No. 6 Cap 2 - Inicios tranquilos, parte B

Oct 23, 2012 13:21


Autora: Asano Atsuko
Traducción de japonés a inglés: 9 ave

Traducción al español: Azhreik

Continuación de  Inicios Tranquilos

________

―Eso me asustó. ―Safu se apretó el pecho. ―Nunca había sido reprendida por el Departamento de Seguridad.

―Sucede todo el tiempo, ―contestó Shion. ―Si no tuvieras tu ID del Curso especial nos hubiera molestado incluso más.

―¿En serio?

―En serio, ―dijo sombríamente Shion. ―Como el tren que vas a abordar. Con esa tarjeta ID, puedes evitar el carro general y subirte en Clase Especial. Ese es el tipo de ciudad en la que vivimos, todos están clasificados en categorías basadas en habilidades, riqueza, y todos esos otros factores.

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―No hables de esa forma, ―protestó Safu. ―No “clasificas” a la gente como “clasificas” a la basura y la mercancía. Las personas son personas, son humanos.

―Safu, en esta ciudad no importa si somos personas o no. Importa qué tan útil eres a la ciudad. Así es.

―Shion…

―Regresando a cuando me llamaste mentiroso, no lo soy. Por supuesto que estoy celoso, obtuviste todos tus privilegios, y se te permite estudiar y experimentar lo que desees. Estoy celoso, Safu; incluso te envidio, tienes todo lo que yo no tengo.

Shion se calló, y dejó escapar un largo suspiro. Había ido demasiado lejos, era vergonzoso; mezquino, embarazoso, patético. Chasqueó la lengua con frustración.

Safu también suspiró.

―Aun así eres un mentiroso.

―¿Eh?

―¿No me escuchaste? Aún-así-eres-un-mentiroso. Además puedo añadir “gran”, si gustas. Sólo estás fingiendo envidiarme ¿O ni siquiera te das cuenta que estás mintiendo? Que chico tan tonto tengo aquí.

―Safu, ¿Qué- ―empezó Shion con exasperación.

―Si realmente me envidiaras y estuvieras resentido, no serías capaz de salir a comer conmigo. Pero tú estás riendo, comiendo, conversando y lanzando bromas como si nada.

―Oye, también tengo algo de orgullo. Obviamente no voy a mostrarme abiertamente celoso.

―Shion, ―dijo Safu firmemente. ―Mi especialización es en funciones cognitivas, la actividad cerebral y su relación con las hormonas.

―Lo sé.

―Bien, porque si no lo supieras, me molestaría. No te lo he dicho una y otra vez por nada. Como sea, ―continuó rápidamente ―dices que estás ocultando tu resentimiento y fingiendo disfrutar estar conmigo. Eso sería estresante, ¿no?

―Supongo… ―contestó Shion dudando.

―Sería estresante. Y cuando sientes estrés, las glándulas suprarrenales liberan hormonas esteroidales llamadas corticosteroides que influyen en tu cerebro y lo que hacen en la actividad cerebral es-

―Ok, Safu, lo entiendo. ―la interrumpió Shion. ―Eso es suficiente. Guárdate la lección para la próxima vez y escucharé cuidadosamente-

―Escúchame: no estás sintiendo ningún estrés, no estás para nada resentido conmigo. Shion, ¿Qué es lo que deseas hacer?

―¿Eh?

―Si quisieras continuar tus estudios, podrías estar resentido conmigo, pero no lo estás. Dijiste que yo tenía todo lo que tú no tienes, entonces, ¿Qué es lo que tienes? No puedes decir que no tienes nada, ―añadió hastiada. ―La gente que no tiene nada- no- las personas que piensan que no les queda nada, no pueden sonreír como tú lo haces, o hablar como tú. Para que tus emociones no tengan influencia en tus acciones, para tener ese nivel de control perfecto, se requiere entrenamiento especial. No tienes ningún entrenamiento especial; no creo que seas una persona muy emocional, pero tampoco creo que tengas la habilidad de controlar tus emociones al 100 %. La única razón para que puedas tener una conversación normal conmigo y reírte conmigo es porque tienes un cierto nivel de seguridad emocional.

―Safu, todo lo que acabas de decir es teoría de pacotilla. Los humanos tienen emociones complejas, no son como ratas de laboratorio. No creo que puedas explicar tan fácilmente cómo influyen las emociones en las acciones de las personas. Es arrogante creer que la ciencia puede explicar todo sobre la naturaleza humana.

