HANBLECHEYAPI
“Una prueba ancestral”
por Danibpin....
La búsqueda la realicé en Santa Sofía en Boyacá en vecindades con el lugar de mi nacimiento Moniquirá, Allí fui sembrado en una pendiente junto a unas piedras cubiertas por vegetal, había árboles como el guayabo, el fique, uno de hojas de olor agradable que por instantes variaba su aroma, Seguramente comunicando su sentir. Una flecha con los amarrados de tabaco me cercó, la punta de esta apuntaba hacia el oriente donde se colocaron cuatro palos de escoba que representaban la puerta. En este espacio podía sentarme y con dificultad acostarme sin salirme del encierro sagrado realizado con hilo carmencita rojo, con 365 cuentas distribuidas en una distancia de cuadro dedos uno del otro y rezados - con las intenciones de mi parte. -
Mi siembra comenzó a las seis de la tarde de un día martes; tuve que esperar hasta al otro día para que los facilitadores realizasen mi cercado con tabaco. La experiencia de silencio, sin pronunciar palabra permitió que escuchara a los animales y a los seres dentro de mí, podía comunicarme con ellos la mariposa, el colibrí, el murciélago, los zancudos, los pájaros -especialmente- Acompañado y en constantes interlocuciones con La mariposa de sombrillas - como le llamo por tener en sus dos alas al estar cerradas un figura como la de la parte de lo que cubre una sombrilla, su color café y encima de ella como si fuese cielo blanco -, el colibrí, el murciélago y los zancudos; aunque estos no me hablaban me mantenían intencionalmente alerta y despierto. Unas aves a las que llamo “los pájaros matraca” por el sonido que emitían, eran de color negro y estoy seguro que se trataba de los cuervos negros de los que tanto se hablan en los viajes no ordinarios. Establecían su consejo cerca de las siete, después que amanecía, cuando ya desde el oriente la luz del sol se perfilaba para aparecer. Dialogaban de un árbol a otro haciendo una cadena simultanea de ecos; sus conversatorios abordaban la temática de esas extrañas presencias regadas por el monte y entre ellas una Yo.
El primer día fue un consejo que decidía la autorización de nuestro estar, fue el más intenso, muchos se cuestionaban las razones del por que lo hacíamos hasta que finalmente se decidió la aprobación llegándose a la conclusión de que deberíamos ser observados; la sesión concluyó aproximadamente después de una hora.
Los siguiente días eran la verificación de nuestra permanencia y las síntesis de las observaciones hechas por los animales de la cosa en la cual nos ocupábamos: El estar. Paulatinamente en el transcurrir del tiempo disminuían los consejos sobre mí; hasta que ya no fui mas el espécimen foráneo si no otro animal, otro árbol más acogido y aceptado por la naturaleza.
Observaba a los animales que abrían y cerraban la noche, seres que mantenían el orden de los ciclos naturales. Avisaban cuando tenían que entrar los cantos, gritos, vuelos y brincos de unos y ocultarse el dialogar y transcurrir de los otros. (los pájaros, los cuervos, las cigarras,...)
Descubrí que cada animal terrestre y aéreo tenia su momento de dominar o no dominar, su tiempo para ocupar los espacios del cielo y de la tierra. Me confundí como otro animal más que se involucraba dentro del ritmo y me vi asimilado como un animal de costumbres como la de no alimentarse nunca, no beber y sedentario permaneciendo en el mismo lugar, en la no espera, sin moverse demasiado, Sentí lo que es ser clasificado por los investigadores naturales. Al no tener claridad plena sobre lo que representaba mi presencia o agresión o adaptación, generó el seguimiento sistemático del entorno. La tesis final de mí terminó al ser sustentado y verificado que mi estadía era un retorno a la madre gaia, un reencuentro con mis propias relaciones y es así como finalmente los que observaban continuaron con sus quehaceres cotidianos y dentro de estos incorporaron eventuales comunicaciones conmigo otro ser un connatural. Experimenté entonces la protección y el amor de las rocas, los árboles, del viento, de la Luna y el Sol.
Muchos fueron los guardianes de mí estar que me mantenían alerta y pendiente de todo lo que acontecía. Hasta una inquieta mariposa fue la amante que alentaba mis sueños y sin sueños. Se entregaba con alegría a través de sus figuras y vuelos circundantes, amándome lenta y profundamente con sus alas agitadas
Cuando ya el segundo día dejaba de existir un espíritu se abalanzó sobre mí tratando de atacarme, mi ser sintió una fuerza inusitada de coraje que representó mi cuerpo con posturas de ataque mi adversario molesto y derrotado se escurrió furioso y resignado entre las hierbas y los árboles, Después de lo cual todo se calmó. El resto del tiempo transcurrió en alerta, observación y acompañamiento.
Durante el último día final del proceso el acompañamiento fue más intenso especialmente de la mariposa que me hacía evidente su permanente presencia volando de aquí para allá, nunca entraba al cerco de tabaco, la sentí como una de las hadas que procedían de otra dimensión y que atravesaba un portal hacia este mundo y tomaba forma de mariposa, Entonces le pregunté si era posible que me llevase a su planeta de origen; Lo recree con imágenes e ingresé al portal de las visitas a su mundo. Ella me detuvo aclarando que el momento no era ahora, ya que su misión era prepararme hacia una lucha con mis propias relaciones. Fue cuando inducido por ella experimenté una visualización donde se materializó la forma física de Sandra que con alegría y entusiasmo me exhortaba a seguir adelante en la búsqueda de visión. Cuando regresé a mi realidad busque a la mariposa y le observé cercana al cerco de tabaco por la cabecera de mi derecha; Agitó sus alas y antes de desaparecer me gritó muchas veces: “cuida tu puerta, no la vayas a perder, van a tratar de destruir tu guerrero de conciencia y no lo vas a saber” después de esto vinieron dos avispas peleaban entre sí una impedía que la otra ingresase a mi cerco, hasta que finalmente en vuelos de poder le venció. Era el augurio del comienzo de “mi dura batalla de la noche eterna” que desde ese día libró sin cuartel.....