Relatos originales

Mar 18, 2011 18:24

Hola :)

Vengo con tres relatos muy cortos. Son originales, los escribí para un taller de escritura que hice. Cada uno versa sobre temas distintos.

Títol: QuimTema: Experiència impactant en la teva vida
Advertència: en català
Copyright: relat original by Aura Black ©


No oblidaràs mai el seu somriure radiant: les dents blanques i endreçades, els llavis que en tensió s'esprimatxaven, els clotets a les galtes. En realitat, els clotets eren la clau: tothom, alumnes i professors, es contagiava de la seva alegria quan els clotets apareixien per endavant. Era l'alegria de la classe i es feia estimar. També per tu.

Aquell matí de desembre va sortir dels vestidors molt animat; la majoria us queixàveu del fred que feia a segona hora, però a ell li encantava la perspectiva de jugar. Teníeu classe de gimnàstica i jugaríeu a hoquei. Ell i el seu millor amic es van postular com a capitans i van formar els equips. Un cop tothom repartit, tocava triar el porter de la manera més habitual: tothom a córrer cap a la porteria, a veure qui era l'últim de tocar el pal.

Aquell dia, com tants d'altres, no tenies gens de ganes de jugar a res, i vas anar cap a la porteria caminant. El vas veure com arribava el primer i saltava per enganxar-se al travesser. Vas veure també com li van relliscar les mans i va caure d'esquena a terra. El cor et va fer un salt.

Vas arrencar a córrer, ara sí, però no pas per tocar el pal. I quan vas arribar ell seguia a terra, amb els ulls tancats. El vas cridar, però ell no va fer cap senyal. Vas insistir. I llavors va començar a convulsionar.

De cop i volta la gent va començar a reaccionar. Crits, ordres, cossos al vostre voltant. Tu simplement li parlaves, agafant-li la mà, fins que es va calmar. Algú va fer l'intent d'incorporar-lo, però no el vas deixar.

En algun moment el seu millor amic s'havia agenollat al teu costat i no parava de plorar. Quan l'ambulància se'l va emportar, simplement, us vau abraçar.

Aquell dia, el seu somriure radiant es va apagar.

Título: Como túTema: Prisión

Copyright: relato original by Aura Black  ©


Preso, solo, rechazado, olvidado. Lo peor de la cárcel es la soledad. El aburrimiento. Lejos de lo que la gente imagina, no es un lugar gris lleno de barrotes con hombres armando jaleo constantemente; al menos no tu cárcel. La consideras más bien una residencia de la que no puedes salir y en la que no hay nada que hacer. Tu celda es, simplemente, una habitación normal aunque sencilla. Toda para ti solo. Algunos lo consideran un lujo, pero tú preferirías la típica celda con litera, aunque tu compañero fuese un hijo de puta que encima roncase por las noches. Preferirías que las paredes tuviesen manchas que te permitieran imaginar historias.

―Julio, sal, llega el nuevo ―te dice Raúl a través de la puerta.

Saltas rápidamente de la cama -al fin un poco de distracción- y al salir al pasillo le ves: un chico de tu edad, visiblemente asustado, que camina por inercia al lado del carcelero. Los demás presos gritan amenazas vacías: es divertido acojonar a los recién llegados. Sin embargo, esta vez, no te unes al griterío.

Hay algo en el chico que te conmueve... se parece a ti. O a la persona que eras cuando entraste. El típico joven descarriado que se pasa el día fumando porros en el parque. Que se emborracha de miércoles a domingo con su banda de amigos. Que hace locuras con la moto. Que tiene una churri y un tatuaje con su nombre.

Te preguntas qué habrá hecho para acabar aquí. Probablemente un robo, drogas o un accidente. Pronto lo descubrirás. Lo que ya sabes ahora es que en un par de meses, el chaval deseará borrarse el nombre de su ex-chica de la piel y los de sus amigos de su memoria. Que no tardará en sentirse solo y aburrido. Olvidado y rechazado. Preso. Como tú.

Título: El último asaltoTema: Infidelidad

Copyright: relato original by Aura Black ©


Me contoneo sensualmente al ritmo de la música, potenciando mis atributos: siempre he sabido cuales son mis armas y como debo usarlas. Hoy no puedo fallar, es mi última oportunidad, la batalla definitiva.

Bailo y bailo sin parar mientras tú me observas desde la barra. No hace falta que te mire para saber que estás pendiente de mis movimientos, puedo notar tus ojos clavados en mi cuerpo.

Clara anuncia que va al baño y la acompaño, quiero comprobar mi aspecto en el espejo antes de pasar definitivamente al ataque. Mi amiga y yo comentamos la noche, criticamos los modelitos de las demás y nos reímos de los chicos que no bailan. Tú estás en ese grupo, claro. Es la primera vez que salimos juntos de fiesta, toda la clase, desde que empezamos el máster hace dos meses.

Volvemos a la sala después de retocarnos el peinado y dejo que Clara vuelva sola a la pista mientras yo me dirijo a la barra. Tú me estás buscando con la mirada junto a mi amiga y aún no me has visto, así que avanzo lo más discretamente posible hasta colocarme a tu lado. Tengo que hacerlo todo con sumo cuidado o no conseguiré mi propósito; ligar con alguien con novia es siempre más complicado. El plan sólo funciona si no te das cuenta de que te estoy acorralando.

―¿Me das un trago?

Das un bote, sorprendido de descubrirme de repente a tu lado. Me acercas el cubata y en cuanto rozo tu mano veo en tus ojos que lo he logrado. Que el coqueteo de estos meses va a servir para algo. Que mi estrategia de guerra ha funcionado.

Me trago de un golpe lo que hay en el vaso y te arrastro hasta la pista conmigo. Paso las manos por tu cuello y las tuyas no tardan en alcanzar mi cintura. Nos movemos un poco con la música, pero apenas la escuchamos. Estamos ocupados en una batalla de miradas. Sé que estás pensando, que estás pensando demasiado. “Esto está mal, quiero a mi novia, no puedo...” Pero ya has llegado demasiado lejos.

Voy reduciendo el espacio entre nosotros, lentamente. Si quisieras, podrías huir. Pero no lo haces.

Y llega el momento, el momento en que nuestros cuerpos se han pegado y nuestras respiraciones están mezcladas. El momento del último asalto.

Y sin embargo espero. Porque no voy a ser yo quien te bese primero, evitando que luego nadie me recrimine nada. Mi único movimiento es acariciarte la nuca.

Tú entreabres la boca.

Yo me muerdo el labio.

Y me besas.

He ganado.

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