[TRAD|VIXXfic] Hakyeon/Taekwoon { Chiild of light } (3/4)

Jul 14, 2016 22:56



Sanghyuk no escuchó a Taekwoon volver, pero se dio cuenta del movimiento por la esquina del ojo y se sobresaltó un poco. La sangre había desaparecido de su rostro, de las manos, y las entradas de su cabello estaban húmedas, pero no se habían ido las manchas de la ropa. El jersey que llevaba era azul pálido y las oscuras salpicaduras nunca saldrían.

Sanghyuk continuó respirando con pesadez mientras apretaba los dientes por el esfuerzo. Se quedó sentado aunque cada fibra de su ser quería volver a la esquina, donde podía proteger su espalda.

Hakyeon se movió para poder mirar directamente a Taekwoon con una mano ligeramente apoyada sobre el hombro del menor para tranquilizarlo. Este se había detenido en la puerta de la cocina, aparentemente no quería acercarse más, probablemente por el bien de Sanghyuk. Este lo apreció.

Tras unos instantes de silencio, Hakyeon habló.

―Así que, em..., este es Sanghyuk ―dio unas suaves palmaditas en su hombro. Sanghyuk dio otro trago al vaso de vodka―. Y este es… es Taekwoon.

―Hola ―consiguió vocalizar Sanghyuk. Su voz se quebró un poco, pero podía echarle las culpas al alcohol. Miraba fijamente la hebilla del cinturón de Taekwoon.

―Mm ―murmuró Taekwoon y Sanghyuk se preguntó qué significa eso.

―¿Por qué estabas cubierto de sangre? ―comenzó Hakyeon, pero lo cortó.

―Os están vigilando ―lo interrumpió el vampiro, tan suavemente como al principio. El tono de la pregunta estaba levemente elevado, así que era casi una pregunta.

―Sí ―resopló Hakyeon―. Te contaré eso cuando me digas a quién… ¿has encontrado a Wonshik? ¿Qué has hecho?

Taekwoon no respondió, simplemente lo miró sin parpadear y de esa forma que era completamente vampírica. Tras un momento, Sanghyuk se giró un poco para poder ver el rostro del mayor y descubrió que fruncía ligeramente el ceño mientras miraba fijamente a Taekwoon. No lo mires a los ojos, le susurró a Sanghyuk su mente.

Era como si estuvieran teniendo una conversación telepática, la expresión de Hakyeon cambiaba cada minuto mientras Taekwoon seguía quieto y, finalmente, Hakyeon resopló de nuevo.

―Vale. Sí. HQ ha descubierto que fue Wonshik quien sacó a Hongbin más pronto de lo que esperaba. Somos compañeros así que, bueno, soy sospechoso. Creo que hemos engañado a Kris lo suficiente sobre que no tenemos nada que ver con ello, pero nos ha puesto vigilancia por si acaso se pasa Wonshik ―el pie de Hakyeon golpeaba el suelo con ansiedad―. Ahora dime lo que te ha pasado esta noche.

Taekwoon dio un paso adelante muy lentamente, y después otro hasta que pudo apartar la silla frente a Sanghyuk y, con la misma lentitud, sentarse sobre ella. Sanghyuk se sentía mareado otra vez, de nuevo el sudor frío caía por su mandíbula. Pero no se movió, se forzó a sí mismo a quedarse quieto más allá de los temblores.

No podía apartar la mirada de Taekwoon, el predador, la amenaza, pero podía ver a Hakyeon por el rabillo del ojo cogiendo la tercera silla y sentándose. Vio su mano extenderse, la sintió colocarse sobre su brazo, intentando ser su apoyo.

―Huele a miedo ―susurró Taekwoon mirándolo, y Hakyeon se sobresaltó. Taekwoon lo miró a él―. ¿Cuánto tiempo durará la vigilancia?

―No lo sé ―respondió el mayor, y sonó algo enfadado.

Taekwoon se tomó un momento para aceptarlo y después frunció el ceño.

―Encontré a Wonshik. Y a Hongbin ―comenzó lentamente, y Hakyeon jadeó. Sanghyuk se esforzó en centrarse en las palabras, en lo que significaban, intentó olvidarse del vampiro en la habitación. Se sentía como si ya no estuviera en su cuerpo, así que eso ayudó.

―¿Dónde? ―preguntó Hakyeon― ¿Están… bien? ¿Qué es lo que… de quién es esa sangre?

