Pareja: Akanishi Jin/Yamashita Tomohisa, Nishikido Ryo/Ueda Tatsuya
Clasificación: G
Resumen: Ryo por fin aclara sus sentimientos hacia Ueda. Jin le pide algo a Yamashita que parece imposible.
Notas de la autora: Hasta aqui va la historia como la conocemos. Dos capitulos Un capítulo más y esto se termina. Estoy en la planeación de el capitulo 8 y lo publicaré, si estoy publicando esto aqui es porque quiero terminar este fic a la de ya.
Más yaoiosos fics
aqui xD
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(
Capitulo 6) (Capitulo 7) (
Capitulo 8)
La gente corría a refugiarse de la lluvia dentro de supermercados y en los portones de los edificios, sin embargo Ueda Tatsuya caminaba bajo la lluvia con total tranquilidad. La lluvia le ayudaba a relajarse.
Hoy era una de esas noches en las que no podía dormir así que había decidido salir a pasear e intentar despejar su mente. Llevaba varias horas afuera y la lluvia no parecía aminorar, aunque tampoco era algo que le importara a él, mientras más lloviera mejor. Ya había dado algunas cuantas vueltas al parque que estaba cerca de su casa y aun no tenía ganas de regresar. Y es que todo le recordaba a Ryo.
Se sentó un tanto cansado en una de las bancas cercanas al lago, incapaz de seguir caminando por mucho más. Dejó que la lluvia cayera directamente en su rostro para que nadie lo viera llorar.
-Esto es un asco- murmuró.
A unas cuadras de ahí Nishikido tocaba una y otra vez el timbre del departamento de Ueda.
-Ueda-sama no esta en casa- dijo una voz tras de él. Ryo se dio vuelta, encontrando a una chica de cabello lacio y gafas que lo miraba curiosa.
-¿Cómo dices?
-Ueda-sama salió hace unas horas,- dijo la chica con calma- me lo topé en el pasillo cuando iba bajando. No se veía bien.
-¿Tienes idea a dónde fue?- preguntó ansioso Ryo.
-Probablemente al parque. Tengo entendido que le gusta ir a leer ahí, aunque ahora está lloviendo.
Ryo asintió y le agradeció a la chica antes de correr escaleras abajo. Decir que estaba lloviendo era muy suave, afuera una gran tormenta caía sobre la ciudad. Todo el mundo miraba con curiosidad a Ryo mientras este corría en dirección al parque.
Fue difícil dar con Ueda, el parque era inmenso y la lluvia no le facilitó la tarea a Ryo, quien tuvo que dar por lo menos dos vueltas al lugar antes de hallar el lago y a Ueda.
-¿Qué crees que estás haciendo ahí?- gritó bromeando. Ueda abrió los ojos de golpe y por un momento creyó que estaba alucinando hasta que Nishikido se acercó a tomar su mano- Ven, te invito a cenar.
-¿Cómo me encontraste?- fue lo único que pudo decir Tatsuya. Ryo sonrió de manera misteriosa.
-Creo que ya estamos sincronizados,- dijo- vamos.
Había algo en la sonrisa de Ryo que le extrañó mucho a Ueda pero ese sentimiento fue cubierto por otro mucho más cálido al sentir la mano del otro en su mejilla. Los ojos de Ryo le indicaban que había algo que lo molestaba.
-¿Estas sufriendo mucho?- preguntó consternado Ryo.
-¿De qué hablas, Ryo-kun?
-Nada- negó rápidamente- Conozco un muy buen restaurante cerca de aquí, ¿vienes?
Tatsuya asintió, sintiéndose increíblemente extraño. Era como si Ryo no supiera cómo comportarse, como si intentará mantenerse distante sin conseguirlo del todo. No se dio cuenta como pero se vio a si mismo en el auto de Nishikido con sus manos aun entrelazadas. Ueda soltó su mano con cuidado y volteó a ver hacia la ventana.
-¿Tienes frió, Tatsuya?- preguntó Ryo al verlo temblar ligeramente.
-No realmente- dijo Ueda intentando sonar despreocupado. Fue entonces cuando notó que el cabello de Nishikido goteaba y que su ropa estaba totalmente empapada- ¿Por qué estas mojado?
-No sé si lo has notado, pero está lloviendo- dijo Ryo burlonamente. Ueda puso los ojos en blanco.
