Numero de palabras: 3,075
Beteado por
Yue_Kissys y traducido por
Karina. Con ustedes el fin u_u el último capítulo de esta historia dkdfg espero que les haya gustado, y esperen que aún falta el epílogo :3 Para llenar el vacío existencial en sus pequeñas almas las dejo con "
You're a vessel of light to me tonight" un Sekai bonininini que esta en proceso ;3; y pronto Not Intended... bueno y eso sería, gracias a todos los que siempre comentaron y siguieron la lectura como un fantasmita (?) disfruten la lectura~
doce;
Kyungsoo fue despertado por la presión de unos labios sobre la piel expuesta de su cuello, el calor lo atrajo a la realidad y fuera de su estado adormilado. Con una pequeña sonrisa, rodó hacia los brazos de Jongin, acurrucando su rostro en el pecho del otro hombre con todas las intenciones de volver a dormir. Hubiera sido tan fácil dejar que su estado de inconciencia lo tomara de vuelta y simplemente relajarse porque había estado con mucha tensión. Pero, parecía que Jongin tenía otros planes y no pararía. Kyungsoo tuvo que alejarse cuando unas manos coquetas encontraron su camino dentro de su camisa, provocándole cosquillas a los costados para despertarlo completamente.
―Te odio ―Kyungsoo gruñó de manera juguetona, mirando a Jongin, quien mostraba una gran sonrisa.
―Entonces ven aquí y yo me encargare de eso ―dijo coqueteando, abriendo sus brazos para que Kyungsoo pudiera regresar a ellos. Siendo el adulto maduro, Kyungsoo simplemente le sacó la lengua y se paró de la cama, dirigiéndose al baño porque su vejiga estaba a punto de estallar y no iba a vaciarse por sí misma. Aparentemente, Jongin tampoco planeaba irse a algún lado, por lo que fue al baño metiéndose con Kyungsoo y haciéndolo gritar, provocó que le diera un golpecito con una toalla. ―Me debes un desayuno ―el hombre joven se quejó desde el suelo.
―¿Es en todo lo que puedes pensar? Sexo y comid... oh mierda ―Kyungsoo giró y casi se tropezaba con Jongin en el proceso. ―¡BP!
De lo asustado que Kyungsoo se encontraba y además de los horribles escenarios que pasaban por su mente, la mínima destrucción actual en su departamento era sorprendente. BP había corrido rápidamente hacia la pierna de Kyungsoo, llegándole a la mitad, al tiempo justo en que abrió la puerta y se pasó un buen rato desclavando las garras de sus jeans antes de que le perforaran la piel. La cachorrita estaba frenética y él, estaba tratando de hacer todo lo posible para calmar la bola de pelos en sus brazos mientras al mismo tiempo checaba sus muebles y posesiones, que felizmente no se encontraran dañadas. Estaba conforme al notar que lo único y más dañado por sus patitas rascando, fue el periódico que había dejado en el piso del baño.
Jongin muy feliz, tomó a BP de los brazos de Kyungsoo, usando esa oportunidad para llenarla de afecto mientras Kyungsoo rellenaba sus tazones de comida y agua.
―Solo me amas por mi perro ―el hombre mayor gruñó, mirando con ojos entre cerrados hacia Jongin que en ese momento estaba adentrando su rostro en el cuello de la pequeñita.
―No solamente por eso ―vino la ahogada respuesta y Kyungsoo se abstuvo de aventarle algo a la pareja. Jongin puso la correa sujeta al collar de BP y posteriormente desaparecieron detrás de la puerta, dejando a Kyungsoo con manos temblorosas y una mirada medio estúpida que no se le quitaba.
Ellos dos no regresaron hasta después de que Kyungsoo había terminado de hacer el desayuno, su estómago le recordaba ligeramente, que no había probado bocado en toda la mañana. Los tres devoraron su comida sin darle muchas vueltas, los alegres suspiros de tener un estómago lleno sonaban alrededor mientras que una jarra de café estaba siendo preparada en la cocina. Y porque comer era algo totalmente relajante después de haber tomado una caminata, BP enseguida pasó a dormir entre su tazón de comida y la pared, sus patitas se movían al azar mientras dormía.
