❖Primera retinencia: Galaxias
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【Futuro】
Dicen que ese año la lluvia fue un abundante aporte a la comunidad, aunque eso se desvía del clima incoloro y menospreciante de Seúl.
Junhoe compraba el periódico en los almacenes poblados cubriéndose el cuello con una bufanda negra y sostiene sobre sus hombros una gigante carga de pesimismo. La primera plana tilda con grandes letras negras su impresionante e inesperado regreso a las momentáneas visitas a los retratos perdidos con el mañana, pero Junhoe está seguro que ese titular está malgastando una hoja importante.
Cuando sus manos temblorosas dejan el papel en una banca abandonada de la plaza, las palomas se amontonan en un círculo esperando comida, insuficientemente el frio se cala en sus huesos y lo amenaza a seguir avanzando.
Parece ayer cuando sus pies tocaban el salvaje césped verde del campus tambaleando una sonora risa acompañada con un apretón de cuerpos con su hermano mayor. Y rápidamente recuerda a su querido Jinhwan en una esquina del club, sosteniendo discos polvorosos y carcajadas tristes. Cuando sus manos lo tocaban parecía que todo lo demás era despreocupante, causándole una calma irremediable. De esas incuestionables situaciones donde solo quería permanecer a su lado. Una tierna cogedura de manos y un adorable «Esta muy congelado aquí afuera como para destruir más al equipo contrincante» y sus matutinos besos escondidos que se refugiaban sin piedad en toques sucios, gritos apresurados y determinantes escenas muy promiscuas como para ser representadas. Pero esas memorias quedaron encerradas en una caja de cristal donde no debe descubrirse.
Entre sus escuálidos dedos se entrelazan unos guantes pequeños y un caminar lento. Baja la mirada solo para asegurarse que sigue estrellando un destino con su criatura, hermoso destello de ojos puros y vistas que lo revuelcan en una sonrisa eterna. Junhyun lo mira desde su diminutivo tamaño contemplándolo por unos escasos segundos hasta que sonríe con una mueca y sus dos dientes se asoman.
‘’Junhyun quiere beber café cargado’’ dice provocando que salga humo de su boca ‘’Porque Junhyun tiene frio y es grande ¡Ves que puedo fumar sin tener que hacerlo! ¡Soy increíble!’’ abre su boca emitiendo humo del invierno ‘’¿Cuándo falta para llegar, papi?’’
Al principio ese sobrenombre no le parecía llamativo, pero cuando Junhyun salió de su fuente de confort, instantáneamente lo recibió con un amor que ni el mismo creía posible. ‘’Solo unas cuadras más’’ le informo ‘’Junhyun debe recorrer unas calles más para llegar al parque de diversiones’’
‘’Ugh, Junhyun está agotado’’ puchero; doble carisma de Junhoe desbordado ‘’Necesito que papi me cargue en su espalda’’
Inmediatamente procede a bajar sus rodillas y tomarlo entre sus brazos para sostenerlo hasta el final. Rudimentariamente jamás se hubiera imaginado hacer tal acto, pero Junhyun dejo que todos sus nunca se volvieran en una pasajera palabra olvidada.
【Actualidad】
Quizás este fue el principio de su enfermedad. Jinhwan veía en sus sueños una rara interpretación de lo que sucedería y él tenía en sus manos el poder de volver un retrato tan real que no parecía verdad. A tan corta edad sus talentos se desarrollaron más allá del límite y aunque Jinhwan no lograra sacarle provecho de su cualidad, le otorgo el placer de conocer el extremo del destino.
Además de tener a los sirvientes a su disposición, no tenía otra compañía que no fuera su hermano.
Su único y solo amigo, su propio hermano.
Pero Madre le había dicho que cuidara bien de Jinhwan, aunque eso incluyera cosas que tal vez no debía. Los hermanos no se besan en la boca, no se quieren, no duermen juntos, no tuercen sus risas para ser calladas, no saben lo que piensan, no ocultan sus travesuras. Generalmente es lo contrario: no se toman en cuenta, no se miran y se odian intensamente.
Jinhwan tenía sueños, Madre decía que eran visiones que lo condenaban de por vida pero su Padre decía que la mitad de lo que hablaba eran mentiras, con el tiempo supo que tenía razón. Junhoe era igual a Padre solo que más intruso y desconfiado, Jinhwan era igual a Madre, ambos locos y de alguna u otra forma estaba bien porque le fascinaba que su hermano mayor tenga una opinión totalmente diferente al mundo. Para él era todo monocromático, para Jinhwan todo tenia colores llamativos, todo tenía su encanto: átomos negativos y positivos rodeados en una ecuación bastante distorsionada.
