1x08. Ice, o El Principio de Todo
Fecha de estreno original: 5 de noviembre de 1993
Guión: Glen Morgan y James Wong
Dirigido por: David Nutter
CAPITULAZO. Con mayúsculas.
Por muchísimas razones. La mejor: Este es el capítulo que sacó a la palestra el meollo de Expediente X: LA CONFIANZA. En un agujero aislado, la muerte acecha. Todos son asesinos potenciales. “No somos quienes somos”. En un momento dado Mulder y Scully se apuntan mutuamente pero Mulder elige confiar en ella y baja la pistola. Pero la cosa no queda ahí porque hay una segunda parte: La escena del almacén es una de las escenas más eróticas que puedas ver jamás. Mulder está condenado, Scully quiere darle una oportunidad, aun a riesgo de exponerse ella. Entra ahí sola, inerme, temblando, pequeña y frágil y se enfrenta a un Mulder gigante que no conoce, que puede acabar con ella y que a cambio de su confianza sólo exige otra cosa, que ella confíe ciegamente en él. Y lo hace. “No confío en ellos, pero quisiera poder confiar en ti”. La detiene con una mano que es una garra y bajándole la camisa de una forma que sería violenta si no fuera tan erótica le manosea el cuello y la espalda con una mano enorme que parece habérsele tatuado en la piel desde ese momento. No deja que le mire. Ella está entregada. En todos los sentidos de la palabra.
Si me preguntáis cuál es la definición de UST, os pondría esta escena. Las caras de Mulder y Scully son transparentes. Se acaban de comprometer de por vida sin restricciones ni más condiciones. A cambio sólo piden que ese compromiso sea mutuo. Wow!
No, esperad, porque necesito poner esto:
Así que ya veis. Todo lo que pasa en ese almacén, toda esa sexualidad soterrada, ese compromiso sellado sin palabras, va a subyacer a partir de ahora en todo lo que hagan Mulder y Scully. En todo.
Razón 2: Los episodios en que se quedaban aislados. Paranoia. Peligro. Muerte. Siempre acababan siendo episodios terroríficos, y siempre nos daban momentos impagables entre Mulder y Scully, con diálogos memorables, discusiones fantásticas y conversaciones en las que no hablaban pero en las que se lo decían todo.
Razón 3: Ideas poderosas. Todo surgió por la escena en que Mulder y Scully se apuntan mutuamente. Fue la primera idea de Wong y Morgan para el episodio y todo fue escrito alrededor de esa escena. Wow!
Razón 4: “Aquí dentro correré menos peligro que tú”. A Mulder y Scully les separa un abismo y él sólo se preocupa de que ella estará expuesta. Lo improvisó Duchovny.
Razón 5: “¡Si Mulder está infectado no es culpa suya! ¡No podemos volverle la espalda!” “¡Wow! Scully. Siempre al lado de lo justo. Y siempre pensando en Mulder ante todo.
Razón 6: Es Scully quien descubre cómo matar a las larvas. Y nos encanta que sea tan pero tan lista.
Razón 7: Este capítulo está entre los favoritos de casi todo el mundo, pero sobre todo, entre los favoritos de todos los que trabajaron en él: Chris Carter, Gillian Anderson, David Duchovny. La energía que emana es acojonante. Es imposible no sentirla.
Razón 8: Grandes frases:“No confío en ellos, pero quisiera poder confiar en ti”, “No somos quienes somos”. “Que nadie piense lo que no es”.
Bff. Podría seguir. Creo que hasta lo voy a ver por segunda vez.
- Lo mejor: Podría decir todo el episodio, pero es que tengo que repetirla. La revisión-guión-manoseo de cuellos, porque significa tantas cosas que llena todo el episodio, toda la relación de Mulder y Scully. Mulder es un idiota en lo que se refiere a juzgar a la gente, me refiero a gente de verdad, ya sabemos que para los monstruos y los asesinos es un hacha, por algo le llaman Siniestro. Pero con Scully es diferente. Hay algo en ella que le devuelve la paz, una cualidad angelical, casi mágica que le hace querer ser mejor, que le reta y le estimula de forma eléctrica constantemente. Cuando ella acude ahí, indefensa y deseando en el fondo perder el control, él tiene que entregarse a ella de por vida o tirarse al abismo.
- Lo peor: En serio que no hay nada malo en este capítulo. Quizá que no haya bloopers de esa revisión de cuellos.