Safu arrugó el ceño. Se acercaban a la estación.

―No sabía que quisieras convertirte en escritor.

―Safu, ―dijo Shion cansinamente.

―Entonces lo diré en un contexto literario. Seguridad emocional… estoy hablando sobre esperanza, o sueños; los tienes, es por lo que no te sientes resentido hacia mí. Shion, ¿En qué tienes esperanza?

Esperanza. Se repitió la palabra en silencio. Era una palabra que no había utilizado por años. No era dulce o amarga, pero lo calentaba desde el fondo de su cuerpo.

Esperanza. ¿En qué tengo esperanza?

Su futuro prometedor se había derrumbado. Lo que le quedaba ahora era su madre, el exiguo salario de su trabajo, su cuerpo de dieciséis años. ¿Qué esperanza residía en ellos? No estaba seguro, pero estaba seguro que tampoco había perdido completamente la esperanza.

Entraron en la estación. El viejo distrito donde Shion vivía se localizaba junto al Bloque Oeste y el borde de la ciudad, y funcionaba como una especie de zona barrera entre el centro de la ciudad y el Bloque Oeste. Se llamaba Lost Town [3]y lejos de la tranquilidad del centro de la ciudad, era un lugar escuálido y con mucha población. La estación en la que estaban también estaba abarrotada; el ligero olor de comida frita y alcohol flotaba en el aire.

―Estaré bien desde aquí. ―Safu se detuvo. Había un insecto negro alado en su hombro; apartándolo, Shion le hizo una pregunta despreocupada.

―Ten cuidado. Oh, ¿Cuándo dijiste que te vas de intercambio?

―En dos días.

―¡Dos días! ―exclamó Shion. ―¿Por qué no me lo dijiste antes?

―Porque no quería. ¿Me hubieras organizado una fiesta de despedida si lo hubiera hecho?

Safu levantó desafiante la barbilla.

―Shion, quiero pedirte algo.

―Seguro, si puedo arreglármelas para conseguirlo a tiempo...

―Tu esperma.

Safu miró a Shion a los ojos mientras decía esas palabras. No pestañeó ni una vez. Shion la miró con la boca abierta.

―¿Me escuchaste? Quiero tu esperma.

―Uh- ¿Qué? Safu… um-

―De toda la gente que conozco, probablemente tú serías el mejor donador de esperma. Tu esperma y mi ovulo. ¿No crees que producirían el niño más perfecto? Lo quiero, Shion. Quiero tu esperma.

―La inseminación artificial necesita autorización de la ciudad, ―respondió Shion, cuidadosamente.

―Obtener un permiso sería fácil. La ciudad alienta la inseminación artificial entre personas que poseen excelente ADN y habilidades superiores.

Shion tragó, y se dio la vuelta. El insecto alado cruzó su línea de visión, zumbando incesantemente. La irritación aumentó dentro de él.

―Safu, no sé si te lo había dicho, pero nunca conocí a mi padre. No conozco su personalidad, su estatura, o si tiene alguna enfermedad.

―Lo sé. Pero los padres no importan. El noventa porciento del genoma humano ya ha sido decodificado, puedo descubrir lo que necesite saber sobre tu información genética.

―Y entonces… si obtienes la información, y hay algo que no quieras, ¿Qué vas a hacer?

―Bueno...

―Safu, ¿A dónde intentas llegar? ¿Piensas que un ser humano es completamente lo que su secuencia de ADN dice que es? Claro, puedes mirar mi ADN, analizar mis genes, pero ¿Qué es lo que te dirá sobre mí? Hablas sobre tener hijos como si fuera fácil, pero-

―¡Sé mucho más de lo que tú crees!



La estridente voz de Safu lo cortó. La gente volteaba la cabeza mientras pasaba.

―Hemos estado juntos desde que teníamos dos años. Sé la clase de persona que eres, qué te gusta hacer… lo sé. Lo sé, y aun así te estoy diciendo esto- tú eres el único que no sabe nada.

―¿Qué?

Safu murmuró algo, pero no logró entenderlo. Se inclinó ligeramente hacia ella para poder escuchar mejor.

―Quiero tener sexo contigo.

Sus palabras sonaron claramente en los oídos de Shion.

―Safu…

―No quiero tu esperma, no quiero inseminación artificial, no me importa tener hijos o no. Quiero tener sexo contigo. Eso es.

