Title: I'll heal your heart with my kidness
Fandom: BTS (Bangtan Sonyeondan)/Topp Dogg
Pairing: Hyosang/Jimin
Rating: G
Words: 2178
Disclaimer: Nada es mío, bla bla bla...
Notas: Para
obsscure que es mi muy mala influencia y logra que mis crack pairings se amplien cada día más xD Al final no tiene nada que ver con la frase que me dijiste *facepalm*
No era la primera vez que Hyosang salía de los dormitorios sin el permiso de su mánager o con la excusa de que iba a estar en el estudio con una de las canciones para su álbum en solitario o para el próximo del grupo. Sabía que su mánager podía creerle fácilmente, aunque también veía esas miradas de conocimiento de Taeyang y Sehyuk que le dirigían las pocas veces en las que todavía estaban despiertos por algún motivo u otro. En el fondo eran los únicos que sabían su pequeña obsesión por la necesidad de dejarse llevar y arrastrarse hasta esos pubs donde antes solía actuar con más asiduidad que ahora, porque a pesar de haberse convertido en un idol aún ansiaba esa libertad que le generaba el rapear aquello que le apareciese por la cabeza in situ.
Sin embargo, ésa ya no era la principal razón por la que se escapaba cada vez que su móvil vibraba ligeramente en su bolsillo, la melodía del móvil silenciada por completo para evitar las miradas repletas de preguntas a las que no quería contestar. Al principio siempre había sido Seokjin quien le llamaba, eran amigos y estaban acostumbrados a vivir juntos después del tiempo compartido en BigHit, Namjoon también le llamaba de vez en cuando, preguntándole qué tal iba todo y si se verían algún día con el resto de Daenamhyup; pero ahora ninguno de los dos tenían tiempo para acordarse de él, demasiado ocupados el uno en el otro.
Aquella escena del backstage del Inkigayo todavía plagaba su mente algunas noches en las que el sueño se escurría entre sus dedos y su único entretenimiento era observar el techo de la habitación que compartía. No podría haber imaginado que algo tan simple como ver a dos personas besarse podía romper en añicos tan pequeños hasta casi convertirlos en polvo a alguien más, pero no podía olvidar ni las siluetas medio escondidas de Namjoon y Seokjin besándose y, mucho menos, la mirada acuosa de unos ojos que por regla general brillaban con alegría. Lo admiraba por haber sido capaz de haber podido actuar en el escenario después de eso con una sonrisa tan resplandeciente como siempre a pesar de que Hyosang no dudaba que por dentro estaba destrozado. Incluso ahora no sabía qué le había llevado a escribir su número de teléfono en un trozo de papel y garabatear un «Llámame si necesitas alguien con quien hablar.» junto a una pequeña caricatura y apretarla en esa mano tan pequeña y suave en uno de los momentos en el que el pasillo está repleto de idols yendo y viniendo del escenario. Sin embargo, la mirada de sorpresa y la forma en la que agrandó los ojos por ella fue algo que hizo sonreír a Hyosang.
Pasaron días en los que su móvil seguía recibiendo algún que otro mensaje de Jin, unos pocos de Namjoon, pero jamás de algún número desconocido. Llegó a tal punto que hasta casi se había olvidado de todo el tema, hasta que una noche en la que estaba solo en el estudio su móvil comenzó a vibrar sobre la mesa logrando que apartara la mirada de la pantalla donde estaba la melodía ya grabada y centrara su mirada en la de su móvil donde un número desconocido se mostraba. Lo cogió sin pensar mucho en ello, quizás era alguno de sus amigos que se había cambiado el número y le llamaba para avisarle, sin embargo esa idea se descartó de su mente en el momento en que escuchó una voz casi inexistente y rota murmurar un «¿Por qué duele tanto, hyeong?». No dudó ni un segundo en coger su chaqueta y guardar todo apresuradamente antes de salir por la puerta del estudio y parar un taxi para ir hasta ese edificio al que hacía tanto tiempo no iba. En ningún momento dejó de murmurar cosas para confortar a la otra persona, porque sabía que si lo hacía el otro sólo se hundiría más en la penuria que le sobrecogía, cuando bajó del taxi no le hizo falta preguntarle dónde estaba, porque jamás podría olvidar la figura encogida de Jimin con su cabeza gacha y su cabello escondido bajo la capucha de la sudadera que llevaba.
