{trad. español} Default State Of Being - Capitulo 1.

Dec 22, 2013 09:15

Numero de palabras: 5,067
BETEADO POR ADMIN KISSYS ;n; perdón por todos los dolores de cabeza que le hice pasar, se que fue difícil...y lo seguirá siendo(? bueno esperemos que no. Y gracias por su gran paciencia <3 es puro amor. Denle amor a Jacky <3

uno;

―Deberías usar la palabra filatelista.

―No usaré filatelista.

―¿Porque suena sucio?

―¿Al menos sabes lo que significa?

―¿Realmente importa?

Kyungsoo pasó una mano por su despeinado pelo frustradamente. Estaban sentados en una pequeña mesa para dos personas al lado de la ventana de una cafetería, el hombre frente a él sonriendo con ese maligno brillo en los ojos. Era demasiado temprano y Kyungsoo todavía no había tomado su café y mierda, siempre era muy temprano para lidiar con Jongin. Kyungsoo deslizó sus codos fuera de la mesa cuando el camarero llegó con su humeante taza de café. Envolvió sus dedos siempre fríos alrededor de la taza caliente y simplemente cerró los ojos con un gesto de felicidad. Ah si, el silencio.

¿Silencio?

Cuando estaba en compañía de Jongin, el silencio significaba que finalmente había perdido el conocimiento o que estaba planeando hacer algo estúpido. Nueve de cada diez veces era esto último, por lo que parecía poseer ridículas reservas de energía. Kyungsoo actualmente tenía dolor de espalda, eso era testimonio de este hecho.

El mayor abrió los ojos ante el asiento vació frente a él. Ni siquiera se molestó en echar un vistazo alrededor porque, en lo que sea que Jongin estuviera metido, no quería ser parte de ello. Le gustaba venir aquí casi todas las mañanas y no estaba dispuesto a dejar que su juguete sexual lo arruinara. Era uno de los pocos lugares en los que se sentía cómodo. Le gustaba la rutina. Disfrutaba de la familiaridad. Y por enésima vez en esta semana, se preguntaba por qué mierda seguía dejando que Jongin controlara gran parte de su vida. Diablos, habían pasado más de dos años desde que se conocieron y Jongin seguía follando sin disminuir su ritmo e ir lento alguna puta vez.

Después de tomar un pequeño sorbo de su café caliente, Kyungsoo finalmente dejó la taza en la mesa y sacó una pequeña libreta y un bolígrafo del bolsillo de su chaqueta. Estando allí también podría hacer algo útil mientras podía.

---Primer contacto: Dos años, tres meses y diecisiete días antes---

Kyungsoo miraba el monitor de su computadora portátil en la irremediable desesperación de que las palabras empezaran a aparecer en la pantalla sin su ayuda. Necesitaba algo, cualquier cosa que su cerebro y sus dedos lograran para poder pasar esta parte del libro. Intentó esforzarse más durante varios dolorosos minutos para hacer clic en el botón guardar y tranquilamente cerrar el dispositivo electrónico antes de lanzarlo a través de su cuarto. Un ordenador portátil roto sólo dificultaría su progreso y la fecha límite que se avecinaba lo exigía tanto que sentía como si algo le apretaba alrededor del cuello. Dejó caer la cabeza en sus manos y un fuerte suspiro escapó de sus labios.

Kyungsoo era novelista. O al menos eso respondía a la gente que le preguntaba. Nunca especificaba lo que escribía y siempre mentía cuando se interesaban en obtener una copia de su libro. No era que se avergonzaba de lo que hacía, pero en realidad se adaptaba a un público más específico. Gracias a Dios tenía un seudónimo. Kyungsoo escribió novelas de romance gay. Estaba delirantemente feliz cuando por fin había conseguido la carta de aceptación de una empresa editorial, aunque este tipo de clientela fuera en menor cantidad.

La primera novela que había hecho fue considerablemente buena y la tomaron en cuenta, él estaba más que satisfecho. Estaba escribiendo la segunda la cual era el problema. Temía haber gastado todo el poco conocimiento sexual que tenía en el primer libro, estaba sin ideas. Nadie quería leer acerca de dos hombres enamorados teniendo sexo extremadamente torpe con manoseos y chillidos nerviosos en su primera vez. Querían un increíblemente alucinante sexo nunca antes efectuado en la vida real. O por lo menos en la vida real de Kyungsoo.

