"- ¿Qué sucedió en Australia? - preguntó por fin, mirando a Liam fijamente en espera de una respuesta. Liam suspiró profundamente antes de responder, y cuando lo hizo, Tom prefirió no haber preguntado nada."
- El infierno. - contesta llanamente Liam, haciendo un esfuerzo tremendo por no dejar que esos recuerdos le afecten. - Nuestro tío, por parte de nuestro padre, nos adoptó legalmente tras la muerte de ellos y nos llevó hasta Australia, según él, porqué la distancia nos haría bien. Y por un tiempo, varios años más bien, todo estuvo bien. Pero en cuanto Luke cumplió los diecisiete todo cambió.
Tom estaba casi seguro que lo siguiente que oiría no era algo para lo que estuviese preparado, pero se mantuvo firme. Porque aunque no estuviese preparado tenía que escuchar aquello.
- La empresa de mi padre hasta ese entonces era manejada por un grupo selecto de albaceas, entre ellos mi tío, pero al acercarse el momento en que Luke asumiría la mayoría de edad también lo hacía el momento en el que el subsidio y los privilegios, que nuestra custodia otorgaba, terminarían. Richard, como se llamaba nuestro tío, no quería perder todos esos privilegios, pues prácticamente él era el presidente de la empresa y manejaba todo a su antojo, así que en un intento por no perder todo eso intentó convencer a Luke para que le firmara un poder completo para que al cumplir la mayoría de edad no pudiese disponer del dinero que le correspondía.
- No entiendo, ese dinero era legalmente de Luke, ¿Por qué quitárselo, en que le perjudicaba? - preguntó Tom, interrumpiendo a Liam.
- Al cumplir la mayoría de edad Luke se convertía en el albacea de nosotros tres, él iba a ser el encargado de administrar nuestros bienes hasta que cada uno fuera capaz de hacerlo por sí mismo, quitándole toda la influencia a nuestro tío, dentro y fuera de la compañía. - respondió Liam, aclarando un punto que Tom todavía no alcanzaba a entender del todo.
- Pero Luke, no creo que fuera capaz de manejar una empresa, era un adolescente. - afirmó Tom, molestándose ante aquella situación, a Liam ese gesto le dijo mucho de la calidad de persona que era el inglés y se alegró de que su hermano lo hubiese encontrado, solo esperaba que el piloto no perdiera los cabales cuando le contara el resto.
- Ciertamente no, pero a partir de ese momento todo papel debía ser firmado por Luke y nadie más. Mi tío prácticamente continuaría como hasta esos momentos, solo que ahora dependería completamente de Luke para hacer cualquier cosa, y eso no le gustaba. Luke obviamente se negó a firmar el poder, escudándose en que esa era la voluntad de nuestros padres y él no la cambiaría. - hubo un tenue silencio a partir de ese instante, un silencio en el que Tom esperaba la continuación de todo aquello, y con solo ver la expresión de Liam supo que aquello no era fácil. Se dio cuenta que no era nada sencillo revivir esos demonios.
- ¿Qué sucedió, Liam? - preguntó por fin, atrayendo la atención del rubio una vez más sobre sí mismo.
- Se volvió violento. - respondió en voz baja. - Todo lo que hacíamos le molestaba, le enervaba que no obedeciéramos la más mínima orden, nos regañaba por cualquier cosa y no perdía oportunidad de echarnos en cara lo que había hecho por nosotros al acogernos cuando nadie más lo hubiese hecho. Hasta que un día todo llego a tal punto que me golpeó, después golpeó a Chris cuando intentó defenderme. - mencionó Liam en una risa seca y falta de humor, una risa que hablaba más de una situación completamente absurda que no debió terminar de esa manera. - Ni siquiera recuerdo que es lo que había hecho, pero el punto es que a partir de ese momento nos golpeaba a cada oportunidad, y amenazaba a Luke con seguir golpeándonos si no firmaba el poder, solo que ahora le hacía renunciar a todos sus derechos de manera permanente y no solo durante el tiempo que le llevara terminar la escuela.
- Pero… se supone que les quería, ¡Eran familia, por Dios! - acaba diciendo Tom, presa de la impotencia que el escuchar aquello le causa.
- Aparentemente hay cosas que pesan más que la sangre y el cariño. - responde Liam, sus ojos enrojecidos por las lagrimas que se niega a derramar. - Chris confió en él, ¿sabes? Confiaba mucho en él, a tal punto de que un buen día le empezó a decir papi, y su traición hacia nosotros acabó con toda la confianza que Chris tenía en el mundo. Mi hermano se cerró a todos y a todo a partir de ese momento. Solo confiaba en nosotros, sus hermanos y en Beth, ella nunca nos dejó y peleó por nosotros ante un tribunal cuando Luke terminó en el hospital y por fin se cansó de todo aquello. Richard apuñaló a Luke con un abre cartas en un ataque de ira.
