes la sangre de un Oni. Si esto es en relación con tu familia, debes de arreglarlo tu misma.

Okita devolvió su espada a su funda también

Okita: Entonces... ¿Vas a dejarla sola de ahora en adelante?

Kazama: Ya no tiene ningún valor para mi.

Duras, firmes palabras ciertamente, pero oírlas de la boca de Kazama era una bendición]

Amagiri les advierte de que la guerra entre humanos terminara pronto, con la derrota inevitable del shogunato, y, ahora que ellos han saldado sus deudas con los humanos, volverán al anonimato y desaparecerán de la sociedad humana. Este era el ultimo adiós.

Okita parece satisfecho al ver que se han librado de Kazama, pero Chizuru no puede sentirse feliz por ello. Estaba mas preocupada por la tuberculosis de Okita, pero este procura eludir el tema.

Una vez se han ido los Onis, prosiguen su camino tras Hijikata.

Normalmente, descansan entre los arboles, lejos de los caminos, durante el día y viajan de noche. En parte por ser Rasetsu y en parte para no ser descubiertos. Hasta que...

[Soldado: ... ¡Fueron en esa dirección!

Un silbato se oyó por todo el bosque. La Armada Imperial nos había encontrado, y el sol todavía estaba lejos de ponerse. En tanto hubiese luz solar, Okita y yo no podríamos movernos tan rapidez o con tanta fluidez como habríamos querido.

Okita: No creo que podamos perderles. Vamos a tener que luchar.

Me miro y sonrió en lo que sacaba su katana de su funda.

Okita: ¿Podrías esconderte en algún lugar? Puedo encargarme de esto.

Hace un año, simplemente habría asentido y me habría ido a esconderme.

Chizuru: No. Voy a luchar también

Saque mi kodachi en lo que hablaba, y vi los ojos de Okita abrirse de par en par. Esta vez era mi turno para sonreír

Chizuru: No son Onis. Creo que debería ser capaz de ayudar.

Incluso durante el día, todavía era una Oni. No quería hacerle sufrir solo.

Otro silbato sonó, este mucho mas cerca de nosotros.

Soldado2: ¡Los encontré! ¡Por aquí!

En cuestión de unos instantes, estábamos rodeados.

Okita: ... Vamos, Chizuru-chan.

Chizuru: ¡Si!

Luchar bajo la luz del sol era duro. Me sentía mareada, y mi cuerpo se movía lentamente y no me respondía correctamente, pero me dije a mi misma que Okita estaba sufriendo tanto como yo y continué

Okita: ¡Ja! ¡Vosotros no podéis vencer ni de broma contra mi!

Uno por uno, los soldados imperiales caían bajo su espada.

Capitán: ¡Aguantad, soldados! ¡Disparad!

A sus ordenes, el sonido de disparos resonó a través del bosque. Sentí como varias balas pasaban junto a mi, pero una me dio en la pierna.

Chizuru: ¡Gah! ¡Unnnggh...!

Sangre salio disparada de la herida, manchando el suelo debajo de mi. Apenas me di cuenta de que había ocurrido cuando el dolor me golpeo.

Chizuru: ¡Aaaaaaaagh!

En lo que gritaba, la herida se estaba cerrando. Estaría bien. No podría dejar a Okita preocuparse por mi. Con la kodachi en mano, corrí hace delante y...

Soldado2: ¡YEAAAAAAAGH!

... Y corte con ella a través de su brazo. Con un grito, dejo caer su pistola. Un soldado menos.

Soldado: ¡T-tu...!

Quizás matar a alguien me había dejado aturdida, pero no me di cuenta del segundo hombre hasta que estaba a pocos pies de mi, su pistola apuntando a mi pecho. De repente Okita estaba ahí, su espada resplandeciendo a la luz del sol, y la bala que en un inicio iba para mi solo sin hacer daño alguno en dirección al bosque.

El hombre colapso sin hacer ruido.

Okita: ¿Podrías no correr hacia el frente de esa forma? Me preocupare menos si te quedas detrás de mi, ¿entendido?

Chizuru: ... Entendido.

Sus palabras eran secas, pero podía oír amabilidad en ellas.

Okita: Si te doy ordenes, ¿podrás seguirlas?

Sus ojos se encontraron con los míos

Okita: Quiero que me apoyes. ... No tienes que matar a nadie.

Incluso cuando las balas estaban atravesando el aire, su primer pensamiento era protegerme. Okita era un impresionante samurai, y era fácilmente superior a cualquiera de los soldados con los que estábamos luchando, pero todavía era mucho mas débil de lo que seria durante la noche.

Chizuru: Quiero...

Bajo la luz del sol nunca daría lo mejor de si mismo. Quería ayudarle a compensar eso.

Okita: Meramente ve a por las armas. Tu espada no cortara igual de bien si esta cubierta de sangre y vísceras

Chizuru: ¡Entendido!

En medio de la pelea,entendió lo que quería y tuvo en consideración mis sentimientos Sonreí, y me sentí un poco mas fuerte. Las balas no se detenían, pero luchamos espalda con espalda y seguimos adelante.

A ambos nos acertaron varias veces, pero nuestras heridas sanaban casi al instante.

Capitán: Vosotros.. ¿sois Rasetsu? ¡¿Del Shinsengumi?!

Podía ver desprecio en sus ojos. Pero por lo que había dicho... sabían de la existencia de los Rasetsu.

Okita: ¿Has oído de nosotros? Me sorprendes. Imagino que ordenar a nuestros hombres que mantuviesen sus bocas cerradas no fue suficiente.

Su tono era casual, pero podía ver como su mandíbula se tensaba en lo que hablaba.

Capitán: ¡Preparad las balas de plata!

