Tema #2: Ardiente
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling. Escribo sin fines lucrativos.
Título: Treinta momentos
Rating: T.
Géneros: Romance/General.
Summary: Uno, ex mortífago, con un apellido manchado en sangre y maleficios imperdonables, el que siempre tendrá la Marca Tenebrosa en el antebrazo izquierdo. El otro, el salvador del mundo mágico, el que derrotó al Señor Oscuro, el que siempre tendrá las cicatrices de “no debo decir mentiras” en su mano izquierda. ¿Qué tienen en común? Nada. Salvo sus sentimientos.
Pareja: Draco Malfoy & Harry Potter.
Tema: #2: Ardiente.
Draco se terminó de abrochar los pantalones, con la frente aún algo sudada. Harry seguía en la cama, sin vestirse de nuevo del todo, y solo tenía puestos a medias los jeans. Estaban en una habitación de un hotel muggle, al cual Draco había accedido a entrar a regañadientes. Habían andado de incógnitos por el Londres muggle, vistiendo normalmente y luego soltando todas sus hormonas de los veinte años de edad en una habitación solitaria.
-Defíneme en una palabra, Harry.
El pelinegro esbozó una sonrisa que se podía definir tanto como juguetona como misteriosa. Dijo, con voz tranquila:
-Ardiente.
El blondo sonrió con petulancia, como si acabase de oír justo lo que quería escuchar.
-Claro que lo soy.
Título: Treinta momentos
Rating: T.
Géneros: Romance/General.
Summary: Uno, ex mortífago, con un apellido manchado en sangre y maleficios imperdonables, el que siempre tendrá la Marca Tenebrosa en el antebrazo izquierdo. El otro, el salvador del mundo mágico, el que derrotó al Señor Oscuro, el que siempre tendrá las cicatrices de “no debo decir mentiras” en su mano izquierda. ¿Qué tienen en común? Nada. Salvo sus sentimientos.
Pareja: Draco Malfoy & Harry Potter.
Tema: #2: Ardiente.
Draco se terminó de abrochar los pantalones, con la frente aún algo sudada. Harry seguía en la cama, sin vestirse de nuevo del todo, y solo tenía puestos a medias los jeans. Estaban en una habitación de un hotel muggle, al cual Draco había accedido a entrar a regañadientes. Habían andado de incógnitos por el Londres muggle, vistiendo normalmente y luego soltando todas sus hormonas de los veinte años de edad en una habitación solitaria.
-Defíneme en una palabra, Harry.
El pelinegro esbozó una sonrisa que se podía definir tanto como juguetona como misteriosa. Dijo, con voz tranquila:
-Ardiente.
El blondo sonrió con petulancia, como si acabase de oír justo lo que quería escuchar.
-Claro que lo soy.