Tom ni siquiera podía a llegar a imaginar el nivel de locura que un hombre debía tener para llegar a hacer tal cosa. Lastimar a su familia solo por dinero. La sola idea le dio asco.
- Después de eso, y con Luke habiendo cumplido los dieciocho dejamos Australia y nos mudamos a California y…
- ¿Un año… - le interrumpe Tom con los ojos abiertos de la impresión. -…soportaron eso un año entero?
- Nueve meses y catorce días, el resto fue el tiempo que le llevo a Luke recuperarse del todo y el que faltaba para su cumpleaños. Beth se hizo cargo de todo durante todo ese tiempo, yendo de tribunal en tribunal, a la empresa y el hospital.
- ¿Y Chris?
- Chris ayudó a Beth, él sabía cómo se manejaba la empresa en ese tiempo porque siempre acompañaba a Richard, y tiempo antes de morir papá había dado instrucciones precisas de que recibiera entrenamiento en cuanto cumpliera los catorce pues… era su deseo que Chris manejara la empresa una vez que se graduara. La manejaría con Luke si ese era el deseo de mi hermano, pero Chris seria el presidente.
- Pero Chris, que yo sepa, jamás ha estado al frente de su empresa. - dice sin poder terminar de creer eso último.
- Porque Chris se rehusó a hacerlo, la empresa le recordaba mucho a nuestro padre y lo sucedido con Richard, así que decidió que la empresa sería completamente dirigida por Luke, que era de él después de todo lo que había pasado bajo las constantes amenazas de Richard. Eso también fue un problema, Luke en un principio no quería, decía que la voluntad de nuestro padre debía ser respetada, pero Chris le convenció; realmente no sé como lo hizo pero Luke terminó cediendo. - terminó de decir Liam, volviendo a mirar el horizonte frente a ellos.
- Realmente no le conozco. - dice Tom, después de un momento, después de asimilar, o intentar asimilar, todo lo que el menor de los Hemsworth le ha contado. - Ha pasado por tanto…
- Todos lo hemos hecho, pero Chris se empeña con cargar con gran parte de la culpa de lo que hemos vivido. Es por eso que… te pido que no lo lastimes. No sé cuanto más pueda soportar mi hermano y realmente no quiero perderlo, ¿Entiendes?
Tom simplemente asintió, incapaz de decir o hacer algo que realmente expresara que nunca lastimaría a Chris, que él jamás le haría daño; pero no existían palabras que pudieran expresarlo, al menos no de la manera en que Liam necesitaba que se lo confirmaran.
- Nunca le haré daño. - acabó diciendo, dándose cuenta que un simple gesto no bastaba, y aunque las palabras tampoco lo fueran, era necesario mencionarlas.
Sinceramente, Tom no sabía qué demonios hacer en esos momentos delante de la puerta de Chris, todo el cuerpo le tiembla, le ruega que entre y le abrace, le consuele por todo el daño y el dolor que le han causado durante años. Pero Thomas sabe que si lo hace, Chris podría cerrarse en si mismo debido a una verdad que no quería se enterase, pero el dolor en su pecho es demasiado agudo como para no hacer nada y mantenerse como si nada después de escuchar aquella historia por parte de Liam, quien lo hizo partícipe de su dolor, de su miedo a perder a su hermano por las pesadillas y demonios que un simple hombre hizo recaer sobre ellos por simple avaricia y ansias de poder.
Ciertamente Tom es incapaz de mantenerse sereno ante ello, no cuando al fin ha entendido las razones por las que Chris es tan hostil con el mundo, por las que actuó como lo hizo durante años. Por eso, en cuanto la puerta se abre delante de él y le muestra a un Chris entero, algo sorprendido y que sonríe al encontrarlo, lo único que puede hacer es abrazarle, estrecharle entre sus brazos rogando a Dios, al mundo, a lo que sea, que el rubio entienda que jamás le dejará, que no le lastimará y que por encima de todo, le comprende y le ama como a nadie en el mundo.
Chris se sorprende ante el efusivo abrazo, pero rápidamente lo devuelve, sonriendo contra el cuello de Tom, quien le da tanto sin siquiera saberlo. Es extraña la manera tan urgente y un poco desesperada en la que le ha extrañado, pero no es algo que le interese en esos momentos cuando ya le tiene entre sus brazos, el miedo que se instaló en su pecho cuando pensó que Tom no volvería disolviéndose en el aire. Porque aunque no lo admita, es inseguro, temeroso de que le abandonen y este temor se incrementa hasta consumirle cuando la persona que puede dejarle es Tom. Y Chris espera que Tom jamás llegue a saber eso de él, de los demonios que guarda dentro por el terror que le provoca que aquellos fantasmas del pasado lo hagan alejarse de su lado, cuando descubra que esta mas roto de lo que jamás pensó.
Ese miedo le embargó desde el preciso momento en el que Tom le dijo que le quería, y es un miedo que no quiere afrontar jamás porque no es tan fuerte como quiere aparentar, no lo es cuando se trata de Tom.
