Mar 22, 2010 23:57
No, yo no soy como el turrón, no vuelvo por Navidad. Soy más bien como un fénix, renazco de las cenizas del olvido una vez cada... cierto tiempo. Y puedo poner carita de niña buena y livejournalera decente, pero yo soy como el aire, que va y viene (como mi inspiración, que sigue siendo todo culpa de ella, TODO). Así que ya que estoy aquí (por tiempo no definido) dejo seña y marca, y en vez de con una bandera, con un reto de mi querida tabla incompleta que deseo alguna vez dentro de esta vida terminar :)
Fandom: Crepúsculo.
Claim: Sam/Leah
Vicio: 20. Celebración.
Como otro cualquiera
La mañana de un veinte de Agosto. El sol sobre la Push reflejándose en el azul oscuro de las olas sobre la arena de la playa. Veinticinco grados, olor a sal, y gaviotas surcando los cielos. Un día como otro cualquiera. O lo era, hasta que una llamada a las nueve de la mañana confirma que el bebé de Emily es una preciosa niña de ojos rasgados y piel cobriza.
Y desde ese instante, un sábado en el calendario olvidado de la cocina con olor a tostadas recién hechas cobra sentido de repente. Al menos el suficiente como para movilizar a una familia entera, que no tarda ni media hora en llegar al hospital cargados con ramos de flores frescas. Porque las noticias se reciben así entre los quileutes.
La pequeña, que aún no tiene nombre, mira a todos con sus grandes ojos negros y tal vez si pudiera les preguntaría a todos porqué la observan con la baba colgando. Y solo hay una respuesta, es una niña preciosa.
"Se parece a su madre"
En una esquina de la habitación blanca, hay una loba acostumbrada a golpes a la que acaban de derribar de un puñetazo feroz de acero. No sabe si hacerse la ofendida por ser absolutamente ignorada, o agradecer que nadie la preste atención y pueda apreciar el reciente desagrado hacia la nueva criatura, a la que ni siquiera ha llegado a mirar.
Dos horas más tarde, la tribu abandona la habitación de olor a recién nacido con la alegría tocando una melodía de tambores en la hoguera de sus cabezas. Ya se oyen bromas de barbacoa entre Jacob y Embry, y las mujeres debatiendo de qué color le compraran los patucos, los vestidos y todo ese arsenal de ropa con la que piensan vestir a la muñeca del Alfa.
Y como es normal, nadie nota que bajo tanta felicidad, hay un aura permanentemente oscura paseándose de un lado a otro. Tal vez porque ya han aprendido a ignorarla, a ella y a su amarga dueña, o porque están demasiado ocupados en sonreír hasta desgarrarse las comisuras. Y como de costumbre también, una cabeza se gira para mirar la cabellera negra tapando un semblante duro, de mandíbulas apretadas.
"Déjala tío, ya sabes cómo es" murmura Quil pasándole el brazo por el hombro con un golpe amistoso.
Pero Seth sabe -sino, ¿qué gracia tendría ser su hermano pequeño?- que la única cosa que verdaderamente la ha ofendido, y se atrevería a decir que hasta límites insospechados de su capacidad de rencor, es que nadie la ha felicitado por su cumpleaños. Ni siquiera Sam, que jamás se había olvidado de ninguno en toda su vida, nevara, tronara o se cayera el cielo a pedazos (o naciera su hija, habría añadido tiempo atrás). Ni siquiera aquel que hizo inolvidables sus quince, dieciséis y diecisiete, así como solo podría haberlo hecho el amante secreto de las novelas de mesilla. Ni siquiera quien bajo el árbol en el que ella ahora mismo fingía mirar un velero perdiéndose en el horizonte, grabó la fecha, veinte de Agosto, con un estúpido corazón alrededor. No, ni siquiera él.
Ahora se pregunta cuántas cosas más le quedan por odiar.
pairing: sam/leah,
fandom: twilight,
30vicios