Estrenado: October 22, 1993
Guión: Glen Morgan and James Wong
Dirigido por: Michael Katleman
Esto es lo primero en lo que pienso siempre que me acuerdo de Shadows: Mulder y Scully hablando en la calle, alrededor de un coche. No saben muy bien qué ha pasado pero se han piñado sin explicación y, como siempre, discuten pedantemente sobre las posibles razones cuando sin darme cuenta dejo de escucharles y me pongo a seguir toda esa panorámica de movimientos con la que nos obsequia Mulder!remangadoconcorbataabierta que primero está agachado, se levanta hablando hipnotizadoramente a Scully, se va al maletero, coge su chaqueta, los bultos, los lleva al otro coche, los suelta, se apoya en el coche, coge la chaqueta, se la pone en el hombro, mira a Scully como si el resto de la humanidad hubiera desaparecido y afdsjañlkahsdhñags, DIOS MÍO. Es que el faro parpadea, la interroga con la mirada y lo ponen a cámara lenta!!! Repito: Mulder poniéndose la chaqueta a cámara lenta!!!! Fijaos en la cara de Scully ahí. Hay muchos momentos en esta serie en la que Duchovny me ha dejado electroencefalograma plano, en el quicio de la puerta de En Ami, en el cementerio de Milagro, en un parque llamando a Scully para jugar al baseball CON ella… pero por Dios que ésta puede ser la que se lleve la palma.
He leído muchas discusiones en Internet a lo largo de los años sobre la relación entre Mulder y Scully, y si al principio eran solo amigos y todo eso, pero veo escenas como esta y las siglas UST cobran todo su significado. Recalco aquí que esto era el episodio 6. Puede que no les interesase que la historia acabara yendo por ahí, pero esto siempre fue como un elefante gigante. Se subieron, y ya no había marcha atrás.
Bueno, entrando en el meollo del episodio, se trata de un intento de mostrar a Mulder y Scully haciendo el bien con un toque paranormal. Sólo era el sexto episodio, así que se nota que aún estaban intentando encontrar su sitio, porque en lo que a la trama se refiere, es más bien clásica y normalita.
Por eso me llamó la atención leer por algún sitio que una de las inspiraciones de la historia fue una película llamada El Ente, que, no exagero nada si os digo que fue la película que más me traumatizó en la infancia. No la he vuelto a ver, pero, ¿sabéis esas imágenes que se te quedan grabadas a fuego desde niña y nunca más vuelves a distinguir qué parte era real y qué parte imaginada? Pues una mujer atravesada desde las entrañas por un hijo literalmente monstruoso que vi en un motocine de Castelldefels, una bruja impostora con el pelo de Raffaella Carrá quemándose y volviendo a su auténtica cara que vi una noche asomada desde el pasillo de mi habitación y la protagonista de El Ente encerrada y violada por un monstruo invisible, que me hizo meterme debajo de la silla del cine, fueron las imágenes de mis pesadillas infantiles hasta hoy. Por eso me chocó bastante enterarme, porque hay que admitir que este capítulo no da nada de miedo.
Que conste que no me parece muy mal episodio, sólo que creo que le falta ese componente que hace que te recorra un escalofrío por la columna. Habría sido mucho mejor.
Pero aún así tiene muy buenas escenas. Wong y Morgan hacen gala de su impagable humor negro en la escena inicial del depósito, que siempre me ha parecido muy graciosa, colocando a Mulder y Scully ante el caso por medio de unos peculiares y misteriosos agentes de una agencia supersecreta, supermudos y superpaloenelculo. Lo que no saben los superagentes que en realidad son 86, es que Mulder ya se ha percatado de que son unos pardillos y decide levantarles el caso porque él lo vale. Scully sí, claro, y no tarda ni medio segundo en interrogarle por el pasillo en una escena encantadora en la que van superpegaditos y Mulder se pone a decir Mulderismos: “Yo no miento, colaboro voluntariamente en una campaña de desinformación”. Momento táctil gratuito que deja loca a Scully: Mulder!gafas aprovecha para abrazarla enseñándole las ídem y relevándole que se ha jakeado una huella para empezar la investigación.
A partir de ahí empiezan a desentrañar el porltergeist de forma un poco facilona, todo hay que decirlo, porque la testigo, Lauren Kyte, es un poco tontorrona y se deja seguir por todos sitios sin enterarse, así que el caso va a avanzando insubstancialmente. Menos mal que vamos teniendo momentos impagables de distracción como Mulder haciendo de modelo de traje a cámara lenta y le descubrimos habilidades como el revelado de fotos, y gustos dudosos, como Elvis (que aprovecha para soltar otro Mulderismo).
Como digo, en realidad el caso es un poco ni fu ni fa, pero Wong y Morgan se lo pasaron en grande escribiendo el episodio porque viene otra escena hilarante en la que Mulder y Scully van a hablar con la forense y ella les va soltando un montón de perlitas con cara de seta:
- Howard Graves, les aseguro que está muerto.
- ¿Cómo sabe que era él
- Lo ponía en la etiqueta”.
Bwwajajaja!!
Por suerte la cosa empieza a animarse, porque la tontorrona tiene una intuición muy desarrollada y de pronto se da cuenta de que la van a atacar, y que va a ser en un rato en su casa, así que deja el fiestorro de su oficina en el que se nota que lo está pasando genial, y queda con Mulder para que vaya a salvarla. Por supuesto, Scully se engancha con el cinturón del coche para perdérselo todo, pero Mulder llega con el tiempo suficiente para ver el final del numerito porltergeist.
Digo que este capítulo tiene altibajos, porque luego se la llevan para interrogarla y el episodio se vuelve superleeeeeento ahí. Por suerte Scully decide tomar los mandos, hacerse con la testigo y le dice a Mulder que van a resolver el caso tangiblemente, así que se van a hacer el registro con los otros polis tontos. Una pena que luego se vuelva a perder la parte más interesante, en la que el fantasma ayuda a Mulder y a Lauren a encontrar el disquete con las pruebas.
Scully al principio se lo perdía todo, ¿eh? Como al final cuando Mulder le pide una cita (ejem). Ella, con lo lista que es y no se entera, porque le contesta lo que años después comprobé empíricamente cuando estuve en Philadelphia: “No te pierdes nada, sólo es una campana grande con una grieta y hay que hacer mucha cola para verla”. Aún así él sigue queriendo ir. Heee.
- Lo mejor: La escena de Mulder con la chaqueta.
- Lo peor: la trama principal se queda un poco justita para los estándares de lo que era XF.