-Sí, pero generalmente cuando llueve las personas utilizan paraguas
-Ah, olvidé el mío en la compañía- respondió su compañero- Seguramente Yokoyama ha de estar vuelto loco porque no volví al ensayo. Espero que no se le haya ocurrido llamarme porque también olvidé mi celular…
-¿Y por qué dejaste el ensayo?- preguntó confundido Tatsuya. Hasta donde tenía entendido Nishikido era una persona muy responsable.
-Porque necesito hablar contigo
El corazón de Ueda se aceleró al escuchar eso.
-¿Sobre qué?- preguntó nervioso. Ryo le lanzó una mirada que no supo identificar y detuvo el auto a un lado del camino. La respiración de ambos estaba agitada.
Ryo volteó completamente el cuerpo hacia donde estaba Ueda y tomó su mano. Parecía estar dudando de qué decir, o de si debía hacerlo, mientras jugaba con los dedos del otro sin mirarlo a los ojos.
-¿Sabes? Desde hace semanas me pregunto qué debo hacer contigo. Quiero decir, no estoy seguro de porque has hecho todo esto Tat-chan- confesó- Sin embargo pensaba que tal vez por el simple hecho de demostrarte mi apoyo entenderías que hay quienes nos preocupamos por ti y que queremos lo mejor para ti. Pero puedo ver que eso no es suficiente, sea lo que sea que te está pasando es aún más profundo…
Ryo levantó la mirada.
-¿Puedes contarme que pasó con Tana-san?
Ueda lo miró totalmente sorprendido por la repentina petición antes de bajar la mirada.
-Jamás le he dicho eso a nadie
-Por favor- suplicó Ryo. Ueda intentó tragar el nudo que tenía en la garganta.
-No hay mucho que contar
-Necesito saberlo- insistió su acompañante. Pasó un largo rato antes de que cualquiera de los dos intentara tan siquiera hablar.
-Al principio ella y yo solo fuimos amigos, aunque era bastante obvio que ella me gustaba- dijo Ueda sin mirarlo a los ojos- Nos conocimos en la escuela, ella era un año mayor que yo y aun así nos llevábamos muy bien. Me encantaba estar con ella, en parte porque era muy dulce conmigo. Cuando logré declarármele, ella dijo que yo también le gustaba y comenzamos a salir…
-¿Y qué paso?
-De la noche a la mañana su actitud cambio- Ueda parecía desconcertado- Un segundo ella podía ser la persona más amable del mundo y al siguiente me reclamaba por cualquier cosa. Me decía muchas cosas hirientes y parecía disfrutar el hacerme sufrir. Pero yo no hice caso porque realmente la amaba…
-Pero la superaste…- dijo Nishikido. Ueda sonrió levemente.
-Apareció alguien más
-¿Mejor o peor?
-¿Acaso importa? Lo amo y nada de lo que haga lo va a cambiar…- la voz de Ueda se desvaneció al final de la frase. Ryo apretó ligeramente su mano en señal de apoyo.
-Supongo que el que hayas aceptado a contarme esto quiere decir que de verdad confías en mi- dijo sonriendo.
-Tal vez un poco- respondió Ueda devolviéndole la sonrisa.
-Entonces, hay algo que quiero contarte- dijo Ryo. Ueda lo miró con interés, esperando a que hablara- Hay alguien que me gusta y estoy preocupado por esa persona.
-Oh- dijo Ueda bajando la mirada, sintiendo como el corazón se rompía.
-Sí. Veras, él es un idiota que lleva semanas lastimándose por alguien que probablemente no valga la pena- dijo Ryo. Su rostro reflejaba que hablaba seriamente pero su voz que sonaba melancólico.
Ueda no se atrevía a levantar la mirada, tenía la ligera sensación de saber hacia dónde iba la conversación, lo que provocó que su corazón se acelerara y sus mejillas se colorearan de un ligero color rojo.
-Él, se ha estado haciendo daño sin tener en cuenta los sentimientos de la otra persona- continuó Ryo- Él no sabe o no le importa que la persona que le gusta se esté muriendo por ver lo que se hace. Ha estado ignorando todo lo que sus amigos le hemos dicho, lo que hemos intentado hacer por él por un idiota que se acaba de dar cuenta de que lo ama.
A Ueda le pareció que su corazón iba a explotar, sus mejillas estaban empapadas porque las lágrimas que había estado conteniendo hasta ese momento habían comenzado a fluir lentamente.
