El zumbido característico de los autos sobre la pista inunda las cabinas de ambos, el aire frío de la ciudad de Samara, Rusia, colándoseles por entre la tela de sus uniformes y sus cascos mientras conducen con una tranquilidad que exaspera a sus respectivos mecánicos. El vitoreo de los fans en las gradas aumentando de volumen a medida que se acercan a la construcción a mitad de la pista, edificada especialmente para la carrera final de la segunda edición de la competencia automovilística en parejas de Industrias Stark.
Ambos pilotos, Chris y Tom, disputando el puesto número uno de treinta y seis parejas de pilotos desde su posición conjunta que es, para desesperación de muchos, la treinta y seis.
- ¿Dónde crees que sea bueno llevar a cenar a Emma y Jossey? - preguntó Chris, completamente indolente a los gritos que se escapan de su auricular derecho. - No sé que sea del agrada de la pequeña.
- Chris, en estos momentos lo único que le gusta a Jossey es la leche de su madre, realmente me preocuparía más por ver a donde llevaremos a Emma. Su gusto en restaurantes puede ser un poco más exigente que el de mi madre.
- Si ese es el caso no debe haber problema, tu madre ama los sitios adonde la he llevado a cenar. - contestó con aire orgulloso Chris, permitiendo que los demás pilotos se alejaran un poco mas de ellos, llegando hasta el punto de desacelerar hasta llegar a la mínima velocidad permitida. Realmente estaba disfrutando aquello.
- Mi madre adora todos los sitios donde, Liam y Luke, la han llevado a cenar, Chris. - enfatizó Tom, colocándose a la par de su pareja, para molestia del hombre que gritaba en su propio auricular. - Te recuerdo que mi madre es demasiado educada como para decirte en tu cara que detesta los lugares a donde la has llevado, pero no tiene reparo alguno en decírmelo a mí y pedirme que meta algo de buen gusto en esa cabeza tuya.
- Yo tengo buen gusto. - se defendió Chris como un niño. - No es posible que no le haya gustado ninguna de mis elecciones.
- Cariño, tu solo tienes buen gusto en coches, autos y bebidas. - enumeró Tom. - Sin contar tu excelente gusto en hombres, claro. - terminó, con una sonrisa enorme en sus labios, oculta por su casco.
- Vanidoso. - acotó Chris, sonriendo también. - Entonces, ¿A dónde llevaremos a nuestra querida sobrina por su cumpleaños número uno? - volvió a preguntar Chris.
- He escuchado que el Cirque Du Soleil está aquí en Rusia y ofrecen una función especial para niños. Quizá ese sería un buen regalo, le gustan mucho los payasos. - propuso Tom.
- Tom, en el Cirque no hay payasos comunes como los que ha visto en las plazas o en las ferias.
- Escuchaste la parte donde mencionaba "Función especial para niños" estoy plenamente consciente de que tipo de circo se trata, Chris.
- Está bien, el Cirque será entonces. - concedió el piloto, dando por perdida esa batalla. - Pero después vamos al McDonald's.
- Si mi madre no te mata antes por siquiera considerar eso, está bien. - aceptó Tom, rodando los ojos ante las ocurrencias de Chris, aunque realmente tenía un antojo tremendo de una hamburguesa de esas.
- ¡¿Podrían de una jodida vez, concentrarse en la puta carrera que van perdiendo y dejar de discutir el menú para una niña que ni siquiera tiene dientes aun?! - les riñó Feore por medio del auricular, prácticamente saltando en su sitio al verlos pasar frente a ellos como si no les importara el ir perdiendo.
- Cálmate, Feory, nadie está perdiendo nada, relájate hombre o a este paso el poco cabello que te queda irá a parar al suelo. - le respondió Chris, pasando por alto el mal humor de su jefe de mecánicos.
- ¡No me llames Feory, sabes que lo odio! - volvió a gruñir el hombre.
