Liz cayó al suelo del baño tras ver las imágenes en su cabeza de aquella hermosa mujer quemándose en le techo de nuevo. Sintió la voz de Sam como si saliera de ella misma rasgarse suplicando ayuda.
- Belial... Ella puede ayudarte. Yo siempre te he ayudado, amor mío.
Sam alargó la mano para tratar de tocarle el rostro, lloraba seguro, de que en
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