Juego en tus manos.
Título: Juego en tus manos.
Fandom: Original.
Sinopsis: A nadie le gustan las despedidas. Menos las que no son definitivas. Menos en las que no se dice adiós.
Palabras: 311
Como si no lo supiera todavía. Como si quisiera retroceder el tiempo. Le acarició la cintura, suavemente. Besó su vientre, buscó su ombligo con los labios. Su nariz rozó con la piel de su estómago hasta que sus ojos se posaron en su rostro, allá arriba, donde los últimos rayos del sol le calentaban los labios y el cabello rubio.
Instantáneamente, ella miró hacia abajo. A él. Observó cada detalle de su cara con demasiada atención. Para recordar por siempre. El sonido de su respiración era una melodía exquisita para todos sus sentidos.
Estaban en silencio. Buscaban excusas para quedarse así. Ahí. Escucharon cómo los coches pasaban por la calle, lento.
Diego se paró del borde de la cama deshecha, haciendo correr el tiempo otra vez.
Ella lo abrazó con fuerza, como si fuera posible ya.
-Ven conmigo. Ally…
De pronto sintió frío. Las palabras de Diego se escuchaban lejanas, se sintió mareada. Negó con la cabeza contra el duro pecho de él. Era demasiado tarde, sí. Muy. Quería decirle que lo extrañaría, que había sido lo mejor del verano. De todos los veranos de su vida y seguramente, de los que estaban por pasar. Que no sería lo mismo sin él, sin sus besos, sin sus abrazos estrechos siempre sugerentes. Ella no sería la misma.
Diego lo sabía y sólo sonrió. Evadió la extrañeza de Ally unos centímetros más abajo de su mandíbula. Trató de imaginarla junto a otro hombre, con algún sujeto del bar. Alguien… parecido a él. Imposible.
-Me gustas- dijo Ally.
Pegó su boca con la de él. Quizás sería la última vez. Quizás.
-Adiós .
-Me gustas, Diego.
-Adiós, Ally.
-No. Dime que también te gusto.
Jaló despacio sus cortos cabellos castaños y repitió la última frase.
-No me gustas, Ally. Pero no sirve ya decirlo...
Las hebras blondas se le pegaban a la cara mojada. No le gustaba decir adiós. Le dejaba la boca seca.
*Nota de la autora: Hace un tiempo vengo imaginando a esta joven pareja. Son entretenidos, a mi parecer. Llenos de energía y pasión. Es un racconto así que luego se les aclarará la película.
Fandom: Original.
Sinopsis: A nadie le gustan las despedidas. Menos las que no son definitivas. Menos en las que no se dice adiós.
Palabras: 311
Como si no lo supiera todavía. Como si quisiera retroceder el tiempo. Le acarició la cintura, suavemente. Besó su vientre, buscó su ombligo con los labios. Su nariz rozó con la piel de su estómago hasta que sus ojos se posaron en su rostro, allá arriba, donde los últimos rayos del sol le calentaban los labios y el cabello rubio.
Instantáneamente, ella miró hacia abajo. A él. Observó cada detalle de su cara con demasiada atención. Para recordar por siempre. El sonido de su respiración era una melodía exquisita para todos sus sentidos.
Estaban en silencio. Buscaban excusas para quedarse así. Ahí. Escucharon cómo los coches pasaban por la calle, lento.
Diego se paró del borde de la cama deshecha, haciendo correr el tiempo otra vez.
Ella lo abrazó con fuerza, como si fuera posible ya.
-Ven conmigo. Ally…
De pronto sintió frío. Las palabras de Diego se escuchaban lejanas, se sintió mareada. Negó con la cabeza contra el duro pecho de él. Era demasiado tarde, sí. Muy. Quería decirle que lo extrañaría, que había sido lo mejor del verano. De todos los veranos de su vida y seguramente, de los que estaban por pasar. Que no sería lo mismo sin él, sin sus besos, sin sus abrazos estrechos siempre sugerentes. Ella no sería la misma.
Diego lo sabía y sólo sonrió. Evadió la extrañeza de Ally unos centímetros más abajo de su mandíbula. Trató de imaginarla junto a otro hombre, con algún sujeto del bar. Alguien… parecido a él. Imposible.
-Me gustas- dijo Ally.
Pegó su boca con la de él. Quizás sería la última vez. Quizás.
-Adiós .
-Me gustas, Diego.
-Adiós, Ally.
-No. Dime que también te gusto.
Jaló despacio sus cortos cabellos castaños y repitió la última frase.
-No me gustas, Ally. Pero no sirve ya decirlo...
Las hebras blondas se le pegaban a la cara mojada. No le gustaba decir adiós. Le dejaba la boca seca.
*Nota de la autora: Hace un tiempo vengo imaginando a esta joven pareja. Son entretenidos, a mi parecer. Llenos de energía y pasión. Es un racconto así que luego se les aclarará la película.