Titulo:¿No te das cuenta?
Fandom:Harry Potter
Pareja: Lily/Sirius con toques de Lily/James
Regalo para
trivialidades -Tenía que ser usted señor Black
La profesora McGonagoll dejó salir un suspiro que no denotaba sino frustración.
-Pero, ¿usted señorita Evans?
Lily enrojeció y no pudo evitar bajar la mirada, nunca había visto tal decepción en los ojos de la profesora de transformaciones. Agradeció infinitamente que la profesora haya decidido reprenderlos en un aula vacía. Por nada del mundo le hubiera gustado ver la cara de satisfacción de Potter.
A su lado Sirius miraba a McGonagoll de una manera indescriptible, como aquello fuera rutina y al final fuera a salir impune de su delito, como si fuera un niño pequeño al cual mamá le va a perdonar que haya roto las ventanas del vecino.
-No me vea de esa manera señor Black- lo reprendió la profesora dando un paso hacia el frente- Esta vez se ha pasado de la raya
La sonrisa se borró del rostro de Sirius que para verse ocupado se retiró el fleco empapado de la frente moviendo la cabeza bruscamente. Gotas de agua fueron a dar a la ropa de Lily, pero ésta ya no se inmutó, después de toda estaba empapada de los pies a la cabeza igual que él.
-Tendrán que limpiar éste desastre- anunció la profesora que seguía dirigiéndose más a Siruis, el chico giró y observó el salón de clases, inundado casi tres centímetros por encima del nivel del suelo, y con plastas verdes en los pupitres donde se había originado todo.
-No será muy difícil- dijo con aire de superioridad mientras sacaba la varita.
Lily rodó los ojos, era igual que Potter, siempre creyéndose por encima de las reglas, pero era claro que la profesora no se lo iba a dejar tan fácil
-Me temo que será sin magia- la profesora tomó la varita de Sirius antes de que pudiera conjurar nada- Y se restarán cincuenta puntos por cada uno a los puntos de su casa
Sin decirles más les dio el equipo de limpieza y se retiró del salón.
Sirius permaneció inmóvil, claramente a la expectativa que Lily dijera algo, después de todo la chica no había tenido la culpa…bueno, casi no había tenido la culpa.
-¿No piensas ayudar?- preguntó exasperada al notar que Sirius no movía un dedo
Sirius se encogió de hombros, dejó la cubeta en el suelo y de un brinco se sentó en el escritorio. Como siempre dándose aires de estar por encima de todo.
-Yo sacaré las manchas verdes, tú seca el piso ¿te parece?
-Por mí está bien- respondió el chico pero sin moverse de su lugar
Lily decidió no discutir, ya bastantes veces había discutido con esos imbéciles que se hacían llamar los merodeadores y aunque le doliera admitirlo nunca había ganado una discusión, o al menos ella lo veía así. Allá él si no quería cooperar.
El agua le empapaba los zapatos y calcetas, por lo que decidió despojarse de tales prendas y andar descalza entre los pupitres mientras tallaba las manchas verdes, ¿de dónde habían salido? Ya no lo recordaba.
Por su parte, Sirius decidió que era más divertido recostarse en el escritorio y mirar al techo, por lo visto ver caer polvo y pelusas era muy interesante.
Lily se esforzó por ignorarlo, en verdad que lo intentó, pero había una duda que le rondaba por la cabeza y no era una chica que se quedara con dudas.
Espero hasta que parecía que Sirius se quedaba dormido en su aburrimiento, se acercó con paso precavido hacia él.
-¿Por qué no lo has delatado?- preguntó
Sirius no se incorporó pero lentamente giró hacia ella y abrió despacio un ojo, Lily se preguntó cuántas chicas después de ese día la iban a odiar. Ya casi podía ver a Mary gritando emocionada porque había pasado tiempo a solas con Sirius Black.
-¿Delatar a quién?- preguntó Sirius y su estúpida sonrisa de medio lado apareció
-Tú sabes que esto no fue tu culpa- sentenció Lily dando un paso más hacia él
-No sé de quién hablas
-De James, él fue quien inició éste desastre- demandó Lily señalando el piso inundado- Él es quién debería estar limpiando
Sirius se incorporó quedando sentado en el escritorio, parecía que Lily acaba de decir algo gracioso porque una sonrisa más amplia se dibujó en su rostro.
