Fic Kriqué :D

Sep 14, 2009 20:10



Hoy me he enterado de que empiezo la uni el día 21 y no el 16, y como estoy contenta...fic! :D

Quería dedicárselo a pepucha_team por ser la primera persona que me habló en el lj (gracias xD) pero como este fic no me gusta ni a mi y no quiero que deje de hablarme, tengo otro pensado, así que tranquis xD


Autora: dmsc_saphr

Título: Compartiendo sonrisas.

Pairing: Kriqué :D

Raiting: creo que es bastante Disney.

Disclaimer: nada de esto ha pasado, los personajes no me pertenecen y no cobro un duro por escribir esto (más quisiera xD).

Notas: vale, cuando leais esto vais a pensar: pero que le ha dado a esta tía con escribir fics sobre otras ciudades¿ es que quiere hacer guías de turismo o qué?.La respuesta es no, pero es que vi esta foto y no pude evitar hacer un fic ( a más aun estoy de vacaciones y aprovecho)

Si a Bojan le hubieran dicho de pequeño que con 18 años entrenaría con el primer equipo del Barça en el Central Park de Nueva York, no se lo hubiera creído. De hecho, si cerraba los ojos, aun le seguiría pareciendo increíble la idea de estar allí, en aquella ciudad, en aquel inmenso parque, sentado en el suelo para descansar después de la sesión física que acababa de tener. Pero sí, lo estaba, y le encantaba aquella situación. Adoraba sentir los rayos del sol veraniego calentándole la cara al tiempo que una suave brisa se colaba entre los árboles y llegaba hasta el, meciendo su pelo castaño, mientras sus pies descalzos disfrutaban del contacto con la hierba del suelo.

De repente, un suave toque en el hombro interrumpió su momento de paz, y al girarse vio que Gerard, con la mayor de las sonrisas en el rostro, le ofrecía uno de los refrescos que tenía en las manos. En ese momento Bojan no pudo reprimir una sonrisa, aceptando la bebida e invitando al mayor a sentarse a su lado.

-Gracias, me estaba muriendo de sed- dijo el delantero, algo alborotado por tener al mayor tan cerca de él.

-De nada hombre. ¿Quieres probar del mío? Está muy bueno.

-Vale-Bojan le dio un sorbo al refresco de su compañero y al instante su expresión de felicidad se tornó en una mueca de asco-¿Pero qué es esto?- exclamó después de tragar como pudo la bebida- sabe fatal.

Gerard comenzó a reír a pleno pulmón y enseguida le dijo que era una bebida hecha con diferentes tés que bebía siempre en Inglaterra, porque tenía muchas vitaminas.

-Me da igual que tenga muchas vitaminas-replicó el pequeño- es asqueroso- yo prefiero el mío, que al menos está bueno-sentenció y comenzó a beber de su refresco.

-¡Pues si tanto te gusta bebe, hombre!- y de golpe, Gerard empujó el refresco de su amigo contra su boca, haciendo que Bojan derramara una parte del líquido encima de su camiseta.

-¡Pero qué haces animal!-exclamó el de Linyola.

-Jajaja, sí que tenías sed chaval- bromeó el mayor.

-Ahora verás-Bojan se lanzó encima de Gerard para vengarse, pero este olvidó que el rubio era más grande que él y, sin poder evitarlo, acabó debajo suyo. Gerard comenzó a hacerle cosquillas.

Bojan reía sin parar, intentando soltarse. Aquello era lo que más le gustaba de su compañero: la capacidad que tenía de hacerle sentir siempre bien. Porque Piqué conseguía arrancarle una sonrisa pasara lo que pasara y siempre podía apoyarse en él, explicarle cualquier cosa: sus dudas, sus miedos... y hacía que tuviera ganas de seguir luchando por lo que quería. Recuerda cuando lo conoció, como poco a poco se fue ganando su aprecio, su amistad, su corazón...recuerda como se reía siempre con sus bromas y como poco a poco fue compartiéndolas solo con él, sabiéndose cómplice de todo lo que hacía o decía, sin que nadie más lo entendiera. Porque bastaba una mirada para entenderse aun si hablar y cuando pensaba en ello, una sensación le recorría el cuerpo, sentía mariposas en el estómago cada vez que alguien tan perfecto como Gerard compartía con él una sonrisa.