Dejó caer su cabeza sobre la mesa con un rotundo golpe seco. La levantó unos centímetros y la dejo caer nuevamente, repitió este proceso hasta que oyó un fuerte golpe que no provenía de su cabeza golpeándose contra la madera. Nadie iba a verlo. Pero ahí estaba otra vez. Claramente un golpe. El hombre se deslizó fuera de su escritorio y se acercó a la puerta, secándose nerviosamente las manos en sus pantalones antes de agarrarla y abrirla lentamente.

―¿H-Hola? ―dijo en voz baja.

El hombre de pie frente a Kyungsoo era absolutamente impresionante por la forma en cómo estaba parado, y lo sabía. Inadvertidamente deslizó su amplia mirada comenzando por esos ojos oscuros hacia abajo, por su cuerpo. Kyungsoo tragó saliva, arrastrando sus ojos nuevamente a la cara del hombre y encontrándose con una sonrisa satisfecha en sus labios gruesos. Sus jeans encajaban cómodamente alrededor de sus muslos y su camisa blanca con botones, en su mayoría desabrochados por la parte superior, dejaron al descubierto una piel bronceada y clavículas prominentes. Mierda.

―¿Tu escribiste esto? ―dijo en voz baja, lo que puso a Kyungsoo muy nervioso.

―¿Qu-qué?

―Este libro ―dijo el hombre, levantándolo para que así la visión de éste fuera completa. Si, definitivamente era su libro.

Todo lo que pudo hacer fue asentir en silencio, preguntándose cómo diablos ése hombre pudo enterarse de su dirección.

―¡Es terrible! ―exclamó repentinamente.

La boca de Kyungsoo se abrió con sorpresa por cómo el hombre más alto le daba un codazo para abrirse paso dirigiéndose confiadamente hasta dentro de su apartamento.

―¡Espera! ¿Qué demonios estás haciendo? ― Escupe Kyungsoo finalmente.

―¿Alguna vez has tenido sexo?

―Espera-¿qué? ¿Por qué lo preg-? ¡Fuera de mi casa! ―exige Kyungsoo, con el miedo anudándose en su estomago.

El hombre estaba caminando hacia él, haciendo que Kyungsoo retroceda instintivamente para alejarse, lo que también significaba que sólo había cerrado la puerta tras de él y mierda mierda mierda, pensó que iba morir. Mientras que su espalda se encontraba con la sólida madera, Kyungsoo cerró los ojos y esperó a cualquier tipo de muerte que haya sido planeada para él.

―Alguna. Vez. Has. Tenido. Sexo.(?)

Kyungsoo abrió un ojo antes de que ambos lo hicieran con sorpresa. Este hombre era peligroso, pero ¡uy! demasiado atractivo cerniéndose sobre él, con los brazos a cada lado de su cabeza mientras se inclinaba contra la pared. Sus rostros estaban lo suficientemente cerca como para que el hombre atrapado pudiera sentir su aliento acariciándole la piel. No sabía si estaba más excitado o más asustado a la puta vez.

―S-s-si ―finalmente tartamudeo.

Una ceja se alzó a modo de respuesta logrando un gesto sexy en su rostro y todo lo que Kyungsoo pudo hacer fue tragar saliva a pesar del bulto que se formó en su garganta.

―Obviamente, si tuviste relaciones sexuales, tuviste sexo del malo. Me refiero a que, por la forma en que esos tipos follaban, todo fue una mierda, es increíble que no se pusieran flácidos y tambaleen rebuscando toda la casa tratando de encontrar a alguien que fuese mejor para cuidar de sus penes. Cristo, ¿acaso viste porno gay para rellenar los vacíos?

Kyungsoo parpadeo varias veces, sin siquiera poder formular un pensamiento coherente en su cabeza. ¿Qué mierda?

―¿Quieres que te enseñe de la manera correcta?