Cuando por fin se separan, Chris nota algo en la mirada de Tom, una angustia, un dolor que horas antes no estaba ahí, una agonía y un amor tan grandes que por un momento siente que no podrá sostenerle la mirada por más tiempo. Y entonces se da cuenta, se da cuenta porque Tom es demasiado transparente para algunas cosas, y esta emoción, ese dolor en su rostro, esa… lástima que se entiende en su mirada es algo que no puede soportar.
El terror que momentos antes deseó no sentir jamás ha comenzado a oprimirle el pecho de manera casi violenta, al entender que Tom, y su abrazo, solo son una forma de decirle adiós.
Chris entonces hace algo que jamás creyó hacer en su vida, maldice a Liam, maldice a su hermano por contarle aquello que no quería jamás se enterara, y se maldice a sí mismo por dejar que su hermano se encargara de algo que él debió hacer personalmente.
- Lo sabes, ¿Cierto? - pregunta, su poderosa voz reduciéndose a un susurro que encierra demasiada angustia y dolor como para poder ser expresados más altos.
En un movimiento que Tom no espera, Chris se aleja, buscando deshacer el contacto entre ellos por todo lo que le causa el haber leído algo que Thomas no quería se enterase. Y es un poco extraño, o irónico, el cómo ambos sienten miedo por la misma cosa, porque uno se aleje del otro.
Por un leve momento ese miedo hace que Tom pierda toda la fuerza de su cuerpo, otorgándole la oportunidad a Chris de liberarse del agarre que sostenía sobre sus manos, ni siquiera se había dado cuenta en qué momento habían roto el abrazo y terminaron así, pero lo importante es que lo hicieron y ahora Chris se le escapa de las manos como el agua de un rio, o del mismo mar que les observa a través de la enorme ventana del cuarto.
- ¡Por favor, no! - termina suplicando con cierta desesperación, el miedo sujetando su garganta ante la enorme posibilidad de perderlo cuando apenas y le ha conseguido, y es que Tom siempre ha sido presa fácil del miedo por aquello de que nunca ha sido alguien de naturaleza valiente.
- ¡¿Para qué?! ¡¿Para qué te burles y me dejes?! - le devuelve en un grito, que habla más de dolor y pena que de furia.
- ¡Jamás lo haría, Te Amo! - grita Tom, sujetando la mano de Chris con más fuerza de la que jamás ha usado, con mas desesperación de la que jamás ha sentido. - Sé que no querías que lo supiera, entiendo el porqué aunque pueda no parecerlo. Y me da rabia que aún no confíes en mí como para contármelo pero no por ello voy a dejarte. Ni siquiera iba a decirte que lo sabía, pero no puedo evitar sentir lo que siento e intentar no confortarte, no intentar sanar las heridas que nunca debiste tener.
La voz de Tom es desesperación, miedo y dolor, conjugados en palabras que se clavan en Chris, el miedo del piloto de cabello oscuro rebasando, destrozando la última barrera que resguardaba el corazón de Christopher ante este acto desesperado porque no se aleje de su lado.
Porque lo que él creyó seria una serie de palabras de despedida, en realidad es un ruego implacable, una demostración de un amor que no cree merecer. Pero lo que más le puede, es que Tom entiende, le entiende cuando se supone que no debiera porque él no ha pasado lo que él, pero cada frase, cada palabra que salió de los labios del inglés le hace creer que es verdad, y la mirada de Tom solo se lo confirma.
- Yo confió en ti… - susurra Chris, mirando a Tom y dejándose sujetar por él. -…, pero tenía miedo de que… al saberlo, te dieras cuenta de que no valgo la pena, que solo soy un juguete roto al cual hay que dejar para que no estor…
- Basta. - le calla Tom, su mano colocándose sobre los labios de Chris para evitar que continúe hablando. - Te he querido desde hace mucho tiempo, demasiado Chris. He soñado una y mil veces el estar contigo, quererte y que tú me quieras. ¿Cómo siquiera puedes imaginar que puedo querer amarte, abandonarte por algo de lo ni siquiera tienes la culpa? Los amigos nunca se abandonan, ¿Recuerdas? - le dice, rememorando las palabras que años atrás le dijo en aquel bosque que Chris no recuerda, pero sorprendentemente Chris las recuerda, recuerda esas palabras porque durante años soñó con ellas. - Y yo siempre he sido tu amigo. - termina susurrando Tom, juntando su frente con la Chris, incapaz de tolerar que estén separados por más tiempo.
Chris inevitablemente se rompe, permitiendo que años y años de dolor y culpa salgan de su cuerpo, transformados en las lágrimas que siempre se rehusó a llorar. Ambos terminan fundidos en un abrazo del cual ninguno quiere liberarse, el llanto de Chris empapando el hombro de Tom y las lágrimas de éste resbalando por la piel descubierta de su cuello.