―Están en una ciudad no muy lejos de aquí, con… ―Taekwoon se cortó a sí mismo al apretar los labios con fuerza. Miró a Sanghyuk y pareció incluso más descontento durante un segundo, pero después su rostro se relajó. Cuando habló de nuevo, miraba con determinación a Hakyeon―. Hemos hablado con anterioridad sobre las circunstancias de mi transformación.

Sanghyuk miró a Hakyeon, que asintió. A pesar del horror, sentía curiosidad, pero tendría que guardarse las preguntas para más adelante, cuando estuvieran solos. No quería presionar a Taekwoon, bueno, para nada.

―Tras abandonar a mi creador, no le tomó mucho tiempo… desear la compañía de alguien más. Y en vez de arrastrarme de vuelta, simplemente optó por transformar a alguien nuevo ―murmuró Taekwoon.

―Así que tienes algo así como un hermano ―meditó Hakyeon, y Taekwoon le dedicó una mirada amarga, extrañamente humana―. Deberías habérmelo dicho antes.

Taekwoon apartó la mirada.

―Es… no es como yo. No quería exponerte a él, si podía evitarlo. No estoy orgulloso de él.

Hakyeon parecía preocupado, las líneas de su rostro estaban rígidas.

―¿Cómo concuerda con Wonshik y Hongbin? ―sonaba ansioso.

―Mi… Jaehwan es el que convirtió a Wonshik ―respondió soltando las palabras con desprecio―. Pude olerlo la noche pasada, así que volví al lugar en el que solían vivir y… estaban ahí.

Jaehwan, pensó Sanghyuk. Se preguntó qué significaba aquello.

―¿Están… bien?

Hakyeon apretó suavemente su brazo y Taekwoon fijó la mirada en su rostro, suavizando su expresión. Sanghyuk luchó por no encogerse.

―Están bien. No les hice daño. Hongbin está… no está mentalmente bien ―Taekwoon se detuvo―. Wonshik tampoco parece que lo esté, pero por motivos diferentes.

Sanghyuk tragó con pesadez y Hakyeon habló:

―Así que la sangre que tenías es…

―De Jaehwan ―completó el vampiro endureciendo de nuevo su rostro―. Es… egoísta, muy egoísta, siempre lo ha sido. Yo… perdí la compostura. Tiene ese efecto en mí. Tras trescientos años de lidiar con él, creerías que yo… ―se cortó negando con la cabeza y apartando la mirada―. No lo he matado, hay leyes, más o menos. Es mi familiar. Lo siento, Hakyeon.

―No es culpa tuya ―respondió este algo atontado―. Y tampoco querría que mataras a tu hermano por mí.

Compartieron una mirada durante segundos, esa extraña comunicación telepática de nuevo. Sanghyuk no tenía ni idea de en qué estaban pensando ni cómo podían leerse el uno al otro tan bien.

―Tal vez cambies de opinión sobre eso ―comentó suavemente Taekwoon al final. Hakyeon miró rápidamente a Sanghyuk y esto lo hizo sentir que sobraba. Estaba claro que la próxima vez que Hakyeon y Taekwoon estuvieran solos, tendrían mucho sobre lo que discutir. Hakyeon pareció estremecerse.

―¿Y ahora qué? ―preguntó.

Taekwoon se encogió levemente de hombros, el movimiento meloso y poniendo a los encantamientos de Sanghyuk de nuevo tintineantes.

―No hay nada que pueda hacerse por ahora. Wonshik querría, en cierto momento, verte, pero eso no puede pasar hasta que todo el alboroto que ha causado en tu lugar de trabajo se tranquilice, hasta que quiten la vigilancia.

―Ah, hablando de eso ―añadió rápidamente Hakyeon―, para que salgas de aquí sin que te vean, Sanghyuk y yo saldremos, alejaremos a nuestros vigilantes y mientras se han ido, tú puedes salir ―su rostro se torció―. No podrás volver hasta que quiten la vigilancia, sería demasiado peligroso.

Taekwoon frunció el ceño.

―Podría, tal vez…

―No ―lo cortó Hakyeon un poco duro―. Sabes lo que le pasa a los Elimias capturados, yo… No. No voy a arriesgarme.

―Podrían pasar meses ―susurró Taekwoon, pero no dijo nada más.

Meses. La forma en la que Taekwoon miraba a Hakyeon… de repente Sanghyuk se sintió como un intruso en un encuentro íntimo.

―Eh ―comenzó y Hakyeon se giró hacia él.

―Sanghyuk ―dijo de nuevo con tono serio―. Ves al baño y coge mi kit de primeros auxilios, por favor.

Sanghyuk parpadeó.