―¿Q-Quéeeeeee? ―Kyungsoo estaba completamente aturdido por el hombre que ahora se inclinaba más hacia él. Una sonrisa adornaba esos deliciosos labios carnosos y maldita sea, si tan sólo no lo estuviera excitando. La vida era muy injusta.

―Soy Kim Jongin ―dijo el hombre delante suyo, de forma tan casual como si no acabara de ofrecerse para tener sexo con él.

Un maldito comienzo. Kyungsoo casi suspira con incredulidad.

―¿Preferirías que te de una mamada? ¿O te gustaría chupármela primero?

La boca se Kyungsoo se abrió y trato de dar alguna respuesta real, pero lo único que salió fue un chillido. Sus dedos trataron de encontrar agarre sobre la superficie plana detrás de él mientras esos labios descendían otra vez, consiguiendo acercarse más y más antes de detenerse a pocos centímetros de su boca.

―Estoy a sólo 30 segundos de meter mi mano en tus pantalones para ver cuán grande pueden ponerse esos maravillosos ojos tuyos.

Tomó menos tiempo para que el cerebro de Kyungsoo le dijera que no hiciera. Pero si este tipo estaba aquí para matarlo, también podría obtener algo de él. Ahora y sin motivo, presionó sus labios contra los de este tipo llamado “Jongin” invasor de su casa, con la lengua a medio camino de su garganta y los pantalones haciéndose cada vez más incómodos. No tenía idea de qué demonios lo había poseído como para hacer algo tan estúpido e imprudente, pero maldita sea, iba a disfrutar cada maldito segundo de esto. Estaba tan caliente que era absurdo.

Hubo dedos hábilmente desabrochando su pantalón y antes de darse cuenta de que sus jeans y boxers estaban siendo empujados hasta sus rodillas. Kyungsoo gimió cuando esos increíbles labios abandonaron los suyos y abrió los ojos. De hecho, se abrieron tan ampliamente cuando vio esos mismos labios envueltos alrededor de la cabeza de su pene endurecido.

―Mierda ―dijo a si mismo mientras tiraba su cabeza hacia atrás contra la pared. No había tenido relaciones íntimas hace mucho tiempo y esto se sentía tan condenadamente bien y oh dios~ las cosas que estaba haciendo con la lengua. El calor a su alrededor era casi insoportable, gimió suavemente mientras se mordía el labio.

Kyungsoo siempre se consideró un amante generoso. Por lo que mantuvo las manos en sí mismo con los puños apretados a los costados. Así que se sorprendió cuando Jongin tomó una de sus manos y la colocó sobre su pelo. Kyungsoo gimió en agradecimiento mientras dejaba que las sedosas hebras se deslizaran a través de sus dedos antes de hacer una bola con su mano. Esto le valió un gemido del otro hombre y las vibraciones atravesaron su pene y se asentaron en la boca del estomago. Sentía que las piernas le empezaban a temblar, pero no iba a dejar que nada detuviese a esa boca terminar lo que había empezado. Y eso sería muy pronto.

Kyungsoo pronto aprendería que Jongin era una perra insaciable.

Después de su muy sucia liberación y su propia camisa siendo quitada y lanzada lejos, Kyungsoo estaba siendo prácticamente arrastrado hacia el sofá. Trató de subirse los pantalones para salvar algo de su dignidad, pero de repente un par de labios estaban presionando contra los suyos de nuevo y una lengua maniobrando en su boca. Este hombre sabía qué diablos estaba haciendo y sentía que el mundo tambaleaba de nuevo. Justo cuando estaba adaptándose a esa nueva sensación, fue empujado hacia abajo, de rodillas. El suelo fue duro y dolió cuando impactó contra él, pero se distrajo un poco por el bulto frente a su cara.

Sin siquiera pensarlo, las manos de Kyungsoo comenzaron a desabrochar y abrir la cremallera, pero al parecer no fue lo suficientemente rápido porque habían otro par de manos, bajando los pantalones mucho más rápido de lo que Kyungsoo pudo haber hecho. Incluso no debió sorprenderse cuando descubrió que no faltaba algo debajo de esos pantalones ajustados. Bueno, excepto por ese pene que estaba justo a la altura de sus ojos exigiendo atención.