-¿Por qué no lo has delatado tú?- le preguntó con un tono que quería dejar ver que él era quien llevaba las riendas de la conversación
Lily se sorprendió, no sabía que responder, la verdad que nunca le pasó por la mente delatar a Potter, creía que eso era deber de Sirius que tomaba el lugar de su amigo en todo ese lío. Pero la mirada de Sirius la hizo reaccionar, ya sabía qué tipo de conclusiones quería sacar.
-No es porque lo ame locamente en secreto- se apresuró a decir, aunque no pudo evitar sonrojarse un poco
Sirius la miraba divertido, está claro que no le había creído nada.
-Además tú ya te habías echado la culpa- agregó la chica tratando de recuperar su color- McGonagoll no iba a escuchar razones, hubiera sido un pretexto para que ustedes dos pasaran más tiempo del necesario juntos
-Tus razones son muy convincentes Evans- ironizó Sirius- ¿Realmente crees que soy del tipo que delatan a sus amigos?
Lily lo miró a los ojos, le gustaban sus ojos y no porque fueran grises y lo hicieran condenadamente guapo como decían las otras chicas, sino porque tenían mucho misterio. No lo tuvo que pensar demasiado.
-No, claro que no- sentenció ella y en verdad lo creía, había sido hasta estúpido preguntar.
Se giró y volvió a fregar las bancas, Sirius no se volvió a recostar en el escritorio sino que ahora la seguía con la mirada. La ponía nerviosa.
-¿Cómo es que tú te metiste en éste lío?- le preguntó Sirius
Lily se tomó su tiempo para responder, se tomó el cabello que seguía empapado y trato de anudarlo a la altura de su nuca. Todo era para ganar tiempo, la verdad que era vergonzoso como había acabado ahí.
-James me provocó- fue lo que respondió. Sirius volvió a sonreír de medio lado, de repente Lily notó que aquella sonrisa también delataba algo de frustración
-¿En serio?
-Sí- dijo con un tono que dejaba claro que no iba a hablar más del tema
-No te creo Evans
Lily enrojeció pero no dijo más.
-Bueno tal vez tuve algo de culpa- admitió Lily pero se rehusó a ver a Sirius a los ojos
De reojo notó como Sirius también se quitaba zapatos y calcetines, parecía dispuesto a por fin ayudar. Brincó del escritorio y se encaminó hacia donde estaba Lily.
-¿En verdad no lo has notado Evans?- le preguntó cuando llegó justo a su lado
-¿Notar qué?
Sirius rió. Siempre lo había visto sonreír pero nunca reír, notó como una sensación extraña le recorría los nervios de la espalda.
-Hay dos razones por las cuales no delaté a James- le dijo recargándose en la banca que había estado limpiando Lily, hacia que quedaran frente a frente, un calor peculiar recorrió las mejillas de Lily
-¿Entonces no es sólo porque no eres el tipo que no delata a sus amigos?- preguntó un poco decepcionada, no creía que Sirius necesitara más razones
-Además de esa poderosa razón, hay otras dos que la acompañan
-¿Cuáles son?
-La primera es que James tiene partido de Quidditch éste sábado
-El maravillos Quidditch- ironizó Lily
Le sorpendió no haberse dado cuenta de esa razón antes, sin James lo más seguro es que perderían y era muy seguro que McGonagoll no se hubiera tentado el corazón para castigarlo.
Sirius hizo una larga pausa, veía hacia la nada, a Lily le era imposible descifrar que pensaba.
-¿Y la segunda?- le preguntó impaciente, Sirius pareció volver en sí y la miró.
-Tenía que hallar una manera de enmendarme con mi mejor amigo- dijo por fin con pesadumbre
-¿El dúo dinámico estaba peleado? ¿Eso es posible?
-Nunca no hemos peleado Evans, no exageres- la regañó
Lily se volvió a molestar con él, siempre ese tono de superioridad. No fue sino hasta que Sirius le sonrió que sintió que lo había perdonado.
-¿Entonces?- presionó Lily, la curiosidad la consumía
-¿No lo adivinas?
-No ¿cómo voy yo a saber?
Sirius cerró los ojos y suspiró. Al abrirlos parecía resulta su mirada, lentamente alzó su mano y lentamente le quitó de la mejilla un mechón de cabello mojado. Al entrar en contacto con su piel Lily sintió como le ardía la mejilla, le temblaban las rodillas y el corazón se le aceleraba. En aquel momento lo que Sirius Black hubiera dicho ella lo hubiera creído. Sirus le acomodó el mechón de cabello detrás de la oreja y sonrió satisfecho. Su mano regresó a apoyarse al filo de la banca, dejando a Lily aturdida.
