Era un día normal. Aburrido y normal de sobremanera para Jim. El ir y venir solitario por los pasillos, vigilante y expectante le era completamente monótono y aburrido
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Caminaba por el pasillo cargando un par de libros, algunas plumas y el tintero. Pensaba aburrido en los trabajos y lecturas obligatorias que él consideraba inútiles y que debía hacer. Había sido un mes larguísimo y el tedio se lo comía cada día.
De pronto se fijó en una espalda que se le antojaba conocida mientras sonreía con suficiencia.
-Si es el chico caballo…danzando como un alma en pena por los pasillos…
No pudo más que reírse ante la sonrisa falsa de Jim. Nada mejor para un mal día como cruzarse con alguien a quien molestar.
-Te concedería la revancha, pero te veo muy atareado arrastrándote por los pasillos. Además, yo tengo una pila insufrible de trabajos por hacer.- Comentó con sorna mientras acomodaba mejor los libros y tinteros.
Jim deshizo rápidamente la sonrisa -Vamos, que fue un golpe de suerte... - murmuró poniendo los ojos en blanco. Toda la cortesía que podía tener con algún noble con él se disipaba, a pesar de ser este un revolucionario. Frunció el ceño un momento - ¿No conocerás... por casualidad este colgante? -comentó mostrando el pequeño objeto. "Qué momento para encontrarse a este..."
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Caminaba por el pasillo cargando un par de libros, algunas plumas y el tintero. Pensaba aburrido en los trabajos y lecturas obligatorias que él consideraba inútiles y que debía hacer. Había sido un mes larguísimo y el tedio se lo comía cada día.
De pronto se fijó en una espalda que se le antojaba conocida mientras sonreía con suficiencia.
-Si es el chico caballo…danzando como un alma en pena por los pasillos…
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No pudo más que reírse ante la sonrisa falsa de Jim. Nada mejor para un mal día como cruzarse con alguien a quien molestar.
-Te concedería la revancha, pero te veo muy atareado arrastrándote por los pasillos. Además, yo tengo una pila insufrible de trabajos por hacer.- Comentó con sorna mientras acomodaba mejor los libros y tinteros.
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-Vamos, que fue un golpe de suerte... - murmuró poniendo los ojos en blanco. Toda la cortesía que podía tener con algún noble con él se disipaba, a pesar de ser este un revolucionario. Frunció el ceño un momento - ¿No conocerás... por casualidad este colgante? -comentó mostrando el pequeño objeto.
"Qué momento para encontrarse a este..."
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