Kyungsoo extendió la mano y lo agarró suavemente antes de experimentalmente lamerle la punta. Si lo había hecho antes, pero eso había sido hace siglos y no estaba seguro de si era bueno en eso. Oyó un suave gemido de Jongin y lo tomó como una buena señal. Hizo girar su lengua alrededor antes de colocar la mayor cantidad de éste dentro de su boca hasta donde podía. ¿Cómo pudo haber olvidado lo incómodo que era esto? Su boca se estiraba un poco demasiado forzado, pero no es como si pudiera parar ahora. El dueño del pene que estaba en su boca hizo notar su molestia con Kyungsoo reteniéndose muy obviamente cuando empujaba hacia adelante. Entonces, hubo una mano en su cabello, tratando de guiarlo a tirones cortos. Kyungsoo se echó hacia atrás y lo miró con irritación grabada en su rostro.

―¿Podrías ser jodidamente paciente?

Solo oyó un gruñido en respuesta. Se humedeció los labios y comenzó de nuevo, tomándolo poco a poco, centímetro a centímetro. Era mucho más cómodo para Kyungsoo de esta manera y eventualmente se relajó. Cuando finalmente consiguió tener un ritmo entre su mano y su boca, uso su otra mano para empujar al hombre sobre el sofá. Este lo hizo con bastante facilidad y Kyungsoo se movió por lo que ahora se ubicaba entre sus muslos, cogiendo un ritmo más rápido. Los gemidos entrecortados golpeando contra sus oídos eran tan condenadamente eróticos y calculados que debieron ser jodidamente ilegales. Se estaban haciendo más fuertes mientras la mano en su pelo se apartaba rápidamente, viéndolo correrse sobre su sofá. Maldita sea.

La boca de Kyungsoo estaba adolorida, pero no tuvo tiempo de vocalizar su ira acerca de eso o de que había arruinado su sofá porque estaba siendo besado de nuevo.

―No eres tan malo ―comenzó Jongin cuando finalmente soltó el pelo de Kyungsoo. ―Eres un poco bizarro y a veces tus dientes se meten y molestan, pero hay potencial.

Kyungsoo lo miró con desconcierto. ―¿Estás criticando mi mamada?

―Sólo estoy tratando de ayudar.

Kyungsoo se puso de pie, subiéndose los boxers y los pantalones para poder conservar la poca dignidad que le quedaba, pero una mano agarró de su brazo, haciéndolo darse vuelta. ―¿Qué demonios podrías querer ahora?

―Déjame enseñarte.

Jongin tenía una cara tan completamente seria, que ha Kyungsoo le resultaba difícil pensar que esto era una especie de broma. ―¿Estás completamente loco?

―Oye, dejaste que te la chupara tres minutos después de que nos conocimos. No es de mi mente que debes preocuparte. Ya sé que soy inestable.

―La frustración sexual no significa que esté demente ―gruño Kyungsoo. ―¿Y quién mierda entra en la casa de alguien y se lo coge?

―No fue como lo había planeado, pero joder, tienes la boca más increíble y esos ojos estaban rogando por ello.

Kyungsoo parpadeó varias veces, con la mente completamente en blanco. Este hombre claramente loco pero hermoso estaba de pie en medio de su sala, con los pantalones aún alrededor de sus tobillos, complementándolo. Mierda.

―Eres un escritor genial, pero tus escenas de sexo son terribles. Sólo déjame mostrarte lo mejor que pueden ser. Te enseñaré todo lo que no hacen en esas terribles películas porno. Hay tantas posiciones que hacen para que luzcan bien ante la cámara. Pero yo puedo mostrarte todo lo demás.

Kyungsoo frotó sus ojos con la mano, mientras dejaba escapar un profundo suspiro.
―Muérdeme el culo.

―Solo si lo pides amablemente.

---Día de hoy: Cafetería---

Kyungsoo estaba escribiendo notitas cuando oyó la silla frente a él deslizarse por el suelo. Levanto la vista hacia arriba el tiempo suficiente como para confirmar de que efectivamente se trataba de Jongin sentándose allí. Un agitado y sonriente Jongin.