Es incuestionable que divise una gran admiración por Jinhwan, pero él cree que es normal.
No obstante, mientras más grande se hacía, mas pensaba en su hermano. No había forma propia de cuidarlo y aunque quisiera hacer un buen trabajo, era mucho para un simple niño. La arrogancia se volvió un muro duro de quebrar y el orgullo una espada llena de victorias, pero creció solo. Las actitudes semejantes hacen que se vea fuerte y seguro y mayormente la gente buscaba personas débiles para engañar con amores, confianza y amigos. Junhoe nunca creyó en eso pero tampoco le llamaba mucho la atención.
Las personas veían con un ojo invisible cosas que abarcaban verdad. Junhoe tempranamente se percató que el pastor de la iglesia no era más que un mentiroso y no podía predicar una palabra tan grande para un mundano. Los profesores solo enseñaban por una suma acumulada a fin de mes, los jardineros solo eran amables porque debían, la gente no lo veía como un humano sino como una farsa caminante. Quizás Junhoe también fuera una mentira, poros llenos y sonrisa lasciva, demasiado cruel como para temerle a la honestidad. Tal vez él no era diferente y aunque pasara horas pensando en cómo cambiar, solo se quedaba con las ganas.
Su personalidad lo llevo a un camino solitario y se sostuvo en el brazo de su hermano mayor, aunque tuviera amistades falsas en las cuales apoyarse, siempre tuvo una empatía increíble por Jinhwan. No eran para nada compatibles pero lo hacía sentir seguro, cómodo y completo.
Por lo cual, enamorarse de él no se veía como un pecado. Tampoco sabe con exactitud lo que significa enamorarse pero creara su propia definición a base de hechos, la sangre es un propenso malhumor para su virtud, la edad es un problema trivial y los ojos de su hermano dicen la verdad. Los únicos que descubren que sucede dentro de su alma, los que pueden escarbar más allá de la máscara de protección, los que saben quién es Junhoe en todo su esplendor. No puede ensuciar a Jinhwan aunque quiera hacerlo. Es un ser inmaculado y torpemente sucio, una paradoja total de perversidad e inocencia y- como puede ser eso posible- porque su cara emite ingenuidad y su cuerpo experiencia. Porque sus manos se hayan pesadas dentro de su bolsillo y sus labios secos dentro de su rostro. Necesita más de Jinhwan, un poco más de paraísos irreparables. Le puede aumentarle la frecuencia cardiaca cuando quisiera y tal vez por eso la mayoría de su niñez trato de evitarlo.
Y al final lo dejo pasar. Como deja pasar las estrellas fugaces sin pedir un deseo, porque nunca se cumplían. No puede luchar contra una guerra ya ganada, no puede decirse que no lo desea cuando su mente se funde en pensamientos embusteros y lo traicionan. Cuidarlo de un modo intranquilo y placenteramente, cuidarlo como se debe.
†††
Por un momento se sienta al frente de él. Su mente quiere admitir que está deseando irse pero no puede evitarlo. Es un sendero que recorre solo y no posee ayuda de otro sistema, por un momento se siente nauseabundo y luego recuerda con una sonrisa triste asomándose por sus labios tiesos que siempre va a ser así.
El hombre con lentes le regala una sonrisa de lastima de esas que se blindan en un modo de hacerlo pensar menos pero solo hace que Jinhwan quiera golpearlo. Sin embargo, por mera educación, le devuelve la sonrisa sin el mismo brillo en los ojos pero con la misma esperanza.
‘’Empecemos de a poco’’ musita entre dientes mientras toma un lápiz y un cuaderno que siempre termina en blanco’’ ¿Cómo fue la primera que tuviste sueños sobre tu hermano?’’
Jinhwan se sorprende al instante de la apresurada pregunta. Parece que pasaron tres o cuatro semanas sin nombrarlo y sigue atacando con debilidad sobre él. Un fantasma sobre sus cristales de neón, una sombra pegada a su delgada piel. Nadie sabe, nada más que una teoría invariada sobre la circunstancia.
Ha pasado alrededor de un año desde que su alma fue enfundada en terciopelo de sangre y contaminada dentro de un baúl de recuerdos.
‘’La primera vez que soñé con él…’’
Son sueños extraños para un niño de trece años. Junhoe pintaba un retrato una y otra vez y se manchaba el polo con rojo, como un pajarito herido. Y él lo miraba sentado encima de una butaca cantándole en tonos altos que no lograba perfeccionar, pero el menor no tomaba en cuenta. Fue un ataque de celos quizás, porque la concentración no estaba posada sobre el que desentono y acabo dando un gritito muy fino y desafinado que hirió considerablemente su honor. Y a pesar de ese error, Junhoe no lo observo ni un instante. Fue en ese entonces cuando se levantó habitualmente y cogió el cuchillo de punta, afilado entre sus delgados dedos con una mirada lasciva de odio y un tono sepulcral necro en la brisa. Quería matarlo. Su ansiedad le pedía a gritos que lo hiciera y empuño su arma en el costado derecho, lo asombroso es que no sangro.
