¿Qué es eso?
Como se podía esperar de la gentil Miko, dio alojamiento a todos en su casa, sin importar que no contaran con el espacio suficiente y que prácticamente tuvieran que dormir encima los unos de los otros. Igualmente dio por sentado que su hijo al tener un prometido por más de dos años no era de extrañar que ocuparan la misma cama, o rincón en el suelo daba igual. Por lo que la distribución quedó de la siguiente manera. Konrad con Shori en la recámara de este, aunque el hermano del Maou trató por todos los medio que esto no sucediera y que su pequeño hermanito no estuviera más del tiempo necesario con el degenerado de Von Bielefeld, pero su madre le mandó a callar con una sutil mirada. Después de una gran pelea, o berrinches con pucheros incluidos, Gwendal y Günter fueron alojados en casa de Murata, quién tuve que ceder ante la mirada de su gran amigo que podría traducirse “Tú los trajiste; te jodes y me ayudas”, en ese paquete que iba a casa de Ken estaba incluido Wolfram que por obvias razones decidió que NO estaría lejos de su prometido, a saber de qué técnicas tenían en este mundo para ser infieles. Así que este día pasó.
La semana transcurrió tan rápido que cuando repararon en el día en qué se encontraban, resultó ser sábado… Las excursiones y visitas a varios lugares acabaron, y no por falta de ganas más bien por el regreso a clases del Yuuri y Ken, no podían posponer mucho su regreso, debían de aprovechar las pocas ocasiones en las que estaban en la Tierra. Por lo que los cuatro mazokus quedaron sin mucho que hacer; sólo Konrad estaba autorizado a salir por los jóvenes cuando salían de clases, no fueran a sufrir algún atentado…
Wolfram se ofreció a ser guardia de los dos, no por nada era el prometido del Maou… Pero resultó un acto peligroso cuando la mayoría de los jóvenes que se acercaban a Yuuri terminaban por alguna razón involucrados con accidentes de fuego. Y Günter, bueno él simplemente no podía ir por ahí proclamando que amaba a un joven de bachillerato, eso sería considerado un acto de pedofilia. Y Gwendal... Dado las numerosas tiendas para chicos que había en la zona no podían correr el riesgo de que se distrajera con los aparadores llenos de múltiples ositos de felpa. Así que transcurrió otra semana, ahora no tan divertida, por lo que Günter dio la perfecta solución, regresar a Shin Makoku, pero no era tan sencillo, el Gran Sabio estaba corto de energía y la sacerdotisa en el templo estaba demasiado ocupada protegiendo al país como par atender a sus súplicas… por lo que tendrían que quedarse a que las cosas sucedieran como siempre y así poder regresar.
Devastados por la noticia de no poder regresar a casa regresaron a la sala de la familia Shibuya. Todos sentados en rededor y luciendo abatidos, muy oportuna como siempre Miko les invitó a que fueran a dar una vuelta y así levantar ánimos, así que los cuatro maokuzus, el gran sabio, Yuuri y su hermano se encaminaron al parque de la ciudad. Dado que era mediados de verano el ambiente se sentía caluroso, anochecía pero el calor no menguaba así que Yuuri los llevó a la heladería de enfrente del parque… Cuando les informó a dónde iban se ganó una mirada de incredulidad por parte de los habitantes de Shin Makoku, una divertida de Ken y una de indiferencia de su hermano, después de todo él estaba ahí como chaperón.
-¿No les gusta el helado?-Preguntó extrañado el Maou- ¿Por qué debiéremos de querer algo tan caliente como un helado en este calor infernal?-fue la cortés respuesta de su prometido-¿Caliente? Pero si el helado es frío-miradas confundidas-ya saben… hielo, sabores.
-Es como uno de los brebajes que hace el seño Kibara.-Apuntó Ken, por lo que ahora sí, todos entendieron.
-No sé por qué ponen nombres extraños a las cosas…-dijo Wolfram en un mohín infantil-Disculpa pero si no recuerdo los Koalas en tu mundo son carnívoros-recordó Yuuri.
Y así empezó otra pelea entre ellos que culminó cuando llegaron al lugar que tenía en su frente el gran nombre “Exotic Desire”. El lugar era amplio con unas lindas mesas en el exterior las cuales estaban en su mayoría llenas y unas más en el interior, algunas chicas en patines iban entregando los pedidos, había helados pequeños y helados familiares, de esos para compartir entre más de dos personas. Tras tropezar con algunas personas y pedir perdón a una de las chicas del servicio por tirar su pedido y asegurarle que pagarían fueron a sentarse a una de las mesas. Una carta aventada de mala gana por la misma chica que tiraron anteriormente y fueron dejados solos.
-Creo que por ser su primera incursión en este mundo del helado, deberían de comer el tradicional helado de limón. Ya después podrán probar los demás.
Y así Murata decidió el destino que marcaría la vida de estos cuatro mazoku.
Cómo cuesta esto! xD. Pero bueh, dedazos y dempas avisan que por el momento soy huérfana de beta