Mi primer Vicio (Muchos Spoilers, cuidadín)

Jul 29, 2007 02:04

Autor: // cris_snape
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Percy Weasley
Tema: #Número 1 Inicio


Inicio

-Voy a buscar a Penny.

Su voz suena extraña en la cocina de La Madriguera. Una vez más, sólo su padre está ahí para escucharle, pero para Percy es suficiente. Sabe que es demasiado pronto para que los Weasley vuelvan a ser los de antes. La pérdida de Fred, tan reciente aún, parece haber resquebrajado los viejos lazos familiares, al mismo tiempo que los ha unido a todos más que nunca. Aunque Bill y Charlie hayan regresado a sus respectivos hogares y trabajos, aunque Harry, Ginny y Ron hayan viajado a Australia, en busca de los padres de Hermione, aunque Molly no deje de llorar y George haya perdido la sonrisa para siempre, Percy se siente más cercano a ellos que nunca. Es en los momentos malos cuando debes estar juntos, apoyándose mutuamente, y eso es lo que han estado haciendo a lo largo de las dos semanas transcurridas desde la batalla final.

Arthur deja de prestar atención al movimiento de las ramas de los árboles del jardín, y mira a su hijo con ojos hinchados y rojizos. Es evidente que se alegra de tenerlo allí. Percy ha sentido que su padre se ha apoyado mucho en él todo ese tiempo, y eso le hace sentirse a gusto. Perdonado. Aún así, Arthur está ausente cuando suspira, y Percy cree conveniente dar una explicación. No han hablado sobre Penny, y cada día que pasa la extraña un poco más.

-Se la llevaron a Azkaban -Musita, y su padre da un respingo, observándolo de forma distinta, como si acabara de darse cuenta de que está allí -Se negó a entregar su varita y la acusaron de traición. Ayer escribí al Ministerio y ya la han soltado. Quiero asegurarme de que está bien.

-Entonces, debes ir con ella -La voz de su padre suena grave, como si luchara por contener las lágrimas. Así ha sido desde lo de Hogwarts, y así será durante mucho tiempo.
Percy retiene el aire en sus pulmones. Hay algo que lleva meses queriendo contar, algo que le atormenta y no le deja ser completamente feliz. Tiene la sensación de que siempre tendrá motivos para estar avergonzado de sí mismo y, cuando se pone en pie, busca consuelo en su padre. Reza porque él pueda concedérselo.

-No sé si Penny se alegrará de verme -Suspira, dejándose caer de nuevo sobre la silla. Arthur arrastra la suya para acercarse un poco más a él y, guiado por su instinto paterno, le pone una consoladora mano en el hombro -No hice nada para evitar que se la llevaran, papá. Nada.

Arthur permanece en silencio. Percy siente que no tiene justificación. Piensa en el día en que los mortífagos irrumpieron en la casa de su novia y la arrastraron por las calles muggles, golpeándola sin piedad. La ve negándose a obedecer, luchando por no perder su varita, su identidad de bruja, y se ve a sí mismo escondido en un rincón. Aterrado y ansioso por ayudar, pero sin atreverse a mover un músculo. Recuerda que había ido para avisarla, para recomendarle que abandonara Inglaterra junto a su familia. Sabe que llegó tarde y que no tuvo valor para protegerla del infierno, y se pregunta si ella podrá perdonarle algún día por ello. Durante semanas, creyó que podría haber muerto, pero afortunadamente, no fue así. Penny estaba en casa otra vez, arropada por su familia, de la misma forma en que él estaba siendo protegido por la suya, recuperándose de la pérdida de su padre y de su cautiverio.

-Si no lo intentas, estarás toda tu vida preguntándote qué hubiese ocurrido si hubieras ido -Arthur habla con calma, como si comprendiera la actitud pasada de su hijo. Aunque, claro, su padre ha demostrado ser un hombre capaz de perdonar casi cualquier cosa -Es hora de dar inicio a una nueva etapa en tu vida, Percy. Aprende de tus errores y afronta el futuro con valor. Es lo mejor que puedes hacer.

Percy agacha la mirada, contemplando sus manos con desgana. Su padre tiene razón. Hasta ese momento, el joven no ha apreciado realmente la ayuda que siempre suponían los consejos paternos. Sin decir nada, se pone en pie y sale en busca de Penny. Es cierto que todo parece haber empezado de cero, tras la muerte de Voldemort, y él quiere estar junto a las personas que ama. Penny entre ellas.

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Los Clearwather viven en Gales, en una bonita casa de campo a las afueras de un pintoresco pueblo, muy parecido a las numerosas aldeas similares que plagan el Reino Unido. Percy se ha aparecido en un pequeño bosque cercano, lejos de las miradas curiosas de los muggles. En seguida queda embriagado por la paz del lugar e inicia el viaje hasta la vivienda de Penny, rezando porque todo salga bien. Ahora que ha reunido valor suficiente para ir allí, lamenta no haberlo hecho antes. Necesitaba a Penny, casi tanto como ella a él, y el paso del tiempo sólo ha podido ayudar a que el supuesto resentimiento que ella podría sentir hacia él, hubiera ido en aumento.

