Entre icons e icons... (y si, debo un drabble, dos en realidad, llegarán, ya llegarán!)
Comunidad:
drabbles_30minFandom: Harry Potter
Personajes: Narcissa Malfoy, Kingsley Shacklebolt
Advertencias: Spoilers 7mo (y si sé que salió y soy una histerica, y qué?!)
Título: Testigo.
Palabras: 660.
Resumen: Reto #119: No todos los mortífagos fueron a Azkaban después de la muerte de Voldemort. ¿Cómo consiguieron librarse los Malfoy? Porque seguro que Lucius no les convenció con su buena voluntad...
La recepcionista no dice nada cuando la figura encapuchada entra en los recintos, han anunciado su llegada con antelación, pero su presencia no deja de resultarle imponente. Sin ser capaz de pronunciar palabra le indica el camino, el invitado asiente y agradece con voz suave y calma. La oficina principal se encuentra al fondo del local, adornada en un elegante estilo renacentista que el individuo no se entretiene en observar. Golpea la puerta y el permiso en voz grabe suena desde el interior. Sonríe por la rendija de su capucha y entra. A veces le sorprende le dejen pasear por el Ministerio con el rostro oculto a tan poco tiempo de la caída del Lord. Otras veces comprende, se lo deben.
- Bienvenida. -los ojos oscuros del hombre la escanean de pies a cabeza, intentando detectar quien sabe qué. No es como si no conociera su identidad.
- Muchas gracias, señor Ministro. -deja caer su capucha hacia atrás, revelando su rubia y elegante cabellera. Bajo las claras luces de la oficina parece brillar, contrastando notoriamente contra la oscura capa que cubre sus hombros. -Le agradezco pueda atenderme con tanta… rapidez.
- Dada la situación, no podría ser de otra manera, Señora Malfoy. -por la mirada que el hombre le dirige, no cabe duda que si por él fuera, ella estaría fuera del lugar y preferiblemente en Azkaban junto a su esposo. No confía en ella. No tiene intenciones de contradecirlo. -Como usted ha establecido abiertamente por varios métodos.
- El juicio de mi marido es en dos días. -le corta. Ir al grano. No dejará que la desvíen de su objetivo, no existe otra razón para encontrarse allí que cumplir con el mismo, hace mucho había dejado de ‘tomar el té’ como método político. -Contraria a todas las previsiones de que ocurriría con anterioridad. -agrega con desgana.
- ¿Qué es lo que desea saber, señora Malfoy? -contrapone Shacklebolt, una ceja escéptica levantada en su rostro. No le desagrada el hombre, pero está cansada de todas las vueltas. Días para lograr una reunión de cinco minutos con el Señor Ministro.
- ¿Dejará que Harry Potter atestigüe, Señor Ministro? -cambia una pregunta por otra, inclinándose ligeramente hacia delante. Sabe el hombre no se intimida con facilidad, pero no es eso lo que ella intenta. Años de experiencia le han enseñado a conectarse con las personas.
- Las razones por las cuales Harry Potter desearía atestiguar a favor de su marido escapan a mi conocimiento. -sentencia el hombre con desinterés. -Pero si se presenta con dicha intención, no podré objetarlo.
- Es todo lo que deseaba confirmar. -establece luego de un ligero cambio de miradas. Detesta que se libren con tanta facilidad, puede leerlo en sus ojos, pero también está al tanto de todo lo que le deben. La vida de Harry entre ello. -Mi marido no merece estar en la situación en la que se encuentra… el ministerio deberá tomar medidas en el asunto una vez se aclare esta confusión. Muchísimas gracias por su tiempo, Ministro.
Se levanta dispuesta a irse. Ha estado en contacto con Harry Potter varias veces desde que Lucius y Draco terminaron en Azkaban. El último fue eximido con rapidez, bajo vigilancia constante. La mansión no es lo mismo con Aurores a sus alrededores, pero una vez Lucius se encuentre fuera, las cosas volverán a la normalidad. Ella se encargará de ello. Confía en el niño-que-vivió aunque no lo admita en alta voz, la confirmación de su presencia en el caso es simplemente tranquilizante. Nadie, ni siquiera el mismísimo Ministro se animaría a contradecirlo, si, como afirmaba, lo deja testificar en primera instancia. Coloca la capucha nuevamente sobre su rostro, prefiere las miradas de curiosidad a las de lástima.
- No espere librarse tan fácilmente, señora Malfoy. -agrega el hombre mientras abre la puerta hacia el resto de las oficinas.
- No se preocupe… -responde. Antes de cerrar la puerta tras de sí agrega: - Ya lo hice.