Cuando lo vio su mente se cubrió de colores monótonos siendo explotados por numerosos colores fugases. Algo sorprendentemente asombroso y poco convencional, un humano siendo criticado bajo el estricto rigor de la contemporaneidad. Le encantó el modo en que sus pasos se volvían lentos y bajaba la vista hacia su pequeño tamaño. No le propina de limosna una risa aunque Jinhwan se la ofreció. No se le movió ni un musculo del rostro y tomo de la mano a su hermano conduciéndolo suavemente por el sendero despejado.
Jinhwan lo siguió con la mirada hasta que la puerta fue estrechada contra el mármol y sus manos dolieran por el frio.
Junhoe era inmortal ante su débil mente.
Contenía un fuego interior cicatrizando cada vez que pensaba en su rostro. Impaciente, condesciende y fríamente serio. Un principio inigualable, un efímero paraíso para un fanático del dolor, un estrangulador del desamparo y conocedor de historias falsas.
‘’Me sentí vivo…’’ hace una pausa silenciosamente tierna bajando sigilosamente la vista ‘’La primera vez que lo hice, sentí que tenía algo que me debía. No lo supe con exactitud, un niño no sabe de morir a tan temprana vida. Me pregunte que sería lo que me amarraba a un destino destrozador, mire las cosas raras que hablo, pero presentí que Junhoe me debía algo. Algo grande y como niño curioso tuve que investigarlo’’
Desde ese día que tiene ese tipo de pesadillas y es curioso, de cierta manera, porque vienen y van como el miedo. La incertidumbre lo cegaba porque algunos días creía que podría convertirse en un sonámbulo y hacerlo realidad. Matar a su único amor, pero nunca lo hizo.
‘’ ¿Lo averiguaste?’’
Su larga estatura contemplaba el vidrio inmaculado que conducía una escalera. Lo observaba de lejos, a veces con los ojos revoloteando en busca de un poco de felicidad. Nunca le fue otorgado, lo único que conseguía era la incompetencia de su hermano menor y su falta de tolerancia hacia él.
Tal vez la respuesta que va a dar es demasiada atrevida, quizás le va a aumentar el rango de terapias. Sin embargo no tiene cordura suficiente como para ponerse a pensar en que está mal y que está bien. Lo único que quiere es volver a esos días, no le importa volver a estar mentalmente frágil o con un cuerpo destruido y un corazón roto, solo con volver a verlo todo estará perfectamente bien con él a su lado.
‘’Me parece que todavía me debe algo’’
El hombre levanta la cabeza de golpe soltando el cuaderno chocando sobre la mesa, el lápiz temblando. Dos meses no sirven para nada, en absoluto. Y tampoco cree que sirvan de algo.
‘’ ¿Le has comentado esto a Junhoe? ‘’ le pregunta sin escrúpulos y con crueldad porque tiene rabia y Jinhwan lo entiende completamente, perder su tiempo con pacientes arrogantes no es simpático. Eso no hace que le duela menos.
Si se detiene a pensarlo, ya es hora de comenzar a olvidar aunque implique recordarlo. No es un asunto trivial porque requiere tanto tiempo como armar un corazón con trapos sucios. Un choque de huesos e incoherencias, porros malheridos y cigarros a medias que Jinhwan ha dejado botados en el camino. Amigos que nunca vuelven, novios que pasan a la historia, personas amarradas al hambre, pero nunca algo tan esencial como aquel preciado y casi fantasmal hombre.
‘’Sabe de eso’’ miente y eleva la ceja izquierda queriendo parecer peligroso pero solo falla. Siempre falla.
No obstante cuando se baja el escandalosamente grande y ridículo auto lo piensa antes de entrar a la casa solitaria. Tal vez, solo tal vez debería darle nuevamente una oportunidad.
Mientras se llena los pulmones de humo alegre, taza de café a su lado con una cuchara de porcelana y grietas a su lado, tomándolo entre sus escuálidos dedos finos. Se planteó tirarlo lejos, quemarlo en algún momento porque Junhoe estaba causando cosas en su interior emocional que no estaba preparado en enfrentar. Junhoe estaba demente, pero lo disimulaba con su seriedad, con su falta de tacto y su desconfianza. Realmente era un divertido estúpido con mentalidad de niño abandonado.