―Kyung-

―No quiero saber.

―Aw, pero-

El mayor le interrumpió con una severa mirada.

―¿Desde cuándo eres tan aguafiestas?

―¿Desde qué te conocí?

―Hijo de puta.

Kyungsoo guardo su bloc de notas y el lápiz. Sería inútil intentar hacer cualquier cosa productiva cuando Jongin estaba de vuelta y tan vivaz como siempre. Trajo el café a sus labios, disfrutando el sabor ligeramente amargo, gimiendo cuando el liquido caliente se deslizaba en su garganta estableciéndose en su estomago.

―Si no conociera los sonidos que haces durante el orgasmo podría jurar que te gusta el café más que el sexo.

Kyungsoo levanto la vista ante la gracia de Jongin con una mirada penetrante por encima de su taza de café.

―Creo que pusiste duro al tipo abajo mío.

El viejo Kyungsoo simplemente se habría sonrojado y escondido detrás de su café, pero este no era ese Kyungsoo ahora. Este particular Kyungsoo, era plenamente consciente de cómo era y como la gente lo miraba. Le había tomado mucho tiempo entrar en razón. Cuando no creía en los elogios de Jongin, el más joven empezaba a señalar cuando otras personas le estaban mirando. Y muy pronto Kyungsoo captaba y sabía cuando alguien lo encontraba atractivo. Se llenaba de una sensación de confianza que nunca antes había sentido y le encantaba. No le diría a Jongin, por supuesto.

Así que naturalmente, inclino la cabeza hacia un lado para mirar alrededor de Jongin. Allí, de hecho, había un hombre sentado mirándolo. Tenía esa mirada deslumbrante en su cara que Kyungsoo conocía tan bien. También llevaba un anillo de bodas. Kyungsoo tenía límites.

―¿No es tu tipo? ―Jongin pregunto curiosamente cuando Kyungsoo claramente había perdido el interés.

―No soy del tipo "follemos en un hotel barato, hasta que tengas que ir a casa con tu mujer".

―Serias una esposa sexy.

―¿Qué mierda?

―Podrías estar en la cocina preparando la cena en nada más que un delantal y un par de tacones.

Kyungsoo vio como Jongin estaba mirándolo fijamente, sabiendo muy bien que el joven imaginaba en cómo se vería así. Suspiró y sacudió la cabeza.

―Nunca va a suceder.

―¡Oh, vamos!

―Sobre mi cadáver.

―Bueno pero si usarías ese...

Kyungsoo rodó sus ojos dramáticamente. ―Jesucristo, ve a buscar un agujero en la pared para follar.

―Bueno, él es alto, moreno y casado ―murmuro Jongin sombríamente.

―Eres mejor que eso.

La conversación se quedo en silencio. Kyungsoo tomó un sorbo de café mientras Jongin miraba por la ventana con la cabeza posada en su mano. A Jongin le iba a tomar mucho tiempo para darse cuenta del valor que tenia para Kyungsoo. Sentía como si tal vez debería alcanzarle una mano para tranquilizarlo, pero sabe que no tiene sentido. Jongin es solo Jongin.

Caminan en relativo silencio de vuelta al apartamento de Kyungsoo que se encontraba a pocas cuadras de distancia. Jongin tiene el brazo casualmente colgado alrededor de los hombros del mayor, inclinándose para darle calor cada vez que el viento soplase. Debería haber traído una bufanda, pero estaba muy distraído por un Jongin hiperactivo, como de costumbre. Metió sus manos en los bolsillos y se estremeció. Odiaba el frío.

Dio la bienvenida a la calidez de su apartamento con una pequeña sonrisa mientras se detenía en la puerta por un momento. Jongin pasó de su lado, quitándose la chaqueta y dejándola caer en el piso a su paso. Kyungsoo simplemente la recogió y la colgó en el gancho de la puerta - gancho el cual Jongin sabía que estaba allí, gancho que Jongin nunca usó porque simplemente no le importaba. Kyungsoo podría haber dicho algo al respecto, pero no serviría de nada. Jongin nunca lo haría. Perezoso de mierda.