Aquella primera noche se la pasaron en un café, sentados uno frente al otro en la mesa más alejada e imperceptible que había en todo el local, Hyosang escuchando atentamente a Jimin mientras éste dejaba salir por fin todo lo que tenía en su interior y que no podía confiarle a nadie más. Ni siquiera a alguno de los otros miembros de su grupo, a pesar de que algunos de ellos le conocían tan bien como para saber que había algo que no estaba bien con él. La tenue luz del sol de la mañana siguiente les encontró a ellos todavía sentados ahí, la taza de café de Hyosang rellenada bastantes veces ya y el zumo de Jimin casi intacto mientras Hyosang le contaba anécdotas estúpidas que pasaban en el dormitorio de su grupo de vez en cuando con tal de que Jimin sonriera un poco y los rastros de lágrimas de sus mejillas se terminaran de secar. Cuando se despidieron en el lateral del edificio de BigHit unas horas más tarde, Hyosang no evitó sus ganas de darle un breve abrazo y una sonrisa de confort antes de asegurarle que podía llamarle cuando quisiera y a la hora que fuese necesaria, que siempre contestaría sus llamadas.
Desde eso habían pasado ya meses y las llamadas se habían sucedido casi a diario, no siempre siendo Jimin quien las iniciaba. De vez en cuando Hyosang no podía parar a sus dedos de alcanzar su teléfono y mandar algún mensaje repleto de tonterías a Jimin sólo para recibir una contestación igual de tonta y llena de caras haciendo pucheros. Alguna que otra vez, principalmente cuando Jimin le decía que estaban en el estudio de baile ensayando, Hyosang se escapaba de donde estuviese si no tenía nada que hacer para ir de nuevo a esa cafetería de la primera vez y ahí enviarle un «Te espero donde siempre» al menor para que supiese que él siempre estaría cuando lo necesitara. Nunca recibía contestaciones a ese mensaje porque a los quince minutos exactos aparecía una figura con gorra y capucha y se sentaba frente a él y el zumo que Hyosang siempre pedía para él.
-Yoongi-hyeong me ha dicho que vais a hacer una colaboración para el especial de Show Champion. ¡Es fantástico, hyeong!
Hyosang sólo pudo sonreír divertido por la efusividad de Jimin, cuando algo le gustaba o le ilusionaba mucho era como ver a un niño pequeño con un juguete nuevo y su alegría se contagiaba. Días atrás se lo habían comunicado a Jenissi y a él, pero había querido que fuese una sorpresa para el otro porque quería ver su cara cuando se encontraran en el programa, pero como siempre Yoongi había tenido que comentarlo. A veces se le olvidaba que tras esa apariencia de indiferencia que a veces ponía, el otro rapero también era muy efusivo y aquello le hacía preguntarse qué tipo de relación mantenía con Jimin o, mejor dicho, qué sentía Yoongi hacia el menor. Porque no dudaba que Jimin se comportaba igual que lo hacía con él cuando estaba con Yoongi y si era así, comprendería que el otro se pudiera sentir algo atraído por la efusividad del menor al igual que Hyosang mismo lo hacía.
-Hyeong, lo siento mucho, pero no puedo quedarme mucho más o me echarán la bronca por saltarme práctica. Nos veremos la semana que viene en el programa, ¿verdad?
-Claro -sonrió mientras observaba a Jimin beberse el zumo casi deprisa y corriendo-. Es mejor que no llegues tarde. Además yo también tengo que volver al estudio.
-Sabes hyeong -escuchó el susurro de Jimin al levantarse-, me alegra que me dieses tu número ese día, pero también me sabe mal que seas tú quien siempre tenga que venir hasta aquí para verme.
-No te preocupes, Jimin. Yo tengo más libertad para moverme y no me importa.
Le apretó el hombro antes de salir por la puerta y coger un taxi que le llevase de vuelta al estudio de grabación. Sintió su móvil vibrar y pensó que posiblemente sería su mánager o incluso Taeyang preguntándole que dónde se había metido, pero se sorprendió cuando vio un «Una semana pasa rápida, hyeong, así que no te saltes más prácticas y nos vemos el miércoles. Hablamos más tarde por kkt (*^-^*)». Negó con la cabeza al sentir una sonrisa abrirse paso a sus labios y deseó que el menor tuviera razón en que una semana pasaba rápidamente porque por algún motivo quería volver de nuevo a esa cafetería y quedarse ahí con Jimin.