Kyungsoo se sentó en el sofá y giró hacia Jongin para poder verlo bien. ―Entonces ―comenzó con mucha más confianza de la que tenía. ―Deberíamos hablar.
―¿Si? ―Jongin comenzó con una sonrisa, aproximándose lentamente hacia el otro. ―Yo estaba pensando que tal vez debíamos ir a la cama.
Kyungsoo apartó la mano que atentaba con agarrar su muslo y se alejó con rabia. ―Jongin, hablo en serio. Tenemos que discutir sobre esto - sobre nosotros.
Parecía que el joven se iba a dar por vencido ya que se encorvó sobre el cojín, mirando constantemente a Kyungsoo. Enviaba una nueva ola de incertidumbre a través de su cuerpo y tuvo que suprimir la necesidad de estremecerse. ―No le veo caso. Yo te amo. Tú me amas. Fin de la plática ―Jongin se abalanzó y esta vez tomó a Kyungsoo por sorpresa, dejándolo caer sobre su espalda y siendo suprimido contra el sofá por un hombre muy contento.
―La plática no ha terminado ―trató de decir Kyungsoo con una voz que intentaba que sonase poderosa, pero realmente no fue así. Se retorcía debajo del dominante joven, no tenía caso y lo sabía. Jongin dejó salir un gemido muy grave en su garganta, el sonido lograba calmar los movimientos de Kyungsoo mientras una sensación de pesadez cubría su boca.
―Me estas matando ―el joven gruñó, inclinándose más hacia su presa, asegurándose de frotar sus caderas lo suficiente como para causar que Kyungsoo reprimiera un gemido por su cuenta.
―Si te llevo a la cama ¿podemos hablar después?
―Si claro, como sea ―respondió Jongin rápidamente, arrastrando y levantando a Kyungsoo junto consigo mismo.
―No es como sea ―Kyungsoo dijo mientras se detenía en el trayecto de ir a su habitación con los pies bien puestos sobre el suelo. ―Vamos a hablar después.
―Solo si te apresuras ―suplicó ―De verdad, realmente te necesito, ya mismo ―la confesión de Jongin fue como un suspiro contra los labios del otro, haciéndolo estremecerse de pies a cabeza antes de que sus labios pudieran derretirse en un beso haciendo callar al mayor de los dos. Fue muy fácil dejarse arrastrar por Jongin hasta la habitación - la puerta cerrada y con llave, en esta ocasión por seguridad. Jongin estaba medio desnudo para cuando Kyungsoo se dejó caer en la cama, rebotando un par de veces antes de que el otro hombre se arrastrara hacia él.
―Espera ―de repente dijo Kyungsoo, en pánico, con una mano presionada en el firme y desnudo pecho de Jongin haciéndolo detenerse en su progreso.
―Tienes que estar bromeando ―se quejó.
―Todavía me duele ―le informó al joven. ―Ni de chiste te acercarás a mi trasero.
―Entonces creo que tú tendrás que acercarte al mío.
La última voluntad de poner resistencia de Kyungsoo se había desvanecido y ahora se encontraba siendo apaciguada de forma placentera por la experta lengua de Jongin en su boca y una mano escurriéndose por el interior de su camisa. No importaba cuantas veces habían hecho esto; Jongin siempre obligaba a su cuerpo a reaccionar como si fuera la primera vez y la enésima vez al mismo tiempo. Hacia estragos en su sistema y en algunas ocasiones, como ahora, todo lo que podía hacer era sujetarse fuerte para lo que le esperaba.
