―Está bien. Hakyeon, Sanghyuk, ambos estáis suspendidos y pendientes de investigación mientras validamos vuestras coartadas.
El rostro de Hakyeon cambió, pero debería haber sabido que no iban a salir sin ningún tipo de castigo. Debería estar agradecido de que no los arrestaran por fraternizar con un vampiro, aunque fuera indirectamente. Hakyeon se levantó tenso y Sanghyuk lo siguió.
―¿Eso es todo? ―preguntó dejando que el dolor se mostrara en su rostro. Kris parecía triste.
―Necesito vuestros móviles.
Hakyeon se enfureció. Sabía que no debía enfadarse con Kris por no confiar en ellos, especialmente cuando estaban mintiendo entre dientes, pero aún así. Antes de aquello había sido el mejor cazador y nunca le había dado ningún motivo para desconfiar de él. No sabía lo de Taekwoon, pero aún se mantenía el punto.
―¿Nos estás castigando? ―preguntó con más sarcasmo del que pretendía.
―Hakyeon ―habló suavemente Sanghyuk, claramente aplacándolo. Dejó su móvil sobre el escritorio de Kris y Hakyeon lo imitó, los movimientos violentos.
Kris había alzado la ceja, pero dejó pasar su comportamiento.
―Gracias. Minseok y Yixing os acompañarán a casa. Os pondremos bajo vigilancia hasta nueva orden, por si acaso Wonshik intenta venir a veros durante la noche.
Tanto Hakyeon como Sanghyuk tragaron aire, pero fue el mayor quien habló.
―¿De verdad crees que yo… que nosotros…? Era mi mejor amigo y no puedo traicionarlo, pero eso… eso no significa… No voy a confabular con un jodido succionador. ¿Crees que va a llamar y vamos a decidir un día para ver una peli o algo? Ahora es un vampiro, sé lo que significa.
―Hakyeon ―comenzó Kris cansado―. Lo sé, y sé que no sois estúpidos, ninguno de vosotros. Pero hay demasiadas emociones en juego, ambos queréis a Wonshik, y sé que esos sentimientos no pueden desaparecer porque... ya no esté. Has dicho que no podéis ayudar en este caso, así que no os lo voy a pedir, pero si Wonshik viene buscándoos, por cualquier motivo, necesitaremos gente en el lugar que actúe. Porque sé que vosotros lo dejaríais escapar.
Hakyeon retrocedió poniendo mal gesto.
―Él es… Lo quiero. Tan solo no puedo… no. No puedo ―incluso a él le sonaban a excusas vacías. Todo era o blanco o negro para Kris, Yixing, Minseok o cualquiera de los cazadores en ese maldito lugar. Pero Hakyeon ya no podía verlo así, no después de todo.
―No te estoy castigando, Hakyeon. No es eso. Lo comprendo. Yo también he perdido amigos ―murmuró Kris, y Hakyeon parpadeó por la sorpresa. Kris se acercaba peligrosamente a un territorio sentimental .
Hakyeon decidió jugársela.
―Wonshik y Hongbin fueron todo lo que tuve durante años, y ahora ambos se han ido ―apartó la mirada hacia el teléfono móvil, encima de la mesa de Kris, y sintió cómo una lágrima se le caía por la mejilla―. Soy el único que queda.
―Me tienes a mí ―respondió Sanghyuk gentil y esperanzador. Le tocó ligeramente el hombro. Hakyeon le dedicó una sonrisa temblorosa.
―Lo sé, muchacho, lo sé ―se sorbió la nariz para darle efecto―. Sanghyuk puede quedarse conmigo. Así tienes solo una persona vigilándonos, en vez de dos. No podemos permitirnos sacar a tanta gente de la calle.
―No será durante mucho tiempo ―añadió rápidamente Kris―. Nada de esto, ni la suspensión, ni la vigilancia. Estoy seguro de que vuestras coartadas son ciertas. Os creo, Hakyeon. Creo que no tuvisteis nada que ver en esto ―Hakyeon tuvo que luchar para no dejar ver su alivio y decidió parpadear lacrimosamente mirando a Kris―. Mientras esperamos a la autorización oficial, ambos podéis tomaros este tiempo para el luto. Y sí, si los dos os quedáis juntos, tan solo necesitaremos una persona para vigilarlos. ¿Yixing? ¿Te importa ser el que lo haga?
―No, señor, no me importa ―respondió rápidamente Yixing. Kris asintió.
―Os veré pronto, de nuevo ―movió la cabeza y Hakyeon supuso que eso significaba que podían marcharse.
Se giró y salió rápidamente de la habitación, Sanghyuk pisándole los talones. Una vez en el pasillo, Yixing colocó la mano alrededor de su brazo y respondió apartándose. No iban a llevarlo a la fuerza como si fuera un jodido prisionero.
Guió el camino hacia arriba y hacia fuera de HQ, la cabeza bien alta, Sanghyuk siguiéndolo y Yixing varios pasos por detrás. Se detuvieron en frente de la casa de Hakyeon, Yixing puso las luces a pesar de que era el único coche en la manzana. Las hizo parpadear antes de apagar el motor, dejándolos en un repentino y estruendoso silencio.