- Jamás voy a lastimarte, Chris. - promete Tom en medio del llanto, reforzando sus palabras con un beso sobre la piel de Chris, una nueva promesa que piensa cumplir aunque se le vaya la vida en ello.
Y esta nueva promesa hace que algo en Chris cambie radicalmente, sanando heridas que nunca terminaron de cerrar y que hoy por hoy le habían hecho lastimar a demasiada gente por su temor a que le hirieran más.
- Te amo. - dice de pronto, dándose cuenta que es la primera vez que lo dice en años, sintiendo un alivio que por mucho tiempo se le había sido negado, permitiéndose a si mismo ser consumido por sus emociones y el amor que el hombre entre sus brazos despertó en él desde hacía años atrás, años que incluso puede no recordar.
- Y yo te amo a ti. - le devuelve Tom, dejando ese lugar en el cuello de Chris para besarle.
Un beso que es respondido con otro más, con caricias que comienzan tímidas, inocentes y llenas de ternura y confort, pero que después de un tiempo y un abrazo eternamente largo y esperado, terminan siendo atrevidas, con más te amos susurrados piel contra piel y la promesa de que nunca se abandonaran o se harán daño.
De un momento a otro la ropa comienza a sobrar, a ahogarlos cuando la piel que tienen a su alcance ya no es suficiente, el negro de la camisa de Tom resbalando de sus hombros hasta tocar el suelo cuando la urgencia de Chris por tocarle se vuelve demasiada, el gris de la camisa de tirantes de Chris siendo arrancada de su cuerpo cuando Tom se cansa de solo tocar su cuello y sus brazos.
Porque ahora mismo necesitan desesperadamente demostrarse que se pertenecen, que se aman y las palabras ya no son suficientes, porque este nuevo pacto entre ambos, esta nueva promesa de amor necesita ser sellada con sus cuerpos, con sus besos y caricias.
Las manos finas y expertas de Tom comienzan a recorrer cada línea que define el cuerpo de Chris, haciendo estremecer al piloto como nunca nadie lo había hecho, arrancándole un jadeo de placer puro cuando sus labios se posan sobre la piel de su pecho, su lengua saliendo a probar la piel del piloto, degustando de manera instantánea el ligero matiz salado de ésta debido a la fina capa de sudor que le cubre el cuerpo.
Por un momento Chris pierde toda noción de realidad en cuanto Tom le prueba, humedeciendo la piel de su torso con su saliva, provocando que su cuerpo entero vibre en busca de mas contacto de aquel musculo resbaladizo que comienza a volverse osado cuando la punta termina sobre su tetilla izquierda, consiguiendo que se endurezca al instante debido al insólito placer que ese hombre le provoca. Chris simplemente se deja hacer, demasiado embotado como para hacer algo mas, su cuerpo entero girando dentro de una vorágine de sensaciones que nunca llegó a sentir antes; solo es consciente de que algo cambia cuando el contacto con Tom se interrumpe y su mundo gira, y termina sobre la cama con Thomas sentado sobre de él, la curva de su trasero presionando su erección a través de la tela de sus pantalones.
Sus manos de manera automática terminan sobre las nalgas de Tom, acunándolas y moviéndolas de tal manera que la fricción aumente en esa parte de su cuerpo que le ruega ser atendida y liberada, una petición que está más que dispuesto a cumplir pero que se ve incapaz de hacerlo cuando Tom reanuda el recorrido de su boca por su piel.
Un grito ahogado de placer brota de la garganta de ambos cuando Tom le muerde ligeramente el pecho, al tiempo que Chris encontró la posición exacta para que ambas erecciones se rozaran, provocándoles un placer que rayaba en el dolor debido a la urgencia de sentirse por completo.
- Necesito… - suelta Chris, de manera amortiguada por el deseo y la desesperación que le acompaña a ese sentimiento que arde en su pecho.
- Lo sé. - responde Tom. - Yo también lo necesito.
Pero el piloto hace muy poco por atender a aquello que los dos se mueren por probar, limitándose únicamente a volver a besar a Chris, sus lenguas danzando en un vaivén en el que Chris domina al comienzo y termina siendo sometido al final.
Tom se separa apenas lo suficiente para besarle levemente el labio inferior, continuando con su barbilla y terminando en su cuello, succionándole en ese punto donde su pulso se siente acelerado y un tanto errático.
- No sabes cuánto he esperado por esto, Chris. - dice mientras le besa, continuando su camino hacia abajo cuando ha terminado su tarea en el cuello del más alto, un punto rojizo naciendo ahí donde segundos antes su lengua y sus dientes hicieron lo suyo.
- Entonces hazlo. - contestó el piloto con la voz rota debido al deseo y el ansia de sentir cada parte de Tom sobre su cuerpo.