―Espera, uh- espera un minuto… Safu, yo-

―Justo ahora.

Shion inhaló. La esencia grasienta de la comida frita llenaba sus fosas nasales. El reloj dio las ocho en punto.

―Ahora no.

―¿Por qué no? ¿Por qué no estás interesado en mí? ¿O no estás interesado en el sexo?

―Estoy interesado en ambos. Pero… no quiero hacerlo, no ahora, contigo.

―¿Entonces es porque es conmigo?

―No- mi cuerpo probablemente respondería sin problema. Incluso ahora yo… pero- pero es por eso que no quiero. No quiero dormir contigo sin detenerme a pensarlo.

―Sabes que es como decir que nunca me has visto de esa forma antes.

―Sí. Siempre pensé en ti como una amiga.

―No puedo creerlo. ―Safu suspiró con exasperación. ―¿Por qué eres tan niño? Como sea. Me voy a casa.

―Safu, en dos años-

―¿Mm?

―Tu intercambio es por dos años, ¿Cierto? Cuando regreses, yo te lo preguntaré.

―¿Si quiero tener sexo?

―Sí.

―Indiscutiblemente eres un idiota, si alguna vez he visto uno. No sé como has podido llegar tan lejos siendo tan relajado.

―Cuídate. No trabajes mucho.

―Oh, puedes contar con que trabaje mucho. Trabajaré tan duro, que mantendré alejados a todos los chicos.

Con un distraído agitar de mano en despedida, Safu se dio la vuelta, y le brindó una pequeña sonrisa. Un pequeño animal gris esquivó velozmente los pies de Safu y trepó en el cuerpo de Shion.

―¡Un ratón!

Un pequeño ratón del tamaño del meñique de Shion se sentó en su hombro, agitando la nariz.

―Me sorprende ver ratones en esta ciudad. Pero es un poco lindo, ― musitó Safu.

―También muy amigable.

El ratón acercó su cara al oído de Shion.

―Aún eres un cándido [4], ―susurró.

Sintió que lo atravesaba una corriente eléctrica. Atrapó al ratón, pero se deslizó entre sus dedos, de su hombro y salió disparado hacia la salida de la estación. Cierto, era un distrito antiguo- pero Lost Town aún estaba en los límites de la ciudad, y los ratones eran raros; el Departamento de Salud e Higiene supervisó la erradicación total de todas las plagas, animales o insectos. La gente no estaba acostumbrada a ver al ratón que corría entre sus pies, así que desde la multitud zumbaban gritos de sorpresa y quejidos de ansiedad.

Y justo al final de la multitud, Shion vio un par de ojos grises. Fue durante un instante pero una descarga atravesó de nuevo su cuerpo.

―¡Nezumi!



―Shion, ¿Qué ocurre?

―Safu, ¿Puedes llegar a tu casa tú sola, cierto?

―¿Qué? Por supuesto. Estaba a punto de hacerlo, ¿No? ¿Cuál es el problema? ¿Por qué estás tan agitado?

―Lo siento-

Después de que se separaran allí, no volvería a ver a Safu en dos años. Sabía que tenía que darle una despedida apropiada,  hasta el último segundo, verla yéndose hasta desaparecer entre la abarrotada multitud. Independientemente de si tuvieran sexo o no, no cambiaba el hecho de que Safu era importante para él. Sabía bien que prácticamente no era la despedida apropiada que ella se merecía; lo sabía; pero lo que pensaba que sabía tan bien fue apartado instantáneamente. Su cuerpo se movió por su cuenta, desafiando su pensamiento racional. Sí, lo había experimentado cuatro años antes- incluso aunque sabía que la sensatez era siempre la respuesta correcta.

Encender el sistema de seguridad. Notificar al Departamento de Seguridad. Eliminar la presencia de extraños. Las había desafiado todas. Era lo mismo ahora. Estaba dejando que sus emociones controlaran sus acciones.

Había empezado a llover afuera, las gotas de lluvia se escurrían por su mejilla. En la multitud de personas caminando arriba y abajo, no se veía ningún rostro familiar.

―¡Shion! ―Karan saludó a su hijo en la puerta, y abrió mucho los ojos. ― ¡Estás completamente empapado! ¿Qué estabas haciendo?

―Caminando.

―¿En la lluvia? ¿Desde dónde?

―La estación.

―¿Y por qué razón te quisiste mojar tanto?