Pero lo que Bojan también tenía claro es que jamás confesaría sus sentimientos a Gerard, porque simplemente no quería perder lo que tenían, aquel tesoro que guardaba con gran recelo. Por miedo, por cobardía, por lo que fuera.

De repente, el grito de Guardiola lo sacó de sus pensamientos y sirvió para que Piqué dejara de hacerle cosquillas. El entrenador organizó el grupo y se dispuso a explicarles que después de comer irían a dar una vuelta para conocer mejor la ciudad. A ello, Gerard se giró hacia Bojan y le preguntó si no le apetecía más que fueran por su cuenta. El de Lyniola respondió enseguida afirmativamente y cuando Gerard se dispuso a ir a pedir permiso al entrenador, Sergio y Dani se añadieron a su propuesta. Bojan no pudo evitar sentirse apenado por no poder estar a solas con Piqué.

Después de comer en un pequeño restaurante indio, donde toda la comida era picante, para desgracia de Sergio, y donde una música de Bollywood a todo volumen impedía cualquier conversación civilizada, se dirigieron a Times Square. Al llegar, a Bojan casi le da un vuelco el corazón, porque aquello era lo más parecido a los documentales que había visto de las Vegas en su vida. Los edificios eran altos hasta hacerte sentir una hormiga, y los carteles luminosos y pantallas de tv que había colgados en sus paredes no ayudaban a lo contrario. En la acera, miles de ciudadanos de todas las razas, etnias y culturas del mundo andaban de un lado a otro de la calle con bastante prisa.

Mirara donde mirara, Bojan solo veía gente, música alta, coches...y se le vino un poco el mundo encima. Por ello fue que ante tal situación, inconscientemente su mano buscara la de Gerard y al encontrarla la agarrara con fuerza. Al sentir el contacto, el mayor giró su vista hacia el pequeño, quien al darse cuenta de lo que acababa de hacer, le soltó la mano muy avergonzado y deseando que lo tragara la tierra.

A Gerard no le dio tiempo a decir nada, porque Alves y Busquets se empeñaron en hacerse fotos todos juntos y seguir con el paseo que habían iniciado. Después de dar vueltas por Manhattan llegaron de nuevo a Central Park. Gerard enseguida tuvo la idea de alquilar dos barcas y remar por el lago, a lo que sus compañeros se mostraron un poco reacios pero acabaron aceptando, porque más valía estar cerca del rubio, ya que era el único que hablaba bien en inglés.

-Vamos hacia el centro del lago- dijo Piqué animado.

-Si claro, venga, ha dejarnos los brazos remando- ironizó Dani- ¿Para qué quieres ir tan lejos?

- Porque allí no hay nadie y es el lugar más bonito de todo el parque.

Una vez los convenció, las dos barcas llegaron hasta el centro del lago. Gerard miró hacia ambos lados y con una sonrisa maliciosa dio un grito que puso blanca la cara de sus compañeros.

-¡Guerra de agua!!!

Y lo que continuó fue un golpe seco del remo de Gerard contra el agua que provocó una ola que empapó completamente a Sergio y a Dani.

-¡Gerard cabrón!- gritó Sergio muy enfadado- ¡que esta agua está hecha una mierda!,¡ te vas a enterar!- y dicho esto las dos barcas se enzarzaron en una pelea donde ganaba el que más agua conseguía arrojar al otro.

Después de muchas risas y de la bronca del propietario de las barcas, Dani y Sergio decidieron volver al hotel. Las razones que dieron fueron que tenían frio y que la comida del mediodía no les había sentado muy bien, aunque Gerard y Bojan pudieron ver perfectamente que bajo esas excusas se encontraban las verdaderas razones, llamadas Messi y Pedro.