Sin perder tiempo, y sin embargo, sin apresurarlo, Tom besó y delineó cada porción de piel que se encontró mientras descendía, deleitándose con el abdomen perfecto de Chris mientras éste simplemente se limitaba a emitir sonidos de placer puro y enterrar sus dedos entre los cabellos oscuros de Tom, sujetándolo con mayor fuerza cuando su lengua se puso a jugar con su ombligo, empapándolo, penetrándolo y volviéndole loco con tan simple y erótico roce. Distrayéndolo por completo del trabajo que sus manos hacían sobre su pantalón deportivo, que para ese entonces yacía a mitad de sus muslos, dejando al descubierto su ropa interior oscura, que ya se notaba húmeda ahí donde su excitación se había comenzado a desbordar.
Para cuando la boca de Tom abandonó su abdomen, y se posó sobre la cabeza de su miembro por encima de la tela del bóxer, Chris prácticamente saltó dentro de su propia piel, siendo incapaz de haber siquiera imaginado terminar en una situación así con Tom. Pero a la que ciertamente se alegraba de haber llegado.
Tom, al igual que Chris, estaba más que feliz de haber terminado así, cumpliendo con lo que llevaba años deseando en secreto para el mundo.
Sus sentidos embotándose hasta el punto de la intoxicación con el intenso aroma que Chris desprendía a través de la tela, simple y pura excitación entrando por sus fosas nasales y expandiéndose por su lengua; sin duda el retirar el bóxer fue una experiencia que jamás olvidaría, pues lejos de ser un simple acto de cotidianeidad estudiada, la simple acción le resultó terriblemente erótica, aun mas cuando la piel tersa y rígida del miembro de Chris salto ante sus ojos erguida en toda su gloria, la cabeza rezumando liquido pre seminal que no tardo en ser esparcido por la lengua de Thomas, quien no pudo contener el deseo de probarle más directamente, degustando el sabor salado y almizclado que Christopher le regalaba sin pudor alguno.
De manera tentativa, Tom levantó la mirada hacia el rostro de Chris, topándose con una expresión de increíble placer que le hizo vibrar el cuerpo entero, las mejillas ligeramente sonrojadas, junto con la expresión de Chris hicieron más por el que todas las caricias que este pudiese hacerle; sus ojos cerrados con fuerza y su boca abierta buscando el aire que le faltaba era una visión que Tom jamás olvidaría en su vida, Chris era la viva imagen del sexo en estado puro, piel brillante debido al sudor, un cuerpo perfecto y una erección que se alzaba orgullosa entre sus fuertes piernas.
Tom no entendía que había hecho bien en su vida para merecer tal regalo, pero lo agradecía infinitamente, consiguiendo una mayor recompensa cuando su boca devoró entero a Chris, sometiéndolo a una letanía de jadeos y frases inconexas que no hablaban de otra cosa que no fuera necesidad.
Las manos de Chris vagaban por su cabello, su cuello, y terminaban sujetando con fuerza las sabanas bajo su cuerpo cuando las sensaciones eran demasiadas para su cuerpo y su mente, regresando al cuerpo de Tom cuando el ciclo volvía a comenzar. Un ciclo que lo hacía caer, jadear, gritar y pedir más, más del contacto de Tom, mas de sus labios, más de su lengua, y a veces se encontraba rogando por más de algo que desconocía pero que le hormigueaba bajo la piel y le hacía ver luces tras sus parpados cerrados, Chris simplemente quería mas.
Cuando el orgasmo amenazó con explotar entre sus piernas, en el interior de la boca de Tom, Chris recuperó algo de la cordura que las atenciones de Tom le habían hecho perder; usando la fuerza que le caracterizaba separó a Tom de su tarea, no sin antes quedarse un poco hipnotizado por el vaivén de su cabeza sobre su pene, que aparecía y desaparecía entre sus labios, consiguiendo una mirada de desconcierto del piloto, mirada que no tardo en convertirse en sorpresa cuando las posiciones se invirtieron y terminó con la espalda contra las sabanas, justo en el mismo sitio donde Chris descansaba segundos antes, recibiendo un beso salvaje y hambriento que acalló cualquier pregunta que le pudiese haber surgido de la mente, reduciéndolo a pura necesidad y deseo hecho carne y piel.
- Me estabas volviendo loco… y si continuabas así, esto no iba a durar demasiado. - le dijo Chris, con la voz entrecortada y algo rasposa debido al deseo que le recorría el cuerpo quemándole las venas a causa de la imperiosa necesidad de sentir a Tom rodearle nuevamente, solo que esta vez, de manera más intima y abrasiva.
Tom fue incapaz de contestar, tan perdido en las sensaciones que Chris le provocaba con el simple roce de su piel contra la suya, su cuerpo sudaba y se estremecía con cada caricia de las manos de Chris, la piel ligeramente áspera mandando descargas que destruían por completo toda coherencia en sus casi inexistentes pensamientos.
Chris comenzó a besar el cuello de Tom, devolviéndole el regalo que el inglés le había hecho momentos antes, en el mismo sitio donde ahora descansaban sus labios, sus dientes mordiendo a la par que su lengua jugaba con la piel más pálida y sensible, arrancando una sinfonía de palabras de la garganta de Tom, así como una serie de gemidos ahogados.
