Title: Broken Doll
Fandom: BTS (Bangtan Sonyeondan)/Topp Dogg
Pairing: Seokjin/Namjoon, Hyosang/Namjoon, kinda Hyosang/Seokjin
Rating: PG-13
Words: 317
Disclaimer: Nada es mío, bla bla blá...
Notas: Llevaba un par de días pensando en esto y al final terminó como un drabble de nada, pero bueno, los sentimientos están ahí.
Namjoon se siente como una marioneta con dos amos. El escenario puede ser diferente, las manos que recorren su cuerpo distintas, pero en ambos casos sabe que únicamente es un sustituto para aquellas dos personas que ya no pueden estar juntas. Y, a pesar de saberlo, no puede quiere decir nada. Porque no importa que ninguno de ellos sienta un ápice de afecto real por él, que las palabras que murmuren de forma entrecortada tras acabar, repletas de sentimientos rotos de tanto comprimirlos en su interior, no sean para él; Namjoon sólo puede cerrar los ojos y desear que en algún momento eso cambie en alguno de los dos.
A veces se pregunta si está bien dejar que las manos posesivas y ásperas de Hyosang le agarren tan fuerte que la marca de éstas permanezca durante días sobre su piel, ahí donde las manos delicadas y suaves de Seokjin se posan después, como intentando aferrarse a esas sombras tan difusas que una vez habían poblado su cuerpo y no el de Namjoon. O si los dientes de Jin en su clavícula haciendo presión hasta que pequeños rastros de sangre aparecen de la piel agrietada son algún código secreto que mantiene con Kidoh y que éste únicamente puede descifrar delineando con su lengua esos hematomas que aparecen para recordarle a Namjoon todas las marcas que adornan su cuerpo.
Sin embargo, en el fondo, Namjoon sabe con certeza que no importa lo ciego que quiera estar o cuántas veces permita que tanto Seokjin como Hyosang jueguen con él como si se tratara de esa marioneta que mantiene su lazo de alguna forma precaria, el único que acabará abandonado en una esquina roto, y sin esperanza alguna de ser reparado, será él al albergar esos sentimientos tan contradictorios por sus dos amos.
Porque al fin y al cabo, las marionetas sólo pueden seguir los hilos que sus titiriteros deciden mover.