Cuando se fueron, Gerard le propuso a Bojan ir a ver el Empire State Building, ya que ya estaba oscureciendo y aún faltaba para la hora de la cena. El pequeño no pudo sino decir que si, y enseguida se pusieron en marcha. De camino, Bojan estornudó a causa del repentino frio que comenzó a hacer en la calle.

-¿Tienes frio?- preguntó el mayor algo preocupado.

-Un poco. Es que no me he traído ninguna chaqueta.

-Anda toma- y Gerard le prestó su sudadera. Bojan se puso tan rojo como un tomate, porque no esperaba que el rubio hiciera eso. Cuando se la puso, comprobó que le iba bastante grande, y que el olor de su compañero impregnaba aquella prenda de ropa. Cerró los ojos por un momento para oler mejor aquella fragancia, que sin duda lo llevó al paraíso, volviéndolo loco. Sin darse cuenta, ya habían llegado.

Por suerte para ellos, no había mucha gente, y decidieron ir al piso más alto que había. Subieron por varios ascensores y al llegar, la cara de Bojan reflejó a la perfección el asombro que sentía por dentro. Abrió mucho los ojos y trató de asimilar la belleza que se levantaba ante él. Un océano de pequeñas luces anaranjadas y blancas se extendía hasta el horizonte, donde sus ojos ya no podían distinguir entre cielo y tierra. Los enormes ríos que atravesaban la ciudad rodeaban decenas de rascacielos puestos a los pies de aquel edificio en el que los dos futbolistas se encontraban, y no era sino imposible distinguir la cantidad de personas y coches que circulaban por las calles, todos parecidos a pequeñas hormigas. Bojan no podía decir nada, su mente estaba demasiado ocupada admirando aquel paisaje tan fastuoso, y al verlo Gerard le sugirió sentarse para seguir contemplando aquello.

Gerard se quedó mirando la cara de Bojan, que sin duda era más hermosa aún gracias a la combinación de la tenue luz del edificio y su expresión de felicidad.

-Es precioso verdad- dijo el mayor.

-Sí, es increíble...me encanta.

-A mí también me encanta. Y también me encanta estar aquí contigo... y verte sonreír-cuando dijo aquello, Bojan se quedó en blanco y volvió a sonrojarse, pero su cabeza seguía girada hacia delante, sin hacer ningún movimiento. Al ver que el de Linyola no reaccionaba, Gerard se le acercó y le dio un beso en la mejilla, haciendo que el corazón del pequeño diera un vuelco y lo dejara sin respiración. Como seguía sin reaccionar, Gerard tomó de la mejilla a Bojan y giró su cabeza para que los ojos azules de ambos se encontraran. Al verlos, Bojan no soportó tanta belleza y tuvo que cerrar los suyos. En aquel momento sintió como sus labios entraban en contacto con otros ajenos. Y con los ojos aún cerrados, correspondió a aquel beso, degustando aquellos labios tan gruesos y dulces, que lo estaban volviendo loco. La sensación que tubo Bojan en aquel momento era imposible de describir, y solo recuerda como trataba de recordar cada rincón de su boca con la lengua, con los labios, acompañando todo el cuerpo y haciendo que el beso fuera más profundo. Porque Gerard estaba correspondiendo a sus sentimientos, porque ya no había miedo o dudas, porque era el chico más feliz del mundo.

Tuvieron que interrumpir aquel mágico momento porque se les había hecho muy tarde. Corrieron hacia el hotel y Bojan subió a su habitación casi levitando, ya que no podía ser más feliz. Al entrar en el cuarto, Pedro se giró y vio que el de Linyola tenía la sonrisa más grande que le había visto jamás, por lo que preguntó curioso: ¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes así? Y Bojan solo pudo responder.

-No, por nada. Es que me encanta esta ciudad.

Pd: agradeceré comentarios, críticas y zapatazos varios xD.

Pd: Estoy pensando en hacer un fic de cuando Cesc quemó su casa...

fics, kriqué

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