- ¿Quieres que le diga eso a tu nieta? Porque estoy seguro de que le rompería el corazón saber que a su abuelo Feory, no les gusta que le digan así. - se burló Chris, poniendo una voz fingidamente afectada.
- ¡Hijo de…! ¡Cómo te atrevas a decirle algo a mi nieta te corto…!
- ¡Hey! Que nadie va a cortarle nada a nadie, te prometo que Chris no dirá nada, Feore. - intervino Tom al ver que la integridad de su novio peligraba.
- Gracias por protegerme, Tommy, pero Feore solo ladra y no muer…
- ¡Chris, cierra la boca antes de que a Feore le dé por cortarte los frenos y no… otra cosa! - le interrumpió Tom antes de que dijera algo más.
-No creas que no lo he pensado, Hemsworth, mejor hazle caso a tu novio o ya verás.
- Aguafiestas. - se quejó Chris finalmente, volviendo su atención a la pista.
- Tom, ¿Cuándo demonios piensas pasar de los 110 k/h? - pregunto Rhodey, interviniendo por fin en aquella ridícula discusión.
- ¿En qué vuelta vamos? - preguntó Tom, sin acomplejarse ni nada, mas ocupado como estaba en conservar intactas ciertas partes de la anatomía de Chris.
- Acaban de entrar en la ante penúltima. - dijo con los brazos cruzados, observando atentamente desde su monitor a sus pilotos y la distancia que los separaba del resto.
- Bien, Chris ¿Qué te parece si ganamos de una buena vez? - le preguntó Tom a Chris, afianzando su agarre sobre el volante y preparándose para acelerar.
- Pensé que nunca lo dirías, Tommy. Demostrémosles a estos palurdos quienes son "Los Reyes" - fue lo que respondió Christopher, sonriendo para sí mismo y preparándose para humillar a todos los pilotos en la pista junto con Tom, Stark y Rogers incluidos.
- Pues comencemos. - masculló Tom, al tiempo que ambos autos salían disparados desde sus posiciones cuando el estallido de velocidad los hizo prácticamente volar sobre la pista.
- ¡Yahooooo! - grito el piloto de cabello rubio cuando rebaso al primer par de pilotos sin que estos le vieran llegar siquiera. Al mismo tiempo que Tom hacia lo propio con otro par a su izquierda.
Mientras tanto, en las gradas, Emma alimentaba a la pequeña Jossey bajo la sombra de sus asientos privados, al mismo tiempo que Jaimie y Natasha estaba al pendiente de lo que sucedía en la pantalla gigante que daba seguimiento a la carrera. Ella no lo hacía porque ya sabía el resultado, no por nada se había pasado los últimos seis meses de su embarazo pegada a su hermano y a su novio en las pistas, las carreras y los viajes que su embarazo le permitió hasta que ya no pudo seguirles. Aunque Clark le había mantenido muy bien informada de los triunfos de la pareja de "Reyes", como les habían bautizado cuando ambos ganaron la copa de Mónaco al mismo tiempo unos cuantos meses atrás. Dado que ese había sido su estilo de manejo desde que se volvieron novios, toda carrera en la que participaran juntos la ganaban juntos, lo cual era un poco loco, y cursi, si se lo preguntaban, pero realmente no le prestaba mayor atención a ello mientras Tom fuese feliz.
Felicidad, que le costó aceptar, estaba al lado de Chris.
Aunque después de un tiempo, varias salidas en grupo y conversaciones un tanto incomodas, Chris terminó ganándose la simpatía de Emma, sobre todo cuando ya no era la única a la que su madre regañaba por sus pésimos modales. Eso y el hecho de que Chris era el único capaz de hacer que Thomas se pusiera rojo de la pena delante de medio planeta en 0,2 segundos con cualquier burrada que saliera de su boca.
También tuvo que ver que fue el propio Chris quien alentó a Clark a que le pidiera matrimonio de una vez por todas después de haber estado saliendo en secreto durante al menos seis meses. Cosa que Tom aun no le perdona del todo, a ninguno de los dos. Emma aun se pregunta cómo es que Chris se enteró de aquello.
