Title: The ugly duckling
Fandom: Beast/B2ST
Pairing: None. Kikwang-centric
Rating: PG
Words: 829
Disclaimer: Son personas reales, así que se poseen a sí mismos.
Notas: Pre-debut. Angst. Una cosa rara simplemente porque hoy es el día de los complejos u.u
The Ugly Duckling
«Tierra adentro, en la zona baja de la pradera, escondido entre los altos juncos que crecían en el borde de una laguna, había un nido lleno de huevos.»
Desde que tiene memoria, Kikwang recuerda la voz de su madre contándole la historia del patito feo, siempre palabras dulces que le acunan suavemente hasta que se queda dormido tapado con esa manta azul tan desteñida de tanto aferrarse a ella. Era un pequeño ritual al que se había acostumbrado de todos esos años de infancia que terminaron de golpe el día que decidió que quería ser cantante. Desde ese momento sólo se centró en practicar, practicar y practicar para lograr realizar ese sueño. La sonrisa que se expandió por sus labios cuando por fin logró entrar a una empresa de entretenimiento sólo pudo compararla con aquella que había aparecido todas esas noches cuando su madre le relataba el cuento.
«"Miren, aquí viene otra cría, ¡como si ya no fuéramos bastantes! ¡Y qué feo es ese patito! ¡Sáquenlo de este corral! ¡No lo queremos!".»
Lo malo de entrar a una compañía de este tipo es la competitividad que hay entre la mayoría de trainees. Kikwang, bastante ingenuo, pensó que todo sería compañerismo y ayudarse los unos a los otros en los puntos débiles que uno pudiera tener. No pudo equivocarse tanto en su vida. Una gran cantidad, por no decir casi la totalidad, del resto de trainees le miraban con desdén cada vez que le veían por los pasillos de las instalaciones y los pocos sunbaes que veía simplemente iban concentrados en sus cosas. Durante todo ese tiempo se sintió tan desplazado como el patito feo cuando el resto de crías quieren sacarlo del estanque y eso sólo logró que plasmara una sonrisa en su boca y se centrase más aún en practicar. Dispuesto a sacrificar todo con tal de librarse de esas miradas fijas en su espalda esperando a que tropezase en algún punto del camino.
«Los días eran cada vez más fríos y el pobre patito feo tuvo que nadar en el agua helada que empezaba a congelarse a su alrededor.»
Cada día que pasaba ensayando, era como si la constante sensación de ser elogiado por los entrenadores pereciese por las miradas cargadas de envidia y celos del resto de sus compañeros. Él sólo quería ser uno más, tener amigos y lograr su sueño. Algo que los otros parecían poseer y del que él se hallaba privado. Esa situación únicamente lograba que sus esfuerzos se centrasen en bailar más todavía, creando un círculo vicioso del que ya no podía salir.
Sabía lo que decían de él a sus espaldas, que si en realidad no estaba ahí sólo porque su habilidad en el baile era decente, que si su voz no merecía tanto la pena como los profesores vocales alababan. Y escuchar eso una y otra vez lograba que su sonrisa temblase en sus labios, incluso cuando intentaba de todas las maneras que no lo hiciera.
«Tres hermosos cisnes nadaban en un estanque. "Me gustaría ir con ellos", se dijo el patito. Quizá ni siquiera me hagan caso, por ser tan feo".»
Había un grupo de chicos que, por lo que había oído antes de estar en la compañía habían sido trainees en otras, siempre estaba apartado del resto. Ignorantes de los comentarios hirientes que se escuchaban en susurros quedos por miedo de la mirada afilada de uno de ellos. Kikwang había sentido la imperiosa necesidad de acercarse a ellos en algunas ocasiones, pero por algún motivo no lograba que su cuerpo le hiciera caso. Aparte de que también tenía la impresión de que no sería muy bien recibido por dos de ellos. El chico de ojos afilados y comentarios todavía mucho más agudos, y el que competía en baile con Kikwang por la atención de los profesores de danza, Hyunseung. Los otros dos, en cambio, no parecían muy reacios a ser amigos con el resto, más bien lo contrario, puesto que les había visto de vez en cuando hablar con un chico más joven que Kikwang y que por lo que sabía era un simple aspirante a trainee.
Kikwang se acostumbró a observar de lejos al grupo, su mirada llena de anhelo por ese tipo de relación, pero demasiado aterrado de ser rechazado; aun así su esfuerzo por alcanzar su sueño mereció la pena cuando un día el presidente de la compañía le ofreció el contrato para realizar una carrera en solitario. Ese día otra de sus brillantes sonrisas se abrió paso y pensó que él también podría convertirse finalmente en un cisne.
«"Jamás soñé con tanta dicha cuando era el patito feo".»
Sin embargo, contrariamente al patito feo del cuento, él no se convirtió en ningún cisne. Porque no siempre el patito feo se convierte en cisne y su sueño de ser solista se rompió en mil pedazos el mismo día en que el presidente le dijo que no había sido tan exitoso como habían esperado que fuera.