―Me estaba refrescando.

―Refrescando, ¿Mmm? Relajado como siempre, ¿No?

Safu había usado las mismas palabras sólo momentos antes. Shion se rio entre dientes y empezó a secarse el cabello. Repentinamente había enfriado mucho desde que empezó a llover; el viejo calentador de queroseno estaba zumbando para mantener caliente la habitación. Karan bostezó, ya era su hora de ir a dormir. Escondida en una esquina de Lost Town, Karan poseía una modesta panadería. Era pequeña, sólo con un mostrador; pero la gente parecía ser atraída por el aroma de pan recién horneado que flotaba desde la puerta temprano cada mañana, y el negocio estaba en auge. Abría temprano, y también dormía temprano. Eran alrededor de las nueve, lo que para Karan era como medianoche.

―Estaba pensando en incrementar el lote de rollos de mantequilla mañana. Y tal vez ser un poco aventurera e intentar vender algunos pasteles sencillos, además de los panquecitos que vendemos. ¿Qué piensas?

―¿Cómo pastel de cerezas?

―Precisamente ese. Una cosita que la gente pueda comprar como un tentempié, pero un poco más elevado que el pan o panquecitos. Un pequeño recuerdo para un día especial, o algo así.

―Eso suena genial, ―se entusiasmó Shion.

―¿Eso crees? Y tener pasteles en el mostrador podría animar un poco las cosas.

Shion asintió, y se dispuso a salir del comedor. En esa casa, no tenían el lujo de dormitorios privados. Karan dormía en una esquina del comedor, y Shion en la bodega.

―Shion, ―lo llamó su madre. Se dio la vuelta.

―¿Algo sucedió?

―¿Eh?

―¿Te pasó algo que hizo que necesitaras refrescarte? ―Karan continuó, sin esperar la respuesta de Shion.―Cuando llegaste a casa, parecías un poco mareado. Ni siquiera pareciste darte cuenta que estabas mojado. E... incluso ahora-―

―¿Ahora?

―Luces ausente, pero por otra parte un poco agitado… es extraña la expresión que tienes. ¿Quieres que traiga un espejo?

Shion exhaló un poco.

―Alguien murió hoy en el parque.

―¿Qué? ¿En el Parque Forestal? No había nada sobre ello en las noticias.

¿Nada en las noticias? ¿Eso significaba que el hombre murió de causas naturales? Aunque repentino, tal vez fuera explicable. No suficiente para ser una noticia, sólo una muerte natural - Shion sacudió la cabeza. Por supuesto que no, el tiempo que le tomó a ese cuerpo ponerse rígido, la expresión en su rostro, la mancha verde. Todo eso fue demasiado anormal.

Al Departamento de Seguridad sólo le había explicado lo que había encontrado en la escena. Fingió que no había notado el rigor mortis o la mancha- tuvo el presentimiento que tenía que hacerlo. No sabía por qué, pero una voz en su interior le dijo que se hiciera el tonto, que mintiera; igual que un animal pequeño puede sentir el peligro y esconderse, su instinto le había advertido. Instinto-ahí estaba de nuevo. Estaba actuando no con sensatez, sino por capricho. Se alejaba de la lógica y el sentido común con mucha facilidad para sucumbir a sus instintos. Shion suspiró profundamente. Era un poco difícil respirar.

―¿Y era por eso por lo que estabas agitado?

―Bueno, sí. Nunca antes había visto un cadáver.

Estoy mintiendo, mamá. Hoy vi de nuevo esos ojos. Vi a Nezumi. Tengo el presentimiento de que algo va a pasar. Es por eso que-

Karan sonrió y le deseó buenas noches. Era una sonrisa gentil. Le deseó buenas noches en respuesta y dejó la habitación.

La apariencia de Karan aún era rechoncha, pero lucía mucho más joven que antes. Parecía como que no había tomado muy ásperamente la mudanza de Cronos a Lost Town. Sonreía con frecuencia y hablaba sobre cuan agradable era hornear pan, y cuan edificante era cuando la gente lo compraba. No era sólo una fachada de amabilidad o deseo de tranquilizar a su hijo; Karan no estaba para nada desesperada por su vida allí. En Cronos, les habían dado todo, pero su vida en Lost Town era algo que Karan había construido con sus propias manos. Ese era por qué Shion no quería destruirlo; no quería arrancar de raíz su vida entera, como había hecho cuatro años antes; no quería que ella se viera envuelta en problemas de nuevo.