Tanto como deseaba rendirle el homenaje que se merecía, Chris optó por ir directo a la entrepierna de Tom, dejando besos fugaces en su camino hacia abajo mientras prácticamente le arrancaba los vaqueros que tenia a medio desabrochar, y que le impedían tocarle como venia deseando desde hace varios días. Cuando por fin Tom quedó desnudo ante sus ojos, Chris se relamió los labios al observar la erección de Tom, que ciertamente, ligeramente más pequeña que la suya, pero no tanto, le dejaba claro que el inglés estaba muy cerca de estallar con una caricia, quizá dos.
Por lo que sin querer tentar mucho a su suerte, paso su lengua sobre el glande, apreciando el sabor que ahí se concentraba, solo para después meterse por completo el pene de Tom en un solo intento, dejando al piloto sin respiración durante varios segundos en los que creyó moriría ante la visión de Chris consumiéndole, en todos los sentidos posibles. Pero dejándose ir en un éxtasis rayando en lo demencial cuando Christopher le liberó con inusitada lentitud, dejándole apreciar como sus labios resbalaban y se amoldaban al rígido musculo de su verga. Dejándose encandilar morbosamente por sus labios rodeándole y por la forma en que se estiraban para poseerle.
Christopher le liberó con un sonido húmedo que se expandió por toda la habitación, inundando los sentidos de Tom hasta el punto de gritar de puro placer y gozó cuando una caricia húmeda toco su entrada. La lengua de Chris barriendo esa parte de su cuerpo sin reparos, dejándola vagar desde el perineo hasta el anillo de músculos que se contraía ansioso por lo que se avecinaba.
- ¡C-Chris! - rogó Tom, en un grito de necesidad pura cuando la lengua del más alto se introdujo un poco en su interior, seguida segundos después por la punta de un dedo que le instaba a abrirse un poco más.
- Solo un poco mas… solo un poco. - le contestó Chris, en medio de la niebla que le nublaba todo pensamiento coherente en esos momentos, su lengua hasta entonces desaparecida de la piel de Tom, regresando solo para lamerle de arriba a abajo la erección que palpitaba contra ella, el pulso pesado vibrando sobre la suave textura.
Pronto, y sin saber realmente como, Tom sintió dos dedos de Chris en su interior, masajeándolo, poseyéndolo con cada vaivén que su mano hacia, golpeando en un momento dado ese lugar en su interior que lo hizo arquearse y emitir un grito sordo de excitación mal contenida, y que terminó estallando después de unos segundos cuando una tercera falange se unió a sus compañeras, haciéndolo sentir más abierto, más expuesto de lo que nunca antes se había sentido; pero sin importarle en lo más mínimo, de lo único que era consciente es que quería mas.
Necesitaba más, y ya.
- Chris… Chris hazlo ya… necesito… te necesito en mi… - consiguió articular con la voz rota, hambrienta, fijando sus ojos en los de Chris, ambas miradas consumidas prácticamente por las pupilas dilatadas a causa de la irrefrenable excitación que los envolvía.
El piloto de cabello rubio ciertamente obedeció la orden casi en el acto, porque siendo sincero consigo mismo, él tampoco estaba por prolongar más la deliciosa agonía que aquello les otorgaba; y sin preocuparse siquiera por algo que no fuera enterrarse en Tom, retiro sus dedos, arrancando un siseo de Tom, un siseo que se transformó en un sonido de apremio y necesidad en cuanto notó que Chris no se movía, preocupado como estaba por haberle hecho algún daño.
Pero una simple mirada de Tom le hizo saber que todo estaba bien, que debía continuar o morirían sobre esa cama debido a todo el placer que se arremolinaba sobre y dentro de ellos.
Con una decisión aplastante, y con la respiración pesada, Chris tomó su miembro y lo colocó sobre la entrada de Tom, haciendo una ligera presión, buscando que esta misma le aceptara. Aceptación que no tardó en llegar gracias a la concienzuda dilatación a la que le había sometido. Dejando que el glande pasara sin mayor problema hacia el interior de Tom, siendo detenido segundos después cuando Tom se cerró a su alrededor, ahorcando su erección cuando su cuerpo entero se tensó ante la invasión.
El gemido de placer y agonía de Chris no se hizo esperar ante la imprevista reacción, la presión aplastando su miembro de una manera que le estaba haciendo perder la cordura a una velocidad inusitada. La presión de Tom a su alrededor le fascinaba. Aunque algo de su cordura volvió con aquella presión.
La mirada de Chris se elevó de manera inmediata buscando la de Tom temiendo haberle lastimado, pero con lo que se encontró fue con una sonrisa en los labios del piloto, quien lejos de presentar dolor, se notaba claramente complacido, gozando con cierto descaro el grosor de Chris a medio camino de su interior, siendo apresado por cada una de sus paredes internas de manera premeditada; y que estaba volviendo loco a Chris al ver tal expresión de placer.
