Hansel y Gretel
Fandom: Harry Potter
Pairing:Rose/Scorpius
Drabble cuatro de ésta tabla
Ambientada en el tercer año en Hogwarts
Rose miró a todo lo largo y ancho del local, Honeydukes, podría morir allí y diría que llegó, indudablemente, a su paraíso personal. La pequeña pelirroja escrutó con sus ojos castaños aquella tienda, relamiéndose al ver las grandes cantidades de chocolate que había dispersadas por allí. Así debían de sentirse Hansel y Gretel cuando vieron la cabaña de dulces, se dijo, mirando embelesada los copos de algodón de azúcar. No es como si fuese una glotona, no, que va, pero era una Weasley, digna hija de Ronald y sobrina de Charlie…Si algo era característica de su clan, era tener buen apetito, una inmensa pasión por el Quidditch y , en algunos miembros, hablar con la boca llena.
Tan concentrada estaba en memorizar todo lo que quería llevarse de aquel lugar, que no se percató -hasta que fue demasiado tarde- de cierta persona tras ella que le miraba con petulancia.
-Diablos Weasley, pareciese que no te hubiesen alimentado en décadas- Señaló Scorpius, doblando ligeramente su cuello para mirarle más de cerca.
Rose le miró con la rabia refulgiendo en sus ojos antes de contestarle con voz cortante -No es como si te importase, Malfoy.-
Él hizo un gesto con su mano haciéndose el desentendido- Sólo me preocupo por el pobre desgraciado que te tocará de marido, tendrá que ser más rico que yo, pues sino, para alimentarte se quedará en la quiebra.-
Todo lo dijo con tal seriedad que, si no fuese porque era amigo de su primo, ella ya se le habría lanzado encima para partirle la nariz de un puñetazo.
Esbozando una amplia sonrisa angelical, que según James, era lo más prudente estar a kilómetros cuando salía a flote, replicó- Bueno, por lo menos tendré esposo, no como tú, que tendrás que pagarle a putas para que pasen las noches contigo…-
Bailando la conga en su mente gracias a la victoria contra su némesis, le sonrió sarcásticamente antes de perderse entre la multitud de alumnos y salir triunfante de la tienda. Caminó por la calle yendo como de a saltitos, nada mejor que continuar su día cerrándole el culo a ese idiota. Rose: uno, idiota con una insana ilusión de superioridad: cero, se dijo, ampliando aún más su sonrisa.
Cuando estuvo en medio de la avenida principal del pueblo, se percató de que, en el furor de su antipatía a Malfoy, se había olvidado de comprar sus dulces.
Deshaciendo su camino, comenzó a maldecir a todos los antepasados de Scorpius y, cuando llegó al local, vio al principal implicado salir por el, una sonrisa arrogante en su rostro, una barra de chocolate en su mano, el tipo de chocolate favorito de Rose. Ella le fulminó con la mirada, como si mediante aquella técnica pudiese hacerle desaparecer de la faz de la tierra, y entró en Honeydukes.
Se enteró, con la rabia y el deseo de una matanza inminente correteando por cada poro de su pequeño ser, que, la barra que tenía el hijo del hurón, era la última que les quedaba de ese gusto.
Rose: uno, idiota con insana ilusión de superioridad: uno
Maldito Malfoy.