-Ryo…
-Déjame terminar- pidió Nishikido poniendo la mano en la barbilla de Ueda y obligándolo a mirarlo- La verdad es que esa persona siempre supo que él era especial, pero si él le hubiera dicho algo, cualquier cosa, ninguno de los dos estaría en esa situación.
Ueda abrió la boca como si fuera a decir algo pero Nishikido se le adelantó.
-Tatsuya, me gustas. Me gustas mucho y ya estoy cansado de que te estés lastimando- Ryo no pudo evitar que su voz se quebrara cuando comenzó a hablar. Con suavidad dejó descubiertos los brazos de Ueda, dejando ver todas las cicatrices y heridas que Tatsuya se había estado infligiendo- Cada vez que hacías esto me lastimabas a mí. Me sentía tan impotente viéndote sufrir… ¿Por qué no me lo dijiste?
-Dejamos de hablarnos años por esto- dijo Ueda bajando de nuevo la mirada- Si me dolió perderte cuando eras mi amigo me hubiera dolido aún más cuando sentía todo esto por ti…
-¿Y por qué te rendiste sin pelear?- preguntó Nishikido con la voz aun quebrada, conteniendo las lágrimas- ¿Sabes cuánto me molesta saber que pude haber evitado todo esto?
-Pero yo tampoco sabía lo que sentías tú- replicó Ueda- Tuve que esconder mis sentimientos de todos. Pensaba “Si él es feliz yo también” pero no lo sentía. Me destrozaba no estar seguro de si me querías o me odiabas y… y… Cuando comenzaste a hablarme de nuevo, pensé que podría tener una oportunidad…
-Y luego te dije todo eso en la fiesta- concluyó Ryo-Me siento el imbécil más grande del mundo.
-No es solo tu culpa. Creo que tienes razón, tal vez debí decirte algo…
Permanecieron en silencio un largo rato, intentando organizar sus pensamientos.
-Ueda…
-¿Si?
-Dímelo
Ueda lo miró a los ojos, que súbitamente destilaban confianza.
-Te amo
Ryo sonrió y lo atrajo hacia él, besándolo profundamente. Ninguno se había sentido más feliz en su vida, sintiendo al otro en sus brazos el mundo podría haber sido destruido y a ellos no les hubiera importado. Pronto la necesidad de respirar los separó, pero la expresión melancólica en el rostro de Ueda había desaparecido. Ryo tomó la mano de Ueda una vez más, parecía no estar dispuesto a soltarla de nuevo.
-¿Por qué querías que te contara lo de Tana-san?- preguntó Ueda con curiosidad. Ryo miró sus manos entrelazadas y soltó una leve risa.
-Tatsuya, no sé qué hacer contigo… Tropezaste dos veces con la misma piedra…
Ueda suspiró.
-Espero que no sea verdad. No deberías ser tan duro contigo…
-Pero es la verdad- dijo Ryo frunciendo el ceño- Todo este tiempo no he hecho más que herirte y eso me pone mal porque yo…
-Ya, cállate- dijo Ueda antes de besarlo de nuevo.
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Yamashita miró las hojas que tenía frente a él desconcertado.
-¿Estados Unidos?
-Johnny dijo que si quería intentar entrar a la industria americana sería conveniente que fuera unos meses a Estados Unidos- dijo Jin- Así podría practicar el idioma y adaptarme a la cultura.
-Está muy lejos- dijo Yamashita sin molestarse en disimular su molestia.
-Lo sé Pi- respondió tomando su mano- Quiero hacerlo pero no me iré si me lo pides.
-¿Te das cuenta de lo que me estas pidiendo?- preguntó Tomohisa poniéndose de pie.
-Pi, esta es la razón por la que hacemos música, para que todos lo escuchen
-¿Y me pides que te deje ir? No es fácil Jin...
-Lo sé- dijo Akanishi tomando su mano- Sé que lo que te pido no es justo, pero también sé que entiendes porque te lo pido.
-¿Ya hablaste con los demás?- preguntó Yamapi.
-Tendremos una reunión mañana para discutirlo- respondió Jin.
-Llámame después, quiero saber que dicen ellos antes de tomar mi decisión- dijo Yamapi mientras tomaba su abrigo del perchero. Jin lo miró entre sorprendido y nervioso.
-¿A dónde vas?
-A un lugar donde pueda pensar con calma
Cuando la puerta se cerró tras de Yamashita, Jin comenzó a cuestionarse si valía la pena arriesgar su relación por perseguir su sueño.