- Continua… - le dijo Tom, al tiempo que Chris sentía como la presión a su alrededor disminuía, pero solo un poco.
- Con gusto… - devolvió, la preocupación convertida en una sensación de apremio y lujuria.
Lentamente, y buscando prolongar aquello lo más posible, Chris se deslizó hacia el interior, de tal manera que Thomas pudo notar claramente cada centímetro de Chris hundiéndose en él, su carne abriéndose para recibirle, deleitándose con la sensación del pene de Chris poseyéndole como ningún otro a lo largo de su vida.
Sus ojos se cerraron de manera casi automática debido a todo lo que su cuerpo sentía, permitiéndose a si mismo gozarlo aun más de lo que ya lo hacía, permitiéndose ser sorprendido con cada cosa que hiciera Chris. Lo que no tardó en suceder cuando sintió las poderosas manos de Chris sobre su cuerpo, acariciando su abdomen al tiempo que por fin le sentía completamente en su interior, renovando con más fuerza aquel deseo animal de ser poseído por ese imponente dios de ojos azules que le amaba, y que él amaba con cada fibra de su cuerpo y alma.
Chris emitió un gruñido desde su garganta, bajo, grave, animal, cuando por fin se hundió por completo en Tom, cerrando sus propios ojos durante un escaso segundo para dejarse ir en ese mar de cosas que le embotaban cada sentido y lo reducían a algo que era puro instinto, deseo y pasión.
Cuando por fin abrió los ojos notó a Tom, a sus ojos cerrados y su expresión de placer y alegría, una expresión que consiguió llevarle más allá de su cuerpo, notando, no por primera vez, la intensidad de su amor por el piloto. Sin poder evitarlo su cuerpo comenzó a descender hasta quedar completamente sobre el de Tom, sus manos acariciando sus muslos instándolos a rodearle la cintura, sus pechos tocándose cuando por fin estuvo plenamente encima de él, dando la primera embestida, tan sutil como una caricia cuando sus labios volvieron a encontrarse.
Un segundo empuje rompió el beso cuando Tom profirió un sonido ahogado que le obligó a arquearse cuando el placer estalló en su interior, sus manos aferrándose a la amplia espalda de Chris, sus uñas arañando su piel debido a esa mezcla de placer y locura que comenzaba a derramarse por todo su ser cuando un tercer empellón lo hizo gritar al tiempo que Chris mordía su cuello.
El agarre de sus piernas endureciéndose alrededor de la cintura de Chris, obligándole a entrar más profundo.
Chris comenzó a acelerar el ritmo, arrancando gemidos y jadeos a Tom, así como Tom se encargaba de sacárselos a él cuando se cerraba a su alrededor de manera improvisa.
Un nuevo beso estalló en los labios de Tom, un beso que era hambre y amor mezclados en perfecta armonía, un beso que terminó más rápido de lo que hubiera deseado, haciéndole emitir un gruñido de protesta que terminó siendo un nuevo gemido de placer cuando Chris se hundió mas ferozmente en su interior.
- Mírame… - pidió Chris casi de inmediato, cuando se preparaba para embestir nuevamente, los ojos de Tom no tardaron en obedecerle, el azul de Tom prácticamente desaparecido, devorado por el negro de sus pupilas imposiblemente dilatadas.
La respiración ahogada de Tom se dejaba escuchar claramente por toda la habitación, al tiempo que se aferraba a los hombros de Chris, impulsándose a sí mismo, penetrándose cuando Chris dejo de moverse en el pequeño intervalo que duró su petición.
- Te amo… - dijo con voz rota Chris, hundiéndose en Tom, quien no tardó en responderle con un beso y un "también te amo" derramado contra la curva de su oreja.
Imposibilitado para hacer o decir algo mas allá de eso, y sintiendo el orgasmo arremolinarse en su interior, quemándole en clara señal de la próxima culminación, Chris recrudeció el ritmo, volviéndose un poco más salvaje, si, sexo y amor fundidos en la primitiva expresión de dos cuerpos que se entregan con todo lo que son e incluso más.
Sintiendo la erección de Tom ardiendo contra su vientre, pulsante de necesidad, Chris pasó uno de sus brazos por debajo de la espalda de Tom cuando éste se arqueo en medio de una de sus embestidas, acercándolo más contra su cuerpo, provocando que el pene de Tom se restregara con más fuerza y ahincó contra él, brindándole también mayor placer cuando sus embestidas no solamente golpeaban la próstata de Tom, si no también masajeaban el pene de este contra su piel, la de ambos.
La habitación se llenó del sonido de sus respiraciones agitadas, el de la piel húmeda rozándose y los innumerables sonidos que de ambos escapaban; jadeos, gritos, gruñidos y Te amos que brotaban cuando no les era suficiente todo lo que sentían.
