Título: Espinas
Serie: D.Gray-Man
Personajes: Kanda Yuu x Lenalee Lee
Género: General/Romance
Advertencias: G, 627
Tabla:
Aquí 12. Espinas
Komui corta una de las rosas de su pequeño jardín e inmediatamente mira a la joven con alegría para que ella le sonría y le comentara que había estado cuidando muy bien a las flores. El hermano, satisfecho, sigue cortando unas cuantas rosas más y después de llevárselas a la mesa que tenía en mitad del jardín y de hacerles algo que parecía más cortes por el ruido que hacía, volvió hacia ella con una de las rosas.
“Esta pequeña rosa no es ni la mitad de bella que mi hermana pero espero que puedas aceptarla.” Y Leenalee la coge sonriendo y la huele, la huele y no se cansa de olerla porque huele muy bien y después la aparta con un poco de preocupación.
“Le has cortado las espinas.”
“A todas, para que no te hagas daño al cogerlas.”
Lenalee se levanta y va hacia la mesa para confirmar con sus propios ojos como su hermano había quitado todas las espinas de las rosas que había estado cortando. Sin soltar la que tenía en la mano se dirigió hacía el jardín y corta una de las que tienen espinas y, antes de que su hermano pudiera ofrecerse a quitar las espinas, ella se despide.
Miranda sonríe y comenta lo bueno que es tener un hermano que se preocupe tanto por su bien estar y Lenalee le dice que sí, que a veces se daba cuenta de que no se merecía un hermano como él y que otras veces, al contrario, le preocupaba que su preocupación de hermano mayor no le dejara encontrar pareja.
“¿Eh?” La sorprendida mujer hizo que la joven se ruborizara y acabó aclarando que si siempre estaban así acabarían los dos hermanos solos y que ella quería a su hermano, lo adoraba, pero que a la larga también querría tener a alguien, a un hombre, que no fuera su hermano y que la hiciera sentir mujer.
“No te preocupes... Seguro que aceptara a Allen, es un chico tan simpático, amable y muestra tanta preocupación por todo el mundo y por ti que dudo que tu hermano no lo acepte. Es más, si te fijas, es uno de los que menos sufre en las manos de Komui.”
La china sonríe dándole la razón y acaba mirando las dos rosas que había cogido antes en el vaso cubierto de agua.
“Allen... Es una persona adorable. Nunca va a hacer que nadie sufra... Y estoy segura que mi hermano lo aprobaría y que, quizá, sería el único que aprobara, pero...” Se quedó callada por un momento, pensando si decirlo o si no, pensando en las palabras. “Es como esa rosa.”
Miranda sigue el dedo que señala las flores pero no es capaz de distinguir si esta señalando la de espinas o sin espinas así que mira a la chica para ver si puede aclararse mejor.
“Una rosa sin espinas, sin dolor, sin peligro.”
“Eso está bien.”
Lenalee vuelve a mirar las dos rosas y piensa, porque no es capaz de decir esas palabras en voz alta, que quizá lo mejor es sentir amor y a la vez, un poco de dolor. ¿Dónde está el interés en algo que sabes que no va a hacer nada? Una rosa sin espinas es seguridad, tranquilidad... es una vida rutinaria. Una rosa con espinas son nervios al no saber si te vas a hacer daño, es sentir un dolor a veces más fuerte que otras pero a la vez es protección, seguido de seguridad, porque una vez que pasas las espinas solo queda la seguridad.
Lenalee prefería una rosa con espinas, ella solo quería una relación que le diera de todo.
Y mientras ambas miran las flores, la mayor se queda confusa cuando escucha el susurro de la joven.
“Kanda...”