- Más les vale ganar esta vez, esos autos me costaron una fortuna. Además de que me deben las pérdidas del año pasado. - se quejó Natasha, aferrándose al asiento al ver como Chris y Tom remontaban posiciones cada vez más rápido, aunque no lo suficiente para el gusto de la mujer que se había vuelto un miembro más en esa extraña y ecléctica familia.
- Nath, en serio no sé de qué te quejas si todas tus pérdidas fueron repuestas por Industrias Stark. - le contestó Jaimie, colocándose los binoculares cuando el contingente de autos comenzaba a acercarse.
- Jaimie, una cosa es que me hayan devuelto el dinero, y otra muy diferente que mi reputación allá quedado por los suelos cuando ellos ya no compitieron, ¿Sabes lo que me costaron esos autos? - se quejó nuevamente, Nath.
- No van a perder, han estado practicando este tipo de maniobra desde que volvieron a las pistas. - intervino Emma, acercándose hacia donde estaban sus dos amigas para tener una mejor visión de la carrera ahora que la pequeña Jossey había terminado de comer. - Según Tom, era para hacer que Stark se tragara sus palabras al decir que Chris… digamos, era más rápido en la cama que en la pista. Así que se lo tomó personal y empezó a practicar con Chris eso que estás viendo. Lo hicieron hace un año, ¿recuerdas, Jaimie? Antes de que Stark lanzara el desafío por primera vez.
- Cierto, pero esa vez no terminó muy bien.
- No, ciertamente no lo hizo, leí de eso durante semanas. - concordó Nath.
- Bueno, la cosa es que ahora lo hacen a propósito.
- Pues espero que les función… ¡Joder, viste como rebaso a ese auto! - chilló Nath, al ver como Chris rebasaba a un auto, pasándole, casi literalmente, por encima con ayuda de la pared de contención.
- Siempre le ha gustado pasar por encima de la gente, no sé ni de que te sorprendes. - le contestó Jaimie, como si aquello ni fuera la gran cosa, aunque realmente lo era, la gente estaba vuelta loca.
Lejos de ellas, en la zona de pits, Feore despotricaba en contra de la falta de sentido común de Chris, al tiempo que Liam se mordía el pulgar con cierto nerviosismo, algo que no había cambiado a lo largo de ese año y cuatro meses. Y que al revés, se había visto agravado tras el accidente que dejo en coma a Chris durante cinco largos días.
- Va a estar bien, Li, Tom lo está cuidando. - intento consolarle Luke, colocando su mano en la espalda de su hermano para infundirle ánimos.
- ¿Y quién cuida a Tom? - devolvió no muy convencido del razonamiento de su hermano.
- Pues Chris, obviamente.
- Eso no ayuda, ¿Sabes? - le reprochó, Luke por su parte solo pudo reír ante el humor de su hermano y su excesiva preocupación, no es que él no se preocupara, pero a lo largo de ese tiempo había aprendido a no dejarse consumir por su miedo a perder a Chris permitiéndose, por primera vez en mucho tiempo, el disfrutar del tiempo con sus hermanos y de lo que ellos amaban.
- Ven, vamos junto con Feore, a la carrera le falta una sola vuelta y estoy casi seguro que a ese hombre se le va a salir el corazón por la garganta en los momentos finales y no me lo quiero perder. Chris dice que es algo digno de verse. - comento Luke, empujando a su hermano hacia donde se hallaban los mecánicos.
- Estas igual de loco que Chris, ¿Sabias eso?
- Viene de familia, Li. - le respondió el mayor, guiñándole un ojo. - Viene de familia.