Al final resultó que sí, siete días pasan más raudamente de lo que uno espera y más cuando tienes tantas cosas que hacer en un solo día, y cuando entró junto a Taeyang al estudio de Show Champion fue como si sintiese la presencia de Jimin por ahí porque no podía dejar de sonreír.
-Creo que es la primera vez que te veo sonreír tanto antes de subir al escenario -se dio la vuelta para encontrarse de lleno a Seokjin que sonreía un poco divertido.
-Tú en cambio estás sonriendo menos de lo normal -le contestó divertido.
-Es porque ha perdido a uno de sus hijos -escuchó la voz con un tinte de mofa de Namjoon justo frente a ellos y vio como Jin hacía un puchero antes de darse la vuelta para mirar al otro con ansias asesinas-. Sabes que a Taehyung le gusta a veces desaparecer, así que no te preocupes, además seguro que Hoseok ya habrá ido a buscarle.
-Jin-hyeong, Namjoon-hyeong -Hyosang se dio la vuelta para ver a Jimin llegar con un puchero en la cara seguido de Yoongi que negaba con la cabeza una y otra vez-, es nuestro turno para ensayar.
-¿Y Taehyung-ah? -escuchó a Jin preguntar a pesar de seguir con su mirada fija en Jimin.
-En el escenario con Hoseok y Jungkook -la voz áspera de Yoongi sonaba un poco molesta-, había ido a por algo para picar sin decir nada y por lo que se ve había terminado observando a un punto fijo dentro de la máquina hasta que Hoseok le ha encontrado así y lo ha arrastrado de vuelta.
Observó a Jimin reírse por lo bajo divertido por la forma de actuar de su amigo y se fijó que en ningún momento miraba hacia Namjoon y Seokjin durante más de unos segundos, al igual que se mantenía cerca de Yoongi.
-Nos vemos después, Hyosang -la voz de Jin le sacó de su inopia y vio como los cuatro se alejaban, no antes de que Jimin le dirigiese una sonrisa resplandeciente que él devolvió.
-Estás jodido hasta las trancas -giró la cabeza para observar a Taeyang que le sonrió un poco antes de arrastrarle al backstage.
No hacía falta que dijera nada más para que supiera a qué se refería. Él también había notado en la posición en la que estaba y no podía hacer otra cosa que concordar con Jenissi en que estaba bien jodido. Si tener novia ya era casi imposible para un idol, que te gustase otro idol era casi una odisea y más si era de otra empresa y del mismo género. Suspirando, se quedó junto a una de las pantallas del backstage a observar el ensayo de Bangtan, fijándose especialmente en los movimientos de Jimin. ¿En qué momento había caído tan profundamente por ese niño?
No supo cuándo se había ensimismado, pero sí cuando salió de ahí al sentir un empujón y casi caerse de frente y golpearse contra la pared si no hubiera sido por una mano que le agarró de la muñeca y tiró de él hacia atrás hasta chocar contra un cuerpo más bajo que el suyo.
-¿Estás bien, hyeong?
Giró la cabeza para encontrarse con la mirada preocupada de Jimin y sólo asintió mientras se alejaba un par de pasos sin soltar el agarre sobre su muñeca. Éste era tan fuerte que sabía que seguramente tendría una marca roja a pesar que su tono de piel no era tan pálido como el de otras personas. Le vio sonreír y mirar durante un segundo su agarre sobre su muñeca, fijándose atentamente en el contraste de sus pieles, antes de soltarla y ver la marca roja de sus dedos que comenzaba a formarse.
-Hyeong, el rojo te sienta bien -le escuchó murmurar-, aunque preferiría que se formase por mis labios sobre tu piel.
Se quedó estupefacto al oír aquello y, antes siquiera que pudiera reaccionar, notó la presencia de Jenissi y su mano donde antes había estado la de Jimin y arrastrarle hacia el escenario, no sin antes escuchar un divertido «coqueteando en pleno backstage, será posible» de su parte y ver la sonrisa divertida de Jimin mientras le despedía con una mano.
Definitivamente esa noche tendría que hacer una llamada muy importante.
Me pregunto qué hago con mi vida y por qué shippeo OTPs tan crack...
Espero que te gustase a pesar que al final no tiene casi nada que ver con lo que me dijiste orz