Cuando sus yemas acarician la suave taza extremadamente blanca con polvo en sus extremos, quiere llorar porque lo perdió y no quiere darse cuenta. Quiere correr hacia sus brazos y no soltarlo nunca, gritarle en silencio lo mucho que lo añora y mirarlo hasta no poder más. Besarlo con longitud avanzada, tomarle fotos en una cámara antigua, rellenar el pastel de Madre con alfajor, rodar sobre el camino hasta caer rendidos y por sorpresa al estero.
Desgraciadamente a su tan corta edad solo pide un poco de atención, que el menor le proporcione un tiempo diariamente, aunque no crea que eso suceda. Tal vez está encerrado en estas murallas tan grandes y mediocres que solo puede indicar un peso más sintiendo esto. No es normal. No es sano y crea un laberinto de dudas en su retorcida mente, no cualquier persona quiere de esa forma tan placentera e intensa a un hermano. La consanguinidad está en una línea muy delgada entre el amor y el deseo, la enfermedad y la locura.
Pero es inútil cuando Junhoe por fin cae.
El jardín de rosas. Tazas con té suave; Lamborghini en la entrada. Un vino de exportación y unas sonrisas demasiado corteses, la sociabilización de Junhoe es nula y se lleva a la boca una frambuesa roja, como los labios de su hermano.
‘’Escuche que tuviste un sueño raro’’ empieza tranquilamente y caminando despacio por el sendero de histeria ‘’ ¿Estuve bien anoche?’’
Jinhwan se sorprende de la información dada ‘’ ¿Cómo supiste que―’’
‘’Siempre me dices que sueñas conmigo…’’frunce el ceño’’ No sé si eso será algo bueno o malo. La mayoría de tus sueños son difíciles de interpretar, pero creo que generalmente me muero. En todos muero y todavía no me pasa nada’’
‘’ ¿Estas preguntando por mi sueño para solo saber si moriste?’’
‘’Así es… ¿Y?’’ alza su mirada y sus cejas se elevan. Jinhwan asiente ‘’ ¡Woah, increíble! Debería leer las cartas o las manos. ¿Cómo fue esta vez?’’
‘’ ¿Por qué te quieres morir?’’ le pregunta cambiando el tema radicalmente, pero tampoco es como si a Junhoe le importara si hay un tema, con tal de estar con Jinhwan es generativamente bien y su estado de ánimo esta lo más alto en la escala de felicidad.
‘’Todos van a morir’’ dice solemnemente ‘’Yo solo estoy adelantándome unos pasos’’
‘’Varios, diría yo’’
‘’Lo justo. No quiero aferrarme a la vida si no es mía, no quiero parecer que la vivo al máximo cuando apenas salgo de casa. Cuando me preguntan porque quiero morir siendo tan joven, veo a las personas como unos ancianos que se aferran con dolor a ella. Si no estás viviendo ¿Por qué debería vivir? Y la palabra vivir tiene una amplia definición, no es solo respirar o bombear sangre’’
‘’En mis sueños solo vives unos segundos’’
‘’En cualquier lado solo vives unos segundos, el tiempo lo perjudicada todo’’
‘’Hablas como un anciano’’
‘’Tengo la mentalidad de uno’’ murmura y luego pregunta ‘’ ¿Cómo morí esta vez?’’
Cuando su hermano lo mira fijamente siente como si se apretaran sus órganos por dentro y no pudiera funcionar adecuadamente. Momentos llenos de angustia e incomodidad, una linda periferia de acordeones molidos y muñecas rotas, no se trata de quien mantiene más la mirada sin cerrar los ojos, sino de quien no queda atrapado dentro del otro.
‘’Simplemente estabas viviendo demasiado bien’’
Por una parte, entre las múltiples partes que tiene una frase, Junhoe cree que su hermano está enloqueciendo de a poco, una situación convencionalmente perjudicadora para él porque debe cuidarlo de los males del mundo. A veces piensa que no lo está haciendo bien y otras veces que el mundo tiene muchos peligros como para resguardarlo.
Se pregunta si él será de quien debe proteger a su hermano.
Es un conflicto desde su antepasado. Contradictoriamente exhausto de provocaciones que le indican que lo rompa, debe ser algún tipo de amor aunque es inevitable preguntarse qué tipo de amor conlleva el malestar en cada paso. Como una aguja en el talón y un océano rosa de colores transitorios, es estúpidamente trágico convencerse que está cuidando muy bien a su hermano mayor cuando está tirando tan fuerte que puede destrozarlo. Aclaraciones entre «estoy perdido» o «está bien ya que finalmente no estoy haciendo nada malo» y «Champaña acaramelada en tus labios, sabe mucho mejor» No es la manera correcta de proteger y tampoco es como si fuera a cambiar su modo.