Fandom: Star Wars (Universo Expandido)
Pareja: Luke Skywalker y Mara Jade
Clasificación: PG-13
Género: Romance y Angst
Tiempo: Diecinueve años después de la Batalla de Yavin.
Resumen: Lo que en un principio fue un matrimonio por convenencia toma un cambio inesperado para nuestros protagonistas.
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La intrusa pensó que, a pesar de haber sido sorprendidos, la reacción no fue la más esperada. Le miraron con aprensión sin tan quiera moverse en espera de su próxima acción. Han sacó su pistola blaster al igual que el noghri y Karrde simplemente tomó un paso hacia el lado para dejarle campo libre a ambos.
Entre tanto, Organa sólo le miraba con curiosidad.
La mujer alzó sus manos para mostrar que no traía arma alguna.
-Necesitaba hablar con usted, concejal Organa.
Nunca perdiendo la calma, Leia le replicó, -Creo que pudo haberme dejado un mensaje y la hubiese atendido a su debido tiempo.
-¿Y esperar cuánto? ¿Un año? ¿O tal vez dos?
A Leia no le agradó su tonito de voz algo preponderante pero tuvo que admitir, algo molesta, que la mujer tenía razón. En muchas ocasiones ella se halló a si misma peleando contra toda la estúpida burocracia del gobierno, -¿Cuál es su nombre?
-
Shada D’ukal. No pienso hacerle daño a nadie.
-Lo sé. - fue la calmada respuesta de Leia.
La otra mujer se sorprendió ante la certeza de esa contestación.
-¿Qué era lo que deseaba informarme?
-Deseo ofrecerle mi ayuda, brindarles mis habilidades a la Nueva República.
Han fue a replicarle algo nada gentil pero Karrde decidió adelantársele. - Sus habilidades serían muy bien aceptadas. Sería un sumo placer si me acompañara…
Shada miró al hombre maduro -que no estaba del todo mal- y decidió aceptar. En esos momentos no dudaría en aceptar lo que le quisieran ofrecer…
Bothawui
La multitud, cegada por la rabia, entró al edificio como una enorme marejada que parecía arrastrar todo a su paso. Más, increíblemente, esa oleada parecía abrirse alrededor de Luke. Ninguno de los seres parecía que tan siquiera le rozaba. Azules ojos miraban con frenesí, intentando hallar el lugar en dónde le sintió por última vez, ignorando la turba que colisionaba con todo lo que hallaba en su camino. El sonido de disparos de blaster se mezcló con la cacofonía de los seres.
Qué la Fuerza le perdonara pero en esos instantes sólo le importaba una cosa; hallar a Mara. Tan pronto como localizó el punto desde donde se comunicó con él, corrió como un enloquecido sin importar a quien sacaba de su camino. Subía las escaleras, todo su ser enfocado en lo que terriblemente hallaría. Así que muerte era lo que deseaban; con él no había problema. Aparecieron porciones doradas en lo que una vez fueron ojos azules. El les enseñaría lo que realmente era la muerte. Todo el apuesto rostro se endureció. Se vio a si mismo, luego de hallar el inerte cuerpo de Mara, levantando el culpable como si fuera un muñeco de trapo y arrojándolo contra las paredes de duradero, el cuerpo cayendo roto al suelo. Luego con su sable de luz...
Su sable de luz.
Lo miró; lo tenía ya en su mano listo para ser encendido. El sable que había construido luego de su primera lucha con su padre porque había perdido él que había pertenecido a su padre por dejarse llevar por sus impulsos, por permitirse ser llamado por el lado oscuro…
Ese pensamiento le hizo despertar y salir de la niebla oscura en la que había entrado. Apenas estuvo al borde de caer al lado oscuro, percatándose de la magnitud de lo que estuvo a punto de cometer. Sin embargo, no detuvo su alocada carrera para llegar hasta Mara mientras tomaba grandes bocanadas de aire para calmar sus agitadas sensaciones y deshacerse de toda la ira. Fue entonces que le pudo sentir, muy débilmente, no obstante estaba ahí y tomó un aliento tranquilizador. ¿Cómo pudo olvidar los reflejos instintivos de combate de Mara? Había erigido con más violencia sus barreras.