Sanghyuk no podía ver el rostro de Hakyeon desde su sitio en la parte de atrás, pero podía leer su postura, la rigidez en los hombros y los brazos cruzados sobre el pecho. La mandíbula no dejaba de tensarse, sugiriendo que estaba apretando los dientes.
―Gracias por el viaje, Yixing ―dijo Sanghyuk en un intento de aligerar la tensión. Hakyeon exhaló sonoramente por la nariz.
Yixing se giró desde el sitio del conductor y le dedicó una sonrisa con la que le aparecieron dos hoyuelos en las mejillas, pero después relajó el rostro y torció un poco la cabeza.
―Creo que puedo sentir un vampiro cerca ―dijo suavemente.
―Tal vez es Wonshik ―respondió maliciosamente Hakyeon.
―Hakyeon ―murmuró Sanghyuk mientras colocaba una mano sobre sus tensos hombros, y este resopló, se deshizo abruptamente del cinturón y salió del coche. Sanghyuk se revolvió para seguir dándole las gracias a Yixing antes de cerrar la puerta tras él.
Sanghyuk esperó hasta estar siguiendo a Hakyeon por las escaleras hacia el apartamento antes de hablar.
―Yo también puedo sentir a un vampiro cerca ―el mayor no respondió, tan solo buscó las llaves con movimientos repentinos―. Sé que probablemente no lo sea pero… ¿y si es Wonshik?
―No lo es ―respondió Hakyeon con absoluta certeza. Miró a Sanghyuk cuando este abrió la boca para discutir, se llevó un dedo a los labios y el menor cerró la boca. Hakyeon abrió la puerta y algo en la oscuridad del apartamento hizo que los pelos se le pusieran de punta a Sanghyuk. Sin embargo, caminó hacia delante cuando Hakyeon lo apremió.
En el momento en el que atravesó el umbral, la abrumadora sensación de vampiro lo abofeteó en la cara. Su corazón se aceleró rápidamente y los encantamientos se calentaron hasta casi quemar. Se tropezó.
―Hakyeon...
Este lo empujó suavemente y de repente estaba dentro y cerrando la puerta tras él. No se molestó en encender ninguna luz. Sanghyuk giró la cabeza buscando el peligro, pero Hakyeon estaba tranquilo.
―Tenemos que ser cuidadosos con lo que decimos fuera de estas paredes porque hay encantos diseñados para escuchar a la gente a hurtadillas. Pero ninguno podrá penetrar los encantamientos de este apartamento.
Sanghyuk apenas podía absorber lo que estaba diciendo, su cerebro era incapaz de centrarse en nada excepto la pesada sensación de depredador en el aire.
―Hay un vampiro, Hakyeon, ¿no puedes...?
―Sí ―lo interrumpió―. Puedo. No es Wonshik. Es Taekwoon, y está... aquí. Es por eso que lo sientes con tanta intensidad.
Sanghyuk inhaló rápidamente, sentía como si su corazón intentara galopar fuera de su pecho. Necesitaba tranquilizarse, sabía que iba a conocer a Taekwoon pronto, pero había esperado algún tipo de aviso, algo de tiempo para prepararse.
Hakyeon lo tomó del hombro y lo sacudió levemente, su rostro estaba marcado por la preocupación.
―¿Vas a estar bien con esto? ―preguntó con tono urgente en voz baja.
―Sí ―jadeó sin realmente pensar si era verdad o no. No quería que Hakyeon creyera que era débil, Hakyeon, quien se veía perfectamente mientras que él ya estaba temblando tanto que los dientes comenzaban a castañearle.
―Siéntate ―ordenó señalándole la mesa de la cocina y las tres sillas a su alrededor ―. Vuelvo ahora ―se alejó rápidamente y desapareció en el salón, dejando a Sanghyuk solo en la cocina.
Sus temblores empeoraron, si eso era acaso posible, y se acercó a trompicones a una silla, pero tenía demasiada adrenalina como para sentarse, así que simplemente se agarró a la parte de atrás en busca de apoyo. Se sentía abierto, expuesto, el vello en la parte de atrás del cuello de punta.
―Ve a la cocina, nos están vigilando. Asegúrate de que no se te puede ver desde las ventanas… ―la voz de Hakyeon flotó levemente desde el salón.
Hubo un sonido suave, como el aletear de un pájaro, y de repente había un vampiro en la habitación con Sanghyuk, justo al otro lado de la mesa. Hakyeon añadió “¡Ve despacio!” demasiado tarde. Sanghyuk ya se estaba apartando, tirándose lejos de Taekwoon con tanta fuerza que cuando su espalda golpeó la pared podría haber dejado marca, pero no se detuvo para comprobarlo. Se deslizó por ella rápidamente hasta que sus caderas chocaron con la encimera, encerrándose en una esquina con la espalda finalmente protegida.
