Tabla Arcoiris.
Sakura Card Captor,
Tomoyo x Touya.
# Rojo
# Rojo
Suspiró, él la miró serio, ella le sonrió en respuesta, él bufó.
-- No te enojes.-
Le susurró al oído Tomoyo, quien se afirmaba con un abrazo sobre el torso de su pareja.
Suspiró, él la miró serio, ella le sonrió en respuesta, él bufó.
-- No te enojes.-
Le susurró al oído Tomoyo, quien se afirmaba con un abrazo sobre el torso de su pareja.
-- No estoy enojado.-
Le respondió el pelinegro mientas le besaba los labios.
-- ¿Seguro?, porque hoy fuiste un tanto más brusco. ¿Te enojaste por el vestido?. Touya...¿Fue por lo que usé, cierto?
Le preguntó Tomoyo, quien ocultaba bajo una cara de falso dilema, el agrado por lo celos de él hacia ella.
Touya bufó, en realidad el había encantado el vestido, se le veía demasiado bien....como para que otro la mirase, además, era rojo.
La abrazó más hacia él, acarició con sus manos la espalda desnuda de la joven y dibujo círculos alrededor de su columna vertebral, desde el cuello, hasta un poco más debajo de la cintura. Un movimiento tan poco seductor, tan corriente y sin embargo a ella le hacía delirar.
Las mejillas de la pelinegra se tiñeron de un carmesí, él sonrió cuando vio que la joven tenía hasta una oreja roja. La trataba de camuflar entre las largas hebras de negros cabellos que caían como cascada por la espalda de la joven, y que llegaban hasta rozarle a él.
-- Mio.-
Susurró mientras cargaba y masajeaba en círculos la espalda de la joven. Él sonrió al sentir que auel movimiento Y es que le encantaba que ella estuviese desnuda sobre él, pegada a él, ella, tan dulce, ella siendo tan suave, ella sobre él, sonrojándose para él, riéndose para él.
El color de sus mejillas era para él.
Sí, aquel que adornaba su nívea piel con rojo.
El sabía que el color de sus labios luego de un beso, era para él
Sí, aquel que adornaba sus claros labios con rojo.
El sabía que los adornos que ella usualmente tapaba, eran hechos por él
Sí, esos rojos detrás de la oreja, sí, esos rojos en el cuello y en todo lugar que pudo haber saboreado.
Por eso el sabía, que el rojo, en un vestido para ella, era demasiado personal.
-- Demasiado mío.-
Susurró touya dejando un tanto confundida a Tomoyo.
Se acercó, la besó, la acarició y disfrutó del rojo.
De su rojo.
Fin del Primero
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