Para cuando llegaron a la última vuelta, Tom y Chris ya se encontraban en segundo lugar, manteniendo una lucha por rebasar a sus dos últimos adversarios en pista, que no eran otros que Stark y Rogers. El enfrentamiento, si es que de verdad podía llamarse así, se libraba enteramente entre Chris y Tony, que era más bien una lucha de egos si le preguntaban a Steve. Quien, al lado de Tom, solo esperaba que los niños terminaran con su berrinche para poder competir en serio, aunque algo le decía que para Tom aquello no era una simple riña de niños grandes, quizá porque Tony había insultado el desempeño de su novio, y eso era una afrenta muy personal para el inglés, quien estaba más que satisfecho con las habilidades Chris.
- Chris, terminemos con esto de una buena vez, la línea de meta está a menos de 4oo metros. - señaló Tom, adelantando a Steve con una facilidad que pareció insultante debido a que el ex militar lo tenía arrinconado contra el muro de contención.
- Esta bien, después de todo no resultó tan divertido como pensé que sería. Stark se está haciendo viejo. - añadió burlándose del empresario.
- Intenta no decírselo en la cara, no quiero tener que salir a defender tu honor otra vez.
- Te encanta defender mi honor, Tom, siempre te ha gustado.
- Terminemos con esto y veremos quién defiende el honor de quien. - le respondió Tom sonriendo, colocándose al lado derecho de Tony, saludándolo cuando este volteo a verlo en la última curva, quedándose con dos palmos de narices cuando ambos Bentley le dejaron atrás para poder cruzar la meta.
El empresario maldiciendo en todos los idiomas que conocía el haber perdido la apuesta en contra de Steve y no tanto por la carrera en sí, esa noche quien mordería las sabanas seria él. Y no es que le disgustara, pero Steve era algo grande y siempre le dejaba algo adolorido.
Aunque tenía que quitarle esa manía de siempre apostar en su contra… y ganarle.
Unos minutos después un sonriente Chris se elevaba en el pódium del primer lugar junto a Tom, sosteniendo entre sus manos la copa de los ganadores y unas guirnaldas alrededor de sus cuellos, saludando a la multitud que les alaba como si en verdad fueran un par de reyes.
A lo lejos, tanto Emma, Nath y Jaime, les aplaudían junto con el resto de los presentes, al tiempo que notaban la llegada de William y Clark, sus agentes, a la zona donde ellas se encontraban.
La mirada de Tom iba desde su hermana y su sobrina, hacia sus cuñados quienes junto con sus mecánicos festejaban la victoria obtenida, mientras hacia un pequeño recuento de su vida en ese último año. Notando los cambios para bien que a su vida habían llegado junto con Chris, sus sonrisas, su ego y esa inherente cualidad para buscarse problemas a la menor provocación. Cualidad que lejos de molestarle, le divertía.
En poco más de un año, Tom había perdido a su padre, pero también había encontrado el amor y una nueva familia que le quería y le amaba tal como era, un sueño que nunca esperó ver cumplido, pero que se alegraba de haberlo hecho. Ahora era feliz, y no había recuerdo alguno que empañara aquel sentimiento que le hacía sonreír un poco más cada día.
El beso que le dio Chris delante de todo el mundo fue algo que le sorprendió, pero que realmente esperaba; en cierta forma lo que le había sorprendido es que Chris soportara tanto tiempo sin hacerlo, buscando hacerle enrojecer delante de todo el mundo como ya era su costumbre.
- Esta vez no, Chris, ya no me da vergüenza que me beses delante de todos. - le dijo triunfal, a un Chris que simplemente le sonreía como un bobo de lo enamorado que estaba.
- ¿Tom? - preguntó Chris, sin apartar su mirada de la del piloto de cabello oscuro, la sonrisa cálida en su rostro anunciaba que se traía algo entre manos. Algo que ciertamente haría que Tom perdiera algo de su autocontrol, dado que esa sonrisa siempre venia acompañada de grandes cosas, que hacían que el corazón de Tom se detuviera un momento debido a la emoción. Y esa, estaba seguro, no sería la excepción.
- Dime.
- ¿Te gustaría tener un hijo conmigo?
Y no, aquella no fue la excepción.