Kyungsoo flexiona los dedos para que el calor atraviese lentamente sobre ellos luego de la gélida temperatura de antes. Frotó las manos juntas intentando obtener más calor antes de que otro par de manos se pusieran justo encima. Las manos de Jongin siempre eran muy cálidas, Kyungsoo simplemente dejó que el otro hombre las caliente con un suspiro de satisfacción. Envidiaba la capacidad de Jongin para retener el calor corporal.

―Gracias ―murmuró mientras sus manos finalmente llegaron a temperatura ambiente. Jongin tarareó suavemente en respuesta mientras se alejaba de nuevo, esta vez en dirección a la cocina.

El mayor cogió el portátil de su escritorio y lo colocó en la pequeña mesa de café frente al sofá.

―Compraste una mesa de café ―dijo la voz ligeramente sorprendida de Jongin mientras entraba a la sala con una galleta a medio comer en la mano.

―Sí, lo hice ―respondió Kyungsoo de lo más natural.

―Pero es demasiado pequeña como para tener sexo en ella ―dijo el joven, mientras lo miraba.

―No la compre para tener sexo en ella.

Kyungsoo oyó un resoplido débil de Jongin a través de la habitación y lentamente negó con la cabeza. Se sentó en el borde del sofá, esperando que el aparato frente a él encendiera. Jongin estaba de vuelta en la cocina divagando alrededor en los gabinetes.

Mientras Kyungsoo finalmente abría su capítulo casi terminado, se desconectó del ruido en la otra habitación y comenzó a volver a leer los últimos párrafos. Sus dedos se deslizaron a través de las teclas un par de veces antes de situarse en la parte correcta y comenzar a escribir. Empezó lento, una idea formulándose en su mente plenamente antes de acelerar. Estaba tan concentrado en lo que estaba haciendo como para notar el peso que se colocaba detrás de él sobre el sofá y la invasión de su espacio personal mientras los muslos de Jongin presionaban contra la parte exterior de los suyos.

Ahora cálidos dedos hacían su camino bajo la camisa de Kyungsoo moviéndose suavemente mientras tocaban todo a su paso. Los toques de Jongin eran ligeros mientras se abría camino hacia el estómago del otro hombre, inclinándose hacia adelante para presionar sus labios contra la parte posterior de su cuello. Sin embargo, el golpeteo de teclas nunca paró. Jongin aún no tenía su atención. Entonces continuó presionando ligeros besos en toda la piel desnuda a su vista, recorriendo con sus labios por toda la superficie mientras lo hacía. Sus manos se movían más y más sobre el abdomen de Kyungsoo, y mientras maniobraba, una de sus manos descendió lentamente hasta llegar a la pretina del pantalón y fue allí cuando el mayor finalmente reaccionó.

Kyungsoo estuvo tratando desesperadamente de ignorar los toques que estaban enviando una ráfaga caliente directamente a la boca de su estomago. Tenía una fecha límite para entregar el libro, maldita sea, pero su cuerpo ahora estaba demasiado caliente como para poder concentrarse. Todo lo que podía pensar era en esas manos moviéndose hacia abajo y en lo mucho que odiaba cuando Jongin lo provocaba. Se debatía entre el deseo de ignorar a Jongin por despecho y las ganas de tirarse hacia atrás y ceder ante él.

Obviamente había pasado demasiado tiempo debatiéndolo internamente porque su cuerpo ahora se encontraba arqueándose debido a los acalorados dedos que estaban envolviéndose alrededor de su pene. Su atención fue momentáneamente desviada por los dientes presionando ligeramente en su cuello y mierda, Jongin siempre sabia que hacer para romper su concentración. Sus dedos resbalando del teclado y sus manos agarrando los muslos de Jongin apretándolos contra los suyos. Se apoyó en el pecho de Jongin y dejó caer la cabeza en su hombro mientras sus ojos permanecían cerrados.