―Em, sí, claro ―se levantó casi temblando, sus piernas aún estaban débiles por lo de antes. Taekwoon no lo miró, estaba contemplando fijamente la mesa, y eso lo hizo sentirse con menos ganas de querer gritar.

No se sentía muy seguro caminando lejos de Taekwoon, sus instintos protestaban por darle la espalda a semejante criatura, así que se conformó con un incómodo paso de cangrejo.

―Tómate tu tiempo ―añadió Hakyeon al darle la vuelta a la esquina del salón.

Vale, ahora tenía curiosidad, así que una vez estaba fuera del alcance de su vista, se detuvo y se apoyó contra la pared, escuchando. Quería saber qué era lo que Hakyeon no quería que escuchara, aunque en el momento en el que oyese cualquier cosa sentimental se marcharía.

Hubo un silencio, tan largo que se preguntó si Hakyeon sabía que estaba espiando, pero sonó una silla al arrastrarse contra el suelo y la voz de Hakyeon.

―No serán meses ―susurraba con urgencia. Sanghyuk se esforzó por escucharlo―. Te lo prometo, solo serán unas pocas semanas, pero… debes prometerme que te mantendrás alejado. Por favor, Taekwoon, no podría… no podría soportarlo si algo te pasara.

Sanghyuk se descubrió sonrojándose. No debería estar oyendo eso, pero ahora le preocupaba más que si se movía, lo escucharan.

―¿Y qué hay de ti? ―murmuró Taekwoon.

―No van a hacerme nada, todo lo que saben es que no tengo nada que ver con la conversión de Wonshik y, por supuesto, nada que ver con que él liberara a Hongbin. Mi historia se comprobará. Mientras tanto, estaré atrapado aquí por las noches, bajo minuciosa vigilancia. No estaré en peligro, Taekwoon.

Hubo, de nuevo, silencio y Taekwoon debía haber… asentido, o algo, porque Hakyeon suspiró.

―Gracias, por todo ―otro silencio―. Podemos superarlo.

―Mm ―aparentemente, Taekwoon volvía a ser taciturno.

―Te quiero ―dijo Hakyeon, la sinceridad en su voz quemaba e hizo que Sanghyuk se sonrojara hasta la raíz del pelo. Se movió para alejarse de la pared, ya no le importaba que lo escucharan, pero Hakyeon volvía a hablar―. Necesitas alimentarte ―Sanghyuk se quedó helado, el corazón se le aceleró―. Han pasado semanas desde que te alimentaste de mí, he estado tan absorto con las cacerías…

―No lo necesito ―fue la suave respuesta de Taekwoon.

―No, ahora no, pero ¿y en unas semanas? Tan solo… por mí, por favor. Me preocupo ―sonó una silla al moverse―. Tendrá que ser en el brazo, no en el cuello…

Sanghyuk consiguió obligarse a moverse, los pasos algo fuertes al correr a través del salón y el pasillo hasta el baño. Cerró la puerta tras él intentando ser silencioso y sin conseguirlo.

Sabía que Hakyeon y Taekwoon se habían… Besado, y habían tenido sexo, probablemente, pero no había pensado en… morder. Hakyeon había dejado que Taekwoon lo mordiera. Sanghyuk no lo había contemplado, parecía demasiado loco, incluso para lo que Hakyeon estaba haciendo. Se rió, algo histérico, por sus pensamientos. Así que estaba bien que Hakyeon saliera con un vampiro, que se follara a uno, pero, horror de los horrores, ¿Sanghyuk ponía el límite en que lo mordiera? Estaba siendo estúpido. Si Hakyeon había pisoteado cualquier regla, por supuesto que también había pasado de esa.

―Tranquilízate ―se murmuró a sí mismo. Si Taekwoon no le había hecho daño aún, probablemente no fuera a empezar ahora.

Sanghyuk se arrodilló y abrió el armario bajo el lavabo. No había mucho ahí, una botella extra de gel y champú y, junto a ellas, una caja blanca de metal con una cruz roja encima. Típico que Hakyeon tuviera un kit de primeros auxilios auténtico en su casa. Lo cogió, cerró el armario y se levantó.

Ahora que sabía por qué lo quería, era reacio a apresurarse de nuevo a la cocina. Descubrió que simplemente era reacio, no le entusiasmaba la idea de estar otra vez en una habitación con Taekwoon. Sus encantamientos aún estaban agitados, incluso a esa distancia, y se sentía tan cansado, los eventos de la noche estaban pasando factura.

