No había sido muy díficil burlar a los serenos apostados en las puertas de internado. Jim y Phillipe, que no tenían problemas para salir, los distrajeron hablando mientras Maximiliem se escabullía hacia la salida
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Jim le dedicó una media sonrisa, pensativo. "¿Viene aquí a brindar y no sabe por qué brindar"? Se levantó de hombros. -¿Por un buen camino de ida a su destino, y esperemos que de regreso?
Sonrió chocando copas con sus acompañantes. Tomó un largo sorbo de vino. Cayó en cuenta de que esa misma tarde había estando tomando solo...Era raro que bebiera tanto. Sin duda su estancia en Baptiste había transtornado su ánimo y sus hábitos. Sin embargo no podía decidir si le alegraba o le entristecía marcharse. Apuró la primera copa y se apresuró a servirse otra...
-¡Deténganse, por favor! -exclamó, ubicándose entre ambos contrincantes. Había logrado juntar valor al ver que el tercer hombre, aquel que no participaba de la pelea, intentó por fin detenerlos-. Si no lo hacen pronto, se meterán en problemas -les advirtió, señalando la expresión de desaprobación del dueño de la taberna, quien ya mostraba disimuladamente la punta de su mosquete sobre el mostrador.
Se paró a mirar en derredor, al ver el mar de caras que les observaban, sonrió con superioridad a Jim frenado por Philipe quien por fin había reaccionado.
Y luego lanzó una mirada desdeñosa a la mujer que se había interpuesto a su lado, no le gustaba que le interrumpiesen. Quizás si no hubiese estado obcecado en la pelea con Jim le hubiese resultado hasta bonita.
-Sí, será mejor que salgamos de aquí.-Dijo en tono cortante, como invitando a su contrincante a continuar la trifulca fuera.
-Disculpen, messieurs... -se apresuró al ver que los tres se preparaban para salir de allí (quizás con la intención de continuar la pelea en el exterior)-. La pierna del caballero se ve bastante mal... Yo podría ocuparme... si me lo permiten...
"Si se oponen, tendré que pensar en otra cosa... y rápido".
Jim titubeó. Luego de fijarse algunos momentos en la dama, y darse cuenta de que no era una dama , si no un hombre dentro de un vestido y con protuberancia entre piernas... Negó con la cabeza.
- Si, mis amigos no son prescisamente un ejemplo de modales.
Habló en voz baja, frunciendo el entrecejo mientras escuchaba como Jim y Maximiliem seguian discutiendo.
- Disculpe si me indiscuyo en sus asuntos, Madame. Pero ¿qué hace Su Merced en un lugar como este?
Phillipe se arrepintió de haber preguntado en seguida. Muy probablente la chica fuese una prostituta. Sin embargo, la ropa que llebaba puesta era demasiado fina y sus modales demasiado exquisitos. No coincidía para nada con el lugar donde se encontraba...
-Yo... Es difícil de explicar. Espero que me perdone y que no piense mal de mí. Sé que no es correcto que una persona como yo esté sola a estas horas de la noche y en este sitio...
Su voz se quebró, y se dejó caer al suelo mientras se cubría la boca con los dedos de su mano. Algunas lágrimas se asomaron por sus ojos azulinos.
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"¿Viene aquí a brindar y no sabe por qué brindar"? Se levantó de hombros.
-¿Por un buen camino de ida a su destino, y esperemos que de regreso?
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-¿Por qué Jim encuentre nuevas y buenas razones para brindar?-Comento Maximilien con sorna mientras levantaba la tosca copa y reía.
La noche no había comenzado nada mal, siempre era divertido contrariar el toque de queda del internado.
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Sonrió chocando copas con sus acompañantes. Tomó un largo sorbo de vino. Cayó en cuenta de que esa misma tarde había estando tomando solo...Era raro que bebiera tanto. Sin duda su estancia en Baptiste había transtornado su ánimo y sus hábitos. Sin embargo no podía decidir si le alegraba o le entristecía marcharse.
Apuró la primera copa y se apresuró a servirse otra...
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-A saber... ¿Quiere brindar para que no le confundan con una mujer de nuevo? - sonrió a Maximiliem.
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Se paró a mirar en derredor, al ver el mar de caras que les observaban, sonrió con superioridad a Jim frenado por Philipe quien por fin había reaccionado.
Y luego lanzó una mirada desdeñosa a la mujer que se había interpuesto a su lado, no le gustaba que le interrumpiesen. Quizás si no hubiese estado obcecado en la pelea con Jim le hubiese resultado hasta bonita.
-Sí, será mejor que salgamos de aquí.-Dijo en tono cortante, como invitando a su contrincante a continuar la trifulca fuera.
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"Si se oponen, tendré que pensar en otra cosa... y rápido".
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-N-no, gracias - comento nervioso
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Habló en voz baja, frunciendo el entrecejo mientras escuchaba como Jim y Maximiliem seguian discutiendo.
- Disculpe si me indiscuyo en sus asuntos, Madame. Pero ¿qué hace Su Merced en un lugar como este?
Phillipe se arrepintió de haber preguntado en seguida. Muy probablente la chica fuese una prostituta. Sin embargo, la ropa que llebaba puesta era demasiado fina y sus modales demasiado exquisitos. No coincidía para nada con el lugar donde se encontraba...
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Su voz se quebró, y se dejó caer al suelo mientras se cubría la boca con los dedos de su mano. Algunas lágrimas se asomaron por sus ojos azulinos.
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- ¿Qué le ocurre, madame? Cuenteme su problema y quizás pueda ayudarle...
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En ese momento, levantó la mirada y sus ojos parecieron brillar de esperanza.
-Oh, pero es inapropiado... Usted nunca aceptaría...
Inclinó la cabeza hacia el suelo y se llevó ambas manos a la cara, fingiendo el llanto.
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