Nombre: Juego de Niños
Palabras: 395
Advertencia: sangre (lalala)
Nota: por fin llegando a la mitad *-*
Era sólo un juego de niños, que terminó en tragedia: a lo largo y ancho de las paredes quedaba la fría mancha de la desgracia marcada en aquellos ojos infantiles. Se extendía por todos lados y por todos los rincones; subía hasta el techo y goteaba hacia el suelo. El horror marcado para siempre en su mente comenzó con un simple e inocente “¿Quieres jugar?”.
No tenían idea de nada, mucho menos de lo que ocurriría; su rostro se iluminaba alegre pese a lo que entre sus pequeños dedos traía.
Muy despacio dejó su carga en el suelo y con calma, removía el pañuelo que lo cubría. Los ojos del otro niño se ensancharon aún más al contemplar, tras haber sido removida la tela, el largo y negro cañón de un revolver. “No es de verdad” dijo; a lo que el otro pequeño le contestó: “Sí lo es, pero no está cargada”.
Con dificultad acomodó el arma entre sus minúsculas manos, procurando distribuir el peso y ajustando sus dedos a la posición del gatillo. Realmente era demasiado pesada para sostenerla demasiado tiempo, comenzaba a cansarse. Con un poco más de esfuerzo, logró alzarla hacia su rostro, y aún sonriendo, dijo: “Observa bien…” y disparó.
El penetrante aroma de la pólvora comenzó a diseminarse por todos los rincones del estrecho cuarto, invadiendo los sentidos del otro niño que, había presenciado cómo su amigo había jalado del gatillo y en menos de dos segundos, se había perforado el cráneo, salpicando una gran cantidad de sangre que terminaría por escurrir hacia el piso, aglomerándose para terminar convertida en un gran charco.
Quedó sin aliento, algo en su pecho se había comenzado a contraer y en el preciso instante que el cuerpo inerte se desplomó sobre el suelo, un grito ahogado escapó desde lo más profundo de su garganta; no fue capaz de correr o de realizar movimiento alguno; tan sólo cubrió sus ojos como pudo, para evitar ver lo que ahora tenía en frente. Continuaba gritando y llorando frenético, mientras en sus oídos aún perduraba el hilarante sonido de su risa, mezclado con el estruendo del disparo a corta distancia…
Era un inocente juego de niños que terminó mal; por la imprudencia de algunos que no dejan las cosas donde deberían estar… ahora uno de ellos ya no podrá reír más, y el otro, ha dejado de hablar…