ReciénLevantada
Estaba alojada en un lujoso hotel con mi familia, invitados por mi tía Laura, porque se celebraría el siguiente día una boda, yo no sabía de quién, pero allí estaba yo también como buena sobrina, hartándome de comer y de beber en un cóctel la noche antes de la boda. Me aburría infinito, así que decidí salir a tomar el aire. Me extrañó que en la
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De pequeño había encontrado unos botecitos de metadona enterrados en un solar detrás de mi casa, y aunque todavía no sabía lo que era, al momento entendí que se trataba de algo perversamente valioso.
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