Cuando Percy llega frente a la puerta de roble, duda un segundo. Se siente tentado de volver atrás. Quizá, sería conveniente enviar una carta primero, anunciar su visita, pero recupera la confianza en sí mismo y toca el timbre antes de arrepentirse otra vez.

Una mujer madura, de pelo gris y gesto adusto, atiende su llamada. Percy nunca ha tenido ocasión de conocer a los padres de Penny, pero sabe que ella es su madre. La mujer lo observa con cautela, medio oculta tras la puerta, y Percy entiende que los magos no son bienvenidos en su casa. Pero él no es un mago cualquiera. Él es el hombre que está enamorado de su hija.

-Buenos días -Saluda con suavidad, haciendo uso de sus más rígidos y educados modales -¿Es usted la señora Clearwather?

La mujer parpadea y, de pronto, frunce el ceño y se dispone a cerrar la puerta.

-Sé que usted es un mago -Gruñe, iniciando una lucha con Percy, que no va a permitir que se le niegue la entrada a su casa -Ninguno de los suyos es bienvenido aquí.

-Por favor. He venido a ver a Penny -Percy suena casi suplicante. Siente cómo si su novia lo estuviera apartando de su vida, y lo repentino de su fracaso lo angustia -No quiero hacerle daño. Soy Percy.

La mujer se detiene al escuchar al nombre. Su expresión se suaviza y abandona sus esfuerzos por mantenerlo fuera. En vez de eso, da un paso atrás y le deja entrar, aunque sigue habiendo cautela y algo de temor en sus ojos oscuros.

-Te ha estado esperando -Masculla entre dientes, cerrando la puerta otra vez y empezando a caminar a lo largo del pasillo -Está en el jardín. Hace un día muy cálido. Le gusta tomar el sol.

El corazón de Percy da un vuelco. Penny lo espera.

La mujer lo guía hasta la parte de atrás de la casa y, discretamente, se introduce en la cocina. Percy supone que los vigilará desde la cocina, pero le alegra tener un momento de intimidad con Penny después de tanto tiempo.

Está sentada a la sombra de un árbol, envuelta en una fina bata de seda blanca y con el cabello suelto y agitado por la suave brisa que recorre todo el valle. Tiene los ojos cerrados y la cabeza apoyada en un mullido colchón azulado. Percy suspira. La encuentra preciosa, pero está más pálida de lo normal y la rodea un halo de tristeza que le hace sentir miserable otra vez. Es evidente que las secuelas de Azkaban y sus dementores tardarán mucho tiempo en desaparecer.

Se acerca a ella muy despacio, temeroso de que ella pueda abrir los ojos y romper la magia del momento. Pero ella está ausente, quizá dormida, y no se percata de su presencia. No hasta que él se coloca frente a ella y le habla con suavidad.

-Penny.

Percy vuelve a ver los ojos castaños de los que se enamoró. La chica parece sorprendida, confundida y asustada, pero cuando le reconoce, sonríe tímidamente y levanta una mano para que él la coja. Percy lo hace, se arrodilla frente a ella y acaricia la suave piel de sus dedos, besándolos de forma casi inconsciente, aspirando el suave aroma a vainilla que mana de cada poro de su ser. Se concentra en el contacto y, a continuación, la mira y posa una mano en la pálida mejilla, notando un ligero estremecimiento.

-¿Cómo estás, Penny?

Ella se encoje de hombros. Percy piensa que va a huir de él, pero inclina la cabeza a un lado, buscando más contacto con su mano y cerrando los ojos. El joven casi puede sentir como propio todo el sufrimiento que ella ha tenido que soportar, y lamenta no haberla ayudado. Se siente indigno de ella.

-Supe lo de Fred -Musita débilmente, ignorando la pregunta de Percy. Después de todo, ambos conocen la respuesta -Lo siento mucho, Percy. ¿Le trasmitirás mi pésame a tu familia?

-Claro, no te preocupes. Lo haré.

El silencio se instaura entre ellos, pero no es incómodo. No cuando pueden entenderse el uno al otro con la mirada, cuando pueden comprender los pensamientos y sentimientos del otro sin necesidad de hablarse.

-Lo siento tanto, Penny -Percy siente que no puede más y aprieta su mano, buscando consuelo y perdón -Debí hacer algo para ayudarte. Yo no... Entenderé que tú...

-¡Schss! -Penny coloca un dedo en los labios del chico y, por primera vez, sonríe de verdad -Ya da igual.

-No. No da igual. No sabes...

-Lo sé -Es ella quién lo acaricia ahora, instándolo a incorporarse un poco para abrazarle. Ella también lo ha necesitado -Te vi. Sólo importa el ahora, Percy. Nada más.

Se abrazan. Percy deja que las lágrimas que ha estado reteniendo se resbalen por sus mejillas, y se aferra a ella con todas sus fuerzas, sabiéndose perdonado.

Tienen la oportunidad de iniciar una nueva vida y, aunque será duro, estarás juntos para salir adelante.

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Bueno, pues aquí está el primero de los fics sobre Percy Weasley para 30Vicios. Espero que os haya gustado.

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