La mano libre de Jongin presionaba a Kyungsoo acercándolo más para que el mayor pudiera sentir su excitación. Realmente era insaciable. No pasó mucho tiempo para que la mano de Jongin lo dejara totalmente duro. Se mordió el labio inferior con fuerza y sus uñas se enterraban en los muslos del más joven. Este iba provocativamente lento y Kyungsoo quería más. Trato de hacerle acelerar, pero una mano en el estómago lo presionó para que se detenga. Kyungsoo dejó escapar un gemido frustrado y giró la cabeza para que sus labios apenas toquen la oreja de Jongin.

―Apúrate ―le exigió con voz entrecortada. Podía ver la sonrisa esparcida en la cara de Jongin antes de mirarlo.

―Perra exigente ―y luego Jongin lo estaba besando, labios separados y lenguas que se deslizaban una contra la otra de manera descuidada. Deslizó su pulgar por la cabeza del pene de Kyungsoo y obtuvo un fuerte gemido. Aceleró un poco, pero no lo suficiente como para que el mayor consiguiese el alivio que necesitaba. Kyungsoo mordió el labio inferior de Jongin, haciendo que el menor se cierna duro contra su culo.

Entonces quitó la mano y Jongin se deslizó sobre él rápidamente. Acomodándose entre las piernas de Kyungsoo comenzando a desnudarlo de la cintura para abajo. Después de que sus pantalones estaban siendo tirados por la habitación, Jongin comenzó a sacarse los suyos. Era en momentos como estos cuando Kyungsoo apreciaba la capacidad de Jongin para pasar de estar vestido a estar desnudo en menos de 10 segundos. Ahora un Jongin muy impaciente estaba alcanzando entre los cojines del sofá, sacando lubricante y un condón. Si Kyungsoo hubiese estado con cualquier otra persona probablemente tendría que salir corriendo por su vida a causa de los lubricantes y condones escondidos alrededor de toda la casa. Cuando se había quejado de ello Jongin simplemente se encogió de hombros diciendo que prefería tenerlos a la mano en vez de ir a buscarlos corriendo innecesariamente pudiendo dedicar su energía en hacer algo más útil. No pasó mucho tiempo para que Kyungsoo estuviese de acuerdo con su lógica a pesar de que había puesto un límite para que no los pusiera en los gabinetes de los platos.

Kyungsoo comenzó a acariciarse a si mismo lentamente mientras miraba a Jongin arrastrarse sobre su regazo, montado entre sus muslos. Sus bocas se unieron de nuevo, la mano libre de Kyungsoo tirando del pelo del más joven, acercándolo más. Necesitaba fricción. Oyó el estallido del lubricante abierto y se aparto del beso. Estaba a punto de protestar que estaba adolorido por la noche anterior, pero las palabras se atoraron en su garganta. Jongin se preparaba a si mismo ya que estaba tan caliente de que el mayor lograse excitarse otorgándole un suave gemido en reconocimiento. Jongin lo miraba fijamente, con el labio inferior entre sus dientes y los ojos entrecerrados mientras movía sus dedos, hacia arriba y hacia abajo. Lentamente

Kyungsoo apartó la mirada el tiempo suficiente para coger el condón y ponérselo. Tomó el brazo de Jongin y lo alejó un poco. Necesitaba estar dentro de él. Ahora. Agarrando las caderas del joven, tiró con brusquedad. Jongin se sentó muy lentamente en el casi doloroso pene duro de Kyungsoo. Echo la cabeza hacia atrás y gimió mientras se hundía hasta el fondo. Trató muy difícilmente para lograr quedarse quieto, con los dedos enterrados sobre las caderas de Jongin, había mucho de donde agarrar y el calor a su alrededor se sentía tan jodidamente bien. Movió un poco sus caderas y escuchó al hombre sobre él dejar escapar un gemido de asombro.

Kyungsoo movió sus caderas un par de veces más antes de usar su control sobre Jongin para tirar de él de hacia arriba y abajo. Sintió el aire salir precipitadamente de sus pulmones mientras repetía la acción una y otra vez, cada vez más rápido. Jongin estaba empujando con fuerza, concentrado en lo que hacía con las cejas fruncidas y dios, Kyungsoo amaba como es que Jongin se veía en esos momentos. Fue una especie de tira y afloja. Jongin empujando hacia abajo y Kyungsoo tirándolo hacia arriba. El sonido de su piel conectándose una y otra vez sólo fue interrumpido por bajos gemidos.

