Fandom: Harry Potter
Pairing:Rose/Scorpius
Drabble seis de
ésta tablaAmbientada en el quinto año en Hogwarts
Se sentía como caperucita roja, caperucita sin abuelita, ni guardabosques, ni caperuza, pero, no obstante, el sentimiento era el mismo, estaba acorralada por el lobo, solo que éste, más que feroz, era un lobo arrogante.
Ahora, no sabe por qué, le intimida verle, es raro, porque sabe que sigue siendo el mismo tonto que le robaba sus tabletas de chocolate y le dirigía burlas con una voz de niño que se hace mayor que a ella le daba risa, pero, ahora con esa voz grave y la cabeza que le lleva de ventaja, Scorpius se le antoja a Rose más oscuro, a la pelirroja le cuesta cada vez más mantener la fulminante mirada de aquellos ojos grises.
Le mira dudosa mientras se acerca, él le espera recostado contra uno de los pilares de la fuente que está en los terrenos, sus ojos están cerrados y una expresión calma inunda su rostro. Cuando llega a su lado, Rose emite una leve tocesita para indicar su presencia, Scorpius no le oye o la ignora, la chica no sabe por cuál de los dos inclinarse. Un poco molesta, apoya su mano derecha sobre el hombro de él, ese chico que ahora tiene algo que podría llamarse un leve rastro de barba, que ahora tiene la espalda más ancha y, siempre, le sonríe con una expresión de "yo se algo que tú no sabes" que a ella le saca de quicio.
Él abre los ojos y le mira, sus ojos grises, gélidos como el hielo, viajan de la mano de ella a su hombro y viceversa, ida y vuelta, arquea una ceja, aguardando la respuesta al motivo de ese contacto físico.
Rose se ruboriza y aparta su mano, dirigiendo sus ojos marrones hacia el suelo, enojada, siente el calor palpitar en sus mejillas.
Scorpius esboza una sonrisa burlona y le indica que den inicio a la marcha. Suelta un -No tengo todo el tiempo del mundo, Weasley.- y le da la espalda produciendo un leve ondeo de su túnica, caminando un par de pasos hacia la entrada del castillo.
Ella calla y le sigue, está incómoda, Scorpius parece notarlo y se burla de ello, ambos lo notan, salvo que a uno le da gracia y al otro le produce impotencia.
- Las damas primero.- Indica él, dándole una exagerada reverencia que suena más a mofa que a otra cosa.
Ella le fulmina con sus ojos mientras le golpea el brazo, sus cuerpos manteniendo un leve contacto cuando Rose le choca al pasar.
Comienzan su vigilia nocturna, repartiendo un comentario sarcástico y otro malicioso por allí o por allá, un "Rose, Albus me ha dicho que te huelen los pies" y un, "Scorpius, mi papá siempre creyó que el tuyo era gay" o " Deberías dejar de intentar ligar con el profesor Longbottom" y otro " Lo haré si le dejas de decir a mi primo que el cuerpo de la profesora Twelavney está buenísimo", miradas enfadadas y silencio otra vez, hasta que empieza nuevamente la danza, ese baile que les divierte y fastidia a los dos por igual, en el que Rose demuestra que habría podido ir a Slytherin y en el que Scorpius pone en evidencia que tiene lo que se necesita para ser un Ravenclaw, y más.
Así llegan a las una de la madrugada, Rose bosteza sin importarle que él esté allí, se estira y cierra los ojos. Siente el escrutinio del muchacho sobre su ser, pero le ignora. No es hasta que levanta sus párpados que se percata que Scorpius se halla a la distancia de un dedal. Le mira con los ojos abiertos de par en par, sorprendida por la cercanía de sus rostros.
Él está parado delante de ella, le observa indiferente a su reacción, rasca con su mano derecha el mentón y acota- Deberías irte a dormir, vamos, te acompaño a tu sala común.-
Rose se le queda mirando sin poder creerlo, Scorpius pone los ojos en blanco y, antes de darle la espalda, replica- Aunque no te lo creas, Weasley, soy un ser humano.-
Ella está a punto de soltar un "¿En serio lo eres?", pero se muerde la lengua, es bueno declarar tregua de vez en cuando, se dice, siguiendo los pasos del chico. La bandera blanca es conveniente cuando no estás en un estado de completa lucidez mental ya que tu némesis te ha embriagado con su perfume y tienes mucho sueño , ni hablar, sobre que te lleva más de una cabeza, por supuesto.
Llegan a su destino y él espera apoyado contra la pared a que ella conteste la pregunta, Rose lo hace sin fallar. Teniendo que comerse el orgullo, esboza una sonrisa tímida y le mira- Gracias por acompañarme, Malfoy.-
Su acompañante le ve divertido, pasando su mano por el cabello, le dice antes de irse - Cuando quieras, Weasley-
Más tarde, arropada por las frazadas de su cama, Rose espera, sorprendida de si misma, que ese "cuando quieras" resulte más seguido, más constante.
Está atrapada entre las garras del lobo, pero ya no le importa.