Tom gritó su éxtasis, su orgasmo, aferrándose a Chris, abrazándolo con toda la fuerza de su cuerpo, hundiendo su rostro en su cuello, besándole la piel salada y mordiéndola cuando el placer le sobrevino una segunda vez cuando Chris golpeó certeramente en su interior provocándole el orgasmo consecutivo y más potente que el anterior.
Chris por su parte terminó gruñendo contra el oído de Thomas, bufando como un toro cuando su propio orgasmo explotó en el interior de Tom, sintiendo como el semen de éste resbalaba por su abdomen, cálido y espeso en su camino hacia la cama y la piel del propio Tom quien aun se aferraba a él y lo ordeñaba con los espasmos de su cuerpo, tanto los voluntarios como los que no.
Después de unos segundos Chris salió de Tom con el mayor de los cuidados, incapaz de siquiera hacerle el menor daño por mas involuntario que este fuese, aunque estaba seguro que estaría adolorido algunos días.
Con un último suspiro, Chris se dejó caer suavemente sobre Tom, cubriéndolo con todo su cuerpo, dejando que su respiración se relajara lo suficiente y su cuerpo recuperara la energía como para moverse, bajo él sentía claramente el ritmo desacompasado de la respiración de Tom, así como el martilleo de su corazón contra el suyo, sin poder evitarlo una sonrisa se dibujo en su rostro, nunca antes se había sentido tan pleno y feliz.
Así como también notó que ese agujero en su pecho, ese que durante toda su vida le había estado torturando, había desaparecido por completo, siendo sustituido por Tom y todo el amor que sentía por este. Los ojos de Tom estaban fijos en los suyos, el piloto de cabello oscuro sonriendo de igual manera aunque el cansancio hiciera que su sonrisa fuera más pequeña de lo usual, los dedos blancos y delgados acariciando el corto mechón de pelo que caía sobre la frente de Chris, empapada en sudor.
Cuando por fin su respiración volvió a la normalidad se dispuso a moverse, no queriendo aplastar a Tom por más tiempo aunque este no mostrara inconveniente alguno, pero en cuanto hizo el intento de moverse Thomas le sujeto abrazando su espalda.
- No, por favor, quédate así. - rogó en voz baja Thomas, sintiendo esa imperiosa necesidad de proteger a Chris, de consolarlo, de antes. Sus brazos cerrándose aun más de manera instintiva, impidiendo que el piloto de cabello rubio continuara moviéndose. - Quiero dormir contigo así, por favor.
Chris pudo ver las intenciones de Tom reflejadas claramente en el azul de sus ojos, sintiendo algo que nunca antes había sentido desde la muerte de sus padres, seguridad. Esa sensación de protección que solo una persona que te ama puede brindarte.
Incapaz de decir algo, Chris simplemente se recostó nuevamente sobre Tom, colocando su cabeza sobre el pecho de éste para escuchar el latir de su corazón, sentir el ritmo de su respiración y fundirse en ese abrazo, que sentía, le protegería de todo.
Una única lagrima escapo de sus ojos, reflejo inequívoco de todo el bien que aquello le hacía y la felicidad que Thomas le brindaba. Chris por primera vez en mucho tiempo no se sintió vacio y no querido.
- Gracias… - susurro en voz bajita, dejándose arrullar por el latir de Tom y la caricia de sus dedos contra su cabello y su espalda hasta que por fin quedó profundamente dormido.
La mañana siguiente Tom despertó observando a un Chris que dormía tranquilamente encima suyo, la paz que transmitía su rostro jamás se la había visto antes, ni siquiera, cuando en secreto, le observó en su viaje a Brasil. Chris era simplemente hermoso, tanto que por momentos le dolía el corazón por todo el amor que sentía por él. Un dolor que se transformó en dicha cuando Chris despertó y le sonrió.
Tom supo en ese momento que si moría, moriría feliz.
En cuanto entraron al restaurant del hotel para desayunar, Tom notó dos cosas. La primera era que todo el mundo les observaba.
La segunda era que Liam observaba fijamente a su hermano desde su mesa, y él cómo Chris le devolvía una mirada que no sabía bien como descifrar. Un "Chris" susurrado escapo de sus labios, al tiempo que su mano se colocaba en su brazo en un intento de aplacar una discusión que sabia no tenía lugar. Una sonrisa de Chris y la mano de este encima de la suya le hicieron saber que tal pelea no se libraría, aunque la incertidumbre no le abandonó en ningún momento.
La incertidumbre no le dejó hasta el momento en que los dos hermanos estuvieron frente a frente, observándose fijamente y sin que ninguna emoción se trasluciera en sus rostros, pero Tom era capaz de notar que una conversación sin palabras se llevaba a cabo con tan solo observarlos.
- Te ama. - dijo Liam después de un largo momento, rompiendo aquel mutismo en el que se habían subido.
- Si, me ama. - fue la respuesta de Chris antes de abrazar a su hermano con todas sus fuerzas. Un abrazo que no hablaba de perdonar, sino más bien de uno que daba las gracias.
Continuara...
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