Contó mentalmente hasta cien, con los ojos cerrados mientras lo hacía y respiró uniformemente. Dejó que todo desapareciera, se centró únicamente en calmar su pobre corazón acelerado, en silenciar su mente. Para cuando hubo terminado de contar, se sentía algo más capaz de aguantarlo todo, así que abrió lentamente la puerta del baño y salió.

No iba a entrar en la cocina para posiblemente interrumpir… algo. En lugar de eso, anduvo de puntillas por la alfombra del pasillo y por el salón hasta que pudo asomar la cabeza por la esquina y mirar hacia la cocina.

Su estómago dio un vuelco a la vez que el calor le llegaba al rostro. Hakyeon había sacado la silla y Taekwoon estaba de rodillas en el suelo, entre sus piernas. La manga del brazo izquierdo de Hakyeon estaba subida y la boca de Taekwoon presionada contra el recodo de su brazo, los ojos cerrados. Sus manos sujetaban suavemente el brazo de Hakyeon y Sanghyuk pudo verlo sorbiendo.

Hakyeon estaba inclinado levemente hacia delante, casi acunando a Taekwoon contra sí mismo, su mano libre acariciándole cariñosamente el cabello. La otra mano, la del brazo del que se alimentaba, estaba completamente floja, todo en el cuerpo de Hakyeon parecía tranquilo.

«Te quiero», había dicho Hakyeon, y Sanghyuk podía verlo, ahora, podía verlo en cada curva y filo de su ser. Tragó con pesadez por la repentina amenaza de lágrimas. Se preguntó si Hakyeon sabía… pero, por supuesto que debía saberlo.

Cómo iba a terminar aquello.

Sanghyuk se aclaró la garganta y entró en la cocina. Miró hacia otra parte a propósito cuando Hakyeon se estremeció y apartó a Taekwoon.

Tras unos instantes de movimiento, habló.

―Gracias, Sanghyuk, ponlo aquí.

Podía sentir que sus mejillas aún estaban calientes, pero se obligó a mirar a Hakyeon. Aún estaba sentado, el brazo extendido, pero Taekwoon ya no estaba de rodillas frente a él, se había levantado y movido al lado, así que Sanghyuk podía ver dos pequeñas y limpias perforaciones en su piel.

Si la caja del kit hubiera sido de cristal, probablemente hubiera estallado en sus manos por lo fuerte que la sujetaba. Respiró profundamente, se preparó y se obligó a dar un paso adelante, después otro. Taekwoon apareció en su visión periférica, lo que hizo que el paseo a través de la cocina pareciera kilómetros en vez de unos pasos.

Cuando llegó a la mesa, dejó la caja cuidadosamente y se ocupó abriéndola, sacando el vetadine y una gasa, intentado centrarse en algo, cualquier cosa, excepto en la sangre en la boca de Taekwoon.

Hakyeon lo detuvo cuando iba a abrir la botellita colocando ligeramente los dedos en el dorso de su mano.

―No, nada de eso, tan solo la gasa y un poco de celo ―dijo con gentileza.

Sanghyuk lo miró interrogativo.

―Eh, ¿gérmenes?

Los labios de Hakyeon se alzaron.

―Sí, bueno, según Taekwoon… ―dejó la frase a medias mirando al susodicho expectantemente.

Taekwoon se quejó y cruzó los brazos sobre su pecho.

―Hay magia en el mordisco.

―Hay magia en el mordisco ―repitió Hakyeon con tanta solemnidad como pudo, pero no pudo hacer desaparecer la sonrisa de su rostro. Miró a Sanghyuk ―. Se curan más rápidamente cuando no las toco, así que tan solo necesito algo para que la sangre no traspase mi camiseta.

Sanghyuk tragó. Ya rumiaría esa información nueva más adelante. Por ahora, simplemente cogió dos finas gasas y las presionó en la articulación del codo de Hakyeon, por encima de las marcas del mordisco. Hakyeon las sujetó mientras se peleaba con la cinta adhesiva, finalmente encontró su fin y la colocó sobre la gasa y dos veces alrededor del brazo antes de cortarlo.

―Gracias ―dijo, la diversión estaba presente en la voz de Hakyeon. Se bajó la manga, cubrió la gasa y la cinta además del resto del brazo. Se levantó, mantuvo la mano sobre la mesa y su rostro parecía pensativo.

―¿Estás bien? ―preguntó Sanghyuk― ¿No estás mareado? ¿Necesitas… zumo? ¿Una magdalena? ―Hakyeon le lanzó una mirada y Sanghyuk se sonrojó― Bueno, cuando la gente dona sangre, ¡después necesitan comida!