-¿En verdad no lo has notado Evans?- volvió a preguntar
Lily tragó saliva nerviosa, no estaba muy segura de querer o tener el valor de ver hacia donde se dirigía la conversación.
-No- dijo dejando salir el aire de sus pulmones
-A ti te gusta James- le dijo perdiendo el contacto con la mirada- Ya no lo llamas Potter, le dices James, ríes de sus bromas, lo buscas con la mirada e incluso lo provocas
-Yo no…
-Vi lo que sucedió hoy- la interrumpió- tú comenzaste la pelea cuando con tus piernas sujetaste las suyas para evitar que se levantara supongo que lo hiciste en venganza porque ayer te llenó el cabello de papelitos
-No es verdad
-¿Segura?
Sirius levantó una ceja, retando a Lily a que dijera algo, pero a ella las excusas se le habían acabado.
Sirius seguía mirándola, no sabía que decirle o qué hacer con respecto a él. Un “Sirius el que me gusta eres tú” no habría sido del todo sincero y todavía menos sincero hubiese sido un “James no me gusta” porque ni ella lo sabía. Un “Sirius me intrigas, haces que piense en ti en muchas maneras de las cuales no me siento del todo orgullosa” hubiera sido lo más adecuado pero aquello no los iba a llevar a nada.
-Debemos terminar de limpiar- fue lo que respondió Lily tomando el trapo de nuevo y alejándose de Sirius
-Te ayudaré- anunció Sirius y se acercó hacia ella con paso decidido, Lily se giró justo en el momento en que sus rostros quedaban peligrosamente cerca, Sirius no dejaba de mirarla, la tomó de la cintura, Lily sintió como las fuerzas la abandonaban mientras él se acercaba a su rostro, podía sentir su aliento sobre su rostro. Lilya estrujaba entre sus manos el trapo, nerviosa sin saber si correr o quedarse ahí. Sirius se detuvo antes de llegar a sus labios. Sus pies seguían tocando el agua helada pero ella se sentía arder.
- Sólo no le rompas el corazón- le advirtió en susurro al oído
Entonces se dio cuenta del objetivo de Sirius.
-McGonagoll no confiscó tu varita- le dijo el chico sonriente mientras se alejaba de ella con la varita por lo alto. Lily la había llevado todo el tiempo en la pretina de la falda, por eso sintió que Sirius la había tomado de la cintura. Sonrió avergonzada.
Sirius en un dos por tres se deshizo de aquella inundación y las molestas manchas verdes.
-Eres bueno con los hechizos- le dijo Lily mientras secaba sus calcetas y se las volvía a poner
-¿Acaso es un cumplido Evans?
Lily sonrió.
El chico rió complacido.
Sirius iba a responder algo pero en aquel momento James interrumpía en el salón con sonoro escándalo.
-¡He venido a ayudarlos!- anunció por todo lo alto con la varita desenfundada, a sus espaldas Remus miraba la escena con reprobación, pero su semblante cambió cuando notó el salón limpio
-Creo que no necesitan tu ayuda- sentenció Remus y le dio una mirada de reprobación a Sirius, claramente sospechaba que aquello en tan poco tiempo no podía ser obra más que de magia
-Entonces será mejor que avisen a McGonagoll que han terminado- dijo impaciente James- Hace un día enviable allá afuera, podríamos aprovecharlo de otras maneras
-Ustedes adelántense- les dijo Sirius- Evans y yo debemos ganar tiempo, sino McGonagoll sospechará
-Muy cierto mi querido canuto- dijo James, aunque Remus se lo tuvo que llevar casi a rastras del lugar
Lily y Sirius recogieron sus pertenencias mientras reían y planeaban que le dirían a McGonagoll. Lily se volvió a guardar la varita en la falda. Sirius fue el primero en estar listo, la esperaba debajo del marco de la puerta del aula.
De repente Lily cayó en cuenta de algo.
-¿En verdad no lo has notado Sirius?- preguntó ella sin poder contener una nota de emoción en su voz
-¿Qué?- preguntó él curioso
-Hemos conversado sin matarnos- dijo mientras se colocaba los zapatos- tal vez podamos ser amigos
Sirius sonrió, como si aquello le gustaría pero a la vez como si quisiera decir algo más. Lily se apresuró a alcanzarlo al marco de la puerta, esperaba una respuesta.
-Tal vez Lily- le dijo
Lily sonrió satisfecha y juntos abandonaron el aula.
-The end-