Kyungsoo soltó una de sus caderas para agarrarlo por la parte posterior de la cabeza, con sus dedos enredándose en el cabello de Jongin tirándole más cerca para un beso duro. Jongin se hundió en el pene de Kyungsoo y empezó a mover sus caderas, forzando un gemido debido al calor que sentía alrededor. Se sentía doloroso para su liberación, pero no quería que ese sentimiento se detenga. Jongin se sentía tan condenadamente bien envuelto alrededor de Kyungsoo. Entonces el más joven se movió para arriba y abajo de nuevo, de vez en cuando chocando sus caderas contra Kyungsoo y provocando increíbles toques de placer corriendo a través de él. No duraría más a este paso.

Soltó el cabello de Jongin y envolvió su mano en el pene del otro hombre, con su otra mano pasó los dedos por su cabeza tirando de Jongin con suficiente fuerza para acercarlo hacia él.

―Por favor ―gimió Jongin y Kyungsoo no podía hacer más que obligarlo. Bombeó el pene del más joven al compás de sus embestidas mientras se aceleraban. Podía sentir los muslos de Jongin temblar, lo que lo incitó a envolver su mano libre alrededor de su cintura para ayudarle a moverse arriba y abajo más rápido. Era tan irregular que hizo que Kyungsoo sintiera la tensión corriendo hacia el sur.

La cabeza de Jongin cayó hacia adelante hasta que sus frentes se tocaron. Kyungsoo podía sentir su aliento en la cara y el sudor mezclándose con el suyo. Todo lo que podía sentir era a Jongin, y se sentía muy bien. Sintió las vibraciones del gemido de Jongin justo antes de que éste se pusiera tenso y un líquido caliente derramara sobre su mano y el torso. El más joven mantuvo moviéndose arriba y abajo mientras vibraba alrededor de Kyungsoo. Muy pronto, sus dedos se apretaron en la alfombra y dejo escapar un sonido ahogado, mientras todo lo acumulado se desembocaba en el interior del hombre. Las caderas de Jongin ahora se movían contra el bruscamente, haciendo que su pene sensible se contraiga e intensifique de placer.

Cuando finalmente se detuvieron Kyungsoo se dejo caer en el sofá, llevando a Jongin con él. Su mente estaba en blanco y su cuerpo gratamente temblando. Era híper consciente de todo; el dolor en la garganta por respirar tan fuerte, el brillo del sudor sobre su piel que empezaba a picar, la humedad filtrándose a través de su camiseta. Pero no le importaba en estos momentos. El rostro de Jongin ahora acariciaba su cuello, echó su cabeza hacia atrás para disfrutar de la sensación placentera. Era en momentos como éste donde Kyungsoo podía olvidar que Jongin era un dolor de cabeza y que tenía esa habilidad innata para volverlo loco.

Luego Jongin se desprendía lentamente de Kyungsoo, se puso de pie un poco tambaleante, aunque sexy como el infierno, logró hacerlo. El mayor gimió ante la pérdida de contacto y el aire frió que de repente lo tomó por sorpresa.

―Ugh ―dijo mientras miraba su camisa. Cuidadosamente se la quitó para no hacer un lio. Finalmente se puso de pie para tirar la camisa en la lavadora y el condón en el bote de basura. Cuando entró de nuevo a la sala Jongin estaba acostado en el sofá, con un brazo sobre los ojos aún completamente desnudo.

Kyungsoo se acercó y subió sus pantalones antes de empujar al cerdo que acaparaba todo el sofá. Se sentó en su posición anterior, sacando su portátil de nuevo.

―Despiértame a las tres ―murmuró Jongin a sus espaldas.

Kyungsoo tarareó en respuesta. Suspiró profundamente y se pasó la mano por el cabello húmedo antes de sumergirse en su trabajo otra vez, un Jongin dormido yacía detrás de él. Se pregunto por enésima vez si Jongin se molestaría en el caso de crear un personaje justo como él para su próximo libro. Solo por diversión, por supuesto.



CAPITULO DOS

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