Taekwoon era bastante alto, los hombros anchos, y estaba… desaliñado, su rostro y su jersey manchados de negro. No se había movido cuando se había alejado de él, de verdad, tan solo siguió el movimiento con los ojos, de una intensidad tenebrosa. Su mirada lo presionó, cortándole la respiración, y la visión de Sanghyuk se limitó a esos ojos oscuros. Recordó con retraso que no debería mirar a los vampiros a los ojos y, con esfuerzo, apartó la mirada hasta el cuello del jersey.
La luz del salón se encendió y le permitió ver más. El sonido de Hakyeon subiendo las persianas llegó a sus oídos, silencioso bajo el sonido de su palpitante corazón. Cuando hubo silencio durante un segundo, Sanghyuk tuvo tiempo suficiente para darse cuenta de que las manchas negras en Taekwoon no eran negras sino… rojas, sangre, esparcida por su rostro y torso.
El corazón le latía tan fuerte y tan rápido que era como si fuera a escapársele del pecho. Estaba claro que no podía soportar ese tipo de terror. Se sentía mareado, pero eso podía ser porque apenas respiraba, captando aire con jadeos cortos. Se estaba presionando con tanta fuerza contra la encimera que sabía que iba a dejarle marca.
Hubo un sonido de las persianas cerrándose de nuevo y después Hakyeon hablando.
―Estaba saludando a Yixing, monstrándole que estamos dentro ―su sombra lo precedió a la cocina, los pasos apresurados―. Tendremos que tener cuidado si vamos ahí, no quiero que vea tres sombras… oh dios, ¿Sanghyuk? ―Hakyeon se detuvo junto a la mesa cuando vio al menor contra la pared, los ojos tan abiertos como platos. Tal vez podía escuchar el latir de su corazón. Era tan ruidoso en sus oídos que seguro que era audible.
Hakyeon rodeó a Taekwon.
―¿Qué has hecho? ―le preguntó― Oh dios mío, estás cubierto de sangre, qué cojones.
―No es sangre humana ―respondió Taekwoon con una voz tan suave que apenas cruzó la cocina, pero Sanghyuk tembló de todos modos, atragantándose su aliento por un instante.
―Ves al baño y límpiate, hombre, no me extraña que le estés provocando un ataque al corazón, te ves como un asesino en serie ―soltó Hakyeon y Taekwoon lo miró durante un instante, y parecía tan frío, tan duro, tan mal que Sanghyuk tenía miedo, temía por Hakyeon, que estaba tan cerca, demasiado cerca… estaba en peligro…
Taekwoon se giró y salió de la habitación a velocidad humana. Hakyeon lo observó marcharse con las manos en la cadera y después dejó escapar un suspiro. Se giró y caminó lentamente hacia Sanghyuk, las manos extendidas tentativamente. El sonido del agua correr llegó a los oídos de Sanghyuk.
―Sanghyuk ―lo llamó gentilmente Hakyeon y este se esforzó en centrarse en él, en su rostro, en su voz. Los instintos le estaban gritando que corriera, la abrumadora sensación de vampiro hacía que los encantamientos se volvieran locos―. Sanghyuk ―repitió―, puedes esperar en mi cuarto y cerrar la puerta si no puedes hacerlo…
―Puedo hacerlo ―jadeó Sanghyuk. Intentó respirar profundamente y casi se ahogó. No podía hacerlo, no podía, oh dios, ¿cómo podía aguantarlo Hakyeon? Sanghyuk se veía tan débil a su lado, como un niño asustado―. Puedo ―repitió duramente, más para sí mismo que para Hakyeon. Se iba a tranquilizar por pura fuerza de voluntad.
Hakyeon lo guió de nuevo a la mesa y esta vez Sanghyuk se permitió sentarse.
―Respira, ¿vale? ―habló Hakyeon. Inhaló lentamente y después exhaló de la misma forma, y Sanghyuk intentó seguirlo, pero hipó un par de veces―. Se que es difícil, lo sé, fue… duro para mí también, al principio. Pero no va a hacerte daño, no importa el miedo que te dé, o lo que te digan tus instintos, no lo hará.
―Lo sé ―susurró Sanghyuk, y lo sabía. Hakyeon había molestado a Taekwoon y el vampiro ni se había inmutado, pero aunque intelectualmente sabía que el peligro era mínimo, intentar que su cuerpo se calmara era otra cosa distinta. Aún luchaba por respirar, temblando violentamente.
Hakyeon se había dirigido a los armarios y había vuelto con vodka y un vaso, en el cual sirvió la cantidad equivalente a dos chupitos.
―No me gusta que esto te está enseñando básicamente que la forma de lidiar con los traumas es beber, pero, bueno ―murmuró Hakyeon y le dio el vaso a Sanghyuk. Este lo bebió con gratitud y después extendió el brazo para otro. Hakyeon apretó los labios y le sirvió algo más.
Sanghyuk quería decirle que estaba bien, que el alcohol sabía a gasolina y que no iba a recurrir a ello si no era una situación extrema, pero se descubrió falto de aire. Así que tan solo bebió. Le atontó los sentidos lo suficiente para que el terror no amenazara con tragárselo y el ardor lo distraía.
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