Y a pesar de ser tan familiar, había algo debajo de todo eso que era distinto, ese nivel de emoción que no estaba presente la vez anterior lo hacía mucho mucho mejor. El hecho de saber cómo Jongin se sentía hacia él era suficiente para hacer que las ligeras caricias fueran más potentes, que las palabras no dichas fueran más fuertes y cada movimiento más significativo. Kyungsoo recorría el pecho de Jongin con sus manos antes de deslizarlas hacia el interior de los jeans del joven, con toda la intención de agarrar su trasero. Aprovechó esa oportunidad para rozar sus caderas, lanzaron la paciencia que tenían por la ventana sin remordimiento alguno. Tenía el derecho de dejarse llevar por el momento y por cada vez posterior. Jongin ahora es suyo.
El deseo podía sentirlo hasta en su estomago, forzando sus acciones para que sean más rápidas y que sus dedos puedan abrir el pantalón de Jongin antes de deslizarlos hasta la parte baja de sus piernas. Jongin tuvo que rodarse de espaldas y sacudir los pies para que sus pantalones cayeran al suelo junto con sus boxers. Kyungsoo tomó esta oportunidad para desvestirse y librarse de su incomoda ropa, posicionándose encima de Jongin en esta ocasión. Sus dedos se deslizaban suavemente por su cabello, jalándolo hacia un beso apresurado y ardiente mientras Kyungsoo se inclinaba hasta que su piel topaba con la del hombre moreno y no había una sola pulgada de espacio entre ellos.
Kyungsoo se perdió en Jongin; en el sentir de su lengua dentro de su boca, en sus manos recorriendo su cuerpo hacia abajo por su estomago, y en los ruidos necesitados que llegaban a sus oídos porque al parecer no estaba yendo lo bastante rápido. Sus caderas chocaban lentamente, frotando sus erecciones con mucha menos fricción de lo que a los dos les hubiera gustado.
―¿Soo? ―Jongin susurro a su oído, estirando su cuello de la cama. El hombre mayor solo tarareó en respuesta, resistiéndose a alejarse de la unión del hombro y cuello de Jongin, de la cual estaba abusando. ―Esto es muy dulce, pero no podr...
Kyungsoo clavó los dientes en su cuello y su oración fue interrumpida por un siseo. Con una sonrisita de las suyas, luego se deslizó por el cuerpo debajo suyo, tomando solo un momento para apreciar el miembro de Jongin antes de tomarlo con su boca. Una serie de palabras salieron de los labios de Jongin, ninguna era comprensible mientras que el mayor tomaba su tiempo, prestándole atención y consintió la cabeza de su pene antes de devorar aún más con sus labios. Le gustaba pensar que después de años de instrucción, se sabía cada truco para volver loco a su amante. Una buena bocanada una vez que la punta llegaba a su garganta, era suficiente para tener a Jongin embistiendo sus caderas y a Kyungsoo batallando por sostenerlo contra la cama antes de que se ahogara. Lo único que no le gustaba era lo rápido que su quijada se cansaba y de mala gana se quitó unos minutos después, apreciando la vista de un Jongin sin aliento y sudado que lo miraba fijamente como si fuera el hombre más increíble del mundo. De algún modo, le transmitía una oleada de nostalgia, como si nadie más que él debería permanecer allí y se permitió ser jalado hacia un beso que le robó el aliento.
―Te necesito ahora ―Jongin demandó, dejando marcas en la pierna de Kyungsoo mientras su cabeza caía en las almohadas.
El momento en que Kyungsoo se alejaba de Jongin para sacar el lubricante del cajón, recordó una ocasión en que el mismo Jongin de este momento lo había sacado de quicio. Nunca había sido muy paciente con el hombre, cuando todo lo que quería era algo rápido, susurrándole lo mucho que lo necesitaba y quería, hasta que estaba holgazaneando en las sabanas después de eyacular. Sólo que ahora no es tan molesto; es atractivo de hecho, y sorprendente. Ser pegajoso no era su estilo y Jongin era todo término de ser pegajoso, pero lo más importante es saber que Jongin fue así solo con él y que estaba rogando solo por él, esa forma de ser, lo hacía sentir más amado.