Shion colapsó en la cama. Sentía un ligero frío, y había un tenue dolor en la parte trasera de su cabeza. Cuando cerró los ojos, una ráfaga de imágenes se disparó en sus párpados. La mancha verdosa, la lechuga abandonada, la camisa rosa, el rostro de Safu. Quiero tener sexo. El ratón que había trepado su cuerpo. Aún eres cándido. La parte más profunda de su cuerpo se calentó, su latido se aceleró. No era un sueño, no era una ilusión. Nezumi existió ahí, en la multitud de personas de la estación. Fue una aparición llamativa la que hiciste ahí. ―Imbécil, ―murmuró en voz baja. ¿Qué se suponía que tenía que esperar de esa corta aparición? ¿Qué estaba planeando hacer Nezumi?

Shion se sentó en la cama. Dejando a Safu a un lado, ¿El cuerpo en el parque y Nezumi estaban conectados de alguna forma? En la misma noche que encontró el cuerpo, Nezumi aparecía. ¿Era una coincidencia? Si estaban relacionados, ¿Cómo estaban-?

Un timbre interrumpió sus pensamientos. El teléfono móvil de su tarjeta ID estaba sonando. No podía ser, sabía que no podía ser Nezumi, pero su corazón se aceleró. Sus dedos temblaron al agarrar la tarjeta. Letras blancas parpadearon en la pantalla- Safu. Presionó el botón de Conversación y la pantalla cambió al rostro de Safu.

―Shion, ¿Estabas dormido?

―Ah-um, no.

Lo había olvidado. Debió ser él quien la llamara, y terminara la despedida que había dejado a medias.

―Safu, siento mucho lo de antes. Yo-

―Esa persona era tan importante para ti, ¿Eh?

―¿Eh?

El rostro de Safu se había transformado en una sonrisa irónica. Era serena y hermosa.

―Nunca antes te había visto así. ¿Sabes que clase de expresión tenías?

―¿Eh? Espera-¿Lucía tan mal?

―En realidad fue muy interesante. Me mantuvo entretenida todo el tiempo. Primero, fue de asombro, y entonces-bueno, veamos -¿Cómo podría llamarlo? ¿Alegría? Fascinación, tal vez. Suficiente para borrar todo lo demás de tu mente. Y entonces saliste inmediatamente de la estación, dejándome sola. Triste historia, ¿Eh? Lo sé.

―Lo siento mucho. No puedo disculparme lo suficiente.

―Te diré que estás disculpado. Al menos pude ver una nueva faceta tuya- nunca antes te había visto con esa expresión. Así que, Shion, ¿Quién es esa persona que te hace lucir así? ¿Es ella tan importante que te hace dejar todo y correr tras ella?

―Sí.



Incluso él se sorprendió ante su rápida afirmación.

―Em, Safu, no me malentiendas. No es una novia, o nada por el estilo. Uh-realmente no puedo explicarlo bien, pero…

―También es la primera vez que te veo atorarte intentando explicar algo. Está bien si tienes una novia, no me importa si ya estás interesado en alguien.-No, eso era una mentira; mírame, siempre intento poner una expresión firme en cualquier situación. Es un mal hábito mío.

―Eso no es cierto, ―replicó Shion. ―Siempre eres fiel a ti misma.

―Sólo frente a ti. ¿No te diste cuenta? ―continuó Safu, y su expresión se hizo más seria.

―Safu, en serio, em- cuídate. Cuando nos veamos en dos años-

―Te amo Shion. Más que a nadie en el mundo.

La línea se cortó sin esperar su respuesta. Podía escuchar el golpeteo de la lluvia. Creyó ver algo moviéndose en una esquina de la habitación.

―¿Nezumi?

En medio de costales de harina y azúcar apiladas en la bodega, sólo el sonido de la lluvia hacia eco. Shion abrazó sus rodillas y se sentó silenciosamente en la oscuridad, prestando oído a la continua llovizna. La lluvia no mostraba signos de empeorar o parar, y continuó durante el resto de la noche.

Próximo Capítulo: Huir para vivir

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[3] Ciudad Perdida.

[4] Caracterizado por una manera franca de hablar; sin malicia ni doblez. Abiertamente sincero y directo, sin malicia, astucia o hipocresía al actuar. También se aplica a la persona que es sencilla, inocente o ingenua.

novela no. 6, no. 6, traducción

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