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[blutdesengels]

No sé porque me acordé de ti. He de reconocer que no lo hago amenudo, pero últimamente tu recuerdo revolotea entre las páginas de los libros y las fotografias del pasado. Supongo que no lo sabes y que te importa una mierda, pero no te odio. Sospecho sin embargo que esto no es reciproco. Las cosas podrían haber terminado de otra forma. Una despedida

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[oxalispescaprae]

No sé qué pensar. O mejor: pienso demasiadas cosas y no sé ni cómo reflejarlas, ni cómo hacer que no parezcan incoherentes entre sí.

Siempre he envidiado la capacidad de creer lo que uno quiere creer, creer analgésicos que recetar al alma de uno para salvarse de ciertas cosas como la apatía y la desidia. Yo desgraciadamente creo en lo que creo, y me gustaría creerme otras cosas, pero me enseñaron a basarme en la evidencia, en la realidad que me rodea, y por subjetivo que pueda ser, intento ser objetivo. Creo que me sale bastante bien pero eso quizás sea subjetivo.

No entiendo por qué puede uno no creer en la contigencia de los hechos y creer que se pueden cambiar las cosas. Me refiero a que creer en las dos cosas se me hace compatible, como procesos independientes.

Me ha dado mucho en lo que pensar.

[blutdesengels]

Si las cosas son contingentes, es decir, pasan porque tienen que pasar, ¿qué podemos hacer para que no pasen? No se trata de una contingencia metafísica, si no de que cuando hay un cumulo de causas que se escapan a tu control (y la mayoría son incotrolables), la consecuencia es inevitable. Conozco bastante gente que piensa así. Si yo pensara de esta forma, no me levantaría por la mañana.

[_ariom_]

Siempre es una putada cuando las cosas, pudiendo haber salido bien, salen jodidamente mal. Y uno siempre piensa que, si tan sólo este o aquel otro detalle hubiesen sido diferentes, todo habría ido perfectamente. Pero claro, la vida no funciona así, y las cosas solo pasan como pasan.

Afortunadamente también a veces las cosas, teniendo todas las papeletas para salir mal, salen bien. Con lo cual a uno sólo le queda salir, como dices tú, a partirse la cara, y esperar que esta vez la suerte esté de nuestro lado.