Había pasado buen tiempo desde que Kyungsoo había tenido que preparar a Jongin, especialmente en esta posición. Normalmente Jongin iba arriba y muy ansioso para esperar, se preparaba mientras Kyungsoo lo observaba con ojos llenos de lujuria. Ahora Jongin se encontraba debajo suyo, su piel deslumbraba y su pecho tenía un tono rosa mientras el mayor deslizaba un dedo cubierto en lubricante en su trasero. Jongin gimoteó, moviendo sus caderas de forma demandante como señal de que debía apresurarse a pesar del dolor para hacer esto más duradero, para saborear su primera vez juntos después de una confesión poco convencional. Además, su propio miembro estaba pulsando tan fuerte y duro que estaba al borde del dolor porque quería - necesitaba - a Jongin con locura. Aunque no era muy fácil de admitir abiertamente. Al menos, no por ahora.
Lleno de frustración y con emociones desesperadas, Jongin hurgó el lubricante por un momento antes de deslizar uno de sus dedos junto al de Kyungsoo. El mayor por poco le da una palmada en su mano, pero nuevamente, la lujuria lo llamaba demasiado y solo podía ver como sus dedos establecieron un ritmo opuesto uno del otro, haciendo que las caderas de Jongin se levantaran de forma al azar porque no sabían cuando calmarse. Consideraba que su amante estaba lo bastante estrecho cuando se dio cuenta de que las piernas de Jongin temblaban y su labio posterior estaba siendo tan abusado que se veía casi incoloro por toda la fuerza que utilizaba con sus dientes.
―¿Condón? ―preguntó Kyungsoo sin aliento, completamente inseguro de sí mismo.
―Por supuesto que no ―Jongin le contestó, y era una orden a la que Kyungsoo no podía resistirse. Asintió la cabeza, y lubricó su pene, quizás jalándoselo unas veces más de lo necesario porque se sentía increíble, pero Jongin levantó sus caderas y la mirada presumida en su rostro era inevitable de ignorar. Al deslizarse se sentía caliente y pegajoso, Kyungsoo se percató a mitad del interior de su amado que ésta, era su primera vez sin condón. Probablemente esa era la explicación a su sensibilidad, nada se interponía entre sus cuerpos, nada evitaba que fueran uno, nada podía apartarlos. Era casi un símbolo de todo lo que habían sido y todo que ahora eran. Sin barreras, sin límites - solo lujuria, necesidad y amor, y por el momento, fricción.
Los músculos definidos de Jongin se apretaron alrededor de sus lados, sus tobillos cruzándose por detrás de la espalda de Kyungsoo para adentrarlo hasta su más profundo interior. Sus propios brazos temblaban y no estaba seguro si era la situación físicamente la que le robaba tanta energía o si era la estimulación mental. Kyungsoo se distrajo, dejando que sus ojos se enfocaran en las gotas de sudor que hacían su camino en las cienes de Jongin, en el sentir del cálido aliento chocando a un lado de su rostro y en la increíble conexión que tenia con el hombre que amaba - el hombre que lo amaba. Sentía ganas de llorar.
Una embestida más por parte de Jongin con sus caderas y el momento se perdió, siendo reemplazado con un gemido mientras el ardiente y ajustado calor del interior de Jongin devoraba el miembro de Kyungsoo deliciosamente. Aun con todo lo que habían hecho, incluso después de su round de sexo salvaje que seguía vigente en su piel, Kyungsoo no había comenzado de manera lenta. Jongin podía con eso - gustosamente lo aceptó - usando sus piernas como palanca para levantar sus caderas de la cama con cada embestida. A diferencia de antes, Jongin se aseguraba de besarlo repetidamente, separándose solo para gemir o arquear su espalda cuando Kyungsoo le diera un poco más duro. Lo estaba tentando, nunca le daba al punto exacto que quería, y no podía evitar la sonrisa que se desplazaba por sus labios.
