Teniendo el sentimiento de...
llegar a casa para encontrar a toda la familia reunida y que te pregunten cómo te fue en el trabajo/estudio/lo que sea y que no puedas responder que como perro en misa porque todo el mundo se te irá encima con los ¡¿por qués?! Que te harán sentir como un fracasado...
Me hace recordar un viernes cuando estaba en noveno grado y llegué a la casa humillada con la noticia de que perdí un logro y mi tía G, la comprensiva, me dijo que no me preocupara, mi tía J me preguntó sino le había recordado al profesor que era sobrina de ella, mi abuela le hizo cara a mi mamá de que no me fuera a regañar y mi mamá no dijo nada. Y yo me fui a llorar a un cuarto.
Es chistoso y hasta tierno ahora pero porque mi primito de cuatro años fue a sobarme la espalda mientras yo lloraba o^O.
De otra forma también me hace recordar cuando en el boletín de calificaciones salió que había perdido educación física y mi mamá puso el grito en el cielo. Pero había sido una equivocación en el traspaso de notas. El gimnasio de mi profesora quedaba a tres cuadras de la casa e hice ir a mi mamá conmigo para que la profe se lo dijera.