Esto era malo.

Chizuru: ¡Okita-san!

Podíamos ignorar las heridas de balas normalmente fácilmente, pero si nos golpeaban balas de plata...

Okita: ... Quedate detrás de mi.

Hablo de forma que no admitía discusión, y se puso a trabajar inmediatamente, matando a tantos hombres como era capaz de alcanzar. Aun así, nos encontramos rodeados por cerca de treinta soldados]

En ese momento, Yamazaki aparece de entre los arboles y hace un ataque sorpresa, permitiendo a Okita y Chizuru huir. Aunque Yamazaki va con ellos, recibe una bala en el estomago.

Corren hasta que anochece, momento en el que se paran a hablar y descansar, preocupados especialmente por la herida de Yamazaki. Aunque afortunadamente no había sido en una pierna y Chizuru hace lo que esta en su mano para tratarle.

Yamazaki les cuenta que les localizo y llevaba siguiéndoles desde hace dos días, pero no pensaba contactarlos La razón era porque no estaba seguro de si quería que Hijikata y Okita se encontrasen. Aun así los siguió durante unos días, hasta que fueron atacados.

Okita se muestra mas decepcionado consigo mismo por no haberse dado cuenta que otra cosa, aunque Yamazaki piensa que fue cosa del cansancio del viaje. Okita le perdona el que les haya estado espiando, argumentando el hecho de haberles salvado la vida y es culpa suya por no darse cuenta en primer lugar. Yamazaki no se lo cree durante un momento.

Yamazaki: "Has cambiado. Mucho"

Okita: "Un halago un tanto ambiguo, ¿no crees?"

Con estas palabras, la tensión entre ambos parece relajarse. Yamazaki le pregunta que hará Okita cuando se encuentre con Hijikata, y Okita responde que aun no lo sabe. Después de unos segundos analizando a Okita, Yamazaki les dice que el Shinsengumi esta en el castillo Utsunomiya.

Yamazaki se queda descansando en lo que Okita y Chizuru se van hacia el castillo, al encuentro de Hijikata.

Cuando logran alcanzar la zona del castillo, Chizuru esta todavía pensativa...

[Okita podría luchar contra Hijikata, y Hijikata podría morir. O quizás Okita mismo moriría.. No quería ver ninguna de esas cosas ocurrir. Sentía que tenia que decir ALGO, pero que, no lo sabia...

Chizuru: ... ¿Realmente vas a ir?

Una vez salio de mi boca, me percate de lo infantil que sonaba.

Chizuru: ¿Realmente tienes que hacer esto?

Sabia que estaba actuando como una idiota, pero tenia que pararle.

Okita: Bueno, no vinimos a Utsunomiya por diversión, ¿no?

Su boca se había curvado en una irónica sonrisa.

Okita: Si no quieres ir, puedes esperar aquí. No me importa.

Se giro para seguir caminando.

Chizuru: ... ¡Espera!

No podía rendirme.

Chizuru: Por favor, no mates a Hijikata.

Okita entrecerró los ojos, y podía sentir como su mirada se posaba en mi. Cuando hablo, su tono era en parte una pregunta, en parte una reclamación

Okita: ... ¿Estas preocupada por Hijikata-san?

Chizuru: Estaría mintiendo si dijese que no.

Dude un solo momento antes de responder.

Chizuru: Pero estoy mas preocupada por ti. Yo... no quiero que le mates.

Okita era mas importante para mi de lejos, pero...

Chizuru: Si Hijikata muere... sufrirás Podrás no decirlo, pero lo harás

Podía tomar una vida con una sonrisa en la cara, pero Okita no era ni de cerca tan cruel como el mismo afirmaba. Si mataba a Hijikata preso de la furia, no tenia duda de que nunca se lo perdonaría a si mismo. Okita había pasado por tanto ya...

Chizuru: ... Tan solo no quiero verte así nunca mas.

Mis palabras se sentían tan... insignificantes. Okita parecía sorprendido, pero rápidamente se suavizo para convertirse en ternura.

Okita: Bueno, me alegra que te preocupes por mis sentimientos.

Sonrió

Okita: Pero tengo que ir a verle. Entiendes porque, ¿verdad?

Incluso Okita no había averiguado todavía como se sentía. No sabia que ocurriría cuando se encontrase con Hijikata mas de lo que yo sabia. Era por eso por lo que no podía prometerme que no le mataría

Chizuru: ...

Seguía teniendo mis dudas, pero estaba claro que el se había decidido. Todo lo que pude hacer fue asentir]

En ese momento, el ansia de sangre vuelve a atacar a Okita. Chizuru vuelve a decidir darle sangre. Para cuando el ansia se ha pasado y Okita es capaz de moverse de nuevo, la batalla había dado comienzo en el castillo Utsunomiya.

El Shinsengumi parecía condenado a perder, y deciden que la mejor ruta a seguir es adelantarse a ellos y dirigirse hacia la zona de retirada para asegurarse de encontrarse con ellos. No se pueden permitir perderles otra vez.

Antes de ponerse en marcha, Chizuru nota un profundo dolor hasta tal punto que esta apunto de derrumbarse en el suelo si no fuese porque Okita la atrapa. Ambos tienen la sensación de que podría tratarse de la ansia de sangre, pero Chizuru no desea sangre... Probablemente porque su sangre de Oni se resiste a los efectos del Ochimizu.

Aun así, Chizuru insiste en que es perfectamente capaz de seguir caminando. Cuando Okita va a protestar empieza a toser sangre, es entonces cuando Chizuru piensa que quizá si deberían pararse. Esta vez es Okita quien se niega.

Ambos doloridos y débiles, se apoyan el uno en el otro para continuar avanzando.

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