Aclaro: no soy una experta cocinera; ni siquiera cocino muy a menudo salvo días en que me aburro mucho o por orden de mi señora madre, que me toca ponerme a ello. Cuando he vivido por mi cuenta he pecado mucho de ir a por lo rápido y fácil, por cuestiones de tiempo y cansancio. Pero a veces, a veces, hago el esfuerzo con cierto cariño y devoción. Soy pésima en la presentación, eso también debo decirlo. Por los ojos no suele entrar lo que hago a nadie. Si desprende cierto olor, a lo mejor escapo por ahí, pero no siempre.
Creo que para ser un cocinero mínimamente decente te tiene que gustar la comida, y yo soy un perro verde para eso. Exquisita, como diría mi amada y gritona progenitora. Sí; por ejemplo, no me gusta mucho el dulce. Puedo contar con los dedos de la mano los postres que me hacen querer repetir y hoy, porque sí, traigo la receta de uno de ellos. Ya lo dije en el primer post: este LJ no se aferra a nada y a mí me apetece compartir una de esas cosas que me hacen feliz. Porque esta tarta me pone de buen humor, eso es así. Y creo que es un crimen a nivel internacional que todo el mundo no sepa de ella. Esta es:
Tarta de 3 chocolates
Nop. Esta foto en concreto no es de mi obra. La saqué de Google
para que entre mejor por los ojos
Antes de empezar, necesitamos:
- 150 gr de chocolate blanco
- 150 gr de chocolate con leche
- 150 gr de chocolate negro
- 1 paquete de galletas
- 80 gr de mantequilla
- 1 litro de nata
- 500 ml de leche
- 3 sobres de cuajada
Antes de soltaros la chapa de cómo hacerlo, hago un poco la trampa y os pongo un video tutorial; no porque sea vaga -no, de verdad-, sino porque creo que es más fácil viendo cómo se hace que intentar adivinar las a veces crípticas explicaciones de alguien, sobretodo cuando se es novato.
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Una recomendación personal: en vez de galletas maría o similares, probad hacer la base con Oreos. En serio. Para ello debéis quitarle lo blanco -conocido también como nata-, y luego seguir los mismos pasos que con una galleta normal: machacarla, echarle mantequilla fundida y leche para que no quede tan seca. Tal que así:
Sí, parece obra del Prestige y no galleta Oreo.
Pero está bueno, creedme
La elección del chocolate también es importante, a mi ver. Más si eres especial, como yo. Una siempre piensa en el bolsillo y tira a lo más económico, pero en cuanto a chocolate, es una elección importante -de ello depende tu vida, y tal-, así que se estira un poco. Por eso compro mis favoritos. Haced lo mismo. Con el blanco no me pongo quisquillosa porque no me gusta nada, así que lo dejo al azar -marca blanca-.
Dejo también un video para esa gente afortunada que tiene Termomix en casa -me incluyo. ¡Sí! ¡Lo admito! Hago trampa-, lo cual facilita muchísimo las cosas, ya que te tritura las galletas, te pesa las cantidades exactas y te lo mezcla todo sin que tengas que remover nada. Un lujo.
En la receta con la termomix añaden 50 gr de azúcar por cada chocolate, a excepción del blanco, y son 250 litros de leche también por cada uno, para que lo tengáis en cuenta.
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¿Resultado final?
La elección del molde es un poco mierder para mostrar cómo quedó al final, pero bueno. Como dije, no gano en presentación -le espolvoreé un poco de chocolate que rayé yo misma para darle un poco de color por arriba, que era mucho blanco, salpicando everywhere porque una es torpe y no sabe arreglarlo luego para la foto-.
Si la hacéis algún día, espero que la disfrutéis tanto como lo hago yo. Y que, por lo menos, os salga más bonita.