Bosque de Röuselle - Pantanos (Cerrado)

[alice_eiplek]

Las libélulas que hace minutos hacían sus danzas de cortejo y prometían cercanas tormentas de repente desaparecen, las aves cesan sus cantos cuando una fuerte y sonora ventísca las espanta, el viento de sur, ennegreciendo todo a su paso, haciendo ver aquella tarde como si fuese el anochecer de una estación sin luna. A lo lejos, rompe el llanto de

Comments

[dial_cewdir]

Con completa tranquilidad caminaba aquella noche donde las estrellas y Luna fijaban su camino, donde la frío de la noche reinaba; Conocía la Existencia de esta otra criatura de su raza, aunque no con certeza de quién o cómo era.
Aquella voz aparentemente angelical pronto llegó a sus oídos... deteniéndose levantó la vista para ver, entre los viejos árboles rugosos y tupidos, a aquella chica pelirroja que se paseaba de noche.

Sus Ojos reflejaban el color cristalino y blanco de la Luna, cómo un suave y tranquilo pantano refleja al cuál lo ve. Observó detenidamente aquella figura delgada que se paseaba cómo buscando su presa, avanzó hacía ella con completa serenidad y confianza hasta donde nacía aquél bosque roñoso.

En un suspiro contestó, no era necesario más.

[alice_eiplek]

-¿Cuál es tu nombre?- preguntó cuál niña a una nueva compañera de juegos, una sonrisa amena dibujada en la comisura de sus labios.

[dial_cewdir]

Dial miraba todavía a aquella muchacha... Estimaba que tendría, o al menos eso aparentaba, algunos años mas que ella.

Luego de algunos minutos de completo silencio de su parte, nada más interrupido por su respiración, suspiró esbozando una fina sonrisa
-Dial Cewdir - Contestó alzando levemente. - ¿Cuál es el tuyo? - Preguntó de igual manera de la que ha contestado. Su voz sonaba ligera para exterminarse metros más allá donde el viento le ha transportado.

[alice_eiplek]

-Alice... Ese es mi nombre.- Por un momento guardó silencio, oblicuando ligeramente las cejas en una, demasiado extraña mueca entre tristeza y malestar. Cerró sus ojos y continuó.
Sólo un pestañeo. Tiempo más que suficiente para llegar al extremo de la joven y rozar su oído con el aliento -Y dime, Dial ¿Qué haces aquí?- esta vez su voz subió el tono, en uno más demandante y áspero.

[alice_eiplek]

La lucha continuó ferozmente por varias hastiantes e interminables horas. El sudor, la sangre, trozos enteros de cuero y pelo navegando en charcos de sangre oscura y espesa, la humedad del ambiente que parecía amenazar con robarles el poco oxígeno que quedaba en ese territorio tan repugnante y gaseoso. El cieno burbujeante a su alrededor, los cascos marcados en el borde lodoso y las patas de ambas bestias avernantes cubiertas hasta por encima de las rodillas en un mejunje de barro, algas pútridas y sangre

[dial_cewdir]

En algún momento en concreto, cuándo el pequeño animal volvía a enfrentar a Alice para embestir se detuvo en seco.
Irguió la cabeza rápidamente parando las orejas, volteando la cara. Distendiendo los ollares se percató de otra prescencía en las cercanías. Antes de que Alice pudiera volver a atacarla volteó su cuerpo y en un rápido escape desapareció en el intenso follaje....

((Así, ¿No?))

[alice_eiplek]

Resopló enfurecida, rasguño con una pata el suelo hasta lanzarse a toda velocidad tras el ejemplar pequeño. El pelaje imposible de camuflarla ya que relucía en la negrura nocturna la convirtió en un blanco fácil para las mandíbulas pesadas que de una atrapada lograron capturar de la peor parte a la criatura blanca. Desde el vientre sobre el final de las costillas. Levantándola por sobre su cabeza y cerrando con la fuerza para arrancar y destruir el hueso, la soltó. Lanzándola varios metros por el aire. La noche la ocultaba y probablemente si alguien hubiese presenciado el ataque sólo pudo ver a un pequeño animal blanco enquietecido y luego siendo revoleado por los aires. Sabía que había provocado el suficiente daño ahora, podía ver parte de sus visceras corriendo desde la herida y colgando graciosamente, sangrantes y magulladas. Mientras el animal joven permaneció quieto en el suelo donde habia caido ella se paró orgullosa, para después seguir su camino. El amanecer se haría presente en pocas horas, horas que aprobecharía para cazar