Me ha gustado el reto porque era bastante abierto y daba muchas posibilidades. He escogido a la familia Lovegood porque Luna se está convirtiendo en uno de mis personajes favoritos.
Ahí va:
Hoy quería dar importancia a familias secundarias o de las que se sabe poco, así que aquí vamos (y recordad que os podéis remontar al personaje de esa familia menos importante de todos).
Reto #67: los Lovegood.
Personajes: Señor Lovegood, OC.
Rating: Algún día me aprenderé los ratings, I swear (no es mi culpa que solo conozca el M perv). Todos los públicos.
La mujer sentada detrás de la elegante mesa de cerezo le dio una galletita a la pequeña lechuza que le acababa de traer la carta, que se fue tan contenta por la ventana.
Emocionada, abrió la carta y la leyó rápidamente. Se levantó y tocó a la puerta más cercana a ella.
- ¡Pasa, Miranda! - se escuchó, amortiguada, la voz de un hombre.
Abrió la puerta y entró. El despacho, a pesar de que llevaba años entrando en él, todavía le sorprendía. Decenas de amuletos (algunos compuestos por diversas verduras, que se mantenían frescas por arte de magia) descansaban en las múltiples baldas de un estante en la parte derecha. A la izquierda, delante de un aparador con cajones multicolores, se acumulaban en completo desastre los números anteriores de la revista regentada por el hombre dueño del despacho.
No quería imaginarse lo que pensaba la gente la primera vez que entraba en él. Cierto era que, trabajando para el posiblemente más extravagante mago de Inglaterra, había aprendido a no hacer caso de los chismorreos, habladurías y demás. Al fin y al cabo, en “El quisquilloso” eran el pan de cada día.
- Ha llegado la confirmación, señor Lovegood. - le dijo, entregándole la carta. El la releyó por encima y una gran sonrisa iluminó su rostro.
- ¡Perfecto! Esta semana vamos a tener más tirada que “El profeta”, Miranda; esta semana pasará a la historia de nuestra revista, ¡ya lo verás!
La mujer suspiró (les triplicaban la tirada, que optimista podía llegar a ser), pero le sonrió y comentó:
- Me alegro de que aceptara realizar la entrevista a Harry, señor Lovegood. El chico estará exultante porque alguien le haya hecho caso.
- Por supuesto, tenía que aceptar. El mundo mágico tiene que saber que el-que-no-debe-ser-nombrado ha vuelto. Nosotros le creemos y sabemos que es cierto, así que espero que esto ayude a la gente a darse cuenta de ello. Después, pasará lo mismo que la otra vez, cuando “El profeta” nos pidió perdón por acusarnos de publicar datos falsos en nuestra revista. - concluyó, completamente satisfecho de sí mismo.
La cara de incomprensión y desconcierto de la mujer no tenía precio.
- Perdone mi memoria, señor, pero ¿cuándo ha ocurrido eso? - preguntó, curiosa.
- ¿Cómo se te ha podido olvidar? Hace dos meses hicieron una rueda de prensa y dijeron que habían encontrado evidencias de que existían los snorkacks de cuernos arrugados, pruebas que nosotros conocíamos hace años, y nos pidieron perdón públicamente.
- Siento contradecirle, señor Lovegood, pero le puedo decir, sin temor a equivocarme, que eso no ha ocurrido nunca. - le dijo. Oyó salir un ¿seguro? bajito, y lo confirmó - Seguro, señor.
- ¡Bueno, entonces lo habré soñado! No hay de qué preocuparse, eso ocurrirá cualquier día de estos - ella movió la cabeza, resignada, despues de que él teminara de hablar (aunque se permitió una pequeña sonrisa, en esa oficina todos los días pasaba algo memorable).
- Si no necesita nada más de mí… - se giró para irse, pero él la llamó antes de que se pudiera marchar.
Fue hasta dónde estaba y le dio una lista, con unos cuantos nombres garabateados.
- Si no te importa, envía una copia del número a los nombres de la lista. Creo que a Luna, Harry, y sus amigos les interesará tener y leer el artículo lo antes posible. Por cierto, no le veo puesto el colgante que le regalé. - la mirada se tornó preocupada - ¿está segura de que sin él puede estar a salvo de los guinguis de verano?
Miranda suspiró y le contestó, mientras salía del despacho.
- Le agradezco la preocupación, señor Lovegood, pero le aseguro que estaré perfectamente. Enviaré los ejemplares en cuanto lleguen a mis manos. - tras esto, cerró la puerta.
El hombre sonrió y volvió a su mesa. Soltó un largo bostezo y murmuró algo parecido a “odio la burocracia” y se sumergió en la pila de papeles que había en su mesa.
Mi primer personaje original *se seca una lagrimilla" (aunque se me asemeja un poco a McGonagall cofcof). Por si acaso os preguntáis el nombre de donde viene, os diré que he visto antes de escribir un chap de Sexo en Nueva York XD.
¡Ah!, y como a alguien se le ocurra hacer un comentario sobre los guinguis de verano lo mato. No sé ni de dónde han salido.
Besitos,
samej.