Más tampoco no le agradó ver lo que halló. Mara, procurando hallar refugio detrás de lo que había permanecido de la pared de la habitación, devolvía disparos a quien intentaba a su vez tomarla a ella como tiro al blanco. De su hombro derecho fluía la sangre, bajando por todo su brazo y Mara estaba por completo ajena a ésta, mientras utilizaba esa mano para disparar. Encendiendo su sable, comenzó a rechazar los disparos logrando que regresaran a su lugar de procedencia. En un abrir y cerrar de ojos, los disparos se detuvieron.
-Y llega el gran maestro jedi y con un chasquido de sus dedos, todo termina.
-Mara. - gruñó Luke enojado. No estaba de humor para su mordacidad. No luego del temor de creer que la había perdido y de lo que apenas estuvo por cometer. Se arrodilló frente a ella para inspeccionar su hombro. -¿Te duele?
Intentando no darle importancia a la herida, se encogió de hombros. Grave error. Las náuseas le asaltaron al tiempo que su hombro resintió ese gesto.
Luke no perdió a la vista la expresión de dolor. Con suma gentileza le acostó en el suelo. Se deshizo de su negra túnica, la dobló y la colocó debajo de la cabeza femenina. Cuidadosamente, le rasgó la blusa para ver mejor la herida. Mara decidió no mirar la herida al ver que todo color abandonaba el rostro varonil.
-Así de mal, ¿eh?
Luke asintió, -¿Cómo sucedió?
-Al parecer había un dispositivo en la pared y sólo bastó de un disparo para hacerle explotar… - e hizo una pausa al sentir las manos de Luke en su herida, -Mmm, eso sí que me hace sentir bien… Otra razón por la que debí volver a la Academia. Los beneficios de un trance sanador…
-No es mucho pero al menos te aliviará el dolor. Necesitas atención médica.
De improviso, el edificio volvió a temblar. Luke la alzó en sus brazos en un rápido pero seguro movimiento.
-Puedo caminar… -comenzó ella a protestar.
-No discutas conmigo.
Mara captó sin dificultad alguna la preocupación en su voz.
-Lo mejor es que nos vayamos, el lugar no es seguro…
-¿No irás a brindar de tu ayuda?
Los azules ojos le miraron, cortándole la respiración. -No; tengo que llevarte a una unidad médica.
Coruscant
Una fuerte mano en su brazo detuvo el avance de Karrde hacia su nave. Con una ceja enarcada, se giró a mirar a Han.
-¿Crees que sea segura?
No le pasó por desapercibido el pequeño movimiento de la cabeza de Han señalando a Shada, quien continuó su camino hacia la nave.
-No creo que sea ninguna amenaza, no al menos para mí. Me sospecho que huye de algo o alguien.
Esta vez Han le envió una sonrisa burlona, -Por lo que veo, tienes una innata habilidad para emplear en tu tripulación a extraviadas perseguidas.
Karrde vaciló por unos segundos al pensar en Mara. ¿Acaso volvería a verla? El intentó alejar de sus cabezas esos pensamientos lúgubres. Estaba con Skywalker; ¿quién mejor que él para cuidar a la cabecidura mujer?
-¿Talon?
El miró especulativamente al otro hombre en espera de que continuara, era la primera vez que le llamaba por su primer nombre.
-Estoy seguro de que Luke cuidara de ella. - Y Han desvió su mirada, algo cohibido.
Karrde le envió una sonrisa a medias. Así que él no era el único que podía captar lo que sucedía a su alrededor, Han poseía esa misma habilidad. No era de extrañarse. Era una que había que aprender muy bien si se quería sobrevivir en el mundo del contrabando.
-Lo sé. - le murmuró Karrde.
Bothawui
Mara ponderó la repuesta de Luke mientras recibía atención médica y la inexorable interrogación del Primer Secretario. No se atrevía a creer lo que su corazón le decía a gritos. “Tú le importas, quizás te ama.” ¡Ja! Eso sí que era risible. El corazón de un maestro jedi no podía pertenecerle a ella. Y aún así… ¿no debía ella leer entre líneas como Karrde le había enseñado? Skywalker siempre dejaba todo a un lado para rescatar la galaxia y esta vez, echó a toda la galaxia a un lado por ella...
