Cuando tus propios fics te deprimen...

Aug 05, 2004 01:08

Terminé el primer capítulo de Pre-Nath y empecé el segundo ;__; Y con el segundo se deprimió Bratt y me deprimí yo. Angst.

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"...Que ya están llegando a la frontera con Aerugo. Por otra parte, desde Central partirá hoy mismo un escuadrón destinado a combatir en el oeste. El gobierno se pregunta cómo dos países tan pequeños..."

En medio de la quietud, la radio continuaba su letanía. Winry ya ni la escuchaba, tan ocupada estaba revisando el automail de su marido; pero a cada minuto que pasaba, Alphonse iba poniéndose más y más nervioso, hasta llegar a un punto en que tuvo que abandonar la habitación, seguro de que no podría aguantar más tiempo sin estrellarla contra el suelo.

Al poco rato, Edward pidió que la apagara, y así ambos quedaron en absoluto silencio, únicamente roto por el sonido de los engranajes siendo reajustados. La mano que la joven mantenía sobre su hombro comenzó a temblar; primero muy ligeramente, hasta finalmente ya no poder disimular. Ed intentó girarse al notar que la mecánico había detenido su labor, pero un llaveinglesazo bien dado le hizo desistir.

"¡Auch! ¡Win!" exclamó. La herramienta brilló peligrosamente cerca de su cara.

"Cállate."

Ed tragó saliva. Saliva que estuvo a punto de atragantársele cuando sintió cómo ella apoyaba la frente en su espalda y un par de gotas calientes se escurrían por toda la columna.

"He dicho que te calles" repitió sin que él abriera la boca.

Edward no soportaba oírla llorar, así que sus lágrimas fueron silenciosas aquella mañana, mientras él la acunaba entre sus brazos, mientras besaba sus párpados humedecidos, mientras le hacía el amor quizá por última vez.

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-- Capítulo II --

Alphonse miraba al suelo mientras su hermano subía al tren. Miraba al suelo porque sabía que si le miraba a la cara subiría con él y probablemente jamás volvería.

Porque él no era un militar. Siempre luchaba con su hermano, siempre vencía, y a pesar de todo, esa vida no era para él. Lo suyo eran las lechugas, los gatos y su esposa, y lo de su hermano los viajes, el estudio y las peleas, y no había razón para meterse en un mundo que no era el suyo...

Ed abrió la ventanilla de su compartimento y él y Winry se dirigieron hacia ella. La joven le pasó una mochila a través de la misma, y haciendo esfuerzos por no volver a llorar, se aseguró de anunciarle al mayor que había papel y tinta de sobras para escribir a diario, y que por nada del mundo se le ocurriera dejar pasar una semana sin enviar una carta, bajo amenaza de recibir otro golpe de llave en la cabeza.

Él rió, y luego posó una de sus manos - la de carne y hueso - sobre la barriga de su mujer.

"Cuidad de este pequeñín... o pequeñina... por mí, ¿vale?" añadió. Win le dio un coscorrón.

"¡Ni se te ocurra decir eso!" exclamó. "¡No te vas a escaquear de tus deberes como padre así como así!"

El servicio de megafonía de la estación anunció con voz seca que el expreso militar situado en el andén siete estaba a punto de efectuar su salida, provocando que los soldados se agolparan en las ventanas para despedirse de sus familias. Al vio chiquillos poco más mayores que su hermano cuando entró en el ejército.

"¡¡Escribe todas las semanas!! ¡¡No te olvides!!" continuaba Winry, exasperada. "¡Y no fuerces demasiado tus automails! Le he añadido al del brazo una capa más de acero que lo hará más resistente, pero también más pesado, así que..."

"Win" - interrumpió Ed - "Voy a la guerra. No voy a poder ser cuidadoso con ellos..."

Alphonse dio un paso al frente y al fin se atrevió a levantar la cabeza. Justo en el momento en que la voz resonó de nuevo por la estación. "Va a efectuar su salida el expreso..." Ed estiró la mano y él se la estrechó.

"Buena suerte" - murmuró.

"Lo mismo digo" - respondió el mayor.

Las puertas del tren se cerraron. Winry cogió en brazos a Apricot y se la restregó a Ed por la cara, provocando que el militar se llevara de recuerdo unas preciosas babas.

"¡Cuídate mucho!" repitió ella. Edward abrió más la ventanilla hasta lograr sacar la mitad de su cuerpo por ella, y la besó rápidamente. "Tú también" añadió después.

"Repetimos: Va a efectuar su salida..."

De golpe, Al se acercó al tren y abrazó a su hermano muy fuerte, muy fuerte, como desafiando la fuerza de la locomotora. Ed hizo lo mismo, y entonces...

El tren se puso en marcha...

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