―Nunca toma demasiada ―respondió Hakyeon, la forma tan casual en la que lo había dicho impar a la importancia de su significado. Cuántas veces había dejado que Taekwoon se alimentara de él, por dios.

Sanghyuk no quería pensarlo.

―Así que, ¿ahora qué? ―preguntó.

―Ahora ―respondió Hakyeon―, tú y yo salimos y le preguntamos a Yixing si puede llevarnos a tu casa para que puedas coger algo de ropa y otras cosas necesarias para que te quedes conmigo durante un par de semanas ―se giró hacia Taekwoon―. Y mientras nosotros estamos fuera, tú… sal a hurtadillas de aquí ―las cejas del vampiro se movieron, pero asintió―. Me pondré en contacto contigo tan pronto… Tan pronto como sea posible.

Taekwoon asintió de nuevo, pero ninguno se movió después de eso, el silencio volvió. Sanghyuk iba a girarse, ir al salón y apagar la luz, pero Taekwoon se levantó y Sanghyuk se quedó helado al instante para vigilarlo.

Taekwoon extendió el brazo para acunar gentilmente el rostro de Hakyeon entre sus manos, alzarlo levemente y besarlo con fiereza. Sanghyuk soltó un ruidito, no pudo evitarlo, algo que era entre un gorjeo y un gritito, y voló al salón, pero no antes de ver las manos de Hakyeon agarrándose a las muñecas de Taekwoon y mover levemente la cabeza.

Sanghyuk sabía que su rostro estaba rojo, así como su cuello, probablemente, refunfuñó para sí mismo un poco mientras apagaba las luces del salón. Tan solo era… raro. Era raro y estaba mal de tantas formas distintas. Sanghyuk tenía escalofríos, Taekwoon era tan vampírico. Y Hakyeon… ugh.

―Ugh ―dijo volviendo a la cocina.

Ya no se estaban besando, pero aún estaban en el mismo sitio, sus frentes pegadas. Sanghyuk no se detuvo a mirar boquiabierto, sino que se dirigió directamente a la puerta principal para poder esperar ahí y mirar amenazadoramente a Hakyeon.

―Tan solo son unas pocas semanas… Taekwoon… ―Hakyeon intentaba hablar, pero Taekwoon no dejaba de besar su boca. Finalmente, Hakyeon se separó jadeando. Dio un paso atrás y las manos de Taekwoon cayeron.

Sanghyuk tosió y Hakyeon se giró para mirarlo, el rostro sonrojándose. Taekwoon… los vampiros no podían sonrojarse, según sus conocimientos, pero algo en su rostro parecía mostrarlo avergonzado. Aunque eso podría ser Sanghyuk proyectando sus sentimientos.

―Te veré pronto ―dijo con rudeza caminando hacia Sanghyuk. Este sabía que intentaba mantener la compostura, pero temblaba un poco.

―Mantente a salvo ―susurró Taekwoon.

Hakyeon agarró a Sanghyuk del hombro y lo apresuró a cruzar la puerta. Cuando Sanghyuk miró hacia atrás, descubrió la mirada de Taekwoon hundiéndose en él antes de que se cerrara la puerta.

Sentía escalofríos recorriéndole la columna y era difícil no saltarse las escaleras y salir a la luz de la luna, pero se contuvo. Había una absurda cantidad de adrenalina recorriendo su sistema, pero no parecía que nada estuviera mal.

Fue Hakyeon quien llamó a la ventana del coche de Yixing, quien habló. Sanghyuk lo miró, sorprendido por el cambio en su conducta.

―Por supuesto ―respondió Yixing. Parecía algo perplejo, pero sonrió con facilidad―. Subid.

Sanghyuk se deslizó hacia el asiento de atrás mientras Hakyeon entró con rapidez. Mientras se alejaban, Sanghyuk miró hacia atrás, hacia la oscura ventana del salón de Hakyeon.

Hakyeon había dicho «Te quiero», pero Taekwoon no lo había dicho de vuelta, no lo había necesitado. Se mostraba en cada uno de sus movimientos. Taekwoon era un depredador, un cuchillo afilado mortalmente, pero Sanghyuk vió cómo se suavizaron esos bordes por Hakyeon, como sujetó su rostro con el  cariño que Sanghyuk usaría para ahuecar las manos al coger una cría de pájaro. Y cuando había dicho «Mantente a salvo», en realidad estaba diciendo «Yo también te quiero».

Sanghyuk comenzaba a comprenderlo todo.

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