May 08, 2007 21:00
Diclaimer: Harry Potter no es de mi propiedad, le pertenece a J.K Rowling.
Personajes: Theodore Nott. Participación de Draco Malfoy, Blaise Zabini, Pansy Parkinson.
Vicio: #2 Sumisión.
Theodore siempre fue un niño tranquilo. Se acoplaba a todo sin quejarse. Se podría decir que se podía pasar de él y no haría el menor escándalo por ello. A su abuela le gustaba esa personalidad suya, tan obediente y respetuosa que jamás le contradecía. En cambio, a su padre le irritaba tanta serenidad, muy al contrario de lo que él era. Deseaba que su hijo fuera más lanzado y atrevido.
Pero aquello era imposible. Theodore era y sería un niño tranquilo, pasivo y, sí, sumiso. Nada le haría cambiar, nada le haría explotar, hacerle gritar, hartarse, protestar y alzarse furiosamente.
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-Nott, busca otro carruaje -dijo Malfoy con tono petulante. Pansy -que tenía su mano enlazada a la de Draco- y Blaise lo miraban con algo de superioridad.
Nott alzó una ceja ante esto, al más puro estilo Malfoy.
-¿Perdón?
-Somos demasiado, no hay suficiente espacio. Y, adivina, sobras tú -explicó Malfoy como si fuera lo más obvio del mundo, su tono cargado con un ligero torno de burla y presunción.
Blaise sonrió de medio lado mientras se sentaba junto a la ventanilla seguido de Pansy. Le rodeó con un brazo su cintura y ella se recostó sobre su hombro. Draco se acomodó a la izquierda de Nott, sin dejar de mirarlo.
Theodore se quedó callado, barajando que le causaría menos problemas, aunque la sonrisa arrogante de Malfoy y sus creídas palabras le desconcentraba. Sí, hay que admitir que tiene una sonrisa bonita, nada más. Decidió que iba a ser mejor si se bajaba del carruaje, tampoco era que soportara por mucho tiempo -máximo quince minutos- a sus compañeros de casa.
Pero, contrario a lo que pensaba, de su boca salió un:
-No.
Se sorprendió a sí mismo tanto como a los otros.
-¿Empezamos el año rebelde ó es que has decidido rebelarte? -Soltó Blaise una vez que se convenció que Malfoy no replicaría -también asumió que Draco estaba muy sorprendido.
Theodore le miró fríamente, pero se encogió de hombros.
-Supongo que da igual si quiero o no; no vale la pena.
No, no daba igual, no para Malfoy y para cualquier que conociera de la naturaleza sumisa, obediente y calmada de Theodore.
Theodore bajó del carruaje, dejando el espacio suficiente como para que Draco se sentara ocupando dos asientos. Sí, era por la manía -Derecho, le llamaba él- de Malfoy por ocupar el doble de lo necesario en todo lugar por lo que estaba lleno el carruaje.
Draco se acomodó y aún turbado murmuró:
-…pero primero se negó.