Jongin no tardó mucho en maldecir, en suplicar mientras enterraba sus uñas en la espalda de Kyungsoo. El poder de su posición era bastante embriagante y saboreaba la reacción del joven por un minuto más antes de ceder. La primera embestida tenia a Jongin apretujando sus ojos cerrados, retorciendo su espalda solo hasta que sus hombros y cabeza eran lo único pegado a las sabanas. Era intoxicante escuchar a Jongin gimiendo su nombre, como si fuera una oración y era la única deidad que podía saciarlo. Sus caderas se apresuraron, ignorando el camino de sudor que pasaba por los rasguños en su espalda. Ahora, lo único en su mente era Jongin.
Sus manos se aferraban a su cabello, tirando ligeramente al principio antes de que Jongin pudiera sujetarle bien, para jalarlo y aproximarlo hasta que estuvieran cara a cara. ―Te amo ―el joven susurró y eso fue todo lo que le tomó. Una mezcla de emoción y excitación por el contacto físico provocada por la reciente declaración mandó a Kyungsoo hasta el cielo antes de lo planeado. Gritó el nombre de Jongin, sus caderas se tambaleaban mientras llenaba el interior de su amado con esperma caliente. Su primer intento por ayudar a Jongin falló, su codo resbaló y cayó sobre el pecho del otro. El volverlo a hacer fue mucho más exitoso, una mano alrededor del pene de Jongin, girando y jalando antes de que se viniera sobre su estomago y con sus dígitos aun sosteniéndolo.
―Te amo ―Kyungsoo finalmente respondió, chocando sus narices de manera juguetona antes de besarlo y robarle el aliento al hombre postrado debajo de él.
Jongin se resistió a deshacer el nudo de sus piernas entrelazadas en Kyungsoo, prefiriendo tenerlo ahí, mientras pasaba sus dedos por el empapado cabello del mayor. Antes, esto pudo haber sido incomodo, el solo mirarse el uno al otro después de haber estado tan íntimamente juntos, pero ahora era perfecto. No mejillas sonrojadas, no dudas de autoestima que intrigaban su mente al mirar a Jongin, adorándolo. Minutos después, Jongin dejó un pegajoso y muy mojado beso en la boca de Kyungsoo antes de dejarlo escapar. Kyungsoo cayó junto a Jongin, su pecho aun se veía agitado levemente y su cuerpo gratamente zumbaba por todas partes, incluso sus dedos se estremecieron.
Y ahora era el momento perfecto para charlar. Jongin estaba muy exhausto para encontrar una manera de salir de esto como para desviar el tema hasta que lograra evadirlo y dejar a Kyungsoo insatisfecho. Como distracción de su propia mente, tomó la mano de Jongin y la utilizó para enfocarse. Entrelazó sus dedos junto con los del otro, acariciando y delineando los nudillos callosos. ―No soy bueno para este tipo de cosas.
Jongin tarareó una respuesta afirmativa y Kyungsoo movió su palma.
―Soy socialmente extraño.
―Lo sé ―otro movimiento.
―Soy un cero al cuadrado en esto del romance y no tengo mucha experiencia en relaciones.
―También lo sé.
Kyungsoo levantó la mirada de ambas manos y le echó una mirada al hombre que le estaba sonriendo. ―No soy bueno en la monogamia ―Jongin ofreció al encogerse de hombros y Kyungsoo resopló porque era dolorosamente obvio.
Debería... -Kyungsoo intentó acallar la duda en su mente, pero todavía estaba ahí. ―¿Si quiera valía la pena intentarlo?
Jongin apartó su mano, tomando el momento para entrelazar sus dedos y estrujarlos. ―Pero tú lo vales todo ―y comenzó a besar a Kyungsoo, suave y despacio y lo sintió por todo su cuerpo hasta sus talones. ―Te amo.
―Yo también te amo.
―Con un carajo, es obvio que si.
Kyungsoo suspiró. Esta charla iba a costarle más trabajo del que imaginó.
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EPÍLOGO