-No. - ella contestó, mientras hacía una pequeña mueca de dolor mientras el droide médico le colocaba una venda en su hombro. -No disparé contra ningún civil. Estaba disparando contra los culpables de la explosión.
-Varios testigos insisten en que usted disparó contra ellos. - Orouc’ya recalcó, -Que los disparos provinieron del balcón donde se encontraba.
Luke escuchaba todo con sus brazos cruzados, en aparente calma. Sin embargo estaba muy lejos de ella. Sólo Mara podía percibir su ansiedad fluyendo en la Fuerza. ¿Cuántas veces no había venido a atormentarle su pasado? Todos en espera de cuando revelaría su verdadera personalidad y comenzaría a asesinar a diestra y siniestra.
-¿Y tengo que volver a repetirme?
El bothan retrocedió un paso de manera involuntaria. Los verdes ojos le lanzaron dagas.
-Orouc’ya le puedo dar mi palabra que no fue así. -intervino Luke con voz suave pero firme.
La piel del bothan tembló, -Si esa es su palabra, supongo que debo aceptarla. En realidad no importa.
Mara pudo sentir el desaliento de Luke entremezclarse con el suyo. No, probablemente no importaba. Toda la conmoción había provocado veintisiete muertos, sin contar los cuarenta y tantos heridos y todo el piso principal del edificio gubernamental estaba por completo destruido. Realmente no importaba, excepto, por supuesto, lo que pensaran los holo-reporteros. Ella podría imaginarse el día de campo que tendrían con esa historia.
“Ex - asesina del Imperio provoca total destrucción y caos en las oficinas principales de los clanes bothans combinados.”
Apenas cruzó ese pensamiento por su cabeza que las puertas al cuarto se abrieron. Eran guardias bothans y traían algo en sus manos. Hasta Luke llegó el aire de pesimismo que descendió sobre Mara.
-¿Qué es? - preguntó un intrigado Orouc’ya.
-No estamos seguros pero parece ser algún tipo de explosivo.
-Sí, lo es. - intervino Mara; Luke se acercó a ella como si presintiera lo que vendría pronto, - Son los restos de una arma imperial delusoria. Es un tubo relleno de gas Tibanna con un cristal redireccional.
-Y nos encantaría saber como llegó eso al balcón donde usted se encontraba. - anunció una voz.
Un guardia de la
NRI entró al cuarto; las insignias en su uniforme indicando que tenía un alto rango. Mara tuvo el incontrolable deseo de reír con sarcasmo pero se contuvo. No era la primera vez -y quizás tampoco sería la última - que la agencia de investigación de la Nueva República quería un pedazo de ella. Al fin habían logrado su más ansiado sueño; una prueba para incriminarle.
-¿Tengo que contestarle o es esa una pregunta retórica?
-Mara Jade, - comenzó el oficial ignorando por completo su ironía, entre tanto otro dos guardias entraban tras de él, -usted está arrestada bajo los artículos número doscientos cincuenta y dos de la Nueva República…
En un gesto inconsciente, Luke se colocó frente a ella. Por un breve momento se vio a si mismo tentado… Sí, podría hacerlo. Sacar a Mara de allí e irse lejos con ella. Mientras más le daba vuelta a la idea, más le agradaba. Alejarse de todo, de tener una vida normal junto a Mara…
-No. - le dijo Mara apenas sobre un murmullo, moviendo su rostro en un gesto negativo al tiempo que colocaba una mano en el brazo masculino, -A pesar de que es muy tentador no es lo correcto.
Mara tendió sus manos y un leve escalofrío sacudió a Luke al escuchar el ‘click’ del cerrojo de los grilletes electrónicos.
Dato Curioso; Luke es super celoso del pelo de Mara. Cuando hacen investigaciones secretas y tienen que disfrazarse, prefiere que Mara use peluca -a lo que ella opina que es impráctico- antes que se pinte el pelo pero ella siempre le concede su pedido. ;p